¿Qué hablan esos menonitas? Indagaciones en el bajo y alto alemán en Salamanca, Quintana Roo

What do these Mennonites speak? Inquiries in low and high German in Salamanca, Quintana Roo

Sección: Miceláneos
Sobre los autores:
  • 1  Meertens Instituut Ámsterdam, Universidad Radboud Nimega, Holanda
Contacto de correspondencia. Correo: hoebens@outlook.com
Resumen

Este trabajo1 ofrece una perspectiva sociolingüística de la comunidad menonita ortodoxa de Salamanca, en el sur de México. Se observan ciertos aspectos de interacción sociolingüística al interior de esta comunidad, producto de una larga historia de lenguas en contacto en un aislamiento relativo. Con base en un recuento histórico y lingüístico se revisan las definiciones de diglosia y triglosia, se documenta la dinámica sociolingüística tocante a las dos lenguas germánicas, en relación con su sistema de enseñanza, también para resaltar su interés para el estudio de lenguas en contacto.

  • Palabras clave:
  • menonitas ortodoxos;
  • México;
  • lenguas germánicas;
  • diglosia.
Abstract

This paper describes the sociolinguistic situation of an orthodox Mennonite community in southern Mexico. Particular sociolinguistic phenomena are observed within this community, the product of a long history of languages in contact whilst in relative isolation. Based on a historical and linguistic account, the definitions of diglossia and triglosia are examined; the sociolinguistic process of the community with respect to its two Germanic languages is documented and its importance regarding the study of the dynamics of languages in contact.

  • Keywords:
  • Orthodox Mennonites;
  • Mexico;
  • Germanic languages;
  • diglossia.

INTRODUCCIÓN

Para el presente estudio nos centramos en la corriente de los menonitas llamados Oolt Kolonie (de la vieja colonia)2 que conforman la comunidad Salamanca. Sus habitantes son descendientes de los menonitas que en el siglo XVI huyeron de los Países Bajos hacia Prusia [Siemens 2012: 28, Penner et al. 1984: 139). Esta agrupación de menonitas ortodoxos rechaza cualquier forma de proselitismo.

En sus emigraciones, peregrinajes como los llaman ellos mismos, durante 500 años se han dado diferencias significativas entre las diversas agrupaciones menonitas en Europa y en América. Hay un gran número de subdivisiones entre ellas, todas con base en las discrepancias (algunas veces mínimas pero decisivas, otras mayores) en la forma de vivir su religión. Hay menonitas en todo el mundo, porque hasta el día de hoy se agregan conversos modernos. Los menonitas Oolt Kolonie no practican el proselitismo, son casi exclusivamente de origen europeo y producto de muchas generaciones de menonitas ortodoxos.

En el año de 2003, en el sur de México, estado de Quintana Roo, municipio de Bacalar, se fundó la colonia de Salamanca. Sus actuales habitantes provienen, en su mayoría, de Little Belize y Shipyard (Belice), y sus padres, generalmente, son menonitas mexicanos, nacidos en Chihuahua y Durango [Bautista et al. 2014: 262, Roessingh et al. 2010: 50-54].

En este texto abordamos la situación sociolingüística al interior de la comunidad, en donde se manejan básicamente cuatro lenguas. El español es la lengua de comunicación con el exterior inmediato; se usa sobre todo en los ámbitos administrativos y comerciales mexicanos. Son primordialmente los varones menonitas que hablan y entienden el español, debido a que se encargan de los cultivos, de algunas empresas, del procesamiento y de la comercialización de todo lo que se produce en la comunidad. Pero no se usa el español entre los menonitas.

Algunos menonitas mayores saben inglés, y unos pocos también el bileez kriol, ya que en Belice estas dos lenguas cumplían el papel que tiene el español ahora para los residentes de Salamanca. Para algunos trámites en Belice aún necesitan servirse del inglés. Dentro de la comunidad no hablan el inglés.

Al interior de la comunidad, entre los menonitas mismos, mujeres y varones, se emplean las dos lenguas en las que se centra este ensayo:

  • el “bajo alemán” o plódich,3 para el habla cotidiana, es la lengua que todos aprenden desde que nacen.

  • el “alto alemán” o huágdich, lengua que se aprende en la escuela, completa-mente con base en textos bíblicos; es el idioma para la misa, para poder leer la Biblia y el que usan para comunicarse por escrito.

Entre 2017 y 2019 se realizaron varias estancias de campo en la comunidad de Salamanca; desde la primera visita, en agosto de 2017, logramos establecer un contacto interesante con una familia menonita del lugar. Nuestro interés manifiesto por sus lenguas germánicas y el poder comunicarnos en alemán y neerlandés, además del español, resultó en cierta identificación cultural/lingüística y varias familias nos abrieron las puertas de sus casas. Además de participar en los quehaceres de la vida cotidiana y en eventos especiales como bodas, implementamos cuestionarios, observamos la dinámica en varias escuelas, y llevamos a cabo entrevistas en profundidad sobre hábitos, nociones y actitudes lingüísticas.

Con base en un recuento histórico desde la literatura y con la información de campo, vamos a revisar el papel actual de las dos lenguas al interior de la colonia menonita de Salamanca, Quintana Roo.

BREVE HISTORIA DEL ORIGEN Y ENTORNO SOCIAL Y LINGÜÍSTICO

El anabaptismo surge alrededor de 1525 y recibe ese nombre porque sus fundadores se opusieron, con base en la Biblia, al bautizo de los infantes. Desde entonces los seguidores de esta corriente decidieron celebrar el bautizo cuando, como adultos conscientes, generalmente entre los 16 y 26 años, hayan hecho su profesión de fe. Los amish y huteritas, que residen sobre todo en Kansas, Pensilvania (E.U) y Canadá, también son anabaptistas, seguidores ortodoxos de, respectivamente, Jakob Ammann (Suiza) y Jacob Hutter (Tirol, Austria) [Regev 2007: 51-53].

