The history of Opus Dei in Mexico: a path of faith towards success and power
- 1 Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México. México.
Este artículo aborda la expansión del Opus Dei en la vida económica, política y religiosa de México contemporáneo, destacando el apoyo que ha recibido entre las élites económicas y políticas locales. En la primera parte del artículo se explica el mito fundacional del Opus Dei y la conformación de la organización de los laicos en la España de la Guerra Civil. En la segunda parte se explican los primeros años de promoción del Opus Dei en México, comenzando con la llegada de los primeros miembros españoles en 1948 y de la creación de la sección femenina en 1950. En la tercera parte se aborda la consolidación del Opus Dei en México, desde el año de 1967 hasta la fecha. Este proceso tiene como motor principal la fundación de la primera escuela de alta dirección de empresas en América Latina, IPADE, por numerarios y supernumerarios y dirigida espiritualmente por sacerdotes. El artículo se construye mediante entrevistas con numerarios/as y supernumerarios/ as y fuentes documentales.
- Palabras clave:
- carisma;
- Opus Dei;
- laicos;
- numerarios;
- apostolado;
- IPADE.
This article addresses the expansion of Opus Dei in the economic, political and religious life of contemporary Mexico, highlighting the support it has received among local economic and political elites. The first part of the article explains the founding myth of Opus Dei and the conformation of the organization of the laity in Spain during the Civil War. The second part explains the first years of promotion of Opus Dei in Mexico, beginning with the arrival of the first Spanish members in 1948 and the creation of the women’s section in 1950. The third part deals with the consolidation of Opus Dei in Mexico, from the year 1967 to date. The main driving force behind this process is the founding of the first business management school in Latin America, IPADE, by numeraries and supernumeraries, whilst being spiritually directed by priests. The article is based on interviews with numeraries and supernumeraries, along with documentary sources.
- Keywords:
- Charisma;
- Opus Dei;
- laity;
- numeraries;
- apostolate;
- IPADE.
1. EL MITO FUNDACIONAL Y EL CARISMA DEL OPUS DEI
El mito fundacional del Opus Dei señala al 2 de octubre de 1928 como la fecha en que el joven sacerdote aragonés José María Julián Mariano Escriba y Albás,1 avecindado en Madrid, tuvo la visión divina de ejercer su misión en este mundo mediante la invitación a las personas católicas para santificarse en sus vidas diarias, con sus esfuerzos y actividades cotidianas bien realizadas y ofrecidas a Dios. Éste es el carisma que le dio la autoridad al virtuoso, como el fundador para guiar sus seguidores a una relación de intercambio con la divinidad [Turner 2005: 135]; al asumido por sus fieles, lo crearon como su líder, su héroe institucional quien sobrevivió a los avatares, por su capacidad personal para transmitir los valores de la organización y tener el éxito de su gestión.” [Masferrer 2004].
Joseph Ratzinger [2002] se refiere al carisma del padre Escrivá y de su Opus Dei, Obra de Dios o La Obra en estas palabras:
Cuando Josemaría Escrivá habla de que todos los hombres estamos llamados a ser santos, me parece que en el fondo está refiriéndose a su personal experiencia, porque nunca hizo por sí mismo cosas increíbles, sino que se limitó a dejar obrar a Dios. Y por eso ha nacido una gran renovación, una fuerza de bien en el mundo, aunque permanezcan presentes todas las debilidades humanas.
Los rituales del carisma simbolizan un intercambio con la divinidad que los acepta y que manifiesta su benevolencia. En el grupo que nos ocupa este intercambio se manifiesta en los bienes materiales construidos exitosamente [Turner 2005: 115] percibidos como dones divinos.
En los años treinta el padre Escrivá formó su grupo de jóvenes laicos, en un contexto anticlerical. Sus seguidores estuvieron convencidos de la lucha por restablecer el poder minado de la jerarquía eclesiástica española y promovieron la vuelta a una catolicidad con tintes conservadores. Como grupo sectario y secreto, que las circunstancias históricas propiciaron, supo mantener una fuerte identidad con su líder; los miembros fueron solidarios entre sí y pudieron sobrevivir juntos en las duras condiciones de la Guerra Civil, desatada entre los años 1936 a 1939.
Al término de la Guerra se unieron al gobierno golpista y triunfador de Francisco Franco. El carisma se enfocó al perfeccionamiento en el trabajo, y a un culto cifrado en el conservadurismo de las formas de la catolicidad, como se vivieron con anterioridad a la derrotada República española; pugnaron por orientar la fe hacia el trabajo bien hecho, la conformidad social y los deseos de ser felices en el más allá a través de la práctica de un carisma que recuperaba tres categorías: laicos, trabajo y santidad.
1.1 LOS LAICOS EN LA IGLESIA CATÓLICA Y EL OPUS DEI
Un grupo de laicos2 que se segrega o se sectariza de la Iglesia católica como institución es algo común y es tolerado, porque dinamiza la religión. Generalmente sigue un carisma que el fundador del grupo explica a sus seguidores para fundamentar la identidad específica y permite la construcción de mitos y rituales y de actividades que refuerzan al grupo y lo relacionan con el mundo religioso y secular. La jerarquía tolera estas expresiones, siempre y cuando se mantengan dentro de las reglamentaciones eclesiásticas.
El padre Escrivá fue quien vio el carisma de La Obra, él fue quien reclutó a sus jóvenes estudiantes universitarios y profesionistas, los organizó y guio hacia el apostolado entre sus iguales.3 Mientras tanto, el grupo de fieles laicos más cercanos, que aportaron sus recursos y salarios iban interpretando el carisma que se iba adecuando a las circunstancias sociales que se vivían en España. Algunos seguidores buscaron las oportunidades de acomodarse en los empleos que quitaban las nuevas autoridades a los republicanos, otros accedieron a los puestos de profesores e investigadores, los demás buscaron puestos de poder y de gobierno. Se trató de la etapa de acumulación de capital para financiar sus obras.
