Escenarios: la vida durante el coronavirus, un acercamiento analítico

Tania Alejandra Ramírez Rocha*1

Erick Alvarado Tenorio*

Postulado: 19.07.2021

Aprobado: 06.08.2021

este texto se centra en el análisis de las fotografías participantes en el concurso: Escenarios: la vida durante el coronavirus, organizado por el Centro inah Morelos. De las dos categorías convocadas, la profesional y la de aficionados, nos centramos en la segunda, al dar cabida a un amplio sector de personas en el que se diluye el filtro de la profesionalización en la creación de la imagen. Sin embargo, se ofrecerá un panorama general.

La convocatoria atrajo participantes de varios estados de la república, por lo que en las imágenes se observan miradas de diferentes realidades del país. Los concursantes indicaron residir en las entidades de Morelos, Veracruz, Baja California, Puebla, Estado de México, San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Oaxaca, Jalisco, Tlaxcala, Querétaro, Sinaloa, Tabasco, Colima, Campeche, Quintana Roo, Coahuila, Durango, Sonora, Nuevo León, Yucatán, Hidalgo, Michoacán, Zacatecas, Guerrero y Ciudad de México. Y del exterior, participaron concursantes de Perú, Estados Unidos, Alemania, España y Brasil. De tal manera que concursaron 508 personas, de ellas, 294 se registraron en la categoría de profesionales y 214 en la de aficionados a la fotografía. Las edades en ambas categorías iban de los 19 hasta los 69 años de edad.

En el concurso se solicitaron cinco fotografías por participante, por lo que algunos entregaron series fotográficas, en tanto otros —inscritos en la categoría “no profesional—” enviaron una sola fotografía, o bien, series que no se hilvanaban discursivamente. La mayoría de las imágenes se reportaron sin intervención digital. Sin embargo, nuestra atención no se centró en la “calidad” o “técnica” de la fotografía o en el lenguaje visual, sino en el despliegue de una mirada antropológica mostrada a través de las imágenes participantes. Desde este criterio se analizaron 788 imágenes que llegaron en la categoría de aficionados.

La finalidad del concurso fue captar las narrativas visuales que expresaran los sentires y reflexiones de la gente ante los múltiples impactos de la pandemia, por lo que realizar un acercamiento socio-antropológico, es decir qué y cómo mira la gente, facilitó discernir entre ellas.

Realizamos un acercamiento a quienes no ejercen de manera profesional el uso de la cámara, para comprender cómo se construye a nivel social —en tanto lenguaje de reflexión y procesamiento emocional— un fenómeno global vinculado con el proceso de salud-enfermedad. Es importante señalar que las imágenes captan un proceso de subjetivación vivido durante la pandemia, que ha afectado de manera sustancial al país (fotografía 1).

Lo anterior nos permitió indagar sobre qué tipo de imágenes, dentro del conjunto de las 788 existentes, fueron recurrentes; qué y cómo se representaron las ideas más frecuentes. Así, del primer análisis sobre las fotografías presentadas al concurso encontramos que la categoría de lo corpóreo y lo espacial fueron elementos clave para construir la narrativa de la pandemia en fotografías.

En la convocatoria se consideró el rubro: “Título y/o descripción de la imagen”, que aporta un acompañamiento del gráfico con el lenguaje verbal del autor/ra, otorgando otro elemento para la comprensión social de la fotografía.

Es importante mencionar que la iniciativa del concurso nació de un grupo de personas del Centro inah Morelos, entre quienes se encuentran Erick Alvarado Tenorio, responsable de la Fototeca Juan Dubernard del Centro de Información Documental, y el doctor Miguel Morayta Mendoza, quienes contaron con el apoyo del antropólogo Víctor Hugo Valencia Valera, director del Centro inah Morelos.

