“El pasado siempre pesa sobre la actualidad”. Textos en la revista historias sobre los siglos XVIII y XIX
Keywords:
18th century, 19th century, Authors, Intellectual life, Seminars, PublicationsAbstract
The purpose of this article is to provide an overview of the essays on the eighteenth and nineteenth centuries published in our magazine and to outline the thematic approaches during its thirtyseven years of editorial production. We invite our readers to undertake a personal journey revisiting the past through Historias. It is a past that in one way or another blends research subjects and academic work within the Dirección de Estudios Históricos of the Instituto Nacional de Antropología e Historia.
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Agradezco a Ramón Velázquez y a Omar Issac Dávila González, asistentes de la revista historias, por la ayuda que me brindaron para la elaboración de este texto. De igual manera agradezco a Juana Inés Fernández su colaboración. También a Emma Rivas Mata y Rodrigo Martínez por las acuciosas lecturas e indicaciones que me sugirieron para mejorar el texto.
Lucette Valensi y Nathan Wachtel, “Le Roy Ladurie. El historiador errante”, historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 135-140. Traducción de Rodrigo Martínez, tomado de L ‘Are.
Subtítulo tomado de un ensayo de Paul Theroux, publicado en historias, núm. 14, julio-septiembre, 1986, pp. 95-98.
Hira de Gortari Rabiela, “La historiografía mexicana y lo contemporáneo”, historias, núm. 24, abril-septiembre, 1990, pp. 45-53.
En relación con este último dato, no se contaron los artículos que aparecieron en la sección “Entrada libre”, donde se publicó una gran variedad de temas, muchos de ellos relacionados con las maneras y las concepciones en las que se escribe la historia en nuestros días. Por cierto, sección de invaluable valor para la elaboración del trabajo.
Véase “Índice general de la revista historias”, historias, núm. 50, septiembre-diciembre, 2001, pp. 117-130. No conté aquellos artículos que no reflejan evidencia clara de la temporalidad del estudio en su título. Por otra parte, si se suman los ensayos que califiqué como de “cuestiones historiográficas” a los ensayos propiamente del siglo XX, queda claro que es la última centuria la que mayor atención capta entre los historiadores que colaboran con nuestra revista. Es muy probable que esto mismo suceda con los siguientes cincuenta números publicados.
Carlos Aguirre y Antonio Saborit, “El pasado siempre pesa sobre la actualidad. Entrevista con David A. Brading”, historias, núm. 18, julio-septiembre, 1987, pp. 35-42. Entrevista reproducida en este número de historias.
Como dice Felipe Castro Gutiérrez, “[…] antes del libro de David Brading poco era lo que se sabía sobre las élites nobiliarias o burguesas —comerciantes, hacendados o financieros—, de su entorno social, familiar, formas de reclutamiento, promoción o decadencia”, en “La historia social”, Estudios de Historia Novohispana, núm. 55, julio-diciembre, 2016, pp. 8-29, p. 10.
Véase historias, núm. 2, octubre-diciembre, 1982, p. 57.
Según Pierre Goubert, “junto con Marc Bloch y Lucien Febvre, fue uno de los fundadores de la historia nueva e impulsó, durante más de treinta años, la Escuela de los Annales; véase “Un déspota sonriente (El Mediterráneo en los tiempos de Braudel)”, historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 15-19, traducción de Gabriela Colín, tomado de Le Monde.
Immanuel Wallerstein, “Braudel, los ‘Annales’ y la historiografía contemporánea”, historias, núm. 3, enero-marzo, 1983. Este ensayo fue parte del volumen Historians of Modern Europe, editado por Ch. Freedeman y W.W. Wagar. El texto de Wallerstein había sido publicado con anterioridad en Studi Storici, enero-marzo de 1980 (año XXII). Traducción de Marco Bellingeri y Rodrigo Martínez Baracs.
Graciela Garay, “Nueva fuente para la nueva historia. Eugenia Meyer recuerda los inicios de la revista Secuencia”, publicada en la revista del mismo nombre en el núm. 78, septiembre-diciembre, 2010, pp. 179-198; 180. Me parece que es necesario señalar que podría ser que se confundiera a la Ciudad de México con la República Mexicana, pero en realidad la historia de la primera era desconocida. El interés generado por la historia regional en los años sesenta y setenta llegó acompañado con la inquietud por conocer más el devenir de la capital del país, inquietud que se manifestó con la organización del Seminario de Historia Urbana de la DEH-INAH.
