No. 31 (1994)
Ensayos

Editar el siglo XVI. Los cofrades del Museo Nacional

Antonio Saborit
Museo Nacional de Antropología, INAH

Published 1994-03-31

How to Cite

Abstract

Hay una apasionada premonición del principio de una época ilustrada en los gabinetes de curiosidades, museos y Kunst-und Wunderkammer que, como espacios intelectuales, en muy buena medida inventó y abasteció el contacto cultural con el nuevo continente a lo largo del siglo XVII. Esos espacios devinieron en una nueva y novedosa institución de conocimiento y estudio en varias ciudades y cortes europeas. Su escenografía era fantástica y presuntuosa a tal grado que el gabinete de curiosidades comportó el detalle de distinción del nuevo (y viejo, a la vez) intelectual europeo: su laboratorio especializado. La materia de tales espacios no era otra que los objetos más queridos por el ilustrado (o bien sólo voluntarista) coleccionismo de su orgulloso propietario. Una semejante profusión de objetos, provenientes del reino natural así como de las más antiguas civilizaciones conocidas, caracterizó y decoró, como observó Anthony Grafton, la Kunst-und Wunderkammer en Praga y en Dresden, los museos de Athanasius Kircher en Roma, de Elias Ashomle en Oxford y Ole de Worm en Copenhague. Uno de los más famosos -el Musaeum Wormianum en Copenhague- quedó registrado muy detalladamente en uno de los catálogos, dice Grafton.

Downloads

Download data is not yet available.