Una vía de clasificación inicial

Las preguntas que guían el trabajo se refieren a cómo se representa el vivir en una pandemia, cuyo precedente más cercano en magnitud fue la pandemia mundial de ١٩١٨ (Márquez y Molina, ٢٠١٠). Y cómo el “cuerpo”, como construcción simbólica, es el medio para procesar las experiencias, percepciones y sentires ante un proceso de salud-enfermedad, que ha sido causa de 230 243 muertes (según datos oficiales de la Secretaría de Salud, al 12 de junio de 2020).

Desde una mirada social, encontramos varias formas de representación compartida entre la mayor parte de los participantes, que son reflejo del mundo social y del cuerpo subjetivado (Muñiz, 2002).

A partir de la realización de una base de datos con la descripción de las fotografías, proponemos el siguiente análisis inicial de las imágenes. Es de destacar que alrededor de un 30 por ciento de las fotografías presentadas fueron en blanco y negro. Para las personas, al parecer, estas tonalidades comunican tristeza o soledad, lo que se reflejó especialmente en los autorretratos postulados al concurso (fotografía 2, a y b).

Los dos ejes centrales a nivel social propuestos, para el análisis de la representación visual de la pandemia y los procesos o experiencias de enfermedad, fueron el espacio y el cuerpo.

Los espacios se subdividieron en públicos (metro, plazas, playas) y privados (recámara, ventanas, azotea, puerta, sillón, cama, llavero y tendedero). El cuerpo o fotografías con personas se subdividieron también en:

Autorretratos

Actividades cotidianas, oficios y profesiones con cubrebocas

Cuerpos en primer plano y plano completo

Celebraciones en Zoom

Actividades festivo-religiosas

Aparatos de medición de oxígeno y cubrebocas

Espacios públicos y privados

Los espacios públicos sin gente convocaron el interés de los participantes, convirtiéndose en una metáfora visual de los efectos de la pandemia en la vida cotidiana. Alrededor de 70 fotografías de calles, plazas públicas, playas, parques, bosques, ríos e iglesias no mostraron la presencia humana. El Palacio de Bellas Artes fue fotografiado de manera frecuente, pues alrededor de un 25 % de las imágenes lo tomaron como referente visual. De manera similar, otro 25 % de las fotografías de estos espacios se presentaron en blanco y negro. Imágenes del Metro de la Ciudad de México, tanto de sus pasillos y vagones, fueron tema recurrente. La imagen del Metro a nivel social tiene un alcance significativo, al estar presente en el imaginario social no sólo de quienes viven en la capital del país, sino también por efecto de las películas, reportajes y videoclips con imágenes de la ciudad. Pareciera que el tema atrajo el interés visual por lo complicado que resulta mantener las normas de sana distancia en un espacio tan saturado por el flujo cotidiano de personas (fotografía 3).

Se idealiza un tiempo previo a la pandemia en la vida cotidiana que transcurre en los espacios públicos. Jorge López —de Boca del Río, Veracruz— presentó una imagen fechada el 4 abril 2020, acompañada del siguiente texto:

Apenas se había efectuado el quedarse en casa, pero muchas personas siguieron saliendo por necesidad de trabajar. Se puede apreciar en las bancas que aplicaron cintas amarillas para que la gente no se sentara. Esta foto fue tomada a principio de la cuarentena (a principios de abril) y vemos la participación de la gente quedándose en casa. Usualmente un sábado a esa hora está repleta de gente vendiendo y comprando, paseando con sus familias y teniendo un buen fin de semana sin preocupaciones.

Dentro de los espacios privados, más de la mitad de las imágenes incluyen a personas y un 2 % a mascotas. En particular se muestran vistas de quien toma las fotos hacia las ventanas desde dentro de su casa, o bien, mirando hacia fuera; con especial atención hacia las ventanas con herrería o barrotes. Niños y gente en la azotea de edificios y casas, tratando de mostrar momentos festivos. Sin duda, fue un espacio para trasmitir el encierro, tanto como una forma de buscar alternativas para el bienestar como para destacar procesos de enfermedad o malestar por el encierro. Se tomaron fotos de personas trabajando en sus escritorios o en sus camas. Y fue recurrente el captar a gente acostada en sus sillones, o bien, sillones vacíos como representación de personas fallecidas por covid-19.