Christopher Domínguez Michael, “Los marxismos mexicanos”, Nexos, 1 de octubre, sin número de página, 1983, recuperado de: <https://www.nexos.com.mx/?p=4243>, consultada el 9 de agosto de 2018.
Marcello Carmagnani, “Los olvidos de Clío”, historias, núm. 6, abril-julio, 1984, pp. 85-98. Este autor fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Chile en 2010, nació en Verona, Italia, el 20 de agosto de 1940. En su ficha de “presentación para otorgarle el honoris causa”, se dice que llegó al país andino con su familia en 1950, ingresó a la Universidad en 1958 y su tesis fue publicada en 1963 en dicha casa de estudios con el título El salariado en Chile colonial: su desarrollo en una sociedad provincial: el Norte Chico, 1690-1800. Según la misma referencia, aún es un libro de consulta obligada para los estudiosos de la historia de Chile por el significativo aporte al conocimiento de las formas de trabajo en el siglo XVIII. En el momento que se redactó la mencionada ficha para entregarle ese reconocimiento, era catedrático de Historia de América Latina en la Universidad de Turín (cátedra que ejercía desde 1976). Además, era profesor-investigador tanto del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México desde 1991, como de la Fondazione Luigi Einaudi, de Turín, desde 2005. El profesor Carmagnani ha sido, entre otros, profesor visitante en distintas universidades y centros de Investigación tanto en Europa como en América; por ejemplo, la Universidad de Columbia; el Wilson Center, de Washington D.C.; el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California; la Universidad Autónoma Metropolitana (uam) de Ciudad de México, y la DEH del INAH, por citar algunas instituciones. “Los olvidos de Clío” fue una de varias colaboraciones publicadas en la revista historias. Información recuperada el 13 de agosto de 2018 en y <http://colmex.academia.edu/MarcelloCarmagnani/CurriculumVitae>, consultadas el 27 de noviembre de 2018.
Felipe Castro Gutiérrez tiene otra definición; según su punto de vista: “La historia social moderna ha tenido varias definiciones: originalmente fue considerada como la historia en sí misma, que reunía los aportes de las historiografías particulares (política, económica, demográfica), como si fuesen sus auxiliares. Este ambicioso programa inicial (más bien una declaración de principios), característico de los artículos publicados en la revista Annales, pronto cedió su lugar a dos vertientes específicas: la que se ocupa de ciertos ámbitos particulares, como los grupos sociales (que prosperó particularmente […] en la Gran Bretaña), y otra que ve la historia social ante todo como una perspectiva, una manera de ver y buscar lo social, subyacente con distinta relevancia en diferentes instituciones, procesos, actividades, creencias e ideas”, “La historia social”, op. cit., p. 9.
Marcello Carmagnani, op. cit., p. 88.
Ibidem, p. 89.
Véase historias, núm. 1, julio-septiembre, 1982.
Jorge González Angulo, Artesanado y ciudad a finales del siglo XVIII, México, FCE-SEP (Colección, Sep/80, núm. 49), 1983, 248 pp.; Virginia García Acosta, “Artesanía, comercio y ciudad”, historias, núm. 5, enero-marzo de 1984, pp. 143-144. Aunque en su mayor parte se refiere al siglo XIX, un reconocimiento a la labor de investigación sobre la historia de la ciudad de México es el libro que recopila la obra publicada por María Dolores Morales Martínez, Ensayos urbanos. La Ciudad de México en el siglo XIX, México, UAM, 2011, tercero de la colección “Antologías”. Morales Martínez fue miembro del Seminario Historia Urbana desde sus inicios en los años setenta; hoy participa en el colectivo “Censos Históricos 1753-1882” de la deh. En la contraportada del libro mencionado se señala que “sus investigaciones se han caracterizado por el riguroso manejo y análisis de las fuentes documentales y por su vinculación con la cartografía urbana; así como por sus relevantes aportaciones para la historia de la ciudad de México, en especial, para los temas
de la propiedad urbana, la desamortización de los bienes del clero, las transformaciones espaciales, el crecimiento urbano, los empresarios fraccionadores, los grandes establecimientos comerciales, los censos de población, los usos del suelo y la vivienda. En 1981, Dolores Morales obtuvo el Premio ‘Historia de la Ciudad de México’ otorgado por el Archivo Histórico de la Ciudad de México”.
