NARRATIVAS ANTROPOLÓGICAS,
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VOCES
Claude Lévi-Strauss:
una mesa sobre la que otros escriben.
Entrevista a María Eugenia Olavarría
Héctor Adrián Reyes García
ENAH / UACM / hsrg-18@hotmail.com
Fecha de recepción: 03 de agosto de 2021
Fecha de aprobación: 23 de septiembre de 2021
967 enciende el destello de aquel extraño que diversificaría lo cercano. Entre
las rúbricas de un literato, la antropología de Claude vi-Strauss atra la
intelectualidad de algunos mexicanos. En ese año Octavio Paz buscando replan-
tear con el método estructuralista la experiencia poética publica Lévi-Strauss o el
nuevo festín de Esopo; para algunos, el material exhibía la mala interpretación del
autor, para otros, abre la puerta a la difusión de un sistema de conocimientos que
capta la diferencia y la invariancia de la vida humana.1 Una óptica distante que
bien podría adentrarse al decir y el hacer de las antropologías mexicanas, un tanto
renuentes a las ideas que aparentemente se alejaban de la rebelión y lo rebelde.
Por ejemplo, la hostilidad de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH)
hace que el profesor Ricardo Ferré sea despedido de la docencia porque enfocaba
sus cursos bajo la obra Antropología estructural; la justificación fue la incompren-
sibilidad para los estudiantes de ese entonces, a pesar de que en 1962 el Fondo de
Cultura Económica (FCE) publicó la traducción al español de El pensamiento salva-
je y El totemismo en la actualidad.
1 Anticipándose a la propuesta de Paz, Tomás Segovia y Gabriel Careaga presentan en México sus pri-
meros acercamientos, no tan impactantes como los del poeta. El primero, en la UNAM, dicta la conferen-
cia “Monsieur Lévi-Strauss y la pianola”, y el segundo, publica “Sociología y estructuralismo” en la Re-
vista Mexicana de Ciencias Políticas. Nicole Giron, Ives Marie Gourio y Jesús Jáuregui, presentación a
Palabras devueltas: homenaje a Claude Lévi-Strauss, ed. de Jesús Jáuregui e Ives Marie Gourio (México:
INI / IFAL / CEMCA, 1986), 11-12.
1
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La ola lévi-straussiana arrasó con algunos grupos: profesores y estudiantes em-
pezaron a incluir en sus cursos las obras del antropólogo. Directamente en francés
se leyeron fragmentos, capítulos y si era posible libros completos.2 La discusión
sumaba, se colocaba como la sombra del aura marxista que a la ENAH caracterizaba.
En la década de los setenta el énfasis se manifiesta en algunos trabajos de grado y en
cursos sobre teoría del parentesco o directamente sobre estructuralismo, difundidos
en la ENAH, en la Universidad Iberoamericana (Ibero) y en la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM).3 La preparación del escenario quedaba inconclusa, pero era
necesaria la presencia del difusor de la tendencia. Lévi-Strauss llegó a México en fe-
brero de 1979 a recibir el doctorado honoris causa por parte de la Universidad Na-
cional Autónoma de México (UNAM). El espacio para las conferencias se dio en la
misma UNAM y en la ENAH.
La visita del homenajeado “fue para la antropología de este país, la culminación
de un ciclo y la apertura de uno nuevo”.4 Su presencia movilizó a los interesados y la
profesionalización antropológica puso en evidencia la necesidad de su diversifica-
ción. En la ENAH se propuso reabrir la licenciatura de Etnología con una clara dife-
rencia de la de Antropología Social; se perfila la urgencia del análisis de otras teo-
rías. Como es de suponer, la desacreditación fue el pan de cada día. Poco a poco el
holograma lévi-straussiano se dispersó en el campo de la antropología, se suman
simpatizantes e instituciones que en conjunto organizaron seminarios y congresos
para homenajear o divulgar las investigaciones que seguían los presupuestos estruc-
turalistas, con apoyo del Instituto Francés de América Latina (IFAL). El primero fue
en 1984, y se le llamó Palabras devueltas..., un acto recíproco al texto que Lévi-
Strauss publicó en ese año: Palabras otorgadas. A pesar de la invitación, el antropó-
logo no acudió, envió una carta justificando su ausencia; agradeció a los jóvenes de
ese entonces que reflexionaran sobre su obra, tomando en cuenta que esas ideas
en Francia ya eran un tanto “viejas”. Siete años después muchos de los participan-
tes propusieron otro encuentro a raíz de la muerte de Edmund Leach y el legado es-
tructuralista fue recurrente. A la par, en la ENAH Marie-Odile Marion organizaba se-
minarios a cargo de otras generaciones estructuralistas: Françoise Héritier, Maurice
2 Por cierto, en 1950 Lévi-Strauss envía a la biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) un ejemplar autografiado de Las estructuras elementales del parentesco, el material fue recibido,
pero pasó inadvertido entre los anaqueles que acumulaban textos, polvo y recuerdos.