El movimiento de los anabaptistas surgió a principios del siglo XVI en Suiza y pronto se extendió hacia las regiones de los llamados Países Bajos. Los anabaptistas provienen sobre todo de las provincias de Flandes, Holanda y Frisia. Después del levantamiento anabaptista violento de Munster en 1535 y la consiguiente derrota atroz, Menno Simons, un cura católico aceptó tomar las riendas de las agrupaciones de anabaptistas de Flandes y Holanda desplazados y de los frisones originarios reunidos en Frisia occidental y oriental, en la región norte de los Países Bajos y Alemania, colindante con el mar Báltico. Menno se deslindó de toda acción radical y promovió sobre todo una vida apartada de las tentaciones mundanas, basada en la Biblia, y bajo el principio de la indefensión. En la época de los cambios religiosos y políticos de la reforma, los anabaptistas perdieron la batalla y pronto se convirtieron en objeto de intolerancia y persecuciones [Asaert 2008].

DE LAS TIERRAS BAJAS A PRUSIA, LA DELTA DEL RÍO VÍSTULA

A partir de 1536 cada vez más anabaptistas frisones, holandeses y flamencos huyen a Prusia, donde se establecen en los alrededores de la ciudad de Danzig en la delta del río Vístula. El rey de Polonia promete el respeto de sus principios y los menonitas se desenvuelven como productores, comerciantes y campesinos [Samerski 2008].

En ese momento emplean sus hablas regionales, como las de Flandes, Brabante, Holanda (tres variantes importantes en el neerlandés estándar), Frisia y Groninga, en una época en la que apenas se están formalizando y nacionalizando las lenguas. Son todas lenguas germánicas y puede hablarse de un dialecto continuo (bajo-germánico) que se extiende desde las provincias de Flandes y Brabante hacia el norte de los Países Bajos y hacia el noreste de lo que ahora es Alemania, por las tierras bajas de la costa del mar del norte y del mar del este (mar Báltico) [Kremer 1978: 143].

En la delta del río Vístula en Prusia los menonitas poco a poco van adoptando como suyo el habla local, el “bajo alemán”, con la inserción o la conservación de algunas características de sus variantes del neerlandés, flamenco y friso. Tal influencia perdura durante un tiempo porque con el uso de la traducción neerlandesa de la Biblia [Biestkens 1560 véase en Hollander 2017] se mantiene el neerlandés. Esta lengua también se usa en la escuela, siendo el propósito principal de la educación que los creyentes puedan leer y comprender la Biblia. Apenas en la segunda mitad del siglo XVIII (1772) empieza a usarse la Biblia luterana, cuyo uso marca la introducción del “alemán alto” (hochdeutsch) como lengua religiosa y de la educación.

La lengua que se habla actualmente en Salamanca es el resultado del éxodo inicial de los anabaptistas perseguidos desde los Países Bajos hacia la delta del Vístula, con la consiguiente estancia alargada en Prusia. El plódich (plautdietsch) es una lengua bajo-sajona, rama del subgrupo de las lenguas germánicas occidentales, con influencias innegables desde las tierras de los Países Bajos, es decir tanto de las variantes que se hablaban en Flandes, Brabante, Holanda y Frisia, como de la lengua neerlandesa, estandarizada en el siglo XVII y presente en la Biblia [Siemens 2012: 31, 32].

Adonde sea que vayan, desde su salida de los Países Bajos, los menonitas de antaño, los antecesores de los actuales menonitas Oolt Kolonie e incluso en el presente, estos menonitas ortodoxos de ahora conservan sus condiciones básicas para establecerse, una de las cuales se relaciona directamente a la lengua:

  • Derecho a la no-violencia, o sea ninguna participación en servicio militar ni en conflictos armados.

  • Respeto a su iglesia, su fe cristiana, su forma de vivir.

  • Derecho a escuelas propias en su lengua propia.

Plódich y neerlandés4

LA PARTIDA A RUSIA

Los menonitas se trasladan cada vez que se vean afectados en sus principios y costumbres, aunque en la actualidad también se mudan por problemas para conseguir tierras de labranza. Históricamente es la postura rígida de las familias más ortodoxas con sus ideas firmes que les ha permitido desarrollar la impresionante capacidad de decisión (y flexibilidad) de mudarse a otras tierras. Está claro que con cada salida, también hay gente que se queda atrás, unas veces porque no quieren aventurarse hacia una nueva vida, pero pretenden conservar su estilo menonita, otras veces porque aceptan integrarse más en la sociedad que los ha acogido. A finales del siglo XVIII, después de una visita exploradora realizada al sur de Rusia en 1786, un grupo de más de 152 familias se traslada ahí en 1788, abandonando sus pueblos debido a que en Prusia pierden poco a poco los derechos que se les habían otorgado a su llegada. Casi 20 años después, en 1804, otro grupo numeroso los sigue y se muda a la misma región [véase Penner et al. 1984: 120,121, Siemens 2012: 28, 29].

Se asientan en la que ahora es Ucrania, invitados por la zarina Catalina la Grande, para trabajar las tierras. El primer grupo, que consiste mayormente de menonitas de ascendencia flamenca, se establece en Chortitza, que se conocerá como la vieja colonia, Oolt Kolonie, de allí el nombre. La segunda ola de colonos menonitas se asienta en Molotschna [Siemens 2012: 29]. Durante casi 100 años demuestran su habilidad para la agricultura, su tesón y aguante. Los menonitas no adoptan el ruso, su habla cotidiano es el plódich, pero hay influencia del ruso, inevitablemente se toman del ruso palabras que designan objetos o conceptos desconocidos. Sin embargo, cuando en Molotschna hay un grupo de creyentes que pide que el ruso se vuelva asignatura obligatoria en las escuelas menonitas, hay disputas entre y dentro de las comunidades de ambas regiones. Hay grupos que dan la bienvenida a un mejor sistema educativo, mientras otros lo rechazan tajantemente. Cuando más tarde el gobierno ruso les obliga a la implementación del ruso y además a que los hombres se registren para el servicio militar, a fines del siglo XIX, muchas familias menonitas de las dos regiones mayores de asentamiento (Chortitza y Molotschna) parten a Canadá, donde el gobierno se muestra ansioso por recibir a pobladores que sepan trabajar la tierra [Siemens 2012: 29, Penner et al. 1984: 179 y ss.].