En una de las series ganadoras dentro de la categoría de aficionados, Ulises Vázquez muestra a una mujer acostada en una cama en primer plano y en perspectiva, con una sonda, mientras en segundo plano se observa a una mujer que mira hacia el interior desde fuera, a través de la ventana. El texto que acompaña la fotografía2 explica precisamente que se trata de una persona recuperándose en su casa de los efectos del covid-19, después de haber salido del hospital (la imagen está fechada el 4 de junio del 2020, en la Ciudad de México; fotografía 4).

La imágenes del llavero con un cubrebocas y el tendedero con un cubrebocas fueron dos maneras de reflejar el cambio en la vida cotidiana. Es de resaltar que el tendedero es una imagen que nace con el movimiento feminista mexicano de la década 1970. Mónica Mayer presentó la pieza artística en 1978 y hoy día es referente de lucha social feminista.

Podríamos aseverar que el espacio formó parte del cuerpo; el cuerpo se vio reflejado en actividades o ausencias de la casa o del ámbito privado-familiar; la subjetivación de lo corpóreo se representó también en un objeto como el cubrebocas.

El cuerpo

Las imágenes de personas las muestran de diferentes edades, mujeres y hombres, en contextos rurales y urbanos. Se retrató a la gente en contextos laborales, al ser otro sector con gran afectación por la pandemia. El cuerpo se representó desde visiones “eurocentristas”, que comprenden su construcción simbólica basada en “órganos corporales”, o en “un espacio delimitado por la piel”. De igual manera, el cuerpo fue percibido en tanto “persona social”, realizando actividades laborales o delimitado en un contexto de relaciones sociales, como lo es una fiesta o una festividad. Como señala Patricia Gallardo (2020), dichas concepciones entre cuerpo y persona forman parte de la pluralidad de nociones y concepciones de lo corpóreo en el México actual, en donde coexisten nociones de cuerpos sin cuerpos; cuerpos con dos o más cuerpos; un cuerpo con varias almas, y espacios que forman parte del cuerpo, así como órganos, energías y sustancias que lo conforman.

Importa destacar que las fotografías con personas mayores, registradas en blanco y negro, y con semblantes serios o de tristeza, aparecieron con frecuencia. Alrededor del 30 % de las fotografías recibidas muestran esta imagen. De igual manera, la niñez también apareció, ya sea con semblantes de felicidad o de tristeza, e inclusive llorando. Las fotos de personas en primer plano y las incluidas en todo el cuadro, incluyen en mayor medida a niños y personas mayores, lo que tal vez fue una vía para recrear un ambiente de aflicción o de representción de un problema social. La fotografía de la autora Leslie Soriano, de 21 años de edad, de la Ciudad de México, muestra a una niña tras una mesa, con semblante triste, la cual tituló: Nada es fácil. Problemas colaterales de la infraestructura de la educación (fotografía 5).

La dolencia, aflicción o experiencias relacionadas con los procesos de salud-enfermedad van de la mano con la categoría cuerpo. El cuerpo puede ser comprendido de diversas formas, según el contexto espacial y temporal. No es una categoría universal, pues no necesariamente la corporalidad implica el cuerpo. Desde las visiones hegemónicas o eurocentristas, el cuerpo se delimita por la piel, comprende órganos y fluidos, es el lugar donde reside “el yo”, la “mente” y el “alma”.

El cuerpo es representado de diversas formas. Se reincorpora la tradición eurocentrista del cuerpo, en tanto conjunto de “órganos corporales”. Marcela López presentó una serie fotográfica, fechada en julio del 2020 y tomada en la Ciudad de México y en Tlaxcala, con las imágenes de un oxímetro y una radiografía de pulmones. En un plano simbólico, estas imágenes son relevantes porque representan un signo de malestar o bienestar para quienes pasaron el proceso de la enfermedad de manera grave. Las personas con respiradores externos también fueron un símbolo para presentar la enfermedad y los cambios a nivel personal y familiar, pues la gente describía la historia de las personas enfermas.