Marcello Carmagnani, op. cit., p. 90.
Ibidem, pp. 90-91. Un ejemplo que ilustra muy bien que la territorialidad es uno de los elementos caracterizantes de la sociedad novohispana, es la elaborada por Alberto Carabarín en el artículo “Región y mercado colonial: las coyunturas de los obrajes poblanos entre los siglos XVI y XVIII”, historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 41-49, donde plantea que: “Los cronistas poblanos de los siglos XVI a XVIII y los informes regionales de los intendentes, confirman el carácter multiespacial de todo proceso de crecimiento económico colonial. Incluso analizando un movimiento coyuntural tan particular como lo fue el auge-declinación de los obrajes de la ciudad de Puebla, vuelve a ratificarse lo observado durante los siglos XVI y XVII en la villa de Potosí y el virreinato peruano: que el fenómeno de crecimiento mercantil sólo pudo verificarse apoyándose en una red de circuitos que remontaron el espacio local” (p. 41).
José Luis Mirafuentes, “Elite y defensa en Sonora, siglo XVIII”, historias, núm. 12, enero-marzo, 1986, pp. 67-79.
Eduardo Flores Clair y Cuauhtémoc Velasco Ávila, “Minería y poder político en México, 1770-1856”, historias, núm. 5, enero-marzo, 1984, pp. 33-51.
De 1990 a 2014, este foro académico de los historiadores de la minería latinoamericana se había reunido doce ocasiones, y el resultado de la reunión de 2014 apareció como libro, coordinado por José Alfredo Uribe Salas, Inés Herrera Canales, Alma Parra Campos, Francisco Omar Escamilla González y Lucero Morelos Rodríguez, Economía, sociedad y cultura en la historia de la minería latinoamericana, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo / INAH / Fundación Vueltabajo A.C. / Editorial Morevalladolid, 2016.
Cuauhtémoc Velasco Ávila, Eduardo Flores Clair, Alma Parra Campos y Edgar Omar Gutiérrez López, Estado y minería en México (1767-1910), México, Semip / INAH / Comisión de Fomento Minero / FCE, 1988.
Graziella Altamirano y Guadalupe Villa (comps.), Chihuahua. Textos de su historia, 1824-1921, Gobierno del Estado de Chihuahua / Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora / Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 1988, t. I, p. 15. Aunque en el título no aparece consignado lo relativo a la parte colonial, el segundo capítulo lleva por título “Del tutelaje a la libertad (1771-1821)”.
Pierre Vilar, Iniciación al vocabulario del análisis histórico, Barcelona, Crítica, 1980, p. 7. En 1999 este libro llevaba ya seis ediciones… Norma de los Ríos, “Pierre Vilar: historiador y maestro”, historias, núm. 57, enero-abril, 2004, pp. 3-8.
Mario Cerutti, “Siglo XIX. Revista de Historia”, Historia Mexicana, vol. 50, núm. 4 (200), abril-junio, 2001, pp. 899-900.
Es de reconocerse el papel protagónico del director de la DEH, Enrique Florescano, en la formación de los seminarios, en la definición de los temas a investigar y en la elección de los coordinadores de dichos seminarios.