Plódich y ruso

Unos pocos préstamos léxicos proporcionados por los habitantes mismos, anotados en Salamanca, Quintana Roo, México, (2017-2019). La ortografía del plódich se basa en Zacharias [2009].

CANADÁ ¿EL CAMBIO AL INGLÉS?

En Canadá vemos un desarrollo similar: los menonitas forman comunidades agrícolas principalmente en Manitoba, Saskatchewan y el este de Canadá. Cuando entre 1910 y 1920 el gobierno canadiense impone el sistema educativo nacional en todas las escuelas, en el idioma inglés, de nuevo los grupos más conservadores buscan una salida hacia un país donde se les permite vivir de acuerdo con sus principios y con cierta autonomía. México se ofrece, en 1922 llegan los primeros menonitas a Chihuahua, donde se les permite continuar su estilo introversionista5 [Regev 2007: 51] con una lengua de casa que es el plódich con sus diversos préstamos léxicos, morfológicos y fonológicos del neerlandés, alto alemán, ruso e inglés, y una lengua religiosa que es el alto alemán, mientras que ambas lenguas ya están bastante desvinculadas de las tierras donde nacieron [Sawatzky 1971].

CHIHUAHUA, DURANGO, BELICE Y AHORA SALAMANCA

Los menonitas ahora (2020) cumplen ya casi 100 años de residencia en México. Se asentaron en Chihuahua, Durango, Zacatecas, más tarde también en Campeche, Tabasco y otros estados, y más recientemente en Quintana Roo.

En México, los 100 años de convivencia con el español nuevamente han tenido una influencia en el plódich, notable sobre todo a escala del léxico. En el año de 1958 un gran número de familias en Chihuahua y Durango decidió mudarse a Belice, porque en vista de varias medidas y regulaciones sociales, en el ámbito nacional, temían que se les afectaba nuevamente en sus libertades concedidas. En Belice adquirieron tierras en Spanish Lookout (1958), Shipyard (1958), Blue Creek (1958) y más tarde en Upper y Lower Barton Creek (1970), Little Belize (1978), Indian Creek (1987) y Neuland (2013). De estos asentamientos, sólo Shipyard, Little Belize, Indian Creek y Neuland son de menonitas Oolt Kolonie [Roessingh et al. 2010: 65].

En Belice los menonitas estuvieron en contacto con el inglés, además del bileez kriol. A principios del siglo XXI, un grupo de menonitas de Shipyard y de Little Belize deciden buscarse nuevas tierras y adquieren unas 5,000 hectáreas en el municipio de Bacalar. Muchos de estas personas tienen padres que nacieron en Chihuahua o Durango, o sea, regresan a la tierra natal de sus padres. El plódich entretanto se ha enriquecido con préstamos lexicales del inglés (ya que el contacto con Canadá nunca se ha perdido) y del español.

Plódich e inglés Plódich y español

DOS LENGUAS AL INTERIOR Y UNA O DOS LENGUAS AL EXTERIOR, ¿CÓMO PUEDE DEFINIRSE LA SITUACIÓN LINGÜÑISTICA?

La situación lingüística entre las dos lenguas, el plódich y el huágdich, en Salamanca podría definirse como una diglosia clásica. ¿Qué implica la diglosia clásica? Nos referimos al término clásico, tal como fue definido por Charles Ferguson en 1959 de la siguiente manera:

Una situación lingüística relativamente estable en la cual, además de los dialectos primarios de la lengua (que puede incluir una lengua estándar o estándares regionales) hay una unidad superpuesta, muy divergente, altamente codificada (a menudo más compleja gramaticalmente), vehículo de una parte considerable de la literatura escrita, ya sea de un período anterior o perteneciente a otra comunidad lingüística, que se aprende en su mayor parte a través de una enseñanza formal y se usa en forma oral o escrita para muchos fines formales, pero que no es empleada por ningún sector de la comunidad para la conversación ordinaria («Diglossia», Word, 15, 260).6

Desde su éxodo de los Países Bajos y luego de Prusia, en tantos lugares de asentamiento, en diversas regiones y países, los menonitas han organizado sus comunidades en un entorno lingüístico ajeno a sus propios usos y costumbres lingüísticos. Prácticamente siempre han estado expuestos a la convivencia con una tercera lengua que es la lengua del país o de la región donde se asentaron.

También Wölck [2008] habla de diglosia en una situación parecida, la de los amish en Pensilvania, donde menciona la convivencia del alemán pensilvaniano (pennsylvanian dutch) con el alemán estándar de la Biblia, además del uso de inglés afuera de la comunidad, y dice que se trata de “un caso típico y real de diglosia y bilingüismo” [Wölck 2008: 224].

Cox [2015] sin embargo ha propuesto un modelo de representación de una convivencia triglósica. Es decir que considera la lengua de entorno, externa a la comunidad, como parte de la repartición funcional en el repertorio lingüístico. Para su modelo, Cox se basa en su propio estudio entre los Oolt Kolonie menonitas en Bolivia y en otras fuentes. La tabla en que representa la situación de los menonitas en una convivencia repetida de al menos tres lenguas, ilustra una histórica consistencia (socio) lingüística entre los menonitas ortodoxos. He aquí el modelo (adaptado al español) de Cox [2015].

