Haz del mundo un lugar mejor. Narrativas ideologizadas en la academia y la articulación de las humanidades durante la pandemia del sars-cov-2

Make the World a Better Place. Ideologized Narratives in Academia and the Articulation of Humanities During the sars-cov-2 Pandemic

Sabine Pfleger*1

Resumen: El coronavirus visibiliza una creciente fragmentación de las diferentes disciplinas científicas en humanidades, que a menudo sacrifican el modelo del académico-intelectual que reflexiona la sociedad y sus procesos a favor del modelo de un académico-competitivo que produce conocimiento mercantilizable. Los dictados académicos en la modernidad tardía obedecen aquí a dos narrativas ideologizadas fundamentales de “hacer del mundo un lugar mejor” y convertir el conocimiento en un “capital intelectual”. Se fomentan así prioritariamente estudios científicos que prometen empujar a las sociedades hacia nuevos niveles de desarrollo. En esta contribución discutimos estas narrativas ideologizadas en la academia y su efecto para la articulación de las humanidades durante, y sobre, la pandemia del sars-cov-2.

Palabras clave: Narrativas ideologizadas en la academia, humanidades, patrones recurrentes conceptuales-discursivos.

Abstract: The coronavirus visibilizes the increasing fragmentation of the different scientific disciplines in the humanities, often sacrificing the academic-intellectual model that reflects upon society and its processes in favor of a more competitive-academic model. These late modern academic dictates obey mostly two ideological narratives of ‘making the world a better place’ and turning knowledge into an ‘intellectual capital’. As a result, we see a promotion of commodifiable scientific studies that promise to push societies to new levels of development. In this contribution we discuss these ideological narratives in academia and their effect on the articulation of the humanities during, and about, the sars-cov-2 pandemic.

Keywords: Ideologized narratives in academia, humanities, recurrent conceptual-discursive patterns.

Postulado: 27.08.2020

Aprobado: 07.03.2021

la pandemia del sars-cov-2 muestra, a modo de un lente de aumento, muchos de los conflictos de nuestras sociedades modernas tardías2 surgidos en una lógica social que se basa en la singularidad, la ambivalencia y el imperativo de un progreso constante (Reckwitz, 2017; Bauman, 1993). El coronavirus evidencia así no solamente nuestra vulnerabilidad biológica, sino sobre todo nuestra fragilidad social e intelectual. Un efecto de las estructuras neoliberales, globalizadas y digitalizadas ha sido la transformación paulatina del quehacer científico en una tarea cada vez más empresarializada. La academia se rige hoy por narrativas ideologizadas que la convierten en una pieza clave para la economía del conocimiento (Powell y Snellman, 2004), cuyo punto de partida es la comercialización del conocimiento con el fin de sustentar el desarrollo económico sostenido de un país (Naidoo, 2008).

Las consecuencias de estas narrativas ideologizadas de la economía del conocimiento para las ciencias en general, y las humanidades en particular, han sido un desdibujamiento de los cánones que caracterizaban la clásica comunidad epistémica, la alma mater studiorum, a favor de una comunidad productiva con carácter corporativo (Pfleger, 2020). Esta problemática de la fragmentación en la academia y la creciente especialización en las diferentes disciplinas científicas sacrifican a menudo el modelo del académico-intelectual, que reflexiona la sociedad y sus procesos, a favor del modelo del académico-competitivo, que se dedica a estudios funcionales y útiles en una organización estrictamente jerarquizada y patriarcal. Smyth (2017: 2) observa que “academics within universities will perish unless they operate and comport themselves according to a particular set of narrowly conceived rules, in order to survive and insulate themselves from a precarious and fiercely competitive academic world”.

La academia se convierte así, poco a poco, en un elemento central de la cadena productiva de conocimiento. La revista Nature reflexiona, en una edición reciente (Cyranoski et al., 2011), sobre esta academia reformulada, comparándola con una “fábrica” que produce doctorados cuyo beneficio o impacto para la sociedad o la economía no siempre queda demostrado. Bauman (1993:15), ya años antes, encuentra que las prácticas científicas actuales se insertan en el mandato diseccionador y diferenciador que rige las sociedades de la modernidad tardía: “Taxonomy, classification, inventory, catalogue and statistics are paramount strategies of modern practice. Modern mastery is the power to divide, classify and allocate in thought, in practice, in the practice of thought and in the thought of practice”.