Los autorretratos sumaron alrededor de 50 imágenes, y en muchos casos se optó por presentarlos en serie. Cerca de la mitad eran en blanco y negro, casi el 80 % con cubrebocas. La mayor parte eran semblantes serios o tristes. Puede ser reflejo de representar una sensación de individualidad, resultado de vivir el proceso de la pandemia en forma individualizada.

Se contabilizaron alrededor de 40 imágenes relacionadas con actividades cotidianas y laborales. Aparecen personas desarrollando actividades en la calle, y algunas en locales comerciales. Casi una cuarta parte de ellas son en blanco y negro.

En los títulos de las imágenes se refleja también la preocupación laboral-económica durante la pandemia, pues recordemos que la economía mexicana depende casi en un 70 % de actividades relacionadas con el comercio informal. Algunos de los títulos asignados fueron: Remuneración al 50 %; Home office; Una tarde sin comer por falta de personas.

La imagen, titulada: El llanto de tres ante la ausencia (fotografía 6), es descrita de la siguiente manera por su autor: “Valeria, Ángel y Crisanta lloran mientras hablan con Valeria (Madre de los niños e hija de Crisanta), ella tuvo que irse a Mexicali para poder trabajar y así poder mantener una estabilidad económica después de haber perdido su trabajo por la pandemia”.

Las celebraciones o reuniones en Zoom, son imágenes tan peculiares y ampliamente difundidas en todo el mundo, en las que las personas se ven en una pantalla, subdivida en recuadros, en los que aparece cada uno(a) de los participantes. La presencia virtual fue otra imagen que quedará en la memoria sociohistórica. Lo mismo se trate de festejos del día de las madres, cumpleaños o de reuniones entre jóvenes.

Las celebraciones religiosas, como los rituales de paso del ciclo de vida, sumaron alrededor del el 25 % de las imágenes. Observamos a niños en primeras comuniones, bodas y xv años, en los que usan cubrebocas. Una fotografía que acompaña un texto largo, recuerda que fue la última fotografía de un padre (sacerdote católico), que llevaba a cabo una misa por la primera señora que había fallecido por covid-19 en una localidad de Colima. El padre, al tomar un “ride” para llegar a otra misa, murió en un accidenté automovilístico3.

Algunos títulos que corresponden a las imágenes de celebraciones: Depresión; La fe cuando el covid-19 se complica no queda más que sostenernos en oxígeno y plegarias; Fiesta de la Santa Curz y Covid; La fe en época de Covid; El adiós; Adaptación; La nueva normalidad; Desesperanza.

Las fotografías conllevan una reflexión en las relaciones de poder y nociones sobre los procesos de subjetivación de lo corpóreo. En muchos casos la circunstancia de la persona fotografiada nos lleva a pensar sobre el tipo de imágenes que están presentes en el imaginario social. Una fotografía titulada La seño (fotografía 7), de Marymar Castro, fechada el 15 de junio de 2020, tomada en Hidalgo, retrata a una mujer en primer plano con cubrebocas y con sobrepeso, en blanco y negro, lo que nos lleva a pensar: ¿cuál es la finalidad de ese retrato, por qué ese título, cuál mensaje quería transmitir? Las personas mayores no suelen aparecer con frecuencia en fotografías de moda, de viajes o para representar la felicidad en la publicidad; sin embargo, para representar una pandemia se recurrió a fotografiarlas. De igual manera, las fotografías permiten observar el cómo se traduce la relación cuerpo y subjetividad durante la pandemia.

Bibliografía

Gallardo, Patricia et al. (2020), “Introducción”, en Cuerpo y persona. Aportes antropológicos en México. El Salvador y Venezuela, México, inah, pp 15-27.

Márquez, Lourdes, y América Molina (2010), “El otoño de 1918: las repercusiones de la pandemia de gripe en la Ciudad de México”, Desacatos, núm. 32, pp. 121-144

Muñiz, Elsa (2002), Cuerpo, representación y poder. México en los albores de la reconstrucción nacional, 1920-1934, México, uam-a / Miguel Ángel Porrúa.

