No. 31 (1994)
Ensayos

El libro como medio necesario de evangelización-civilización en la Nueva España

Iván Darío Toro
Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín

Published 1994-03-31

How to Cite

El libro como medio necesario de evangelización-civilización en la Nueva España. (1994). Historias, 31, 79-98. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/14030

Abstract

Dentro de todas las posibilidades que comprende el libro, una de éstas ha sido la de servir como medio o instrumento de evangelización, proceso éste que se extiende al de conquista, civilización y en amplia forma al de cultura. El libro como apoyo y ayuda de evangelización-civilización, y por tanto de conquista. El libro portador de una cultura -la de Occidente-, y también inscripción de una cultura propia -cuando se imprimieron aquellos libros en las lenguas de las culturas de los naturales, así como confesionarios, vocabularios, cartillas, catecismos y doctrinas.

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References

1 Cfr. Román Zulaica Gárate, Los franciscanos y la imprenta en México en el siglo XVI. Estudio bibliográfico, México, 1939.
2 Ibidem.
3 Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana. Estudio preliminar, de Miguel León Portilla, 2a ed., Editorial Porrúa, México, 1977. Pulcra edición facsimilar de la de 1880, con un amplio estudio del personaje.
4 Cfr. Arte de la lengua mexi/cana y castellana, compuesta por el muy Re/verendo Padre Fray Alonso de Mo=/lina de la Orden de Señor/ sant Francisco. [Abajo, grabado del escudo de las cinco llagas]. En México en casa de Pedro Ocharte, 1571. Port.-v. Licencia del Virrey Martín Enríquez, en México, 22 de junio de 1571.- F. siguiente, comisión de Fray Bartolomé de Ledesma, administrador de la diócesis para que la obra sea examinada, en México, 1 de junio de 1571.- F. siguiente, aprobación de Fray Domingo de la Anunciación y Fray Juan Focher: a la v. licencia de la orden en México, 26 de junio de 1571 .- dedicatoria al virrey. f. 1-4.- Primera parte del Arte, f. 5-82.- Segunda parte, f. 1-35.
5 Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1984.
6 Cfr. Confesionario mayor, 1569, Epístola nuncupatoria, fechada en San Francisco de México, 6 de noviembre de 1564.
7 Cfr. Roberto Moreno, a quien hemos seguido en su introducción al texto facsimilar que referimos elabora un perfecto glosario, a modo de tabla de contenido, del Confesionario Mayor de 1569, en la edición que hemos citado y que conviene revisar para darse cuenta que prácticamente no falta ningún tema, pues tiene en cuenta todas las cuestiones fundamentales de la teología clásica, sobre todo cuando estructura lo teológico desde la observancia y cumplimiento de los mandamientos, los cuales revisa detenidamente, sin faltar detalle en su formulación y explicación, que permita una “Confesión general”; la comunión indicando toda la disposición que se ha de tener; preguntas acerca del quinto mandamiento de la iglesia y acercase a los diezmos; los pecados mortales: preguntas sobre los siete pecados mortales, primeramente el de la soberbia, siguiendo con la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza; preguntas sobre las siete obras de misericordia corporales, seguidas por las de misericordia espirituales. Preguntas acerca de cada uno de los sentidos. Las potencias del alma. Las virtudes teologales y cardinales. Amonestación al penitente para llevarlo a la absolución, etcétera. ¿Faltaría alguna materia que comprometa al sacramento de la penitencia? Tal vez lo abordó completamente todo.
8 Varios años después el padre José de Acosta, uno de los más penetrantes cronistas de Indias, en el volumen I, cap. IV, de su Historia natural y moral de las Indias, del Fondo de Cultura Económica de México, 1946, al comparar el desarrollo cultural de Oriente y América, afirma: “En la escritura china no son letras las suyas que sirven para palabras, sino figurillas de innumerables cosas, que con infinito trabajo y tiempo prolijo se alcanzan, y al cabo de toda su ciencia, sabe más un indio del Perú o de México que ha aprendido a leer y escribir que el más sabio mandarín de ellos; pues el indio con 24 letras que sabe escribir y juntar escribirá y leerá todos cuantos vocablos haya en el mundo y el mandarín con sus cien mil letras estará muy dudoso para escribir cualquier nombre propio.”
9 Cfr. “Carta de Fray Pedro de Gante al Emperador D. Carlos V, del 15 de febrero de 1552”.
10 Cfr. pp. 73-104.