Cox confirma el uso del alto alemán para todos los dominios de prestigio de la iglesia y de la comunicación escrita. También observa, en la comunidad de Bolivia, un cambio en la pronunciación del alto alemán. Un cambio que, de acuerdo con el texto de Cox, entre algunos menonitas se considera una degeneración, entre otros un marcado punto y aparte con el “alto alemán mundano”. Siemens [2018] corrobora la singularidad del huágdich de los menonitas cuando observa: “Respecto a su estructura y léxico, (el huágdich) se dio a través de la lengua de la biblia luterana y la convivencia con el plódich.” (trad. del alemán eh). En dichos estudios, ni Siemens ni Cox entran en la materia del sistema escolar, en donde la adquisición del huágdich debe tener lugar. Más adelante volveremos a este tema.

La situación de triglosia que propone Cox no tiene más explicación que la coexistencia de al menos tres lenguas en la comunidad que cumplen con funciones diferentes. En las palabras de Cox [2015: 53] se trata de una triglosia:

Que implica una variante “alta” (a), reservada a los contextos de “prestigio” dentro de la comunidad (p.e. la educación, religión, comunicación escrita). Esta variante se halla superordinada a una variante “baja” (b), que sirve como el medio de comunicación en contextos menos formales, comunes dentro de la comunidad (la comunicación cotidiana). Ambas variantes al interior de la comunidad […] se distinguen de una o más variantes externas a la comunidad (e), […] mientras que el grado de competencia en estas lenguas varía entre los individuos. (trad. eh).7

Así que con base en el uso de las distintas lenguas en y alrededor de las comunidades de menonitas ortodoxos (Oolt Kolonie y tal vez otros asentamientos conservadores) podríamos hablar de una situación de diglosia (de acuerdo con la definición de Ferguson [1959] y la apreciación de Wölck [2008], de triglosia [Cox 2013] o sencillamente de una situación de isla lingüística (término originario de la lingüística alemana)8 que en este caso al interior maneja dos variantes germánicas, y al exterior tienen un acceso limitado y meramente útil a la lengua dominante del entorno.

LA LENGUA QUE TODOS HABLAN: PLAUTDIETSCH O PLÓDICH

En Salamanca tenemos en la actualidad a una comunidad de menonitas, producto de migraciones durante casi 500 años, que cada vez comprenden a los miembros más ortodoxos y puristas de este movimiento religioso de anabaptistas. Sus lenguas de origen, entre neerlandés, flamenco y friso, influyeron en la adquisición del alemán bajo, y así se dio el plódich (Plattdeutsch>Plautdietsch). Se añadieron los subsecuentes influjos del ruso, del inglés y del español. Estudios lingüísticos han revelado que la convivencia con otros idiomas ha dejado rastro al menos al grado morfo-sintáctico, morfo-fonológico y léxico [Siemens 2012: 53 y ss., Toebosch 2011: 67 y ss.]. Lo anterior también explica las diferencias que hay entre el plódich de los descendientes de menonitas que se quedaron en Prusia y Rusia y el de los hablantes en Canadá, en México y en otros países de Latinoamérica.

En entrevista con un herrero y tendedero en Salamanca, éste comentó que había hablado con unos menonitas alemanes que estaban de visita, y que “hablaban mejor plódich que él mismo”, porque su hablar no comprendía préstamos del inglés y del español. Es interesante cómo en cualquier cultura persiste la noción de que una versión anterior, más vieja, más antigua de una lengua, de un ritual o de una tradición, sea considerada siempre una expresión mejor o más auténtica.

En general, los menonitas en Latinoamérica parecen entenderse entre sí, pero también identifican en su habla el origen de sus interlocutores correligionarios. En Salamanca, una comunidad que se enorgullece de ser Oolt Kolonie, la gente opina que los de la vieja colonia son los más auténticos; los menonitas distinguen a las variantes no por región geopolítica, sino por adscripción religiosa. Si hablan de tal manera, han de ser menonitas Kleine Gemeinde, 9 si se les oye de otra forma, tal vez sean los de otra agrupación más, y así nombran a otras comunidades todavía bastante conservadoras, que sin embargo admiten el uso de coches, telefonía, televisión e internet.

Las diferencias nos pueden parecer mínimas, pero son mayúsculas para estos Oolt Kolonie menonitas. No parece haber acuerdo sobre quiénes pertenecen realmente a los Oolt Kolonie, ya que en Salamanca consideran que el uso de celulares, autos, internet, etc. significa que ya no se trata de una colonia de menonitas Oolt Kolonie. Una comunidad menonita vecina, de El Bajío en Quintana Roo, sin embargo, se llama a sí misma Oolt Kolonie y sus miembros hacen uso de todos esos artefactos. A su vez muestran cierto desprecio hacia sus hermanos más estrictos, porque saben que cuando sea necesario, hacen uso de tales inventos del mundo moderno.

El uso del plódich definitivamente es propio de toda la variedad de menonitas ortodoxos, sean de la denominación Oolt Kolonie, Kleine Gemeinde, Sommerfeld, Bergthal, Reinland o de otra parroquia anabaptista que comprende a los descendientes directos de los primeros menonitas en Europa. Es el habla en que todos ellos se comunican, a pesar de las diferencias.

Por otro lado está el uso del alto alemán, el huágdich, como lengua para la comunicación escrita y para las lecturas religiosas. Como ya se dejó entrever, también el desempeño de esta lengua requiere un estudio más a fondo para entender su papel en las comunidades menonitas y para entender su evolución [Hedges 1996; Cox et al. 2013, 2015, Siemens 2018].