El grupo de laicos cercanos y el fundador solicitaron a la jerarquía eclesiástica su autorización para formar la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que sería fundada en 1943. La primera promoción de sacerdotes en 1944, la formaron los numerarios pioneros Álvaro del Portillo, José María Hernández de Garnica y José Luis Múzquiz. En la promoción de 1945 se ordenó Pedro Casciaro Ramírez, otro cercano seguidor del padre Escrivá, quien vino a México en 1948.
La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz tiene la peculiaridad de impartir la administración de los sacramentos y la dirección u orientación espiritual exclusivamente para los miembros de La Obra, ya sean numerarios, supernumerarios o agregados4. Estas categorías o formas de afiliarse, constituidas a lo largo de los años, atendieron en su momento al crecimiento de los miembros y a las necesidades de La Obra por la ampliación de actividades espirituales y materiales del grupo.
Los fieles laicos que entregaron sus vidas completas a los fines de la asociación religiosa fueron definidos con títulos civiles como numerarios. Entre ellos se ha formado una élite que puede ejercer puestos de alta dirección y administración de las grandes obras corporativas de la Prelatura y tienen derecho a elegir al Prelado en turno. Otro grupo de numerarios(as) se encarga de la dirección de los centros y casas. La masa de numerarios son la mano de obra trabajadora y fiel; responsables de obedecer y cumplir con las iniciativas de su jerarquía sacerdotal; permanecen célibes y juran las virtudes de la pobreza y la obediencia. La pobreza se expresa en el desprendimiento a favor de La Obra de su salario, de sus bienes presentes y futuros derivados de herencias, que son puestos a nombre de otro laico de confianza. La obediencia reina en todas las acciones del numerario, lo que en los hechos es una limitante para el ejercicio de la libertad y libre albedrío. Los testimonios de los desertores lo confirman.5
Al extenderse las actividades de apostolado entre las familias que se sumaban al carisma, surgió la necesidad de fundar escuelas para educar a los niños y los jóvenes y así extender su influencia espiritual y social. De esta manera tuvieron una base de reclutamiento y recursos financieros para el crecimiento de La Obra dentro y fuera de España.
Los numerarios fueron insuficientes y la mira de los sacerdotes que ya administraban el Opus Dei desde Roma, demandaron cada vez más esfuerzos para cubrir sus necesidades en la construcción de edificios y colegios romanos. Por lo tanto, reclutaron a personas casadas o solteras para que se afiliaran a su carisma espiritual. Esta categoría de laicos amplió los espacios de liderazgo y poder sobre sus recursos, invirtieron y financiaron negocios de mutuo beneficio. Dichos miembros son denominados supernumerarios y han sido los socios confiables de laicos y sacerdotes de la Prelatura para el financiamiento de sus centros juveniles, de retiros, escuelas y universidades. Otra categoría es la de los agregados, célibes y de compromiso parcial que apoyan los centros educativos.
El mito señala que una segunda visión le permitió al fundador incluir a mujeres en 1930, pero éstas son visibles hasta 1942. Fueron asignadas a atender las casas de varones y realizar el trabajo doméstico y de administración. Así surgió a sección femenina. La categoría de las supernumerarias, formada por las mujeres casadas, ha ocupado un papel muy activo en el poder e influencia de La Obra.
Las numerarias auxiliares resultan interesante ya que son las mujeres de bajos recursos, asignadas a realizar los trabajos más duros del trabajo doméstico y de mantenimiento de las casas, residencias estudiantiles, centros de La Obra, etc. Por su origen social ocupan la escala más baja. Por último, están las y los cooperadores, es decir, las personas simpatizantes que otorgan donativos a La Obra y les dan facilidades a la institución para su crecimiento como pueden ser los permisos para sus escuelas o la exención de impuestos En esta categoría se pueden ubicar a los políticos y gente de toda índole que les otorga apoyos, pero no mantienen otros compromisos con la Prelatura.
El llamado itinerario jurídico del Opus Dei [Fuenmayor et al. 1989],6 denota un rápido y exitoso cabildeo entre los obispos españoles, y muy pronto en los pasillos del Vaticano, por su reconocimiento eclesiástico. En 1941 fue reconocido como pía unión; para 1947 ya era un instituto secular7. La asertividad de Álvaro del Portillo8 logró que Juan Pablo ii autorizara, en 1982, la creación de la primera Prelatura personal que permitió el derecho canónico. Caracterizada porque no tiene limitación territorial, puede tener fieles en todo el mundo y sus sacerdotes obedecen al prelado. Es decir, sus fieles laicos numerarios y sacerdotes cuentan con una institución trasnacional que les da movilidad y amplitud de horizontes para sus obras apostólicas y mundanas. Los miembros supernumerarios apoyan financiando los negocios en muchas naciones.
Los fines superiores de la institución se priorizan sobre los derechos y necesidades de los individuos que fielmente aportan sus cuerpos, mentes y recursos. Esta prelatura se aprecia como una institución voraz [Coser 1978; Ávila 2006] que engulle la individualidad de sus miembros más cercanos para el engrandecimiento de La Obra, los hijos del Padre, como los denomina Esther Mostaza,9 han reforzado la intermediación del fundador ante la divinidad porque: “el virtuoso es directamente adorado como santo o al menos los laicos compran sus bendiciones y sus poderes mágicos como medio de promover el triunfo mundano o la salvación religiosa” [Turner 2005: 289]. San Josemaría, es fielmente amado y La Obra se ha consolidado por el trabajo de decenas y más tarde miles de miembros convencidos de ser salvados por este camino de fe.
