No. 34 (1995)
Ensayos

Entre lo público y lo privado: el llanto en el cine mexicano de los años cuarenta

Julia Tuñón
Dirección de Estudios Históricos, INAH

Published 1995-09-30

How to Cite

Entre lo público y lo privado: el llanto en el cine mexicano de los años cuarenta. (1995). Historias, 34, 109-118. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/13962

Abstract

Es clara la enorme fuerza que encierra el cinematógrafo. Abre un abanico que bandea entre binomios: la luminosidad de la pantalla con la oscuridad de la sala, el sonido (música, diálogos y efectos) con el silencio, lo público con lo secreto. Un momento clave de la experiencia durante los años cuarenta es cuando se apagan las luces y, con el telón, se abre otro mundo posible. Muchas personas se acomodan para ver y oír lo mismo, aparentemente se hacen masa, y, sin embargo, los individuos se recogen en su ser más íntimo para leer, cada quien desde su propia óptica, el mensaje dizque idéntico pero cuajado de las múltiples posibles lecturas que cada filme contiene. Al apagarse las luces y bajar todos el volumen de la voz, despidiéndonos de quienes están cerca, nos concentramos para recibir ese texto onírico de la pantalla, ese que se acomoda en el sueño secreto de cada quien y nos sitúa en el mundo de la emoción. Así, al apagarse las luces se funde ese otro aparente binomio de lo más público con lo más privado. Una nota de 1944 dice que: “el público, en cuanto masa colectiva o muchedumbre de espectadores, adquiere una psicología especial que hace que se comporte como un niño grande”.