LA LENGUA DE LA RELIGIÓN: HOCHDEUTSCH O HUÁGDICH

El alto alemán no pudo más que absorber varios cambios inmanentes de las circunstancias. A pesar de ser la lengua de la Biblia, que “no cambia”, y a pesar de usarse con rigor en las ceremonias religiosas, su adquisición como segundo idioma parece mostrar cómo el contacto con una variante vernacular, el aislamiento lingüístico y social, el enfoque y, muy importante, la forma de enseñanza, además de la limitación de ciertas funciones comunicativas y seguramente otros aspectos más, pueden interferir en la evolución de una lengua. Como lo observa Cox [2015], los menonitas están conscientes de la diferencia y las opiniones, al respecto, a su vez difieren.

Siemens [2018] opina que el fenómeno muy particular del huágdich nos muestra que las lenguas minoritarias, como el plódich, no solamente están sujetas a la influencia de las lenguas con las que están en contacto, sino que una variante considerada “baja” también a su vez puede llevar a la generación de variantes regionales o socioculturales de una lengua literaria estandarizada.

El alto alemán en la colonia tiene importancia como lengua de lectoescritura, pero no es la lengua de una élite de la comunidad, y no hay mucho interés por dominarla activamente (oralmente) entre la mayoría. Al respecto puede decirse que no es una lengua de prestigio social. Cuando se pronuncian textos en el alto alemán de la Biblia siempre es en el contexto religioso: son rezos, cantos, narrativas bíblicas. Y allí es donde se produce un fenómeno peculiar, al menos en Salamanca con estos Oolt Kolonie menonitas: aunque la escritura sigue básicamente las reglas ortográficas y morfosintácticas del alto alemán actual, la pronunciación no se parece a este alto alemán. A veces al grado de que un hablante de alemán proveniente de Alemania no logra entender qué se dice. De acuerdo con Siemens [2018] las diferencias entre el actual alemán estándar son tan notables que debemos considerarlo una variante propia del alto alemán.10

Lo anterior nos ha inducido a denominar este alto alemán como huágdich (Siemens: Huächdietsch, Cox: Huagdietsch, Kaufmann: Huägdietsch, Hedges: Huugdietsch) que es el nombre que tiene en plódich. Además del distanciamiento por los siglos de aislamiento, en el grado fonético ellos se han apropiado de la lengua de su Biblia de una forma muy sui generis y la lengua no se usa, ni se aprende para la comunicación oral en alto alemán con terceros. El grado en que el huágdich varía y cómo los jóvenes y mayores lo entienden, depende también de la importancia que la enseñanza de la lectoescritura recibe en cada colonia. El uso activo del huágdich suele quedarse reducido a las habilidades de lectoescritura (y en su forma escrita no difiere demasiado del alemán estándar). Esto coincide en parte con la descripción de la llamada variante alta en la definición de diglosia de Ferguson: el huágdich se aprende (como segunda lengua) mediante una enseñanza formal y se usa para leer y escribir. Sin embargo, como mencionamos, además de que el huágdich no se usa en la conversación, el alemán parlante puede tener mucha dificultad para entender la forma hablada del huágdich, así como el menonita de Salamanca suele no entender el actual alemán estándar, y la habilidad de lectura varía mucho.

Siemens [2018] comenta que para muchos menonitas el huágdich es una lengua que los niños aprenden en la escuela, según él lustlos (desganados), sin que aprenden a entenderla en la Iglesia o en la Biblia luterana. El aprendizaje en la escuela de Salamanca a veces, y a algunos, podría parecer desganado, sin embargo llama la atención la aplicación y precisión con las que los alumnos copian y escriben los textos, con mucha atención a la estética de la escritura; sin embargo, para muchos, esta enseñanza dista de resultar en una cabal alfabetización.

Además, entre la mayoría de los menonitas Oolt Kolonie de Salamanca no hay interés por tener a esta lengua como medio de comunicación oral. En su forma hablada, únicamente es el medio para expresar la religiosidad, para conversar con Dios y repetir sus bondades en cantos y coros. Y, como también lo dice Siemens [2018], en tanto hagiolecto, el huágdich es una lengua con prestigio, pero para la mayoría de los hablantes de plódich no tiene las funciones de una lengua estándar o literaria, en ese sentido se asemeja al uso otrora del latín en las misas católicas. Cox [2015: 55] menciona una forma dominguera sinndöagsch de hablar el plódich que para él es el producto de la manera en que se aprende el alemán en las escuelas. En la comunidad de Salamanca no se ha podido corroborar si esta forma de hablar el huágdich se relaciona con la creación y conservación de una memoria colectiva para proteger las tradiciones [Cox ibid ] pero falta profundizar en el tema. El análisis de cuestionarios respondidos en Salamanca (Hoebens, trabajo de campo, 2018) muestra que en los dominios sociales de lenguaje se prefiere el uso del plódich. El huágdich únicamente predomina en las lecturas de la Biblia y dentro de la Iglesia donde suele acompañarse de una explicación en plódich.11

Esta situación prevalece en Salamanca y posiblemente en muchos de los asentamientos Oolt Kolonie en México. No todas las colonias de menonitas han seguido este mismo trayecto que parece enfatizar el afán de aislarse. En algunas colonias de Chihuahua y Durango (México) y en Paraguay (Fernheim) incluso atraen a maestros de alemán provenientes de Alemania [Cox et al. 2013, 2015, Siemens 2012, 2018, Mühlan 2014, Kaufmann 2004]. La manera en que se aprende el alto alemán está fuertemente interrelacionada con la interpretación de la misión religiosa de las diversas comunidades menonitas y así se muestra en su idea de la enseñanza. Dado que a través de los siglos en las comunidades menonitas la realización del curriculum escolar y la lengua de enseñanza han sido la manzana de la discordia, explicaremos la situación educativa como la hemos observado en Salamanca, con sus antecedentes históricos.

EL SISTEMA EDUCATIVO Y SUS LENGUAS: ALGO DE HISTORIA

En los siglos XVI y XVII, para los menonitas la importancia de poder leer y discutir la Biblia era parte fundamental de su convicción religiosa. Muy al contrario de los católicos quienes reservaban la educación a los hijos de la élite y, en los conventos, a los jóvenes que se preparaban para el sacerdocio.