El enfoque en problemas estrechamente delimitados y cuantitativamente comprobables con grandes cantidades de datos digitalizables forzó particularmente a las disciplinas de las humanidades a modificar sus tradiciones epistemológicas;3 todo ello para hacer frente a la presión de una percepción social generalizada según la cual aquí se produce poco conocimiento “útil” para el manejo o la resolución de los problemas sociopolíticos y económicos, especialmente durante la presente pandemia. Pero en crisis globales como la presente no podemos darnos el lujo de un nihilismo en la ciencia y seguir con modelos objetivistas y positivistas que nos alejan del análisis fenomenológico y complejista del ser humano en sus mundos simbólicos, sus prácticas sociales y, también, en sus crisis sociales, sean políticas o de salud (Schütz, 1981; Pfleger, 2019). Es preciso transitar de la aparente legitimidad de que la pandemia sea un asunto exclusivamente sanitario hacia una comprensión holística de su dimensión política, económica, y, sobre todo, social.

La reducción del fenómeno del sars-cov-2 a la simple exposición dramática y estadística de su expresión mórbida, nos hace perder de vista el verdadero origen del problema que radica a nivel macro en una sobreexplotación y contaminación de nuestro planeta, en la falta de una política internacional que sea solidaria y sustentable, y en el ocaso de un modelo económico que ha potenciado las inequidades de manera grotesca.

El discurso actual sobre la pandemia del virus covid-19 lo dominan, mayoritariamente, los virólogos y los epidemiólogos. Pocas veces se incluyen otros científicos en las comunicaciones diarias sobre el estado de las cosas del virus, a pesar de numerosos estudios que se están realizando al respecto de la pandemia. Pero estas valiosas aportaciones pasan a segundo plano. Eso es un hecho lamentable porque los múltiples fenómenos complejos que plantea la crisis requieren de más miradas que las que pueden ofrecer los expertos en sanidad. En todos los problemas de las viejas y las nuevas normalidades sería deseable contar con mayor visibilidad de más y diversas opiniones y estudios

Resulta, por tanto, preciso y necesario echar una mirada a esa academia reformulada y las narrativas centrales que rigen tácita o explícitamente el quehacer científico de la pandemia.

Narrativas ideologizadas

El concepto de la narrativa ideologizada se fundamenta en la idea de la relación tríadica entre el fenómeno social y el discurso (van Dijk, 1985, 2012). De acuerdo con esta concepción inicial, todo discurso representa una triangulación entre el fenómeno social, los modelos y marcos mentales sobre esa realidad que circulan en sociedad, y el proceso de la discursivización de los anteriores. “No es la situación social ‘objetiva’ la que influye en el discurso, no es que el discurso influya directamente en la situación social; Es la definición subjetiva realizada por los participantes de la situación comunicativa la que controla esta influencia mutua” (van Dijk, 2012: 13). Por lo tanto, circulan en la sociedad discursos que construyen sistemas de creencias sobre un fenómeno social determinado, en el presente caso la pandemia del sars-cov-2. Dentro de la diversidad de estos discursos son particularmente importantes aquellos que tienen el carácter de “narrativa nuclear”, esto es, de enunciados discursivos que se intercambian una y otra vez, y así construyen sistemas de creencias específicos. La constante presencia de tales narrativas nucleares hace que se arraiguen cognitivamente. El resultado es que se asocia una narrativa particular con un fenómeno social en una relación casi indisoluble. La narrativa misma se condensa y se convierte en portadora de un determinado sistema de creencias; adquiere la calidad de una narrativa ideologizada.

En años recientes han surgido una serie de narrativas ideologizadas con un impacto determinante para el quehacer académico y la concepción de la academia misma de la academia (Pfleger, en preparación). A continuación discuto dos de ellas en mayor detalle.

Haz del mundo un lugar mejor

Haz del mundo un lugar mejor se ha convertido en una de las narrativas centrales para definir las metas investigativas de cualquier universidad en el mundo hoy. El lema make the world a better place es una frase acuñada originalmente en el Silicon Valley como una máxima para proveer de sentido y misión a una industria tecnologizada y digitalizada que, en el fondo, ofrece muy poco para “salvar al mundo”. El gurú de los techie, Steve Jobs, fundador de la empresa Apple, eleva el lema a una ideología nueva cuyo resultado será un mundo diferente para “empower the individual, enhance personal freedom, and radically reduce the power of the nation state” (Anderson, 2017).

Queda claro que, lejos de ser una ideología nueva, haz del mundo un lugar mejor es el marketing de dar sentido a un turbo-capitalismo que celebra la maximización de las ganancias de los start-up. A pesar de su simpleza, o justo por ello, este lema tomó el lugar de una narrativa ideologizada guía omnipresente. La academia no fue la excepción y convirtió el lema rápidamente en una piedra angular para todo quehacer científico. El resultado es que las investigaciones actuales deben tener un carácter útil, puntual y centrado en un problema delimitado, de preferencia utilizando métodos cuantitativos basados en modelos matemático-físicos positivistas. Ello siempre con la promesa de contribuir a hacer el mundo un lugar mejor. Hoy por hoy, cualquier universidad nacional o internacional, pública o privada, se inscribe en esta lógica, y basta una mirada a sus respectivas páginas en internet para corroborarlo:4

Innovating by Making the World a Better Place (Universidad de Harvard, s. f.).