La decisión de conquistar América a finales de los años cuarenta denota una serie de intereses religiosos, pero también políticos y económicos del Vaticano, incluso del franquismo. México fue el puerto de entrada para una exitosa permanencia en algunos países americanos como los Estados Unidos, Chile y Venezuela, entre los más receptivos a su apostolado.
2. LA HISTORIA DEL OPUS DEI EN MÉXICO (1948-2020)
“Me explico que quieras tanto a tu Patria y a los tuyos y que a pesar de esas ataduras, aguardes con impaciencia el momento de cruzar tierras y mares. ¡Ir lejos! Porque te desvela el afán de mies” [Escrivá 1981: 269].
El Estado mexicano ha mantenido su separación con la Iglesia católica desde la Constitución Política de 1857. La secularización de la vida nacional fue un objetivo de los liberales mexicanos. Ya en el siglo XX, la Constitución Política de 1917 incluyó artículos que disgustaron profundamente a la jerarquía eclesiástica como son: el artículo 130º que ratificó la separación del Estado y las Iglesias; el artículo 3º que definió la educación como laica; el 24º que declaró la libertad de creencias y los de corte social relacionados con la propiedad y el trabajo respectivamente, y que perjudicaron sus intereses económicos como el 27o y el 123º.
La sociedad mexicana en su diversidad gestó sus nuevas relaciones con el Estado, así como con la Iglesia católica. Ser católicos y anticlericales fue una forma compleja, pero no paradójica de ser creyentes. En el ámbito político mexicano e internacional del siglo XX los términos laicidad y laico acompañaron las luchas sociales por la secularización de la vida pública. Por Estado laico se entiende:
Una forma de gobernanza política basada esencialmente en los principios morales de equidad y libertad de conciencia, y en dos procedimientos que son la separación de la Iglesia y el Estado, y la neutralidad del Estado respecto a las religiones y los movimientos seculares. Se trata de un arreglo institucional y social complejo […] [Hernández 2019].
El Estado mexicano representado en el gobierno civil del presidente Miguel Alemán (1946-1952) se observaba en 1948, ya distante de las urgencias de los primeros años posrevolucionarios, careció de la ideología y de los compromisos con la justicia social y se ajustaba más bien a los intereses y ambiciones de los nuevos ricos y de las viejas familias adineradas que buscaron hacer negocios al cobijo del poder. Hubo apertura a las inversiones extranjeras; los jerarcas católicos fueron retomando algunos privilegios y eran escuchados por el gobierno. La sociedad mexicana se orientó a la modernidad y al gusto por la cultura estadunidense. Si bien existían los grupos que seguían inconformes con las leyes y los gobiernos, el país vivía en paz, la industria avanzaba y la libertad de creencias se consolidaba, y las mujeres accedieron a la educación universitaria.
En diciembre de 1948, llegaron Pedro Casciaro y tres numerarios10 a promover La Obra entre los mexicanos, lo hicieron con el objetivo de hacer su apostolado para ir formando numerarios que detuvieran los avances de la laicidad y secularización en la vida social, económica y educativa de México. Tal objetivo, en un mundo secularizado como era México en los albores de la década de los cincuenta, tuvo motivaciones políticas que estos miembros supieron ocultar, porque su estrategia fue avanzar con discreción y con aparente respeto a las leyes.
El joven arquitecto y sacerdote de 34 años, Pedro Casciaro Ramírez, seguidor fiel del padre Escrivá, desde mediados de los años treinta fue el promotor de La Obra en México. Las numerarias,11 que lo conocieron lo describieron como un sacerdote joven, muy agradable y fino en su trato, de convicciones firmes, de gustos arquitectónicos conservadores y con buen humor. El padre Casciaro o don Pedro, es el ejemplo del hombre apegado al carisma del Opus Dei: “era un hombre joven, muy metido en las cosas humanas, entonces tenía mucho arranque de atraer a lo humano para llegar a lo divino” como se refiere a él, la decoradora y numeraria pionera Hortensia Chávez, colaboradora del joven sacerdote en la remodelación de las casas y la reconstrucción de las haciendas que hábilmente consiguió don Pedro para que fueran donadas por mujeres millonarias, como son los casos de las exhaciendas12 Montefalco y Toxi.
En La Obra suele pedirse a los promotores(as) del carisma del Opus Dei en otros países que escriban sus memorias. Tienen un modelo que les exige que sus recuerdos deban interpretarse como voluntad divina o cumplimiento de las iniciativas del padre Escrivá. Así ocurre con el libro testimonial de Pedro Casciaro, cuyo título recupera una frase supuesta del padre Escrivá que les decía a sus hijos numerarios “Soñad y os quedaréis cortos”, una frase invitadora a seguir el sueño de La Obra que se engrandecía de la mano trabajadora de sus hijos. El padre Casciaro recuerda que el padre Escrivá solo le dio una estampa con la imagen de la Virgen del Rocío; los recursos para esta promoción los consiguieron los fieles que el padre Casciaro reclutó.
La primera residencia del Opus Dei en México se ubicó en la calle Nápoles.13 Allí fueron invitados el Mayor Jesús Kumate y sus subalternos César García Sarabia y Juan Izquierdo Brisset, los tres fueron médicos militares.14 Don César, como le gustaba ser llamado, afirmó que acudió por obediencia a su Mayor y lo convenció don Pedro de la propuesta de santificarse en sus actividades militares como médico y enseguida pidió la admisión como numerario. Era junio de 1949.