Ciro Flamarion S. Cardoso (Brasil, 1942-2013) es uno de los muchos ejemplos de los académicos latinoamericanos que pasaron por México a raíz de los golpes militares ocurridos en sus países, en este caso Brasil. En 1967 viajó a Francia para realizar estudios de posgrado en la prestigiada Écoledes Hautes Études y del Institut des Hautes Études de l’Amerique Latine, fundado por Fernand Braudel Como estudiante fue testigo de la rebelión estudiantil de aquel “mayo del 68”. En 1971, presentó su tesis de doctorado, donde se pueden constatar las influencias del ambiente académico de esos años “[…] el estructuralismo, la relectura de Marx realizada por Althusser y las polémicas derivadas, las discusiones en el seminario de Pierre Vilar, el redescubrimiento de Gramsci y el surgimiento de la sociología latinoamericana de la dependencia […]”. Ante la imposibilidad de regresar a su país, consiguió trabajo en Costa Rica en el Programa de Ciencias Sociales de la Confederación Universitaria Centroamericana, dirigido por el sociólogo guatemalteco Edelberto Torres. Cinco años permaneció en ese país centroamericano durante los cuales desplegó una intensísima actividad. En septiembre de 1974, en el Congreso Internacional de Americanistas que tuvo lugar en México, participó en una concurridísima mesa redonda sobre “Modos de producción en América Latina”, la cual fue presidida por Pierre Vilar y contó también con la participación, entre otros, de Roger Bartra, Carlos Sempat Assadourian, André Gunder Frank y Agustín Cueva. En 1976, luego de pasar tres meses como visiting fellow en el St. Antony’s College de la Oxford University, se trasladó a México como investigador del entonces Departamento de Estudios Históricos del INAH, institución dirigida en ese momento por Enrique Florescano. En esta institución tuvo a su cargo la coordinación del Seminario de Historia Económica y Social. A pesar de su corta estancia dejó dos importantes resultados, dos libros colectivos (de 1978 y 1980 respectivamente) que muy pronto se convirtieron en valiosos referentes sobre el quehacer historiográfico de aquel momento relativo al siglo XIX: Ciro F.S. Cardoso (coord.), Formación y desarrollo de la burguesía en México, siglo XIX, México, Siglo XXI Editores, 1978; y Ciro F.S. Cardoso (coord.), México en el siglo XIX (1821-1910). Historia económica y de la estructura social, México, Editorial Nueva Imagen, 1980; además de Héctor Pérez Brignoli, “Ciro Flamarion Cardoso”, Revista de Historia, núm. 68, julio-diciembre, 2013, pp. 11-20.
Los miembros del Seminario Formación de Grupos y Clases Sociales eran Margarita Urías, Guillermo Beato, Rosa María Meyer, Shanti Oyarzábal, María Teresa Huerta, y los invitados fueron el propio coordinador del libro, Ciro F.S. Cardoso, María Dolores Morales (integrante del Seminario de Historia Urbana de la DEH-INAH), Mario Cerutti y Roberto C. Hernández, investigadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Agradezco el dato a Ixchel Cervantes, bibliotecaria referencista de la Biblioteca Manuel Orozco y Berra de la DEH-INAH. Rodolfo Pastor publicó una reseña muy crítica de este libro y a pesar de sus comentarios reconoció que: “Quizá desde la Historia moderna de México no se escribía una obra de este alcance, fruto del énfasis reciente sobre la historia socioeconómica del siglo pasado, en la que se buscan los ‘antecedentes de la revolución’”, en “Sobre México en el siglo XIX (1821-1910). Historia económica y de la estructura social”, Historia Mexicana, vol. 30, núm. 2 (118), octubre-diciembre, 1980, pp. 299-306, recuperado de: <https://historiamexicana.colmex.mx/index.php/RHM/article/view/2654/2165>, consultada el 12 de septiembre de 2018.
Detalles sobre este seminario y la participación de la “historia del arte” en historias pueden verse en Esther Acevedo y Rosa Casanova, “Tiempos y memorias”, en este número 100 de la revista.
Esther Acevedo, Rosa Casanova, María Estela Eguiarte y Eloísa Uribe, “Modos de decir: la pintura y los conservadores”, historias, núm. 6, abril-julio, 1984, pp. 71-84.
Véase historias, núm. 16, enero-marzo, 1987, pp. 131-142, p. 131.