We are here to make the world a better place (Universidad de Cambridge, s. f.).

Their joint motto is “Cooperation for a Better World” (Göbel, 2019).

La universidad pública está comprometida con la construcción de un mundo mejor (unam, 2017).

La uam siembra cada día en sus alumnos la posibilidad de pensar en un mundo mejor (uam, 2018).

El conocimiento es un capital

La narrativa ideologizada que propaga la necesidad de investigar y contribuir a la construcción de un “mundo mejor” se vincula íntimamente a otra narrativa ideologizada en la academia: la idea de la mercantilización del conocimiento. Con el auge de la globalización y financierización de los mercados, la generación de conocimiento se convirtió en un motor potente para el crecimiento económico de un país.

Al igual que la narrativa anterior, ésta tampoco es nueva, ya que refleja directamente uno de los preceptos eje del modernismo tardío de un progreso continuo y sostenido, aunado a la idea de que todo en este mundo se puede comprar o vender. Mientras que ideologías económicas anteriores consideraban el conocimiento (y la educación para obtenerlo) como un gasto para el individuo, en la teoría de la economía del conocimiento, esta relación cambia fundamentalmente, convirtiendo la educación y la obtención de conocimientos especializados en una inversión. De esa manera se favorecen en la academia todas aquellas investigaciones de corte utilitarista que prometen un posicionamiento fuerte para el actor universidad; desde lugares mejores en los rankings internacionales, o la toma de influencia en la política nacional e internacional, hasta la obtención de financiamientos y fondos privados (Pfleger, 2020). Schultz (1961: 12-14), quien para muchos es el padre de la economía del conocimiento, sostiene que “al invertir en sí mismos los seres humanos aumentan el campo de sus posibilidades y con ello pueden ver incrementado su bienestar. Tal inversión será el capital incorporado a los sujetos, capital cuyo valor productivo puede exceder al obtenido por el capital tangible (físico) utilizado en la producción económica”. 

El conocimiento es ahora un capital que produce, y la academia adquiere un carácter empresarial. Indistintamente de si la universidad es pública o privada, podemos encontrar sin dificultad alguna, expresiones de esa idea del capital intelectual que genera productos, bienestar y nuevas oportunidades de negocio:

El saber es el capital más valioso para el devenir de una nación (unam, 2017).

Stanford economist Eric Hanushek said that a country’s economic growth is directly based on [...] the “knowledge capital” of a nation (Parker, 2016).

eth Zurich is pioneering effective solutions to the global challenges of today and tomorrow. [...] Since 1996, the university has produced a total of 380 commercial spin-offs (eth-Zurich, s. f.).

Pero el capital intelectual es más valioso en unas áreas académicas que en otras. Las disciplinas que se benefician más de esta narrativa son aquellas con productos fácilmente mercantilizables, tales como la informática, las telecomunicaciones, la robótica, la bio- y nanotecnología, la industria dedicada a la movilidad, así como la industria energética. Las humanidades pierden en esta perenne competencia por una producción útil de capital intelectual inmediatamente mercantilizable. El doctor Villarroel de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile (Villarroel, 2020) reconoce que

[...] las Humanidades [...] se han vuelto de algún modo refractarias a una cierta lógica oficial de producción del conocimiento, desplegada hegemónicamente en el mundo durante las últimas décadas. A los saberes humanísticos (la filosofía, la historia, la literatura, la lingüística y otros) se les ha impuesto una legalidad procedimental que hoy muchos de sus cultores consideran ajena a su carácter esencial, porque intuyen que ha sido extraída de órdenes epistemológicos provenientes de otros regímenes de comprensión del mundo y la sociedad, definidos por criterios de rendimiento económico, fundamentalmente.

Estos “órdenes epistemológicos provenientes de otros regímenes de comprensión del mundo y la sociedad” han promovido la concentración de los esfuerzos científicos hacia la investigación, la difusión y promoción de productos de esta investigación al servicio de un mercado empresarial internacionalizado y globalizado. Es un desarrollo que se opone al quehacer clásico humanístico que se centra en la comprensión de problemas sociales de manera fenomenológica y compleja. Pero el credo en el capital intelectual sigue inquebrantable porque promete los primeros lugares de prominencia dentro de una competencia internacionalizada, porque se generan millones de dólares para las empresas especializadas en productos de y para la educación, y porque sectores financieros enteros se sostienen exclusivamente con la mercantilización de los productos de la investigación académica.