Asimismo, en su ruta hacia Prusia y Rusia, los menonitas llevaban fama de gente educada, lo que les merecía la autonomía en cuanto a la organización de sus escuelas. Al inicio del siglo XIX creció en Europa, en general, el interés para que toda la población tuviera acceso a la educación básica. Las exigencias de currículum también se volvieron más estrictas. Entre los menonitas de los dos asentamientos principales en Rusia cuidaban su viejo sistema escolar, pero con la organización de sus nuevos hogares, también tuvieron que improvisar.

Epp [1997] describe el sistema escolar menonita en Rusia en la primera mitad del siglo XIX como muy básico, con maestros sin preparación, en sus mismas casas. Luego empezaban a tener sitios propios, en las escuelas no había más de tres niveles, para niños entre seis y 12 años. A partir de los años veinte y treinta del siglo XIX, había menonitas, en Chortitza y en Molotschna, que reivindicaban una enseñanza más completa, que preparaba para estudios secundarios y superiores.

Como hemos mencionado antes, la propuesta de una reforma educativa ocasiona muchas controversias entre y adentro de las comunidades menonitas [Siemens 2018]. La imposición del ruso en las escuelas menonitas es una de las razones para que las familias menonitas más conservadoras deciden irse a Canadá (a partir de 1872). También en Canadá es el requerimiento del gobierno respecto al uso de inglés en las escuelas (a partir de 1910), un incentivo para iniciar el éxodo hacia México.

En la actualidad hay un número creciente de comunidades de menonitas, tradicionales pero menos conservadoras, que han adaptado su régimen escolar a las exigencias del mundo exterior. Algunos ya no llevan alto alemán en su curriculum, o bien, como ya se dijo, emplean a maestros nativos de alemán. En Chihuahua, los jóvenes pueden seguir estudios en secundarias y preparatorias mexicanas u optan por completar su formación media en los Estados Unidos o Canadá, en inglés. En Blue Creek (Belice) constatamos que en la escuela de Edenthal sólo se practica el alemán en los cantos en cierto periodo del año. La escuela y la iglesia de Linda Vista son completamente anglófonas. Los libros escolares son material de la editora cristiana A Beka Book de la Pensacola Christian Academy (vs) (Abeka desde 2017).12 Las comunidades Oolt Kolonie en Belice (Shipyard, Indian Creek, etc.), sin embargo, han seguido la pauta de sus antecesores ortodoxos y mantienen la educación pegada a sus tradiciones, al igual que en Salamanca.

LAS ESCUELAS DE SALAMANCA: EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL

En Salamanca viven hoy en día cerca de dos mil menonitas. La mayoría proviene de Belice, de los asentamientos de Shipyard y Little Belize. La comunidad se divide en 16 “campos”. En promedio son 22 familias (con sus casas y sus terrenos de cultivo) que habitan cada campo en donde a la mitad hay un lote reservado para la escuela.

Hay 14 escuelas en 16 campos. Hay un responsable de campo (darpschulze) cuya labor consiste entre otras cosas en cuidar que todos los vecinos cumplan con su contribución para, en su caso, la construcción, el mantenimiento, el pago de los maestros y de los materiales, de la escuela. Las escuelas tienen un horario de las 8:00 a las 15:00 horas. Hay dos recreos en el terreno mismo y a las 11:30 horas los niños se apurran a las casas para comer, ya que a las 12:30 horas siguen con sus clases.

Cada campo tiene su propio calendario escolar, siempre se toma en cuenta las actividades de campo o de familia que deben organizarse. En principio la escuela ofrece un total de seis meses de clases por año con intervalos de dos o tres meses sin clases. El número de alumnos difiere, pero rara vez supera los 30 alumnos.

Como ya se ha observado, los menonitas de Salamanca se consideran los más auténticos y por lo que a su sistema escolar se atañe, puede confirmarse tal creencia, siempre y cuando por “auténtico” se entienda “a la manera de los antepasados”: En Salamanca el sistema escolar coincide prácticamente por completo con el sistema educativo con el que llegaron los menonitas de Prusia a Rusia hace unos 200 años. Los niños y niñas entran a la escuela a los seis años, atienden la escuela hasta cumplir entre 12 y 13 años y pasan formalmente por cuatro niveles de estudios:

  1. Los Fibler (nivel de abecedario): ―se aprenden las nociones básicas de escritura gótica (primero) y latina mediante el copiado de letras y más tarde pequeños textos religiosos. También aprenden a contar y a hacer sumas y restas básicas, aprenden a recitar de memoria.

  2. Los Katechistler (nivel de iniciación en el catecismo): ―Copian y aprenden textos del catecismo en letra gótica y latina. Leen en voz alta. Aprenden de memoria textos, rezos y mensajes de catecismo y de la Biblia. Empiezan a aprender las tablas de multiplicar, practican el cálculo básico de memoria.

  3. Los Testamentler (nivel de iniciar lecturas de testamento): ―Leen y escriben textos más largos del Nuevo Testamento. Siguen con los aprendizajes del catecismo. Memorizan más textos y cantos. Practican su caligrafía. Aprenden las divisiones largas, a trabajar con números grandes, geometría.

  4. Los Bibler (nivel de lecturas de toda la Biblia): ―Ya leen la Biblia, en voz alta, deben entenderlo y a veces explicarlo. Escriben páginas enteras en letra gótica y latina. Realizan cálculo y geometría en todas sus formas y aplicaciones prácticas.