Según el historiador Javier Garciadiego, estas revistas aparecieron en un momento historiográfico que él califica como la etapa “revisionista”, caracterizada por la irrupción de la historia económica y social, así como por la aparición del interés por lo regional: “[…] con un enfoque riguroso sin caer en parroquialismos y con pretensiones comparativas, en los años ochenta es cuando crece el interés por la historia moderna y por los tiempos presentes, entonces se busca de manera significativa la vinculación entre historia y antropología […] Fueron años inicialmente dominados por el marxismo y la teoría de la dependencia —[para ello] reléase Cuicuilco [revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, surgida en 1980]—, aunque luego aparecieron posiciones escépticas y críticas del marxismo —notablemente historias— y abiertos desmentidos a la teoría de la dependencia —sobre todo en la revista Siglo XIX […]”. Estas palabras fueron parte del discurso leído por Garciadiego en la presentación del número 200 de Historia Mexicana, en El Colegio de México, el 20 de septiembre de 2001, y publicadas con el título “Revistas revisitadas: ventana a la historiografía mexicana del siglo XX”, Historia Mexicana, vol. 51, núm. 2 (202), octubre-diciembre, 2001, pp. 221-231.
El caso que mejor ilustra el señalamiento de las autoras es el de Eric Van Young, “La historia rural de México desde Chevalier: historiografía de la hacienda colonial”, historias, núm. 12, enero-marzo, 1986, pp. 23-65, cuyos objetivos fueron: examinar el desarrollo de la historiografía de la vida rural durante la Colonia y los primeros años del México independiente publicados en los últimos treinta años, poniendo particular atención en el estudio de la hacienda; evaluar algunos de sus hallazgos, problemas y dificultades de crecimiento, y ofrecer algunas sugerencias respecto a dónde podrían invertir sus energías futuras los que trabajan en este campo” (p. 23).
Véase historias, núm. 16, enero-marzo, 1987, pp. 131-132.
Véase historias, núm. 15, octubre-diciembre, 1986, pp. 43-53.
Ibidem, p. 44.
Véase historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 69-93.
Véase historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 129-133.
François-Xavier Guerra (1942-2002), “El renacer de la historia política: razones y propuestas”, historias, núm. 54, enero-abril, 2003, pp. 3-24, p. 4. En la presentación de este ensayo se dice que “historias no encuentra […] mejor manera de recordar al amistoso, entrañable historiador —al hispanista, al mexicanista— que publicando el escrito que sigue […] cuya memoria hoy deseamos encomiar”. Texto tomado de New history, nouvelle histoire: hacia una nueva historia, Madrid, Actas, 1993.
Véase historias, núm. 15, octubre-diciembre, 1986, pp. 3-5. Este fragmento de la reseña de Robert Darnton fue tomado de The New York Review of Books, vol. XXXIII, núm. 15, del 9 de octubre de 1986.
Ibidem, p. 4.
Para Carlos Martínez Assad, lo que se ha definido como revisionismo histórico puso el dedo en la llaga porque demostró que la historia de México no fue un proceso monolítico ni homogéneo. Al contrario, enfatizó más las diferencias que las coincidencias, “Eslabones. Revista Semestral de Estudios Regionales”, Historia Mexicana, vol. 50, núm. 4 (200), abril-junio, 2001, p. 921. Para Romana Falcón, “Después del movimiento de 1968, que sacudiera las paredes del edificio estatal y las conciencias de los mexicanos, se iniciaron varias corrientes ‘revisionistas’ que pusieron en tela de juicio las interpretaciones clásicas sobre diferentes temas […]. Los cambios fueron de todos los órdenes. Para empezar, se intentó descubrir al México pequeño y olvidado. Con ello se trastocó el enfoque tradicional que insistía en dar prioridad a los líderes y a los acontecimientos que tenían importancia nacional, en menosprecio de los sucesos acaecidos en los diversos rincones del país y de trascendencia meramente local […]. México se puso entonces bajo el microscopio y la microhistoria inició su revancha […]”, “El revisionismo revisado”, Estudios Sociológicos, vol. v, núm. 14, mayo-agosto, 1987, p. 343. Para Antonio Annino, el término revisionismo le parece algo inadecuado. Y nos dice: “[…] como pasa siempre con las palabras exitosas, ya es tarde para modificaciones. El término no me gusta porque sugiere que hay algo como un conflicto con la historiografía de antes. Si mal no recuerdo, el término nació en Francia con las obras de François Furet, que atacó duramente a la historiografía marxista sobre la Revolución francesa, que había monopolizado el tema. En aquel caso, el término revisionismo fue correcto, porque conscientemente Furet buscó una alternativa a la historiografía de antes. En nuestro caso, ninguno de nosotros piensa atacar a nadie. Nadie piensa que esta nueva historiografía sea alternativa a la vieja. Se propone sencillamente el desarrollo de nuevos campos de investigación, que pueden confirmar, más o menos, tesis del pasado, pero esto es normal en nuestro trabajo de historiadores […]”, Elías Palti, “La historia política latinoamericana hoy. Entrevista con Antonio Annino”, historias, núm. 64, mayo-agosto, 2006, pp. 33-38, p. 35.
