Published 2004-08-31
Keywords
- Borbones,
- Buckley,
- Burguesía,
- Europa,
- Inglaterra
- Pintura,
- Siglo XIX,
- Victoriana ...More
How to Cite
Abstract
Tomado de Guy S. Métraux and Francis Crouzet (eds.), The Nineteenth-Century World. Readings from the History of Mankind, The New American Library, 1963. El profesor Buckley se propuso probar que no es posible considerar al periodo victoriano de la manera en que llegó a generalizarse en la primera mitad de nuestro siglo, sino que, en su momento, existieron tendencias múltiples, frecuentemente divergentes; que lejos de presentar un aspecto burgués homogéneo, de autocomplacencia, sentimental, y de una firmeza arraigada y fundamentos inconmovibles, la época victoriana fue un periodo de extrema inquietud, en la que nada estuvo más estable que en el más dinámico de los periodos de la historia inglesa: el isabelino.
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References
2 Karl Schwarzenberg, Adler und Drache, Viena & Munich, Verlag Herold, 1958.
3 Graham Reynolds, Painters of the Victorian Scene, London, Batsford, 1953.
4 James Laver, Victorian Vista, London, Hulton Press, 1954.
5 Por supuesto, puede defenderse que la estación del tren fue el primer tipo de construcción levantada para resolver los problemas de manera funcional. Desafortunadamente, a lo largo del siglo xix, las estaciones del tren parecen haber sido diseñadas para reflejar el eclecticismo pintoresco del periodo precisamente como consecuencia de un sentido equivocado de dignidad y grandeza: así fue como a la fachada de la estación Euston en Londres se la concibió como un propileo dórico, Saint Pancras como una suerte de pequeño castillo, etcétera. Sólo al llegar el final de la centuria, las líneas funcionales comenzaron a afirmarse, mientras que el Cristal Palace fue sin ambages y de pronto, funcional. Para la evolución de la arquitectura de las estaciones del tren y el gusto del xix, ver Carrol L. V. Meeks, The Railroad Station: An Arquitectural History, New Haven, Yale University Press, 1956.
6 Walter Benjamín, Schriften, Frankfurt, Suhrkamp Verlag, 1955, vol. I, p. 414.
7 Véase la ilustración xviii en A. Feulner, Kunstgeschichte des Möbels, Berlin, Propyläen Verlag, 1927.
8 Richard Benz y Arthur Schneider, Die Kunst der deutschen Romantik, Munich, 1939.
9 De esta parte del ensayo estoy en deuda con una disertación de Fritz Laufer, Das interieur in der europäischen Malerei del 19. Jahrhunderts, que ha sido publicado, sólo parcialmente en Zurcí en 1960 (Buchdruckerei Schippert & Co.).
10 Walter Benjamín, op. cit., pp. 415-16: “El interior no es sólo el universo, sino la envoltura del individuo privado. Habitar significa dejar huellas. Esto resulta más evidente en los interiores. Se inventan cubiertas y protectores, montones de revestimientos y envolturas, que ayudan a desaparecer las huellas del uso diario. También las huellas de los habitantes desaparecen en los interiores. Nace la historia de detectives que andan a la cazan de esas huellas. La Philosophy of Furniture y las historias de detectives hacen de Poe el primer fisonomista de interiores. En las primeras novelas de detectives los delincuentes no son ni caballeros ni apaches, sino particulares de clase media”.
11 Véase a Quentin Bell, On Human Finery, Londres, Hogarth Press, 1947.
12 T. S. Elliot, The Waste Land, V, New York, Boni &Liveright, 1922.
13 Véase a Henry Russell Hitchcock, Architecture, Nineteenth and Twentieth Centuries, Pelican History of Art Series, Harmondsworth, Penguin, 1958.
14 C. Willett Cunnington, Feminine Attitudes in the Nineteeth Century, London, Heinemann, 1935, p. 73.
15 Véase a Patricia Thompson, The Victorian Heroine, A Changing Ideal, 1837-1873, London and New York, Oxford University Press, 1956.
16 Marion Lochhead, Young Victorians, London, Murria, 1959, p. 25.