References

1 Anthony Grafton, New Worlds, Ancient Texts The Power of Tradition and the Shok of the Discovery, The Belknap Press of Harvard University Press, Londres, 1992, p. 220.
2 Miguel Angel Fernández, Historia de los museos de México, Promotora de Comercialización Directa, México, 2a. edición, 1988, p. 119.
3 Una lista confiable de los directores del Museo Nacional desde su fundación hasta 1905 en Anales del Museo Nacional, Segunda época, t. ll, México, 1905, p. 412.
4 Las ediciones de la famosa carta de J.G.I. se multiplicaron como los panes del Evangelio. José María de Agreda y Sánchez sacó una copia íntegra del autógrafo original, pero además, a diferencia de J.G.I., opinaba que la carta debía publicarse. Una de las copias circuló en latín, sin el nombre de su autor, bajo el título: De B.M. V. Apparitione in Mexico subtitulo de Guadalupe Exquisito Historica. Esta versión en latín circuló en 1890 y la traducción la pudo haber realizado Vicente de Paúl Andrade, según la nota que aparece en el libro Investigación histórica y documental sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe en México, Ediciones Fuente Cultural, México, 1951. En 1892, Fortino Hipólito Vera la tradujo al español y la metió en su obra Contestación histórico-critica en defensa de la Maravillosa Aparición de la Santísima Virgen de Guadalupe al anónimo intitulado: Exquisito Historica, y al año siguiente Vicente de Paúl Andrade la retradujo y publicó por separado como Exquisito Historica. Anónimo escrito en latín sobre la Aparición de la B.V.M. de Guadalupe. "Esta edición no se hizo en Xalpa", escribió Agreda en su Catálogo, “se hizo en México en la imprenta de D. Albino Feria... en la casa no. 6 de la primera calle de Sabino", lnvestigación histórica, op. cit., p. 15. La primera edición íntegra y correcta de la carta se hizo en la imprenta de Ireneo Paz y a los dos años de la muerte de J.G.I., a partir de la copia del autógrafo original realizada por Agreda y Sánchez. El manuscrito de esta copia puede consultarse en los documentos que de Agreda y Sánchez se conservan en el Archivo General de la Nación (AGN, Fondo J.M. Agreda y Sánchez, caja 3, expediente 12).
5 Manuel Guillermo Martínez, aun cuando se concentró en el flanco historiográfico de J.G.I., apenas tocó los quehaceres hacendarios en el primer capítulo de su disertación Don Joaquín García lcazbalceta: His Place in Mexican Historiography, The Catholic University of America, Washington, D.C., 1947. En carta dirigida a Cesáreo Fernández Duro, y citada por Felipe Teixidor, J.G.I. escribió: “El dulce jugo alimenta a mi familia hace más de siglo y medio, por lo cual hay que verle con respeto y atención... es mi modus vivendi... y el que da para calaveradas literarias como la de la Bibliografía del siglo XVI”, en Cartas de Joaquín García Icazbalceta, Editorial Porrúa, México, 1937, p. 33.
6 Felipe Teixidor, Cartas de Joaquín García lcazbalceta, compiladas y anotadas por..., Ediciones Porrúa, México, 1937, pp. 4-5.
7 Cartas de Joaquín García lcazbalceta, op, cit., pp. 6-7.
8 Joaquín García lcazbalceta, Escritos infantiles, Fondo de Cultura Económica, México, 1978, p. 8.
9 Unas palabras sobre lo que entiendo por "densidad cultural". Gilbert Ryle empleó el concepto de "descripción densa" para hablar sobre “pensamiento y reflexión" y sobre el "pensamiento de pensamientos" (A Collection of Critical Essays, Anchor Books, Nueva York, 1970). Más adelante, Clifford Geertz recurrió a este mismo concepto para exponer su teoría interpretativa de la cultura; si convenimos con Max Weber que el hombre está inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, escribió Geertz, "considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser, por tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sipo una ciencia interpretativa en busca de significados. Busco la explicación interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie [...] El análisis consiste entonces en desentrañar las estructuras de significación - lo que Ryle, llamó códigos establecidos, expresión un tanto equívoca, pues hace que la empresa se parezca mucho a la tarea del empleado que descifra, cuando más bien se asemeja a la del crítico literario – y en determinar su campo social y su alcance" (The Interpretation of Cultures, Basic Books, Nueva York, 1973). Antes que un concepto, la expresión "densidad cultural” califica a la urdimbre que conforman las tramas de significación o bien a las expresiones sociales a las que se refería Geertz. ¿O no es verdad que los escritos infantiles de J.G.I., tal vez demasiado simples o demasiado enigmáticos en la superficie, serían susceptibles de un análisis que tocara o les devolviera su densidad?
10 La primera versión es de M.G. Martínez, Don Joaquín García lcazbalceta, op. cit., pp. 59-60 y se desprende de un artículo de J.G.I., "Tipografía mexicana”, en Diccionario Universal de Historia y de Geografía, t. V, México, 1854. La otra versión es de Felipe Teixidor. En una de las informadísimas notas al pie a las cartas de J.G.I., se lee lo siguiente: "En la revista que acabamos de citar [El Liceo Mexicano] figuran algunos grabados suyos [...] Es lástima que don Joaquín abandonara este arte del que debió recibir seguramente lecciones de aquel famoso impresor español R. Rafael, que por la política abandonó el oficio de impresor y grabador; tanto en madera como en lámina", en Cartas de Joaquín García lcazbalceta, op. cit., pp. 9-10.
11 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, Editorial Porrúa, México, 1985, pp. 313-314.