La pregunta es si, dentro de este panorama generalizado, la presente pandemia podría fungir como un catalizador para nuevas narrativas en la academia que propicien un diálogo renovado entre sociedad y humanidades. Villarroel, en la misma entrevista, expresa cierta esperanza para ello y sostiene que, a pesar de la constante economización del conocimiento, en esta pandemia:

[...] se ha favorecido el resurgimiento de una importante expectativa de rearticulación de su potencia analítica y crítica [de las humanidades]. [...] La fuerza de los hechos ha permitido constatar el valor y la relevancia que tiene un tipo de reflexión como la que despliegan las humanidades, indagando en la profundidad del sentido de la experiencia humana y social, más allá de la pura racionalidad instrumental con la que hoy se ordena el mundo globalizado, más allá de la organización político-económica de los registros algorítmicos que definen al presente histórico (Villarroel, 2020). 

La metodología y el corpus

A continuación quiero corroborar si efectivamente se puede detectar el rearticulado y reivindicado “valor y la relevancia [...] que despliegan las humanidades” en esta pandemia rastreando su presencia en reflexiones, estudios o notas sobre el covid-19.

Para tal efecto sometemos a estudio un corpus de encabezados de notas de humanidades desde la academia misma. Seleccionamos una publicación periódica de difusión de una universidad pública, la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), y otra de una universidad privada, el Instituto Tecnológico y
de Estudios Superiores de Monterrey (
itesm), del periodo de abril a julio del 2020.5 Asimismo consideramos los encabezados de dos publicaciones periódicas especiales en línea en la que ambas universidades notifican sobre los últimos desarrollos de la pandemia.6

La selección de las universidades obedece a varias razones; La unam es la universidad que tiene la mayor oferta de carreras de humanidades y ciencias sociales en el sector de educación superior pública en el país, y el itesm es considerado el líder en las “nuevas ciencias” de ingenierías y tecnologías digitales que surgieron dentro de la lógica neoliberal de la educación superior en las últimas tres décadas en México. Ambas instituciones encabezan, además y seguidamente, el ranking nacional de mejores universidades y pueden ser consideradas así líderes en su respectivo sector académico.

Para el análisis presentamos un estudio cualitativo que se centra en patrones conceptuales-discursivos recurrentes en las notas de 14 disciplinas humanísticas,7 y cómo éstas se articulan dentro de la lógica de las narrativas ideologizadas vigentes. Nuestro acercamiento utiliza métodos de los estudios críticos del discurso y de la lingüística cognitiva (frame theory, Hart, 2011; Pfleger, 2019), dirigiendo la mirada hacia los thick data, es decir, aquellos datos que permiten una mirada más profunda y rica a los datos, en vez de enfocarlos nada más estadísticamente (cf. Pfleger, 2019; Jörg, 2011).

Las humanidades y su articulación en y sobre la pandemia del sars-cov-2

En el análisis de la articulación de las humanidades dentro y sobre la pandemia del sars-cov-2 observamos el tipo de patrones conceptuales recurrentes y las expresiones que emergen en el discurso en el encabezado de estas publicaciones.

Primer patrón conceptual-discursivo: La pandemia es una oportunidad

El primer patrón que salta a la vista es la omnipresencia de notas del área de Economía. Esta disciplina se establece inequívocamente como el primus inter pares de las humanidades cuando se trata de “pensar la pandemia”. Las notas que se publican ofrecen todo tipo reflexiones acerca de los efectos del coronavirus sobre la situación económica nacional o mundial, sobre como posicionar o reposicionar un negocio pequeño o internacional, y todo lo referente a costos y daños que produce la crisis.

Como era de esperarse, el itesm publica un número notablemente mayor de notas económicas que la unam. Pero en ambas instituciones el patrón discursivo más visible es la polarización de las notas que oscilan entre un pesimismo absoluto y la esperanza de mejoras cuando lleguemos a los tiempos de la poscontingencia. En esas notas el coronavirus es metaforizado como un agente maligno (provocará la peor recesión) que actúa sobre la economía, que es presentada como una víctima o incluso como un paciente (la economía se recuperará):

El coronavirus provocará la peor recesión económica desde la Gran Depresión.

La economía se recuperará en el cuarto trimestre del año.

Dentro de las notas se observa otro patrón conceptual que entiende a la pandemia como una oportunidad para crecer, para cambiar y encontrar nuevos caminos de ingreso. De acuerdo con ello, se ofrecen análisis sobre nuevas formas de financiamiento (crowfunding), ideas frescas para pequeños negocios (anuncios en internet) o las nuevas posibilidades de los servicios a domicilio (pruebas a domicilio):

El auge del crowdfunding durante covid-19.