La única diferencia con la organización escolar que describe Epp [1997: 96] para la primera mitad del siglo XIX en Rusia es el nivel intermedio de los Katechistler, nivel que no existe en aquel entonces. Incluso el material parece el mismo: Un pequeño manual de iniciación en la lectoescritura en letra gótica y latina (Fibel), que es el mismo que usaron sus padres y sus abuelos; además la Biblia. Todos estos textos son en alto alemán, la mayor parte en letra gótica. No hay una introducción formal en el alto alemán como segunda lengua, pareciera la forma escrita del plódich, en palabras que muchas veces no entienden. Suele haber un solo maestro para los cuatro niveles, a veces acompañado por un asistente. Depende del maestro o de la maestra de qué manera los alumnos se enteran del alto alemán y qué habilidades (lectura, escritura, ortografía, conocimiento gramatical, etc.) se aprenden.

Es evidente que la mayor parte de la educación en la escuela se desarrolla alrededor del tema de la religión. Cada práctica (de lectura, de escritura, de cálculo) se intercala con rezos y cantos colectivos, religiosos. Dentro del tema de la religión, el aprendizaje de la escritura a través del copiado recibe bastante atención, no así la escritura libre, y no se han observado prácticas de conversación. Los viernes suele haber tiempo para practicar el dibujo, la pintura y otras actividades más recreativas. La formación de los maestros y maestras es mínima. En general se trata de niños o niñas a quienes les gusta la actividad educativa y que son buenos estudiantes. Cuando terminan sus cursos y niveles, pueden quedarse en la escuela como ayudante. Conforme van aprendiendo el método de sus maestros, ellos mismos se convierten en maestro o maestra.

El aprendizaje del huágdich así se ha convertido en el aprendizaje de un código ceremonial, para escribir y para reproducir oralmente textos y rituales religiosos. No hay necesidad de saber escucharlo en su estado formal o tal vez clásico de Hochdeutsch, ni hay mucha atención para el alemán estándar en tanto la lengua en Alemania, como la hablan los alemanes. En Salamanca podría decirse que existe una situación lingüística en la que el alemán alto es la base de la comunicación por escrito, junto al plódich que domina en todos los ámbitos de la comunicación oral.

Dependiendo de dónde fueron a la escuela los menonitas (entre los mismos Oolt Kolonie), saben entender (escuchar) en mayor o mucho menor grado el alto alemán actual hablado. Al visitar la escuela de campo 3 en Salamanca, la maestra comentó que ella misma no entiende bien el alemán estándar, es decir que no sabía si podía tener una conversación en alemán. Es probable que en este contacto hablaba del alemán estándar, pero en vista de lo que comentó sobre su formación, muy bien podría también tratarse del propio huágdich. Lo mismo decía un maestro en Indian Creek (Belice).

Esta reserva sobre sus conocimientos del alemán hemos observado en varias personas en Salamanca, mientras que también hay algunas personas que conversan sin problema notable en un alemán parecido al alemán estándar. En la colonia vecina de El Bajío (QR) pudimos tener una conversación bastante fluida en alemán con un maestro y productor agrícola originario de Chihuahua. En Indian Creek (Belice), el maestro arriba mencionado tenía escrito en sus pizarrones una lista (clásica para quienes han aprendido el alemán estándar) con las preposiciones y sus casos, algo no visto en escuelas en Salamanca. Como ya se mencionó, en Blue Creek (Belice), el alto alemán tan sólo se enseña en un reducido contexto del aprendizaje de cantos, pero en las casas el plódich aún es la lengua más hablada, seguida inmediatamente por el inglés (entrevista, julio, 2019).

Cabe mencionar respecto al alemán estándar que en todas las colonias menonitas más o menos conservadoras de América se difunde la revista bimensual Die Mennonitische Post (mp), editada en Steinbach, Manitoba, Canadá y en México se distribuye siempre junto con la Deutsch-Mexikanische Rundschau (dmr), editada en Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, ambas revistas en alemán estándar. El mp trae noticias de las colonias en toda América, desde Argentina hasta Canadá. La medida en que se leen estos periódicos y quienes los leen, ha de ser otro aspecto importante para explicar por qué en Salamanca unos pocos entienden y hablan el alemán un poco, unos sólo entienden algo y otros no entienden nada del alemán estándar. La forma escrita del alemán alto de la Biblia es prácticamente igual al del alemán estándar, a pesar de que Siemens [2018] presenta evidencia de ciertas diferencias morfosintácticas (basadas en el dmr). Es evidente que no se enseña hablar este alemán en la escuela, pero los menonitas interesados en la lectura de los artículos relativamente sencillos de dichos periódicos, sobre temas cotidianos y actuales, seguramente logran apropiarse mejor del alemán estándar.

En dichas revistas también suele aparecer una sección escrita en plódich. Es significativo que su contenido todavía se reserva a anécdotas, bromas y descripciones de hechos tradicionales, pero evidencia un interés creciente en usar/introducir el plódich como lengua escrita. Mientras que en las comunidades menos tradicionales ―Blue Creek, Roessingh y Plasil [2010], Seminole, Texas, Kaufmann [1997]― las dos lenguas germánicas pierden terreno; en las comunidades Oolt Kolonie hay cada vez más empuje por difundir las normas ortográficas (con sus consiguientes disputas), los diccionarios y las bases gramaticales del plódich, la llamada variante baja. En Salamanca noté que varias familias ya disponen del catecismo y el Nuevo Testamento en su lengua materna [Zacharias 2003], aunque decían no poder leerlo con facilidad. El plódich gana terreno en el área de publicaciones.