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References

1 Carlos Monsiváis, Amor perdido. Esta noche nos honran con su presencia..., Guadalajara, Departamento de Bellas Artes del Gobierno de Jalisco (colección Textos latinoamericanos), 1977, p. 41.
2 León Tannembaum, "El cine gusta por esto, por esto y por esto", La Pantalla, México, 13 de enero de 1944.
3 François Ewald, "Una nueva etapa de la nueva historia: entre lo privado y lo público. Entrevista a Paul Veyne", Historias, núm. 14, México, Dirección de Estudios Históricos, julio-septiembre, 1986, p. 3.
4 "Mentalidad" entendida como el sistema y los instrumentos que un grupo humano se da para transcribir, mediante símbolos, discursos y ritos, las relaciones de su vida. La mentalidad se conforma con ideas no sistematizadas, inconscientes, sin plan ni proyecto. Alude a lo irracional, lo emocional y se traduce en comportamientos, rituales y prácticas. "Ideología" entendida como el conjunto de explicaciones, creencias y valores aceptados y empleados en una formación social como campo de acción de las experiencias individuales. La ideología no se asimila en forma automática por quienes la reciben, sino que es filtrada y reinterpretada por las mentalidades. Analizar la interrelación entre estos niveles puede verse mejor por medio de casos particulares.
5 Ver Philippe Ariès y Georges Duby (coords.), Historia de la vida privada, 4 vols., Taurus, 1988, vols. II y III. Norbert Elias, El proceso de la civilización, México, Fondo de Cultura Económica, 1989. Donald Lowe, Historia de la percepción burguesa, México, Fondo de Cultura Económica (Breviarios, 430), 1986.
6 Carlos Aguirre, "Concurrencias públicas, virtudes privadas", El Nacional, México, 9 de octubre de 1991.
7 En Historia de la vida privada, op. cit., vol. II, se plantea que en el siglo XVI es común en la nobleza toscana llorar en privado, y lo hacen tanto hombres como mujeres: "llorar en común deja atrás todas las convenciones", pp. 280-281.
8 Lowe, op. cit., p. 191.
9 Idem. Ver también Philippe Ariès, "Introducción", Historia de la vida privada, op. cit., vol. III.
10 Lowe, op. cit., p. 193. Philippe Ariès, op. cit., vol. III, p. 189, plantea que en el proceso de control de los actos de extracción corporal, el llanto concita mayor tolerancia. En el siglo XIX se toleran las lágrimas en el teatro.
11 Ignacio Manuel Altamirano, "Crónicas teatrales", Obras completas, Nicole Giron (coord.), vols. X-XI, México, Secretaría de Educación Pública, 1988, vol. I, p. 259. El autor se refiere a la exhibición de una zarzuela llamada El loco de la guardilla, en julio de 1868.
Dice en otra parte: "Viéndola representar (la obra Bienaventurados los que lloran, de Larra, en julio de 1868) hemos enjugado nuestros ojos muchas veces, y lo decimos sin embozo aunque se rían de nosotros los que no tienen lágrimas porque tienen seco el corazón y viciada el alma". Idem, p. 236.
12 Jesús Martín Barbero, "Memoria narrativa e industria cultural", Comunicación y cultura, núm. 10, México, agosto de 1983, p. 59.
13 Carlos Monsiváis, "Notas sobre el Estado, la cultura nacional y las culturas populares", Cuadernos políticos, núm. 30, México, octubre-diciembre de 1981, p. 42.
14 Por "género" se entiende el conjunto de filmes que comparten lenguaje, tema, símbolos y estereotipos y permiten atenderlos como una unidad de análisis. Lo anterior permite un reconocimiento. Dice Tudor que "el género es un modelo cultural relativamente fijo". Andrew Tudor, Cine y comunicación social, Barcelona, Gustavo Gilli, 1974.
15 "Análisis del pasado año cinematográfico", Anuario del cine gráfico, 1945-1947, núm. 794-B, México, 1947, p. 521.
16 Testimonios para la historia del cine mexicano, 8 vols., México, Cineteca Nacional (Cuadernos de la Cineteca Nacional), 1976, vol. IV, p. 67.
17 Jorge Ibargüengoitia, "Cinéfilos de ayer y hoy", Autopsias rápidas, México, Ed. Vuelta, 1989, pp. 134-135.
18 El cine gráfico, México, 21 de octubre de 1934, p. 8.
19 Antonio Juárez Guillén, "La comedia, género del porvenir", La Pantalla, núm. 15, México, 12 de septiembre de 1943.
20 Testimonios..., op. cit., vol. VIII, p. 98.
21 Alejandro Galindo, El cine mexicano, México, Edamex, 1985, p. 32. Algunas cintas tuvieron un éxito rotundo, aunque fueran cintas de expresa mala calidad. Fue el caso de Juan Orol con Madre querida, que abrió un tema que habría de tener amplia repercusión en las pantallas nacionales. Orol "supo exaltar el culto a la madre y a las lágrimas, además es mucho más fácil hacer llorar a la gente que reír. A una figura se le ponen unas lágrimas de glicerina y ahí está el público moqueando". Entrevista con José B. Caries, Testimonios..., op. cit., vol. V, p. 61.
22 Idem, vol. VII, p. 64.
23 Entrevista con Alfonso Patiño, Idem, vol. V, p. 90.
24 Entrevista con Isabel Alba realizada por Julia Tuñón en la ciudad de México el día 20 de mayo de 1991.
25 Ramón Pérez Díaz, "Se estrenó en México", El cine gráfico, México, 14 de mayo de 1914, p. 12.
26 La Pantalla, México, 1 de abril de 1944, p. 12.
27 "La pequeña madrecita es una historia triste, labrada a golpes de lágrimas -las más ardientes y saladas-que se hincha en las sombras y se alimenta de miserias [...] es una historia desgarradora que estremecerá a nuestro pueblo, porque es una historia de mucho llanto, de alto dolor, de muchas sombras, pero de mucha esperanza de redención posible también." "La pequeña madrecita: drama arrancado de la vida real", La Pantalla, México, 18 de marzo de 1944.
28 "Etica del cine", cita de Alberto Godoy, Diccionario Cinematográfico Internacional de México, s.l., Jack Starr Hunt, s.f.
29 Las películas expresan significados por tres canales: 1) Cognoscitivo: informa acciones, acontecimientos, es la imagen, el habla, la música. 2) Expresivos: apela a emociones, tiene que ver el género y la estrella, el montaje, tempo, composición. 3) Normativos: evaluación ética a partir de un filme.
30 Cabe recordar que el cine mexicano no se caracteriza por el manejo de personajes con complejidad psicológica o emocional, sino que éstos cubren una función estereotipada en la trama.
31 Antonio de Salazar, "Nosotros pensamos así", La Pantalla, México, 17 de junio de 1943, s.p.
32 "La historia que retiene el espectador es el filme más diversas precisiones deducidas de él, o completamente imaginadas, porque sin ellas la ficción no se sostendría." Pierre Sorlin, Sociología del cine. La apertura para la historia del mañana, México, Fondo de Cultura Económica (sección Obras de sociología), 1985, p. 137.