Anuncios en internet, salvavidas de las pymes en época de covid-19.

El emprendedor que evita más contagios con pruebas a domicilio.

En la misma tónica, encontramos en las notas del itesm consejos y recomendaciones dirigidos a aquellos empresarios en busca de estabilizar o mejorar su situación económica durante la pandemia. Se discuten la explotación de opciones para incrementar la productividad, ya sea desde el hogar (home office más productivo) o en el sector de las ventas (branded content):

Branded Content - El compromiso con sus clientes se fortalece más que nunca.

Tips para llevar a cabo una jornada de home office productiva.

Ambas universidades visualizan frecuentemente la nueva normalidad para evitar que baje la productividad y con ello, las ganancias:

Cómo desarrollar liderazgo en tus equipos durante la nueva normalidad.

Los 4 puntos de la nueva normalidad para enfrentar la pandemia.

Las narrativas, tanto la del “mundo mejor”, como el “conocimiento es una mercancía” tienen un fuerte impacto en las notas provenientes de la disciplina de economía. Esto no es de extrañarse, ya que economía es, sin duda alguna, la disciplina de humanidades y ciencias sociales que se inserta mejor a las ideologías neoliberales reinantes. El conocimiento desplegado en las notas se entiende claramente como un capital funcional que se pone al servicio del lector. Todo se comprime en consejos prácticos (cómo desarrollar, los 4 puntos, tips) produciendo así conocimiento útil en que —al menos en una lógica económica— ayuda a mejorar el mundo durante y después de la pandemia.

Segundo patrón conceptual-discursivo: Maneras de sobrevivir a la pandemia

Otra disciplina omnipresente en las notas rastreadas en ambas universidades es la psicología. El tema central aquí son el miedo y el estrés que surgen del distanciamiento social y sus posibles efectos negativos (úlcera, traumas y ansiedad):

Factores estresores en los tiempos de covid-19

El miedo, respuesta de sobrevivencia humana

El miedo: cuando es exagerado y continuo puede causar úlcera, estrés, traumas y

ansiedad

Tu cerebro se niega a creer en el covid-19 y ésta es la razón

Volvemos a encontrar en el discurso de las notas del itesm el patrón conceptual de los consejos y tips compactos destinados a producir conocimiento útil para sobrellevar los miedos. Las soluciones tematizadas van desde el efecto calmante del cultivo de plantas hasta seguir a aquellos que saben cómo lidiar con situaciones extremas (astronautas o submarinistas):

Te sientes estresado por el encierro: el cuidar una planta podría ser la solución

5 consejos del habitante de la Estación Espacial para aprovechar la cuarentena

Lecciones de astronautas y submarinistas para sobrevivir al confinamiento

Algo bueno sale de la pandemia y es nuestra capacidad de adaptarnos

Entrena tu mente para hacer frente a la crisis

Se hace la promesa al lector de una ayuda inmediata, fácil y práctica; desde la adquisición de destrezas de supervivencia (sobrevivir al confinamiento), como convivir con la pandemia (adaptarse), o incluso volverse más productivo dentro de la adversidad (algo bueno sale de la pandemia, aprovecharla). La crisis, al igual que en las notas de economía, se entiende desde la psicología como una oportunidad para aprender, adiestrarse y fomentar el crecimiento personal (entrena tu mente).

Contrario a las notas del itesm, vemos en la unam una focalización hacia el tema del crecimiento de la violencia de género y doméstica durante el confinamiento. Pero también aquí se ofrecen consejos y ayuda práctica (acciones y recomendaciones):

El confinamiento, carga pesada. Acciones y recomendaciones para combatir la violencia de género

Feminismo y violencia contra las mujeres en tiempos del covid-19

Y, al igual que en las notas de economía, desde la psicología tampoco faltan las notas que ofrecen una serie de confabulaciones sobre posibles escenarios poscontingencia (¿seremos mejores personas?):

¿Al final de esta pandemia seremos mejores personas?

¿Cómo serán las relaciones personales tras la pandemia?

Las notas revelan cómo la piscología aplicada puede desplegar toda su fuerza ante esta crisis. Se utilizan el conocimiento con el objetivo de resolver problemas delimitados (confinamiento) con la meta de que individuos o grupos aprendan a funcionar de forma adecuada frente a la pandemia. El conocimiento en esta disciplina es un capital intelectual valioso que se vincula directamente a la mejora de situaciones personales o de grupo.