Georges Duby, “Lo mental y el funcionamiento de las ciencias humanas”, historias, núm. 16, enero-marzo, 1987, pp. 12-14. Este artículo fue tomado de la revista L’Arc, París, núm. 72, 1978, y fue traducido por Guadalupe Pacheco
Méndez.
François Ewald, “Una nueva etapa de la nueva historia: entre lo privado y lo público”, historias, núm. 14, julio-septiembre, 1986, traducción de Ricardo Pozas Horcasitas, tomado de Magazine Literaire. Como asistente de Michel Foucault, en la década de 1970, François Ewald ha supervisado la publicación de gran parte del patrimonio literario de Foucault.
El profesor Andrés G. Freijomil, en su columna “Teoría de la historia” nos dice que, Historia de la vida privada apareció entre 1985 y 1987, en cinco volúmenes, 3 214 páginas, 2 102 ilustraciones en blanco y negro y 80 en color, 38 autores de diversa procedencia ideológica (desde un católico conservador como Philippe Ariès, hasta uno de origen marxista como Georges Duby) y una edición plurinacional (Seuil, Laterza, Harvard University Press y Taurus Ediciones). Estos sucintos datos son suficientes para revelar el calado de este ambicioso proyecto. La editorial francesa Seuil, en la colección dirigida por Michel Winock, lo comenzó en 1985. Un año antes, su promotor Philippe Ariès había muerto, recayendo la coordinación final en Georges Duby, quien respetó los esquemas de trabajo acordados con su antecesor. Recuperado de: <https://introduccionalahistoriajvg.wordpress.com/2013/04/23/2489/>, consultada el 19 de septiembre de 2018.
El nombre oficial de este seminario fue Historia de las Mentalidades y Religión. Inicialmente estuvo integrado por Serge Gruzinski y Solange Alberro. Sergio Ortega Noriega fue su coordinador por casi diez años. Poco después de su fundación se sumarían José Abel Soriano y Jorge René González Marmolejo, más adelante se incorporaron otros investigadores. El objetivo del seminario fue “averiguar la manera en la que los hombres del pasado percibieron los hechos que vivieron y, del mismo modo, enfocar su interés en el saber algo más acerca de los actores de esos hechos […]”. Este grupo de académicos ha publicado varias e interesantes obras colectivas, Patricia Osante y Edgar O. Gutiérrez, “Sergio Ortega: un ciudadano del noroeste en la UNAM”, en Jorge René González M., Mentalidades, economía y región en la historia de México, siglos XVI al XIX. Homenaje a Sergio Ortega Noriega, México, INAH, 2012, p. 24. 50 José Abel Ramos Soriano, “Los orígenes de la literatura prohibida en la Nueva España en el siglo XVIII”, historias,
núm. 6, abril-julio, 1984, pp. 25-47; y Jorge René González, “Pecados virtuosos. El delito de solicitación en la Nueva España (siglo XVIII)”, historias, núm. 11, octubre-diciembre, 1985, pp. 73-84.
Thomas Calvo, “Cada santidad tiene la perversión que se merece”, historias, núm. 12, enero-marzo, 1986, pp. 115-117; Sergio Ortega (ed.), De la santidad a la perversión. O de porqué no se cumplía la ley de Dios en la sociedad novohispana, México, Editorial Grijalbo (Enlace Historia), 1986, 290 pp.