3 Tempranamente, François Lartigue impartió un curso sobre Las estructuras elementales del parentes-
co, en la Ibero, en 1969. En 1972 Félix Báez-Jorge se titula en la Universidad Veracruzana con un trabajo
sobre los zoques-popolucas con filiación lévi-straussiana. En otro ángulo, Iván Zavala reflexiona sobre
el método estructuralista y se titula en la UNAM en 1974. Entre 1976 y 1977, Jesús Jáuregui dicta un curso
sobre Las estructuras elementales... en la ENAH y con la colaboración de Juan Castaingts se discute El to-
temismo en la actualidad, El pensamiento salvaje y las Mitológicas, ya en la ENAH de Cuicuilco recién
iniciados los ochenta reflexionan sobre la religión y la magia. Roberto Varela, en 1978 también se su-
ma a la lista y en el Departamento de Antropología de la UAM inicia un curso sobre estructuralismo. Gi-
ron y Jáuregui, presentación a..., 13-14.
4 Blas Román Castellón Huerta, “La elipsis y el sentido: treinta años de transitar por el estructuralis-
mo”, Bricolage. Revista de Estudiantes de Antropología Social y Geografía Humana. 100 años con Lévi-
Strauss, núm. 16 (enero-diciembre de 2008), 58.
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Godelier y Philippe Descola.5 Finalmente, en 2008 se presentó otro coloquio interna-
cional que coincidía con el centenario del que para muchos fue su maestro.6
En los tres espacios la participación de María Eugenia Olavarría fue importante,
como expositora y organizadora. Su madurez intelectual la posiciona como una de las
principales difusoras de las tesis estructuralistas. Formó parte de los estudiantes que
en la ENAH buscaban el regreso de la etnología. Se especializó en esa disciplina; es doc-
tora en Ciencias Antropológicas y profesora-investigadora del Departamento de An-
tropoloa de la UAM-Iztapalapa. Sus propuestas han roto fronteras, Francia la ha reci-
bido con estancias de investigación y como titular de grupos de investigacn y de
algunas cátedras.7 En la antropoloa mexicana su nombre es referente para el estudio
de los mitos, la ritualidad, el cuerpo y los sistemas de parentesco. Porcadas se espe-
cialien las comunidades yaquis del noroeste de México. La suma de conferencias,
arculos, libros, dirección y asesoramiento de tesis sobre esos temas es inmensa, El
cuerpo flor. Etnografía de una nocn yoeme es uno de los libros que la galardonaron
con el Premio Fray Bernardino de Sahan en 2010; ese trabajo recibió mención ho-
norifica, fue una de las mejores investigaciones en la categoa de Etnología y Antropo-
logía Social. En 2019 se reafirmó el reconocimiento: con La gestación para otros en
México. Parentesco, tecnología y poder vuelve a obtener el mismo premio. Éste es uno
de los textos que mejor retrata lo que desde hace algunos años investiga Olavarría, sin
dejar de lado el enfoque antropológico y el arte de la etnograa, reflexiona sobre los
parentescos urbanos y las biotecnoloas de la reproduccn humana, las redes y sus
sistemas de mercado.
Sobre el tema que nos une, en 2012 Olavara muestra la lectura que ha hecho so-
bre el estructuralista francés. Retrata un sistema de conocimientos que obligaron a
pensar las diversidades humanas desde otros términos; asegura que, desde su llegada,
todos tenemos un poco de estructuralistas. Lévi-Strauss es el nombre de ese libro, en
cada gina lleva a pensar la importancia de un clásico de la antropología que es vi-
gente hasta nuestros días. s que una entrevista, lo que sigue es una charla que in-
tenta conectar con el Lévi-Strauss que pi México en 1979 y con el que en 2010 dejó el
cuerpo para reafirmar la popularidad y las enseñanzas de quien ensó que no existen
fronteras, a pesar de que en sus últimos años, no se sentía parte de esta vida. Claude
Lévi-Strauss es una figura inconstante en el anecdotario y en la puesta en práctica de
5 A la lista de publicaciones que suman al tema, estos espacios trajeron a la academia: Antropología
simbólica, en 1995, y SimboLógicas, en 1997, bajo la coordinación de Marie-Odile Marion.