Tercer patrón conceptual-discursivo: Educar para una nueva normalidad

Una tercera disciplina con abundantes publicaciones es la sociología. Las notas provenientes de este campo de estudio, en ambas universidades, se centran prioritariamente en los efectos de la pandemia sobre el tema de la educación:

Internet, esencial ante el coronavirus. Se ha convertido en herramienta principal de comunicación, trabajo, comercio, educación y socialización

Conocimiento, educación y cultura, caminos contra la covid-19

Tanto la unam como el itesm coinciden en la evaluación que la educación se ve amenazada por razones del distanciamiento social durante la pandemia. La pandemia del covid-19 es metaforizada como un enemigo que se posiciona en contra de una educación eficiente. El patrón discursivo refleja esta oposición (contra, ante), y se temen efectos sumamente negativos para la formación de las futuras generaciones (riesgos, retraso):

Advierten retraso en educación básica para las niñas por la covid-19

Jóvenes de la pandemia: nuevos riesgos, viejos prejuicios

La preocupación en ambas universidades es la reflexión sobre el diseño de posibilidades que garanticen lo que se considera una de las más importantes inversiones de un país; la educación:

Retos educativos durante la pandemia del covid-19

Coronavirus: educación y uso de tecnologías

covid-19: impacto, desafío y oportunidades para la educación

La centralidad de la educación se vincula indivisiblemente, con la idea de que el conocimiento es un capital valioso que de ninguna manera debe mermarse o incluso perder por los efectos de una pandemia. El tono de preocupación de las notas relacionadas con este tema muestra la centralidad de esta narrativa y el valor que se le adjudica a la educación para el desarrollo de la nación.

Cuarto patrón conceptual-discursivo: Los invisibles de la crisis

Este patrón conceptual-discursivo es particular porque habla de lo que no hay. Es la invisibilidad de ciertas disciplinas de humanidades y la ausencia de manifestaciones discursivas en las notas sometidas a análisis. No se pudo encontrar ninguna reflexión, ningún consejo o una lista de recomendaciones ni de lingüística, ni de historia, de geografía o de antropología. Son los grandes ausentes en las notas que versan diariamente sobre el coronavirus.

Quinto patrón conceptual-discursivo: #masAlládecovid

Otro patrón conceptual-discursivo interesante lo encontramos en la unam. Bajo el hashtag: #másAlládecovid se tematiza todo aquello que se encuentra “más allá de la pandemia”. Se agrupan aquí aquellas disciplinas consideradas como no esenciales para la discusión de la pandemia (más allá de). Es el espacio para notas desde y sobre las artes, las artes escénicas, la música (el rock), la literatura y temas de interés general que suceden en coyuntura con la pandemia (racismo):

La ecología invade al rock

Margo Glantz: No me gusta la literatura de coyuntura

Repasa algunos de los momentos más importantes en la lucha contra el racismo

Se conmemora el día mundial del peatón

No se entrevé en estas notas relación alguna con las narrativas dominantes en la academia de hoy. El espació del más allá de la crisis es un panóptico multicolor y multitemático con entrevistas, celebraciones, notas sobre conciertos y exposiciones en línea, entre otros, cuya única función parece ser entretener y distraer de la pesadez que imponen los demás temas alrededor de la pandemia.

Sexto patrón conceptual-discursivo: Conversemos el coronavirus

Quizás el patrón más interesante para una rearticulación de las humanidades sea la búsqueda de conversar la pandemia y entablar una conexión más amplia entre universidad y todo tipo de sectores de la sociedad. La presentación de temas en forma de conversatorios, webinarios, mesas redondas o conferencias trasmitidas en vivo a través de los canales de difusión de las universidades permite abrir espacios de diálogo más allá de recomendaciones y consejos útiles. Es sobre todo la unam que ve aquí la oportunidad de articularse desde las humanidades, usando el abanico de las redes sociales, desde Twitter, Facebook y Youtube para la difusión. Desde el inicio de la pandemia se optó por la realización continua de esos foros audiovisuales en los que se discuten desde diferentes disciplinas humanísticas, y también transdisciplinariamente, aspectos de la actualidad de la presente pandemia:

Pensar la pandemia: una mirada desde la filosofía

La epidemia del neoliberalismo

¿Qué retos a corto y mediano plazo tiene la educa-ción a distancia?

El fortalecimiento de la docencia y la investigación en el marco de la pandemia: el caso de las bibliotecas de la fes Cuautitlán

Textualidades en contingencia. Escrituras en vivo

La Universidad y la Humanidad que viene

En estos espacios audiovisuales se ve una mayor diversidad de temas y de disciplinas de humanidades que en las notas. Aquellas disciplinas ausentes en las notas encuentran aquí un foro para desplegar sus reflexiones sobre la pandemia. Este formato tiene la posibilidad de ofrecer una gama más amplia de aspectos sociales y culturales vinculados con la pandemia e integra varias voces al mismo tiempo.