Como laico numerario César García Sarabia15 desarrolló su labor apostólica en Guadalajara y Monterrey, entre militares y estudiantes universitarios. Abrió el camino a las dos delegaciones que se formaron para desconcentrar las labores en las ciudades de mayor auge económico del país. Fue a formarse a Roma como sacerdote y a su retorno a México, prosiguió su tarea al frente de la dirección espiritual de las y los numerarios.
Los primeros en pitar16 atrajeron a otros jóvenes profesionistas como los abogados de la Escuela Libre de Derecho, médicos e ingenieros de la Universidad Nacional Autónoma de México y otras universidades, así como estudiantes y egresados del H. Colegio Militar. De esta manera, La Obra se fue nutriendo de jóvenes profesionistas, sensibles a su religiosidad y de ideología conservadora.
Don Pedro se presentó al arzobispo primado de México, Luis María Martínez, el 12 de diciembre de 1948, quien tuvo la deferencia de consagrar el pequeño oratorio de la casa Nápoles, donde el sacerdote español oficiaba misa, uno de los rituales diarios y obligatorios para los fieles de La Obra de Dios. El simbolismo de esta visita se interpreta como el tácito apoyo de la jerarquía mexicana al Opus Dei.
2.1 LAS MEXICANAS EN EL OPUS DEI
En 1950 las numerarias Guadalupe Ortiz de Landázuri, María Esther Ciancas y Manuela Ortiz llegaron a la ciudad de México para apoyar a don Pedro Casciaro en los trabajos domésticos y de administración de la casa Nápoles. Las primeras numerarias mexicanas que pitaron fueron historiadoras y mujeres de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras; luego se sumaron las médicas, químicas, decoradoras de interiores, pianistas. Fueron jóvenes universitarias que estudiaban en la Universidad Nacional Autónoma de México o en Universidades privadas. Dentro de las primeras numerarias destacan: Amparo Arteaga, que apoyó al padre César en Monterrey; Cristina Ponce Pino, Hortensia y Carmen Chávez Samaniego; Margarita Mendoza, Obdulia Rodríguez17, Gabriela Duclaud y Anita Uranga. Sus labores como numerarias fueron domésticas y de administración de casas; sus respectivas carreras o quedaron marginadas o truncadas o bien trabajaron la doble jornada. Sus vidas comunes se supeditaron a los intereses y necesidades de La Obra. La institución voraz engulló sus individualidades y todas ellas permanecieron en su vocación religiosa.
En México se cumplieron cabalmente las expectativas del fundador porque todas y todos los numerarios que pitaron han sido profesionistas; esto hizo plausible que se cumpliera la meta que encierra esta frase: “[…] Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia […]” [Escrivá 1981: 108].
La numeraria e historiadora Cristina Ponce Pino se fue en 1952 a trabajar en una escuela secundaria y a hacerse cargo de la administración y trabajo doméstico de la casa de los numerarios que iniciaban La Obra en Culiacán. La acompañó la española Manuela Ortiz. La directora de las mujeres numerarias en México, Guadalupe Ortiz de Landázuri, y don Pedro las urgieron a relacionarse con las familias y mujeres pudientes de esa ciudad, para reclutarlas como supernumerarias y presionar a sus esposos con la finalidad de financiar la creación del Colegio Chapultepec para niñas, que fue edificado en 1954. La primera escuela del Opus Dei en México abrió sus puertas. En Culiacán se ampliaba la colaboración entre numerarios que tenían la iniciativa de crear una escuela, un centro o un negocio y los supernumerarios que las financian, los sacerdotes vigilan el compromiso espiritual de dar el sentido social cristiano a estas obras.
La apertura de escuelas, la remodelación de las casas y exhaciendas donadas como la de Montefalco [Moreno-Valle et al. 2018], las obras filantrópicas y otras inversiones hechas para influir cristianamente a la sociedad mexicana exigieron que algunas de las mujeres numerarias dejaran las labores internas y salieran a trabajar como: profesoras, decoradoras, médicas, secretarias, administradoras de escuelas, periodistas, etc. Como consecuencia, la mano de obra doméstica faltó y fue necesario cubrirla. La directora de las numerarias, Guadalupe Ortiz, comenzó a reclutar a jovencitas y hasta niñas, de bajos recursos en los ranchos18 y las colonias pobres urbanas. Ofreció a los padres que educaría a sus hijas, las capacitaría en un oficio -el de empleadas domésticas- y les enseñaría la doctrina católica. Ella se hacía acompañar por algún sacerdote del lugar, para brindarles confianza a las familias.
Más tarde, la jerarquía consideró prudente que fueran enroladas como numerarias auxiliares, así se garantizaba su lealtad. Desde entonces, estas numerarias auxiliares ocupan la más baja escala social. Sus votos les exigen la obediencia, el celibato y por supuesto la pobreza que sólo ellas cumplen.
Guadalupe Ortiz fue una mujer con ideología conservadora, fiel seguidora del padre Escrivá y promotora del carisma en México. Fue cuestionada por sus colegas María Esther Ciancas, por su intolerancia, dogmatismo y rígida administración de recursos y desertó. La promotora de La Obra en Venezuela, María del Carmen Tapia,19 criticó su dogmatismo y falta de solidaridad.