6 Los organizadores de los congresos publicaron las memorias de cada uno. Los tres libros dejan huella
de algunas problemáticas que la antropología mexicana ha enfrentado a lo largo de su historia y que en
la actualidad sigue el interés muchos. Bajo la edición de Marie Ives Gourio y Jesús Jáuregui, se publica
en 1986 Palabras devueltas: homenaje a Claude Lévi-Strauss. Diez años después Jáuregui, de la mano de
María Eugenia Olavarría y Víctor Franco Pellotier, coordinan Cultura y comunicación: Edmund Leach in
memoriam, y en 2010, junto a Olavarría, Saúl Millán y Carlo Bonfiglioli hacen lo propio con Lévi-
Strauss: un siglo de reflexión.
7 Para ejemplificar su labor docente, María Eugenia Olavarría ocupó en Francia, entre 2013 y 2014, la
Cátedra Alfonso Reyes en el Institut des Hautes Études de Amérique Latine de la Universidad Sorbonne
Nouvelle; “Lévi-Strauss en América Latina” y “Parentescos, interculturalidad y migración en América
Latina” fueron los nombres que le dio a sus cursos.
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la antropoloa mexicana. Por eso es interesante hacer blica esta charla entre vo-
ces y recuerdos, con una pregunta que se formula la misma María Eugenia Olava-
rría: “¿qué poda decirse hoy, en México, tanto del efecto de su obra como del sedi-
mento que ha dejado en el pensamiento de las últimas cadas?”.8
Me gustaría resaltar un conjunto de ideas que enuncia en el artículo “A propósito
del centenario de Lévi-Strauss: Presencia del estructuralismo en la antropología me-
xicana”, publicado en 2008. Concluye el texto recordando lo que enunció Claude Lévi-
Strauss y que en “Le structuralisme en Amérique” parafraseó Marshall Sahlins.9 Nos
dice: “no se trata de mostrar cómo los antropólogos piensan el estructuralismo, sino
en mostrar cómo el estructuralismo ‘se piensa’ en los antropólogos y en esa medida,
es susceptible de múltiples traducciones”.10 En este orden de ideas, le pregunto, para
la Dra. María Eugenia Olavarría: ¿cómo se piensa el estructuralismo?, ¿qué impacto
le genera el pensamiento de Lévi-Strauss, como investigadora y en un inicio, como es-
tudiante?
Esto me remonta a finales de 1970, en la ENAH, cuando ingresé a la especialidad
de Etnología. En ese entonces ya no existía la especialidad, sólo estaba Antropología
Social, pero un grupo de profesores y alumnos encabezados sobre todo por Jesús
Jáuregui, Murilo Kuschick y otros, decidimos reabrir la especialidad de Etnología.
Porque el programa que se impartía en Antropología Social ignoraba muchos de los
antropólogos importantes del siglo XX, hasta ese momento. Entre ellos, Lévi-Strauss.
Fue en las clases de Jesús Jáuregui, Murilo Kuschick, Guillermo Díaz de León y Cesa-
rio Morales en donde nos los dieron a leer y pudimos conocer a Lévi-Strauss. En este
momento, estamos hablando de un periodo en el que la ENAH no contaba con un
cuerpo docente fuerte, los alumnos teníamos que pedirles a los investigadores que
nos fueran a dar clase; al final, era un poco caótico.11 En ese entonces la lectura de
Lévi-Strauss para fue lo más coherente que pude encontrar. Sí, me propor-
cionaba una seguridad filosófica, existencial, cognitiva, ¡impresionante! Leímos al-
8 María Eugenia Olavarría, “A propósito del centenario de Lévi-Strauss: Presencia del estructuralis-
mo en la antropología mexicana”, AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, núm. 2 (mayo-
agosto de 2008), 127.
9 Marshall Sahlins, “Le structuralisme en Amérique”, Magazine littéraire, núm. 5 (4o. trimestre de
2003), 78-80.