Discusión y algunas reflexiones finales

La tabla de la figura 1 resume los seis patrones conceptuales-discursivos encontrados en las notas de humanidades, y visualiza la inserción de éstas a las narrativas ideologizas dentro de la academia:

En este resumen podemos constatar cómo las disciplinas de economía y psicología se insertan perfectamente en la ideología de las dos narrativas ideologizadas académicas de “haz del mundo un lugar mejor” y “el conocimiento es una mercancía”.

Los discursos encontrados desde ambas disciplinas oscilan entre ideas de cómo sobrevivir a la pandemia o verla como una oportunidad para crecer personalmente o económicamente. Siguiendo la lógica de las narrativas ideologizadas subyacentes, las notas en estas áreas se centran en el despliegue de un conocimiento compactado en formatos discursivos de consejos, tips y recomendaciones. Se produce una divulgación de conocimiento prioritariamente útil(itarista) con el fin de aplicaciones instantáneas. Se soporta la narrativa de mejorar, aunque sea en el corto plazo, la vida de los consumidores de estas notas.

La sociología en la vertiente de estudios sobre la educación también busca hacer contribuciones para “hacer el mundo mejor” al reflexionar soluciones educativas para los retos que imponen la pandemia y la necesidad de distanciarse socialmente. En todas las notas se lee un miedo latente a que el capital intelectual de la nación podría sufrir daños importantes al no abrir las escuelas de manera presencial. La pregunta a contestarse en este contexto es si las notas educativas realmente se preocupan por el futuro de los jóvenes o, más bien, son motivadas por el temor a un posible rezago del país frente a la competencia internacional si no se puede cumplir con los preceptos de la economía del conocimiento. Muchas notas del itesm no son tan claras al respecto, mientras que las notas de la unam temen mayoritariamente que la brecha de inequidad educativa ya existente previo al covid-19 pueda profundizarse.

Patrón conceptual-discursivo
en las notas analizadas

Disciplina
de humanidades

Haz del mundo
un lugar mejor

El conocimiento
es un capital

Patrón conceptual:
La pandemia es una oportunidad

Patrón discursivo:
Notas que ofrecen conocimiento aplicado

Economía

Patrón conceptual:
Maneras de sobrevivir a la pandemia

Patrón discursivo:

Notas que ofrecen conocimiento útil

Psicología

Patrón conceptual:
Educar para una nueva normalidad

Patrón discursivo:
Notas que ofrecen maneras de educar dentro de una nueva normalidad

Sociología/educación

Sí/no

Patrón conceptual:
Los invisibles de la crisis

Patrón discursivo:
Sin patrón discursivo por falta de notas

Historia, lingüística, geografía,
entre otros

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Patrón conceptual:
#masAlládecovid

Patrón discursivo:
Notas que ofrecen temas más allá de la pandemia

Artes, artes escénicas, música y relacionados

No

No

Patrón conceptual:
Conversemos el virus

Patrón discursivo:
Notas que ofrecen conversaciones divulgativas sobre la pandemia

Potencialmente todas las disciplinas

No

Sí/no

Figura 1. Resumen de los patrones conceptuales-discursivos en las notas de humanidades y su relación
a narrativas ideologizadas en la academia. Elaboración propia.

En las notas revisadas, muchas disciplinas de humanidades brillan por su ausencia en el diálogo sobre la pandemia. Tal parece que el dictado utilitarista con un enfoque aplicado y una inmediatez de resultados mercantilizables po-
nen en desventaja a todas aquellas disciplinas con epistemologías
más tradicionales que requieren de mayor profundidad analítica para poder discernir sobre los efectos de un fenómeno como la pandemia del sars-cov-2. Estas disciplinas y sus miradas investigativas post facto no pueden insertarse tan fácilmente en una lógica de consejos y recomendaciones expeditas. El resultado es una invisibilización que afecta desde la literatura a la filosofía, a la historia o la geografía.

Para algunas de estas disciplinas “marginadas” del diálogo con y sobre el coronavirus podría argumentarse que son ellos mismos los responsables de su propia invisibilización. Tal es el caso de la lingüística, que sigue divulgándose como un campo de estudio preeminentemente filológico, cuyo único fin es la descripción de las estructuras del lenguaje. Esto deja afuera muchas de las corrientes intradisciplinarias nuevas, como los estudios críticos del discurso (Pfleger, 2019; Hart, 2015). Esas subdisciplinas no han logrado perfilarse con suficiente fuerza, pero es justo aquí donde se investiga y se analiza el lenguaje de una manera más holística para entender los aspectos relevantes de la construcción simbólica de los fenómenos sociales circundantes. El no contar con la presencia de estas nuevas corrientes intradisciplinarias o las dimensiones transdisciplinarias de estudio a través de los límites disciplinarios, nos priva de importantes visiones sobre cómo se construyen socialmente las realidades simbólicas durante la presente crisis (Pfleger, 2020a).