Sin embargo, para la jerarquía del Opus Dei 20 es reconocida como una feminista, por ser ejemplo del empoderamiento femenino y porque se adelantó a sus tiempos al estudiar Química. Su ortodoxia y apego al fundador, sus éxitos en México y su temprana muerte, el mismo año que el padre Escrivá le dieron las características para ser elegida para acceder a la santificación. Al iniciar este proceso se recolectaron testimonios, se escribieron dos libros [Enguíbar 2001; Montero 2019] sobre sus labores, publicados por otras numerarias y se reunieron sus cartas al Padre en el archivo creado por La Obra,21 donde sólo se halla un inconmensurable amor, obediencia, entrega, sumisión y cortedad en sus miras. Nada que se acerque a una promoción favorable a las mujeres. Con un milagro atribuido a la curación de un anciano que pidió su intercesión, fue beatificada el 18 de mayo de 2019.22 La tercera numeraria Manuela Ortiz fue una seguidora fiel del padre Escrivá y obediente numeraria dirigida por Guadalupe Ortiz. Fue enviada a Guatemala para apoyar a los sacerdotes y numerarios que promovieron al Opus Dei. Su huella se ha perdido.
Las supernumerarias en México han llevado a cabo las labores filantrópicas, han influido a sus maridos para dar donativos y todo tipo de apoyos a las iniciativas educativas y de negocios de La Obra y forman a sus hijos en escuelas dirigidas espiritualmente por los fieles y sacerdotes de esta Prelatura. Dos han sido muy destacadas, la primera supernumeraria mexicana, Isabel Ventura de Perochena, en su larga trayectoria dio apoyo solidario a las iniciativas de don Pedro Casciaro y militó en favor de las campañas del Opus Dei en escuelas públicas. La supernumeraria Paz Gutiérrez Cortina de Fernández Cueto, hija de una acaudalada familia de miembros del Opus Dei, dedicados a los negocios de la construcción y al negocio del agua,23 participó en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing; fue diputada por el Partido Acción Nacional (2009-2012) desde su curul promovió la evaluación del profesorado; los estímulos fiscales a los inversionistas de la educación privada y el rechazo a la enseñanza de los derechos sexuales y reproductivos [Suárez 2015]; representante de asociaciones de padres de familias de colegios y prolífica periodista escribe desde 1994 en el periódico Reforma, donde manifiesta los valores que la distinguen como miembro de la Prelatura: la defensa de la familia, el rechazo a los anticonceptivos, la diversidad sexual y el matrimonio igualitario.
3. EL TRABAJO SANTIFICADO LLEVA AL ÉXITO Y AL PODER.
“El empresario produce riqueza y genera empleo. Gracias a su arrojo, permite a la población el acceso a ingresos necesarios para el sostén de su familia y le da la oportunidad de una ocupación digna”. Empresario Manuel Senderos.
Con estas palabras de autorreconocimiento, Manuel Senderos se dirigió a la comunidad de la Universidad Panamericana, cuando recibió el doctorado Honoris Causa en 2005, como reconocimiento a su participación en la creación del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas o IPADE.
La historia del IPADE simboliza las transformaciones del carisma, adecuándose a los tiempos históricos. Para fines de los años sesenta La Obra en México estaba bien asentada, contaba con la anuencia de un sector de católicos que ya asistían a sus cursos de retiro, de capacitación para la buena administración del hogar y los padres de familia enviaban a sus hijos a las escuelas privadas que los miembros numerarios y supernumerarios financiaban y dirigían.
La cercanía con las familias adineradas y el conocimiento de la economía que vivía buenos tiempos estimularon a hombres empresarios de La Obra como el numerario Carlos Llano,24 y a otros empresarios simpatizantes como Manuel Senderos o supernumerarios como Gastón Azcárraga y Carlos Rosell, a tomar el reto de crear una escuela de negocios para los más altos directivos y dueños de grandes empresas. Pedro Casciaro animaba esta iniciativa también.
La Obra de Dios impulsó desde Roma la consecución de este objetivo de influir a los sectores empresariales. Carlos Llano, Gastón Azcárraga Tamayo y Manuel Senderos acudieron a Roma a entrevistarse con el padre Escrivá en 1966. Al término de la entrevista uno de los asistentes protestó” por la encerrona del Opus Dei” y del padre Escrivá para obligarlos a comprometerse en la creación del IPADE y de la futura Universidad Panamericana.
El trabajo del Opus Dei cuajó en el entendimiento de sacerdotes, numerarios y supernumerarios para llevar a cabo una iniciativa educativa donde coincidieron las buenas relaciones entre las personas del mundo religioso que representaba el sacerdote y consiliario25 de México, Pedro Casciaro, y el mundo de los laicos numerarios y supernumerarios mexicanos de alto nivel.
Los antecedentes del IPADE se ubican en Barcelona, donde los fieles de La Obra fundaron el Instituto de Estudios Superiores de Empresa o IESE, que ya era muy exitoso en España. Su modelo educativo y empresarial provino de la Harvard Business School o HBS, de los Estados Unidos. La propuesta de La Obra fue apegarse a la HBS en lo referente a negocios y darle el toque de la espiritualidad del Opus Dei al orientar el trabajo empresarial a crear riqueza, evitar el consumismo e invertir en las finanzas de Dios, elementos que hacen coincidir con algunos preceptos de la llamada Teología de la prosperidad.
El objetivo de La Obra al estimular la creación de estas escuelas fue formar empresarios con sentido social cristiano, con valores éticos. Manuel Senderos agregó que también civiles, refiriéndose al sentido de responsabilidad social.26
Otro empresario: “[…] trata de que el personal a todos los niveles se involucre en las finalidades de la empresa, como si fueran propias. Hay que conseguir que quienes trabajan en la empresa puedan aportarle su imaginación, su iniciativa, su entusiasmo [Servitje 2003: 2].
En 1966 se creó la Sociedad Panamericana27 de Empresarios con el fin de organizar lo que sería el IPADE y entre los nombres están banqueros e industriales: Bernardo Garza Sada, Agustín F. Legorreta, Andrés Marcelo Sada, Prudencio López, Pedro Lanzagorta y Lorenzo Servitje, como los patronos.