10 El legado del estructuralismo francés en la antropología mexicana y las apuestas que alrededor del
tema han soslayado los estudios sobre economía, organización social y ceremonial, simbolismo, paren-
tesco y mitología han sido reseñados por la Dra. Olavarría en el manuscrito de 2008 y en una versión
preliminar publicada en el mismo año, con el título “El estructuralismo en México: una reseña”, en el
volumen 8 de Inventario Antropológico. Anuario de la revista Alteridades (México: UAM / UAY, 2006).
11 En un texto que cuestiona las “afirmaciones incorrectas” sobre la antropología marxista en México,
Jesús Jáuregui recuerda que, al finalizar los sesenta, la ENAH empezaba a enfrentar “limitaciones acadé-
micas”. Por un lado, algunos antropólogos la abandonan para instalarse en la Universidad Iberoameri-
cana. Por el otro, las revoluciones derivadas de ese momento histórico incitaron a la eliminación de ma-
terias antropológicas, así como a la exclusión de antropólogos por economistas, sociólogos, filósofos,
líderes izquierdistas o del “marxismo radical” para ocupar las cátedras sobre los problemas sociales de
la contemporaneidad. Jesús Jáuregui, “La antropología marxista en México: sobre su inicio, auge y
permanencia”, Inventario Antropológico. Anuario de la revista Alteridades, vol. 3 (México: UAM, enero-
diciembre de 1997), 1-92.
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gunos artículos de Lévi-Strauss de Antropología estructural, capítulos, pero los con-
sultamos y leímos de primera mano, en la lengua original. También lo hicimos con
Las estructuras elementales del parentesco, en la clase de “Antropología del paren-
tesco” que impartía Jesús Jáuregui. Descubrimos un universo conceptual que te
permitía pensar qué era la antropología y de ahí me sedujo, me maravilló y si puedo
decirlo, me llevó a no querer abandonar esa disciplina, la etnología, ¡nunca más!
En ese momento, en la ENAH no sólo Lévi-Strauss, sino que otros autores que no
estaban dentro de determinada línea de pensamiento eran denostados, eran menos-
preciados; quienes los leíamos éramos acusados de pequeños burgueses, colonialis-
tas, etcétera. Injustamente, porque ya se sabía desde entonces, que en su juventud
Lévi-Strauss fue uno de los materialistas franceses, incluso hizo varias publicaciones
y muchas veces, en muchas ocasiones, él mismo reivindicó su posición materialista.
Entonces, por ahí fue que iniciamos, a finales de los setenta, esta lectura directa de
Lévi-Strauss, porque hasta la fecha, muchos conocen a vi-Strauss no sólo por sus
traductores, digamos literales al castellano o a otros idiomas, sino por personas que
hacen paráfrasis de su obra y nosotros, ahí en Etnología, en la ENAH, tuvimos la
oportunidad de leerlo de primera mano con mucho cuidado, mucho interés, nos de-
teníamos en cada capítulo.
¿Tuvo la oportunidad de estar en la visita que hace Claude Lévi-Strauss a Méxi-
co en 1979?
Sí, sí estuve. Claro, ya entonces Jesús Jáuregui, Guillermo Díaz de León y Murilo
Kuschick, que aparecen en la foto que está en las primeras páginas del libro Palabras
devueltas: homenaje a Lévi-Strauss,12 ya eran mis profesores. En ese entonces tenía
20 años de edad y recuerdo perfectamente esa sesión: el ver al maestro caminar,
entrar a la ENAH, fue una impresión muy fuerte a pesar de este clima que le co-
mentaba pues el auditorio estaba a reventar y él se veía contento. No sólo estuve
en esa sesión de la ENAH sino también en la conferencia que dio en el entonces lla-
mado Aeropuerto en la Facultad de Filosofía y Letras, en el Aula Magna de la UNAM,
en donde también fue muy entrañable su participación, y en efecto creo que había en
ese entonces (en la ENAH y en la antropología mexicana en general) varias preguntas
que se le querían plantear. Por ejemplo: ¿qué si sus propuestas tenían importancia
disciplinaria y científica?, ¡por supuesto!