CONCLUSIONES

Con base en la investigación de campo se compara, en la práctica sociolingüística actual al interior de la colonia menonita de Salamanca, la propuesta inicial de una diglosia clásica, con base en Ferguson [1959] y Wölck [2008], con la de una triglosia [Cox et al. 2013, 2015]. El huágdich no se enseña como una lengua literaria, altamente evolucionada y con un gran prestigio, sin embargo cumple con una función necesaria. El huágdich es el medio de contacto con la Biblia, con la palabra de Dios; se ha convertido prácticamente en un hagiolecto, sin fines comunicativos. Esto podría ser la causa de un analfabetismo parcial, al menos en las comunidades ortodoxas, como la de Salamanca. La casi total pérdida del alto alemán en el municipio de Blue Creek (Belice) también se explica por el uso primordial de la biblia St. James, de modo que el inglés no sólo ha tomado el papel de lengua escolar y literaria sino incluso de lengua religiosa, mientras que el plódich (aún) perdura como lengua del hogar.

En las publicaciones para toda la diversidad de agrupaciones menonitas más o menos ortodoxas, sin embargo, el alemán impreso se asemeja mucho al actual alemán estándar y en su forma escrita es la lengua de la cual se sirve para comunicarse entre todos los asentamientos de menonitas y dentro de la comunidad.

Si bien en las condiciones descritas podría hablarse de una situación diglósica, el español, como tercera lengua en una triglosia como la que describe Cox en Bolivia [Cox 2015], no tiene una función comunitaria en Salamanca. La gran mayoría de las mujeres y un número menor de los hombres no lo hablan, de modo que se descarta una situación de triglosia.

Con base en los autores mencionados [Cox 2015, Siemens 2018] se puede confirmar que el huágdich, una variante propia del otrora alto alemán, está presente en Salamanca y en muchas otras comunidades Oolt Kolonie, en tanto código ceremonial y tal vez como influencia en una forma “dominguera” del plódich [Cox 2015, Hedges 1996]. En vista de las prácticas escolares y de la actual evolución del plódich como lengua escrita e incluso literaria, el huágdich tal vez se esté fosilizando o bien, ante un plódich vital, muriendo. En la convivencia de las dos lenguas, que todavía corresponde a una situación de diglosia, pareciera que la variante “alta” pronto pudiera ceder el paso a la variante “baja”, vernacular. Es un fenómeno interesante que merece ser estudiado en tanto proceso sociolingüístico en los diversos otros asentamientos, así como toque de piedra para la teoría de la dinámica sociolingüística y lenguas en contacto.

REFERENCIAS

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Notas al pie:
2

Oolt Kolonie: Colonia vieja, la denominación obedece a la primera colonia menonita (Chortitza) que se estableció en la actual Ucrania en 1787; esta colonia consistía sobre todo de menonitas de ascendencia flamenca, también entonces se consideró la más conservadora.

3

Plódich (Plautdietsch), variante del alemán bajo, también conocido como lingua mennonitica. Se ha optado por esta escritura con base en el diccionario plódich-español de José Alejandro Orozco García [2006]. La pronunciación del vocablo español concuerda mucho con su pronunciación en la propia lengua. Como consecuencia se ha dado una ortografía similar al huágdich, que es como pronuncian los menonitas la palabra alemana hochdeutsch o alemán alto.

4

Los ejemplos que se citan aquí y en otros cuadros están tomados, como señalé, de conversaciones y entrevistas de campo registradas en Salamanca; existe la posibilidad de ampliarlos, pero la intención de este artículo no es hacer una lista exhaustiva.

5

Introversionista: “introversionist sect” los que consideran que sólo se logra la salvación a través de un retiro total de la influencia corruptiva del mundo; se refiere a comunidades que se apartan de la vida moderna, mundana.

6

A relatively stable language situation in which, in addition to the primary dialects of the language (which may include a standard or regional standards), there is a very divergent, highly codified (often grammatically more complex) superposed variety, the vehicle of a large and respected body of written literature, either of an earlier period or in another speech community, which is learned largely by formal education and is used for most written and formal spoken purposes but is not used by any sector of the community for ordinary conversation [ Ferguson 1959 : 260 ].

7

[…] involving a “high” variety (h), which is restricted to “prestige” contexts within the community (k., education, religion, written communication). This variety is superordinate to a “low” variety (l), which serves as the means of communication in common, less formal contexts within the community (e.g., day-to-day in-group communication). Both of these community-internal varieties […] are distinguished from one or more community-external varieties (e), […] with competence in these languages varying across individuals [ Cox 2015: 53 ].

8

La investigación de los llamados Sprachinseln era prioritaria en los estudios de dialectología alemana, Wiesinger [1983: 901] los define como “pequeños asentamientos lingüísticos relativamente cerrados ubicados en espacios bien demarcados o en áreas bien definidas”.

9

Kleine Gemeinde es una de varias ramificaciones menonitas. Esta división se origina en Chortitza a principios del siglo XIX. En esta comunidad menonita mayoritariamente de origen flamenca hubo un conflicto con un pequeño grupo (Kleine Gemeinde) de frisones que más tarde decidieron mudarse a la colonia Molotschna. Por esta razón muchos menonitas Oolt Kolonie suelen llamar la variante Molotschna del plódich, la variante Kleine Gemeinde. [ Siemens 2012: 17 , Penner et al 1984: 139 ].

10

Siemens [2018] por ejemplo describe cómo en la realización de las vocales o, e y a se nota la influencia del plódich: la /o:/ alargada se pronuncia como [ou] y la /e:/ alargada no sólo se convierte en un diptongo, como en plódich, sino que llega a pronunciarse más como [ø], mientras que la /a/ se realiza como [au] al igual que en plódich.

11

Kaufmann [1997: 241] sin embargo apunta que entre los menonitas del norte de México, donde realizó sus encuestas, una preferencia por el huágdich por encima del plódich, sobre todo entre los varones, a pesar de una competencia baja en esta lengua.

12

Véase www.abeka.com.

1

Agradezco el apoyo de mis asesores, la Dra. N. Van der Sijs y el Dr. F. Hinskens. También, agradezco a los especialistas que leyeron la versión preliminar y cuyos comentarios enriquecieron mucho este artículo.

Historial:
  • » Recibido: 02/11/2019
  • » Aceptado: 03/07/2020
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