12 Historia/ de la/ Conquista del Perú/ precedida de una ojeada sobre la/ Civilización de los Incas/ Escrita en inglés por/ W.H. Prescott/ Socio Corresponsal del Instituto de Francia, etc., etc.,/ Traducida al castellano por J.G.I./ ("Congestae cumulantur opes, orbisquae rapinas/ Accipit”- Claudiano in Ruf. lib. I.v.194/ (“So color de religion / Van á buscar plata y oro/ Del ncubierto tesoro.” -Lope de Vega, El Nuevo Mundo, Jorn. I) / México, R. Rafael, editor, calle de Cadena N. 13/ 1849.
13 Jesús Galindo y Villa, “Don Joaquín García Icazbalceta. Biografía y bibliografía", en Anales del Museo Nacional, t. VII, la. Epoca, México, 1903, p. 522.
14 14 Véase la ya citada carta de J.G.I. a José Fernando Ramírez en Cartas de Joaquín García Icazbalceta) op. cit., pp.15-16. Sin embargo, podría ser que J.G.I. deseara en realidad llevar a cabo una idea de José Fernando Ramírez. Este último, en carta del 1o. de enero de 1850 a Isidro R. Gondra, en la que expresó el plan para mejorar la Biblioteca de Beristáin. J.F. Ramírez, "Una carta inédita del Sr. Lic. Don José Fernando Ramírez", Anales del Museo Nacional, Segunda época, t. II, 1905, p. 177.
15 Este discurso, muy útil para seguirle los pasos a la vocación editorial de J.G.I, fue pronunciado el 1o. de octubre de 1878 y se imprimió en las Memorias de la Academia Mexicana correspondiente de la Española, t. I. México, 1886. El editor Victoriano Agüeros lo incluyó entre los Opúsculos Varios de su magnífica e indispensable edición de las Obras de D.J. García Icazbalceta, II, México, 1896, pp. 119-146.
16 Obras de D.J. García Icazbalceta, t. II, op. cit., p. 130.
17 Obras de D.J. García lcazbalceta, t. II, op. cit., p. 133.
18 Ibid., p. 138.
19 Luis González y González, Todo es historia, Cal y Arena, México, 1989, p. 39.
20 Jerónimo de Mendieta. Historia eclesiástica indiana, editada por Joaquín García Icazbalceta, Biblioteca Porrúa 46, México, 1870, facsímil, 1971, p. vi.
21 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, Fondo de Cultura Económica, México, la reimpresión, 1991, p. 55.
22 Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, op. cit., p. 51.
23 Ibid., p. 556.
24 Joaquín García Icazbalceta, "Fr. Jerónimo de Mendieta", Obras de..., tomo III. p. 397, 402.
25 Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, op. cit., p. xxiii.
26 Ignacio Manuel Altamirano, Obras completas XIII, Secretaria de Educación Pública, México, 1988, pp. 90-356.
27 David A. Brading, Orbe indiano. De la monarquía católica a la república criolla, 1492-1867, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 723-727.
28 Al final de la década de los treinta, Silvio Zavala editó, anotó y comentó una parte importantísima de los papeles personales de este historiador en Francisco del Paso y Troncoso. Su misión en Europa, 1892-1916, investigación, prólogo y notas por Silvio Zavala, Publicaciones del Museo Nacional, México, 1939, 644 pp. (La Universidad Nacional Autónoma de México, a través de su Instituto de Estudios y Documentos Históricos, reimprimió este libro en 1980). Se trata de las cartas e informes remitidos por Troncoso a lo largo de más de dos décadas de trabajo entre documentos y papeles del siglo XVI mexicano, conservados en España e Italia, principalmente. El libro descubre el taller de un historiador muy valioso. Estas cartas de Troncoso recogen todos y cada uno de sus proyectos editoriales, pero también los tropiezos que le impidieron llevar su trabajo a buen fin. En ellas expresa sus anhelos así como las dificultades cotidianas, desde los retrasos en el suministro de recursos monetarios hasta las complicaciones editoriales de algún documento. El libro es uno de los trabajos más interesantes de Zavala -y piénsese, sobre todo, en que se trata de un título que atañe directamente al oficio del historiador más que a una sola de sus ramas-, y sin dudas es uno de los pocos trabajos que, sin proponérselo º imaginarlo siquiera, Troncoso acabó.
29 Jesús Galindo y Villa, "Don Francisco del Paso y Troncoso. Su vida y sus obras", en Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate, t. XLII, México, 1923, p. 136.
30 Galindo y Villa, "Don Francisco del Paso y Troncoso. Su vida y sus obras", p. 140.
31 Galindo y Villa, ibid., p. 142.
32 Los dos primeros ensayos de Troncoso en los Anales del Museo Nacional, esto es, el fragmento ya mencionado de su tesis profesional y su ensayo sobre “El calendario de los tarascos y sus festividades", fueron recogidos recientemente por Pilar Maynes, quien hizo la introducción, selección y notas para Francisco del Paso y Troncoso, La botánica entre los nahuas y otros estudios, Cien de México, SEP, México, 1988, 287 pp.
33 Véase la nota de Silvio Zavala, "Una palmera y una idea en el Paseo de la Reforma…, en Excélsior, marzo 29, 1992.
34 Juan de Dios Peza, Memorias, reliquias y retratos, prólogo de Isabel Quiñónez, Editorial Porrúa, México, 1990, p. 182.
35 Ignacio Manuel Altamirano, Obras completas. Escritos de literatura y arte, t. XIII, selección y notas de José Luis Martínez, SEP, México, 1988, p. 343.
36 Galindo y Villa, "Don Francisco del Paso y Troncoso. Su vida y sus obras", op. cit., p. 152.
37 Joaquín García lcazbalceta escribió a Nicolás León: “Ahí está Troncoso, por ejemplo, que me ha sumido el resuello [al devolverle los Memoriales], y me ha quitado las ganas de escribir", en Ignacio Bernal, Correspondencia de Nicolás León con Joaquín García lcazbalceta, UNAM, México, 1892, p. 230.
38 Ascensión Hernández de León-Portilla, Bernardino de Sahagún. Diez estudios acerca de su obra, edición e introducción..., FCE, México, 1990, pp. 91-92.
39 Joaquín García lcazbalceta, Bibliografía mexicana del siglo XVI, edición facsimilar, FCE, estudio introductorio y notas de Agustín Millares Carlo, México, 1978, p. 308.