Otra cuestión que se discutió en ese entonces fue la noción de casa, sí, con este
momento se publicó Antropología estructural II, donde él ya proponía la noción de
casa (maison) para caracterizar algunos sistemas de parentesco y había la inquietud
de que esta noción se pudiera estudiar o aplicar, como si fuera una herramienta, al
12 Como se dijo líneas atrás, el texto presenta la mayoría de las disertaciones que se sumaron al primer
homenaje en México, en honor a Lévi-Strauss. Además de vincular el trabajo de algunos antropólogos
mexicanos y radicados con el estructuralismo, el libro presenta fotos inéditas sobre la visita que Lévi-
Strauss hizo en 1979 al Museo Nacional de Antropología e Historia, el Templo Mayor y el momento en
el que fue galardono con el título de doctor honoris causa por la UNAM, así como la traducción de una
conferencia dictada por el antropólogo en aquella universidad y la reproducción de una carta en la que
justificaba su ausencia en el homenaje que en noviembre de 1984 se le brindaba.
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México prehispánico, a algunas sociedades o algunos estratos prehispánicos como lo
fue en algunos estudios.13 Pero sí, claro que recuerdo al gran maestro atravesando el
atrio de la ENAH. Después tuve el honor de verlo varias veces, en 2006, en el Labora-
torio de Antropología Social durante una estancia mía, en el Collège de France. Él,
asistía martes y viernes, iba a su oficina sobre todo a ver la correspondencia y los
asuntos pendientes, ya era un profesor retirado. Claro, en ese entonces tenía más de
90 años, pero asistía alrededor de las 12 del día (de 12:00 a 2:00) a su oficina en el
Laboratorio de Antropología, en la calle Cardenal del V distrito de París, y para llegar
a su oficina tenía que recorrer atravesar la biblioteca donde nos encontrábamos
muchos ahí estudiando, y cuando él pasaba, pues se hacía aún un mayor silencio, to-
do mundo dejaba de ver sus libros, de leer lo que estaba ocupado leyendo para se-
guir con la vista a Claude Lévi-Strauss.
Hace algunos años en un diplomado organizado por la Coordinación de Antro-
pología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) escuché una expre-
sión que de forma análoga se comentaba entre los asistentes a la presentación de la
colección Los sueños y los días. Chamanismo y nagualismo en el México actual, en el
marco del III Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología, en 2014. Usted
presentó el volumen 1 de esa colección, el destinado a los pueblos del noroeste, y en la
verbena se decía: “Claro, la Dra. Olavarría, es una estructuralista de las duras”. Las
palabras se me quedaron muy grabadas, le pregunto: ¿se considera estructuralista?
Bueno, creo que no estaría de acuerdo en que el estudio de una disciplina, de
un cuerpo de conocimientos como es el estructuralismo, se convierta en una caracte-
rística ontológica. Es decir, si alguien dice: “es estructuralista”, ¡no! Una persona no
cambia su ser, no cambia su ontología, o sea yo no estoy de acuerdo en que se diga
fulano es constructivista o fulano es perspectivista, no tengo esa relación con el es-
tructuralismo, digamos, ontológica. No me considero una persona estructuralista
sino una antropóloga que encuentra en el estructuralismo de Lévi-Strauss muchas
respuestas, y sobre todo, porque están ligadas a la investigación. Es decir, yo he pa-
sado de un más a un menos estructuralismo, si se quiere ver así. Porque mi investi-
gación me ha llevado a conocer y experimentar con otros autores.
Lévi-Strauss es, como dice Michel Foucault, no nada s para los que digamos,
somos (entrecomillas) estructuralistas, sino que es un mueble, así lo definía Fou-
cault. Es una mesa sobre la cual muchísimos pensadores escriben, se sostienen sobre
ella, porque su pensamiento es tan grande, su crítica al positivismo y su visión de la
historia misma y de muchas otras cuestiones, pues va mucho más allá de las perso-
nas que se autodefinen o que son caracterizadas como estructuralistas. Podemos en-
contrar en muchos pensadores la impronta de Lévi-Strauss sin que se definan es-
13 Esta discusión se entabló en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; centro de in-
vestigación que meses atrás enfrentó la muerte de su fundador, el Dr. Juan Comas. Sobre la noción de
“casa” en México, Marta Lamas y Armando Anaya desarrollaron propuestas sugerentes, la primera ana-
liza el matrimonio entre los mixtecos prehispánicos y el segundo hace lo propio con los mayas. Jesús
Jáuregui, María Eugenia Olavarría y Víctor M. Franco Pellotier, coords., Cultura y comunicación. Ed-
mund Leach in memoriam (México: CIESAS / UAM, 1991), 121-127 y 129-154.