Pierre Goubert, “Un déspota sonriente (…)”, op. cit.; y Pierre Vilar, “Algunos recuerdos”, en historias, núm. 13, abril-junio, 1986, pp. 17-21, tomado del periódico El País.
Lawrence Stone, El pasado y el presente, trad. de Lorenzo Aldrete Bernal, México, fce, 1986. De la siguiente manera la casa editorial presenta el texto en su página web: “En los últimos veinticinco años de nuestro siglo han surgido, según el autor, los desarrollos más estimulantes en el terreno de los métodos, los planteamientos y las perspectivas de la historiografía. Lawrence Stone analiza algunas ideas aportadas por los más sobresalientes historiadores que explican el paso del mundo tradicional a la era moderna. Recuperado de: <https://www.fondodeculturaeconomica.com/DetalleEd.aspx?ctit=003166R>, consultada el 17 de octubre de 2018.
Lawrence Stone, “El resurgimiento de la narrativa: reflexiones acerca de una nueva y vieja historia”, Past and Present, vol. 85, núm. 1, noviembre, 1979. Este ensayo aparece en el tercer capítulo del libro, El pasado y el presente, op. cit. pp. 95-120.
Eric. J. Hobsbawm, “El renacimiento de la historia narrativa. Algunos comentarios”, historias, núm. 14, julio-septiembre, 1986, pp. 9-13, trad. de Antonio Saborit, tomado de Past and Present, op. cit.
Ibidem, p. 9.
Fernand Braudel, “Une parfaite réussite” (reseña de Claude Manceron, La Révolution qui léve, 1785-1787, París, 1979), L’histoire, núm. 21, 1980, pp. 108-109. Cita número 11 de la traducción de Antonio Saborit.
Eric. J. Hobsbawm, op. cit, 1986, p. 11.
Guillermo Zermeño Padilla, “Historia y poder: una relación problemática (Michel de Certeau, subversión de la historia)”, historias, núm. 17, abril-junio, 1987, pp. 27-37. El libro de Certeau fue publicado originalmente diez años antes de la edición de la Universidad Iberoamericana.
Ibidem, p. 31.
Ibidem, p. 37.
François Dosse, Michel de Certeau, el caminante herido, trad. Claudia Mascarua, México, UIA, 2003, p. 184.
Michael de Certeau, “Historia, ciencia y ficción”, trad. Oscar Barahona, Nexos, febrero, 1981.
Historia y Grafía nace en 1993 como “[…] una revista de historia muy certaliana […] en la Iberoamericana, cuya orientación se debe por mucho a su paso por México. El director de la revista, Guillermo Zermeño Padilla había hecho sus estudios de filosofía en Alemania, después fue a París y se alojó en casa de Alfonso Alfaro, quien hacía su doctorado con Certeau […] Alfaro le habló mucho a Zermeño de Certeau y así fue como él vio en la obra de Certeau un recurso de definición del proyecto historiográfico de su revista. El primer número […] publica bajo la responsabilidad de Alfonso Mendiola, algunos textos de Certeau”, François Dosse, op. cit, p. 185. Michel de Certeau impartió dos cursos en la uia: el primero del 18 al 29 de febrero de 1980 sobre “La historia, hoy”, y, el segundo, del 11 al 25 de mayo de 1981 sobre “Fotografía e historia. Lo que va del documento al método de análisis”. Guillermo Zermeño “Historia y Grafía, siete años después”, Historia Mexicana, vol. 50, núm. 4 (200), abril-junio, 2001, pp. 945-972, nota 10 en la p. 955.
Javier Garciadiego, “Revistas revisitadas: ventana a la historiografía mexicana del siglo XX”, op. cit., pp. 221-231.
Luis González y González, “La pesada herencia del pasado”, historias, núm. 75, enero-abril, 2010, pp. 35-46, tomado de la revista Diálogos: Artes, Letras, Ciencias Humanas, vol. 17, núm. 4 (100), julio-agosto, 1981, pp. 31-36.
El discurso que presentó para su ingreso a El Colegio Nacional lleva por título: “La historia académica y el rezongo del público”.
Ibidem, p. 39.
Ibidem, p. 45.
Ibidem, p. 46.
Recuperado de: <https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/>, consultada el 17 de octubre de 2018.