Secretaría de Salud (2020), “Número de defunciones al 12 de junio de 2020”, recuperado de: <https://datos.covid-19.conacyt.mx/>, consultado el 12 de junio de 2021.

1. Harta. Oaxaca de Juárez, México. 2 de mayo, 2020. Concursante: Estefany Dafne Estrada Herrera

2. “Te escribo desde mi hogar. Está claro que es inevitable que durante el encierro lleguen momentos de ansiedad los cuales me han quitado el sueño, esas noches sin dormir en ocasiones se convierten en depresión, la incertidumbre de no saber que es lo que pasará el día de mañana me ha invadido, pero todo pasa en tan sólo un segundo. Tengo mis días buenos, me siento plena y feliz, soy productiva y tengo a mi familia. La cuarentena no está siendo como todos pensábamos y se ha alargado sin cuenta regresiva. Te invito a que nunca oprimas tus sentimientos y que dejes fluir lo que tu cuerpo y mente quiere expresar”, de la serie: Salma. Tlalnepantla de Baz, Estado de México. 27 de julio, 2020. Concursante: Salma Giselle Ramírez Zepeda

3. Línea B del Metro, Buenavista - Ciudad Azteca Ciudad de México. 28 de marzo, 2020. Concursante: Luis Salvador Villalpando Pérez.

4. “El reencuentro”, de la serie: Días de calma. Nunca había visto un reencuentro tan lejano, madre e hija se volvían a encontrar, el amor se veía en sus ojos. Ciudad de México, alcaldía Magdalena Contreras, 4 de junio de 2020. Concursante: Ulises Vázquez Cervantes.

5. “Nada es fácil. Problemas colaterales de la infraestructura de la educación”, de la serie: Confinamiento en mi cabeza. Colonia Golondrinas, 1era sección, alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México, 24 de abril de 2020. Concursante: Leslie Soriano.

6. El llanto de tres ante la ausencia.Descripción: Valeria, Ángel y Crisanta lloran mientras hablan con Valeria (madre de los niños e hija de Crisanta); ella tuvo que irse a Mexicali para trabajar y así poder mantener una estabilidad económica después de haber perdido su trabajo por la pandemia. Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, 24 de julio de 2020. Nombre del concursante: Alejandro David Patricio Rubio.

7. “La seño”, de la serie: Covid en la colonia. Colonia Nopancalco, Pachuca, Hidalgo, 15 de junio de 2020. Concursante: Marymar Castro Montero.

1* Centro inah Morelos. Correo electrónico: <tania_ramirez@inah.gob.mx>; <erick_alvarado@inah.gob.mx>.

2 El título de la fotografía es La llegada; su autor, Ulises Vázquez, la describe así: “Luego de permanecer un mes intubada debido al covid-19, mi madre regresó a casa, la alegría de que nos volvía a mirar y podíamos escuchar de nuevo su voz era mucha; sin embargo, las llagas en sus pies, la incapacidad de valerse por sí misma y el dolor constante que expresaba, daban cuenta de la batalla más grande que ha tenido”.

3 Crónica de un pueblo en luto. “Esta fotografía fue tomada en Minatitlán, un municipio en el estado de Colima. Todo empezó un sábado, 1 de agosto, ese día por la mañana el padre había celebrado una pequeña misa tras la muerte de una señora mayor, por coronavirus; era una señora querida y conocida por todo el pueblo ya que, se sabe, aportó mucho a los ciudadanos y a las comunidades aledañas. Ese mismo día el padre se fue de ‘ride’ a la ciudad de colima, ya que tenía que atender unos mandados en la capital... Fue a causa de un accidente, por el mal estado de la carretera, el coche donde viajaban fue a dar a un barranco donde la única persona fallecida fue el padre… La foto fue captada justo en el momento después de celebrar la misa de su despedida… Descanse en paz Padre Manuel” (Mario Llano, 2 de agosto de 2020).