Mientras que Gastón Azcárraga Tamayo, Alejandro Álvarez Guerrero y José María Basagoiti fueron los directivos de la campaña. Los prominentes hombres de negocios Manuel Senderos y Antonio Ruiz Galindo28 dieron la certeza de invertir en esta empresa e invitaron a los altos mandos directivos a participar en los cursos de esta escuela. Funcionarios públicos como el subsecretario de ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Guillermo Prieto Fortún, el director de Teléfonos de México, Emilio Carrillo Gamboa y el auditor general de la Secretaria de Educación Pública, Carlos Isoard Jiménez de Sandi, apuntalaron esta iniciativa del empresariado.
Un año después, en 1967 fue inaugurado el IPADE en las reconstruidas instalaciones -casco de la hacienda y en los patios originales- de la Hacienda de Clavería29 que se ubica al norte de la ciudad de México. Es un edificio que data del siglo XVII y que había pertenecido a don Domingo de Bustamante [IPADE 1993: XIV-XVII]. El gran éxito en la demanda para acceder a los cursos, permitió que poco tiempo después se abrieran sedes en Guadalajara y Monterrey.
En el IPADE se consolidó un modelo religioso y social que resumió el camino para influir cristianamente a todos los sectores sociales a partir de su certeza que “La pirámide se riega mejor desde la cima”. Es decir, se cree que mediante el poder, la cultura laboral y una fuerte presencia espiritual de La Obra, todos los sectores productivos pueden trabajar con eficacia para recibir los dones divinos expresados en la generación de riqueza que deben compartir con la Iglesia católica y con los subalternos. Al insistir en trabajar para alcanzar la santidad, desde el lugar social asignado, se busca la armonía entre empresarios y trabajadores, con una limitada participación del Estado que debe facilitar estas relaciones. Carlos Llano como director del IPADE insistió en el sentido social cristiano30 porque:
[…] tener lo superfluo es nocivo porque hay otros que lo necesitan. Quien retiene para sí lo superfluo no hace sólo daño a quien lo necesita, sino que sobre todo se hace daño a sí mismo, ya que se impide el ejercicio de la solidaridad que es justamente la virtud más valiosa” […] El término virtud significa fuerza, consistencia: aquello mismo que nos hace hombres.
Estas enseñanzas del Opus Dei se pusieron a prueba en la crisis económica y social de 1995. El director y supernumerario Sergio Raymond-Kedhilac31 sugirió a los empresarios que no despidieran a los trabajadores, sino les solicitaran su anuencia para disminuir su salario. Nada referente a reducir las ganancias. Las bases sociales tienen derecho a recibir su salario, a ser bien tratados, a recibir apoyo espiritual. Nada de cuestionamientos salariales. Según este director del IPADE, el modelo económico era útil, pero debía tener ajustes.
En la actual crisis de la pandemia Carlos Ruiz González, profesor del IPADE, en su artículo periodístico “Dilemas éticos ante la Covid-19 ¿cerrar definitivamente o reabrir?” afirma que hay que evitar dilemas y orientarse a crear soluciones que si cuentan con la participación de los empleados serán más efectivas:
Hay que buscar que en una decisión así, siempre salgan ganando las personas: va primero la salud de los empleados, es un hecho. Lo que hay que buscar son alternativas para disminuir los costos salariales, que no necesariamente tiene que ser despedir a la gente. Por ejemplo, se podría reducir el salario de todos en un porcentaje igual, de esto modo, todos resultan penalizados, pero nadie se va a la calle. Se trata de buscar opciones que, en la medida de lo posible, nos permitan salir del problema.
Los problemas afrontados en 1994-1995 y en 2020 han sido graves para la economía de empresarios y empleados, las respuestas y sugerencias de la comunidad del IPADE a estas crisis son las mismas: solidaridad con el empresario y sometimiento de trabajadores.
En el ciclo Lecturers 32 del IPADE Business School, algunos testimonios de Chief Executive Officer (CEO) de empresas globales en México muestran que el objetivo del Opus Dei de difundir el sentido social cristiano y la formación integral33 de los directivos empresariales quedó marginado. La prioridad es aprovechar este centro estratégico para hacer negocios y relaciones comerciales. Los valores éticos no se mencionan. En la mente de estos altos directivos existen las empresas globales, los empresarios, los altos mandos. El padre César comentó que La Obra constataba frecuentemente, que era más fácil que “un camello pasara por el ojo de una aguja que esperar la solidaridad de los ricos con sus subalternos”.
IPADE Business School como se anuncia en su sitio web cuenta con 40 mil egresados, en 47 países pertenecientes a 14 773 empresas. Estas cifras demuestran la aceptación de la clase empresarial. Es un centro donde se hacen buenas relaciones internacionales y negocios entre empresarios, políticos y actores religiosos, contando además con la bendición de la Prelatura personal de la Santa Cruz y el Opus Dei, abierta al mundo y sin límites territoriales.
CONCLUSIONES
En 1928 un humilde sacerdote deambulaba por Madrid en busca de oportunidades para ejercer mejor su labor pastoral. Don Valentín, un viejo jesuita, con quien se confesaba y a quien le confiaba sus inquietudes espirituales, le preguntó un día ¿Cómo va esa Obra de Dios? Y el padre Josemaría tuvo el nombre para su futuro grupo de seguidores. El carisma que vio le mostró que debía encontrar jóvenes estudiosos e inquietos como él, que pudieran hallar a Dios en las cosas cotidianas de sus vidas. Un carisma que se abocaba a entender la fe con un mínimo sentido común religioso. Lo interesante de su visión surgió cuando comprobó que él mismo era una persona común e igual que quienes carecen de grandes oportunidades para mejorar sus vidas. Si hacer bien las cosas mundanas y ofrecerlas a Dios era un camino de fe para el éxito habría que andarlo.