El análisis realizado también corrobora que visibilidad no es igual a impacto o una participación activa en el diálogo sobre la pandemia. Las Bellas Artes sí están representadas con abundantes notas, pero en un rubro que las distancia del intercambio social de ideas. Son las disciplinas “más allá del covid”. Tal parece que la percepción social generalizada todavía sigue a la lógica de las narrativas modernas tardías de que las artes decoran, entretienen y divierten, más no tienen relevancia o valor para la construcción de significación sobre hechos sociales relevantes.

En suma, podemos constatar que el panorama para un rearticulado y reivindicado valor de las humanidades durante la pandemia es mixto. Vemos que algunas disciplinas son muy productivas dentro de la lógica de las narrativas ideologizadas de la academia, otras disciplinas son invisibles o se auto invisibilizan, mientras que otras tantas son relegados al margen de la pandemia. Todo ello no apunta necesariamente a una recobrada relevancia de las humanidades como tales. Pero dentro de este panorama no todo es malo para los estudios humanísticos. El patrón conceptual-discursivo de conversemos la pandemia sí promete ser una salida al ofrecer una rearticulada y reivindicada comunicación con un público amplio. La vasta oferta de simposios, conferencias, mesas redondas y webinarios desde las universidades a lo largo de los últimos cinco meses ofrece nuevas oportunidades para salir del solipsismo disciplinar y de los requisitos analíticos post facto hacia un diálogo online, más transdisciplinario y con resultados muy fructíferos. Las humanidades “conversadas” contribuyen de manera sustancial al intercambio de ideas sobre los temas eje de esta pandemia; sean sociales, políticos o culturales. A futuro podría ser un camino viable para que las humanidades rearticulen su presencia para contribuir a formar una ciudadanía más informada, más sustentable y con mejores herramientas para enfrentar los retos de una nueva normalidad.

Una digitalización sensata desde las humanidades en forma de modelos híbridos de educación e información, así como de divulgación, puede ser un punto de inflexión para revalorizarlas como este conjunto de ciencias indispensables que nos hacen entender al ser humano en sus mundos simbólicos y entornos socioculturales. Así, la pandemia podría ser una ventana de oportunidad para superar algunos de los preceptos ideologizados que nos ha impuesto la neoliberalización en la modernidad tardía. Falta que a mediano plazo se logre la construcción de narrativas alternas a las existentes en la academia; narrativas que no se basen en mandatos económico-productivos, sino en mandatos que propicien la construcción de significación relevante sobre las prácticas humanas y los fenómenos sociales complejos que determinan nuestras realidades diversas.

Todo depende de si se logran diseñar reformulados paradigmas en humanidades que tengan la capacidad de reconstruir la relación que deseamos ver a futuro entre la universidad, la sociedad y el medio ambiente.

Bibliografía

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1 Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: <pfleger@unam.mx>.

2 Adopto aquí el término de sociedad moderna tardía de Reckwitz (2017, 2019). No hablo de una sociedad posmoderna por considerar que todavía siguen vigentes las narrativas de la modernidad, surgidas dentro del auge de la neoliberalización y globalización.

3 En este entorno surgieron y tomaron fuerza las llamadas humanidades digitales, que se definen como: “A broad field of research and scholarly activity covering not only the use of digital methods by arts and humanities researchers [...] but also the way in which the arts and humanities offer distinctive insights into the major social and cultural issues raised by the development of digital technologies”, Universidad de Cambridge (s. f.).

4 Todas las cursivas en los ejemplos y las citas directas fueron añadidas por la autora del presente artículo.

5 El corpus comprende notas de las humanidades del periodo de abril a julio de 2020, recuperado de las revistas de difusión, en línea: 1. Gaceta unam, de Universidad Nacional Autónoma de México <www.gaceta.unam.mx>, y 2. TecReview, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey <www.tecreview.tec.mx>.

6 Página web especial de la unam: Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, disponible en: <https://covid19comisionunam.unamglobal.com/>, y Agenda Covid-19, del Tecreview, itesm, disponible en: <https://tecreview.tec.mx/agenda-covid-19/>.

7 Como nota de aclaración, se precisa que dentro de esta contribución no hacemos la distinción entre humanidades y ciencias sociales, sino consideramos que las diferentes disciplinas dentro de esta área como un conjunto que estudian el ente y la condición del ser humano en todos sus entornos simbólico-sociales. Las disciplinas que consideramos son: filosofía, lingüística, antropología, literatura, historia, geografía, derecho. sociología, psicología, ciencias de la comunicación, estudios del arte, música y artes escénicas, y economía.