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tructuralistas y muchos que se definen estructuralistas que Lévi-Strauss no se reco-
nocería en ellos. De hecho, Lévi-Strauss no se reconocía en ningún discípulo, él decía
que él no tenía discípulos. En sus trabajos, él no se reconocía en ningún trabajo an-
tropológico posterior a él, no quería reconocerse porque justo estimaba la originali-
dad y la libertad de pensamiento, no el seguimiento de una doctrina.
Regresando a la presencia de Lévi-Strauss en la ENAH y a partir de ahí, en dis-
tintas instituciones de corte universitario, ¿cuáles serían las primeras investigaciones
que empiezan a surgir en el campo antropológico a partir del estructuralismo?,
¿quiénes son los primeros investigadores?
Todo eso lo tengo bien documentando en un artículo de 2008, publicado en
AIBR, la Revista de Antropología Iberoamericana. El arte del estructuralismo en Fran-
cia y en el mundo fue en los años sesenta, y en estudios mexicanos de manera pione-
ra tenemos a Nye Ross Crumrine que escribe sobre análisis estructurales en rituales
y mitología mayo.14 También Félix Báez-Jorge, de la Universidad Veracruzana, expe-
rimentó muy prontamente con el estructuralismo en México.15 En mi generación lo
tuvimos un poco más digerido. No hay que olvidar el gran impulso que dio en lengua
castellana sobre el conocimiento de Lévi-Strauss, Octavio Paz. Fue un difusor. Un
traductor, en el mejor sentido del término, en toda Latinoamérica.
Las propuestas de Lévi-Strauss, ¿siguen siendo pertinentes en las “nuevas
antropologías o han sido sustituidas por las que en la actualidad se encaminan a la
“novedad”?
El desarrollo de las disciplinas científico-humanísticas es imparable. Siempre
va a haber cambios, novedades, me opongo a decirle humanas, porque es una ma-
nera de denostar algo que es tan interesante como el mismo cambio. Llevamos
más de cincuenta, casi sesenta años de El pensamiento salvaje de vi-Strauss ya
le está entrando la vejez, pero las tendencias contemporáneas en antropología
como el perspectivismo, las ontologías amazónicas abrevan totalmente del estruc-
turalismo, de Mitológicas y de vi-Strauss, eso se puede ver claramente en el ho-
menaje que se hizo en xico en 2008 al centenario de vi-Strauss, y la gran ex-
posición que hizo en ese momento Eduardo Viveiros de Castro que habla de Lévi-
Strauss postestructuralista.16 Estas corrientes contemporáneas, dando nombres
como Eduardo Viveiros de Castro, Philippe Descola, Anne-Christine Taylor, el pro-
pio Bruno Latour, no existirían sin vi-Strauss. En la crítica del empirismo y del
positivismo que Lévi-Strauss dejó en el pensamiento del siglo XX es indudable. No
se puede entender a Descola y a Tim Ingold, sin haber leído a Lévi-Strauss. Enton-
ces, es una pieza fundamental.
14 En 1969, el Anuario Indigenista publica “Función del ritual y del simbolismo sagrado en la acultura-
ción: especialmente en relación con el ceremonial de los indios mayo”, texto pionero en las propuestas
estructuralistas de Nye Ross Crumrine.
15 Con la tesis de licenciatura: “Estructura social de los zoque-popoluca de Soteapan”.
16 “Claude Lévi-Strauss, fundador del postestructuralismo” es el nombre de la conferencia inaugural
que dictó Viveiros de Castro. María Eugenia Olavarría, Saúl Millán y Carlo Bonfiglioli, coords., Lévi-
Strauss: un siglo de reflexión (México: UAM-I / Juan Pablos Editor, 2010), 17-42.
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¿Qué tan útil le han sido las propuestas de Lévi-Strauss y cómo las ha incluido
en sus investigaciones?
Alguna vez el propio Lévi-Strauss dijo que él no le pedía a la etnología ser útil.