La reconstrucción de la España de los años cuarenta modificó la situación social. Hizo el llamado a sus fieles para santificar el trabajo, santificarse en el trabajo y santificar con el trabajo. Este llamado a la santificación fue muy exitoso, porque se enunció con sencillez en medio de las grandes carencias, inestabilidad y temores.
El padre Escrivá y su grupo de laicos, ya denominados numerarios de La Obra difundieron su apostolado y lo aderezaron con rituales y estilos de vida espirituales y simbólicos que perduran en el plan espiritual que siguen los miembros.
Los laicos numerarios desde la diversidad de sus profesiones ampliaron las miras del apostolado hacia las necesarias actividades económicas para financiar, más allá de las fronteras, la difusión de su forma de ser católicos. Se fundó la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y el laicado dejó de ser central para dar paso a las reglas religiosas e institucionales de la Iglesia católica. En su seno se conformaron élites para ejercer el creciente poder, la administración de la Obra de Dios, una masa de numerarios para trabajar y acumular capital.
En la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia católica requirió de los laicos activos y facilitó su inserción en los institutos seculares. El Opus Dei fue uno de ellos. Simultáneamente se expandieron. La experiencia histórica les demostró que al contar con los apoyos de las élites eclesiásticas, políticas y económicas, el trabajo de la difusión del carisma se facilitaba y las obras dejaban buenos dividendos. Su frase, “la pirámide se moja mejor desde la cima”, fue puesta en marcha en México y les abrió el camino a las élites latinoamericanas.
El trabajo sigiloso de los laicos y religiosos del Opus Dei fue visionario cuando crearon el espacio privilegiado del IPADE. Éste es un centro de encuentro del poder económico donde se han gestado los modelos empresariales del neoliberalismo, las políticas públicas de los negocios y los remedios para las crisis. Las buenas relaciones entre los sectores que “diagnostican, deciden y mandan” son facilitados en un espacio neocolonial, elegante, fino, donde las negociaciones se pueden discutir. El carisma del Opus Dei se ha sustentado en el trabajo, en los rituales propios y en la promoción de un apostolado que reúne a las personas de clases sociales similares, que disfrutan los dones del poder, mantienen su influencia en la política económica, en la educación de las clases gobernantes y remojan su conciencia en las aguas de la filantropía con las clases desposeídas que son instrumento para liberarse de su responsabilidad social.
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1 | En octubre de 2002, el padre Escriba sería canonizado con el nombre de San Josemaría. Él unió dos de sus nombres y cambió su apellido Escriba por Escrivá de Balaguer. En lo subsecuente me referiré a él como el Padre Escrivá y/o San Josemaría, según sea pertinente. |
2 | Laico es un término polisémico; en este artículo cuando nos referimos a los laicos dentro de la Iglesia católica hacemos referencia a las personas que no forman parte de alguna orden religiosa regular o secular, es decir a la gente común y corriente que profesa la fe católica. |
3 | La difusión y el reclutamiento se orienta a personas de la misma clase social. |
4 | Para un mejor acercamiento a la clasificación, obligaciones, derechos y formas de identidad de las distintas categorías véase Virginia Ávila García [1999]. |
5 | Véase la página web www.opuslibros.org, con sus testimonios y escritos. |
6 | Es un texto bien documentado de la propia Obra que hace un recuento del camino del Opus Dei de su surgimiento a su reconocimiento como Prelatura Personal en1982. |
7 | Fue considerado modelo de instituto secular por tener tres secciones la sacerdotal, la de laicos masculinos y el laicado femenino; se unificaron sacerdotes y laicos y se reconoció como sociedad de vida común sin votos públicos. Ya contaban con varias casas, centros de retiro. La Iglesia valoró la capacidad profesional de sus miembros. |
8 | El fundador muere en 1975 y su sucesor en la presidencia general del instituto secular fue su gran colaborador Álvaro del Portillo. |
9 | Esther Mostaza afirma que ésta es una gran familia patriarcal. Josemaría Escrivá se hacía llamar Padre, los numerarios eran sus hijos, pero faltaba la madre. |
10 | Sólo el nombre de Gonzalo Zárate lo recordó el padre César García Sarabia, médico militar y primer numerario mexicano que se afilió en junio de 1949. Cuando los nombres de las y los numerarios no se mencionan, al parecer se debe a que desertaron y se les borra de la historia oficial del Opus Dei. |
11 | Las numerarias entrevistadas por la autora fueron: Amparo Arteaga, Hortensia Chávez y Alfonsina Ramírez Paulín, entre 1996-1998 |
12 | Actualmente ambas exhaciendas son obras corporativas que asume La Obra bajo su responsabilidad, aunque cuenta con asociaciones civiles y patronatos para llevar a cabo actividades filantrópicas, además de ser centros de formación de numerarios(as). Montefalco es el edificio icónico del Opus Dei en México. Es punto de encuentro para la espiritualidad de los hombres de negocios, de sus mujeres e hijos, quienes por secciones de hombres y mujeres se reúnen en los retiros espirituales. Libre de impuestos, es un símbolo de las buenas relaciones —Prelatura-Opus Dei—hombres de negocios; Opus Dei-Estado-comunidad pobre. En estas obras corporativas se concentra en sus espacios toda la complejidad de esta Prelatura. |
13 | En La Obra existe la costumbre de nombrar a casi todas sus residencias con el nombre de la calle donde se ubican, así que esta sería la “casa o residencia Nápoles”. |
