Estudio mineralógico de lapidaria prehispánica de El Opeño, Michoacán: evidencias de organización social hacia el Formativo medio en el occidente de México
Abstract
La caracterización mineral-química de la lapidaria recuperada durante la excavación de 1991 en tumbas con acceso de escalera del Formativo medio, en el sitio El Opeño, en Jacona, Michoacán, se realizó con técnicas como la petrografía (PTG), mineragrafía (MNG), difracción de rayos X (DRX) y espectroscopia infrarroja de reflexión (EIRR). De un lote de 313 piezas se han identificado como sus constituyentes minerales no metálicos a la jadeíta [Na(Al, Fe)Si2O6], onfacita [(Ca, Mg, Fe)AlSi2O6], albita [NaAlSi3O8], cuarzo [SiO2], caolinita [Al2Si2O5(OH)4], malaquita [Cu2(CO3)(OH)2], tremolita [Ca2(Mg, Fe)5 Si8O22(OH)2], rutilo [TiO2], anatasa [TiO2], además de los minerales opacos pirita [FeS2], hematita [Fe2O3] y magnetita [Fe3O4]. De ésas, más del 60 por ciento proceden de una fuente geológica de metamorfismo de alta presión y baja temperatura, en este caso, de un yacimiento localizado a una distancia mayor de 1,200 km en línea recta (Valle de Motagua, al noreste de la ciudad de Guatemala) y de otras regiones localizadas al norte y noroeste de Mesoamérica, como la Sierra Madre Occidental, probablemente. Se considera que una parte menor de dichas piezas tuvieron su fuente geológica en un radio mínimo a 200 km. Estas evidencias sumadas al carácter ritual de las ofrendas sugieren una organización social tal que permitiera a grupos de individuos el acopio de materiales preciados sin importar la distancia y recursos invertidos para lograr el objetivo. Es probable, que en muchos de los casos se aprovecharan rutas de comercio o intercambio ya existentes para la conexión del occidente con el resto de Mesoamérica en los tiempos referidos. Esa situación facilitaría el traslado de materia prima o de objetos lapídeos desde yacimientos geológicos muy lejanos.