De hecho, decía: “hay antropología fácil, hay antropología útil y hay antropología
poética”. Entonces, yo encuentro en Lévi-Strauss la antropología poética. Me parece
que es un cuerpo de sentido al que no se le puede pedir que sirva para algo, aunque
en sus postulados más profundos sea una crítica demoledora al empirismo y al posi-
tivismo. Proporcionó un marco de sentido general a la búsqueda, pero de entre todo
lo poético que podría yo encontrar en “el átomo del parentesco”, en Mitológicas o en
Las estructuras elementales del parentesco, considero que, para mí, lo s impor-
tante de Lévi-Strauss está en su perspectiva etnográfica. Es decir, en el momento en
el que nos dice: “el antropólogo escribe como si fuera otro y le da la voz a los otros”.
Creo que eso es lo que me resulta más importante. Dentro de los cuatro tomos de
Mitológicas, el conocimiento que despliega de esas sociedades estudiadas por él, tan-
to las amazónicas como las de la Columbia Británica y demás, eso, yo creo que es lo
más disfrutable de su obra.
Usted tiene contacto con las nuevas generaciones tanto en México como en otras
partes del mundo, ¿cómo ve ese vínculo entre el pensamiento de Lévi-Strauss y esas
generaciones?
Hay que decir algo: la aceptación o no de Lévi-Strauss no está dada por la gene-
ración. De hecho, en mi generación y en las anteriores hay colegas que no han leído
a Lévi-Strauss por una convicción política y te lo dicen: “yo no he necesitado leer
nada de eso”, y están en contra de que se enseñe Lévi-Strauss. En mi propio Depar-
tamento en la UAM-Iztapalapa, el Departamento de Antropología, Ángel Palerm uno
de sus fundadores estaba totalmente en contra de que se enseñara el estructura-
lismo.17 Entonces, pues desde ahí, me considero una sobreviviente en ese Departa-
mento, desde el momento en que era tabú leer a Lévi-Strauss. No es que todos los
antropólogos-investigadores de mi generación hayan recibido gustosamente la obra
de Lévi-Strauss, tuvo muchísima oposición, muy fuerte, y muy pasional. Había
grandes debates y en algún momento muchos antropólogos se negaban a siquiera
mencionarlo. Tanto es así que en el homenaje de 2008 pudimos convocar en México
y Latinoamérica, en Francia y en España, a autores dispuestos, gozosos de participar
en este homenaje, pero en ese momento pudimos constatar que no eran los antropó-
logos en su mayoría quienes festejaban el centenario de Lévi-Strauss, ni muy cerca-
namente a esta fecha, su muerte, sino que fundamentalmente filósofos, semiotistas e
historiadores del arte eran los que celebraban, digamos en el buen sentido del tér-
mino, tanto el centenario como la muerte de Levi-Strauss. Lo que quiero decir es
17 En “Una crítica al estructuralismo de Lévi-Strauss”, tacha al antropólogo de “idealista” y “metafísico”.
Para Palerm, es un ejercicio inútil. Andrés Fábregas lo califica como “curiosidad reflexiva”. En un tono
semejante Adolfo Sánchez Vázquez, en “Estructuralismo e historia”, da validez al análisis estructural si
se aplica a las sociedades “que no evolucionan, que se repiten” y lo acusa de realizar, en el caso de las
sociedades modernas, la destrucción de la historia. Giron y Jáuregui, presentación a..., 12.
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que, entre los antropólogos, todavía Lévi-Strauss causa desconfianza, resquemor en-
tre muchos de ellos, por razones diría yo, políticas.
Para finalizar, ¿le gustaría agregar un comentario más a esta charla?
Para mí, fue un disfrute el haber tenido la oportunidad de que estos maestros
nos introdujeran al campo y tuviéramos la oportunidad de discutirlo y explorarlo en
todas sus fases, yo lo veo como un gran gusto, un gran placer, una gran oportunidad
de vida. No es para el estructuralismo una bandera a defender, ni un cuerpo
dogmático que no se deba tocar. Es un goce experimentarlo y también transmitirlo.
Porque si dices cómo es que lo piensan los viejos, las generaciones que ya tenemos
más de 60 años, no es que todos hayamos aceptado a Lévi-Strauss, no, y cosa pare-
cida se da con las jóvenes generaciones, tienen la misma libertad de pensamiento. A
algunos les gustará, otros no se verán identificados, siempre es un reto leerlo. Siem-
pre será un reto encontrar, seguir su argumentación, pero en eso radica un gran
gusto, un gran placer, un placer estético.