14 | La página web opuslibros.org, Gracias a Dios ¡nos fuimos! Opus Dei: ¿un a ninguna parte? opositora del Opus Dei y subsidiada por los recursos de gente que ha salido de La Obra y quiere ayudar a quienes intentan hacerlo, es una fuente confiable para obtener información no controlada sobre la prelatura. Contiene el escrito “La verdadera santificación del trabajo” que aborda este historia que en lo general concuerda con el testimonio que me dio el propio don César en 1995. |
15 | En mi tesis de maestría, citada en el Capítulo 4, hago un amplio recorrido sobre los orígenes de La Obra en México, sustentado en testimonios de las y los primeros numerarios. Destacaron para la reconstrucción de esta historia los del sacerdote numerario César García Sarabia y las numerarias Amparo Arteaga y Hortensia Chávez Samaniego. |
16 | Palabra coloquial para referirse al rito de escribir la carta de admisión al fundador y ahora al Prelado. |
17 | Obdulia Rodríguez es médica dermatóloga y numeraria desde 1953. Recibió en 2005 el doctorado Honoris Causa por la Universidad Panamericana. |
18 | Las formas para reclutar a estas mujeres pobres que desplegó esta directora eran con frecuencia rechazadas por las familias, como sucedió en pueblos del estado de Morelos. Ella siempre insistía en su tarea. |
19 | Al escribir sus memorias, se expresó de la promotora en México como una mujer dogmática y poca solidaria con sus compañeras. |
20 | Aunque difiero en que esta numeraria sea feminista, cabe mencionar que en La Obra la mujer se ha revalorado en aquellos aspectos que no interfieren en la doctrina social de la Iglesia. Ya pueden ser vistas en diversas actividades y más abiertas a los cambios del mundo. Véase La mujer más poderosa del Opus: “Si el feminismo es igualdad de derechos, soy súper feminista” <https://www.elmundo.es/papel/cultura/2019/05/19/5cdd364cfc6c 8326768b4608.html>. consultada el 19 de mayo de 2019. |
21 | Con estas cartas que ejemplifican su ortodoxia y apego al fundador se hizo un libro citado al final. |
22 | Es la primera mujer y laica del Opus Dei que se beatifica. Desde mi perspectiva su importancia deriva de su trabajo en México, particularmente en la reconstrucción de la hacienda de Montefalco que cedió la familia García Pimentel a Pedro Casciaro mediante la Asociación Civil Campo y deporte. |
23 | Entre otros la firma constructora gutsa es la empresa familiar. Sus hermanos Juan Diego y Bosco han sido cuestionados por sus prácticas fraudulentas. Entre algunas obras construidas y cuestionadas están “La estela de lUz” y la Biblioteca “José Vasconcelos. Su cercanía con el poder político poblano les otorgó la concesión del agua por sesenta años. |
24 | Socio de la fábrica de chocolates y dulces La Suiza. |
25 | En esos años el representante de la jerarquía del Opus Dei en la región de México se denominaba Conciliario y don Pedro fue el primero en ocupar ese puesto. Actualmente se le denomina Vicario regional y es el joven sacerdote mexicano e ingeniero civil por el itesm Ricardo Furber Cano. Quien ocupa ese cargo. La Comisión regional y la Asesoría regional corresponden a las secciones de hombres y la sección de mujeres respectivamente. La región de México se divide en cuatro delegaciones: México, Guadalajara, Monterrey y el Bajío que son administradas cada una por un vicario delegacional. |
26 | Para abundar en este aspecto véase a Roderic Ai Camp [1990] donde asevera que los empresarios mexicanos carecen de la responsabilidad social de sus empresas. |
27 | La información sobre la historia del IPADE está en el supernumerario, empresario fundador del IPADE y profesor de este Instituto, Carlos Rosell Álvarez narra sus experiencias como asesor de las diversas escuelas de negocios de Latinoamérica que se fundaron posteriormente en Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Guatemala, etc. En otras palabras La Obra de Dios partió desde México a la conquista de los grandes empresarios de toda la región. |
28 | Antonio Ruiz Galindo fue secretario de Economía con el presidente Miguel Alemán. Como empresario se orientó al sector hotelero y turístico. Creó y presidió la Asociación Panamericana de hoteles. |
29 | Entrevista con Raúl López Rodríguez, quien según su testimonio, hizo las obras de remodelación junto con Pedro Casciaro. |
30 | Prólogo al libro de Enrique Arce, Vida consumista, s/d puede descargarse en <carlosllanocatedra.org>. |
31 | Entrevista de la autora con el entonces director del IPADE, en Febrero de 1996. Este exitoso directivo supernumerario fue el sucesor del numerario Carlos Llano, primero en esta escuela y después como rector de la Universidad Panamericana. |
32 | Revisé los videos en YouTube de Luz María Gutiérrez, CEO de G500; de Hans Backhoff, CEO de Monte Xanic y Vladimiro de la Mora CEO, de General Electric, septiembre de 2020. |
33 | “La Capellanía tiene como misión impulsar la formación teológica y espiritual que garantice la identidad cristiana del IPADE. Los participantes, profesores y personal de la institución podrán establecer contacto directo con cualquiera de los capellanes, para recibir orientación espiritual y consejo. Es un lugar para descubrir las grandes posibilidades de cada quien; una ayuda para ejercitar la fuerza creativa de la libertad. Es una labor de ayuda y de consejo con la cual el sacerdote acompaña a otro en su camino de respuesta a Dios”. Actualmente el sacerdote Gustavo Ruiz es el capellán del IPADE. Suele ser un destino final de quienes fueron consiliarios o vicarios delegacionales, consultado en <www.ipade.mx/capellanía>. |
- » Recibido: 03/07/2020
- » Aceptado: 25/08/2020