Publicado 2004-04-30
Palabras clave
- Literatura,
- Periódico,
- Revista,
- Siglo XIX
Cómo citar
Resumen
Dentro de las publicaciones periódicas del siglo XIX las revistas literarias ocupan un papel destacado, obviamente porque documentan la historia de este campo, pero también por el hecho de testimoniar la vida intelectual del país. Éstas, además de literarias, fueron revistas culturales en sentido amplio, y por tanto, son ahora fuente valiosa para el conocimiento del pensamiento decimonónico, de la recepción de las ideas y del despliegue de las corrientes estéticas en un medio donde todavía no se constituían los distintos saberes en especialidades diferenciadas, y el préstamo, la mezcla de ideas y de enfoques, y la trashumancia disciplinar eran moneda corriente. Este texto estudia las primeras publicaciones literarias y pondera el papel que desempeñaron en la recepción y difusión del pensamiento moderno. Lo mueve el afán de trascender el simplismo que distingue las corrientes nacionalista (la Academia de Letrán, el Liceo Hidalgo, la novela de la Revolución, etcétera) y cosmopolita (el modernismo, Los Contemporáneos) de la literatura mexicana, bajo el criterio de su aceptación o no de los cánones foráneos, como si la primera estuviera ensimismada en lo autóctono y la segunda viviera de cara al exterior.
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Referencias
2 Todavía no se configuraban las reglas específicas del campo literario. Al respecto, véase el importante estudio de Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario, Barcelona, Anagrama, 1995.
3 Véase Ida Rodríguez Prampolini, La crítica de arte en México en el siglo XIX, 3 vols., México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1997.
4 Sobre el reemplazo del sacerdote por el escritor como creador de opinión, remito al clásico estudio de Paul Bénichou, La coronación del escritor 1750-1830. Ensayo sobre el advenimiento de un poder espiritual laico en la Francia moderna México, Fondo de Cultura Económica, 1981.
5 “No es la menor dicha de la nación tener a la cabeza al general Victoria: no hay mexicano que no deposite en su patriotismo la más profunda confianza”. José María Heredia, “Rumores de invasión”, El Iris, 22 de abril de 1826, en El Iris. Periódico crítico y literario por Linati, Galli y Heredia (edición facsimilar), introducción de María del Carmen Ruiz Castañeda, índices de Luis Mario Schneider, 2 vols., México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1988, I, pp. 121-122.
6 En sus Trajes civiles, militares y religiosos de México (Bruselas, 1828), obra compuesta por cuarenta y nueve litografías basadas en las acuarelas que pintó dos años antes, retrató la estratificación social, racial y ocupacional del país. Véase Claudio Linati, Acuarelas y litografías, prólogo de José N. Iturriaga de la Fuente, México, Inversora Bursatil, 1993. Algunas de sus litografías se comentan en Carlos Illades, “Viajeros y utopistas en el siglo XIX”, Universidad de México, 616, octubre 2002, pp. 11-12.
7 Manuel Recio fue un librero español que llegó a México en los primeros años de vida independiente. Instaló su negocio en el portal de Mercaderes donde vendía textos elementales importados de España y Francia. María del Carmen Reyna, “Impresores y libreros extranjeros en la ciudad de México, 1821-1853”, en Laura Beatriz Suárez de la Torre, coord., Empresa y cultura en tinta y papel, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora/Universidad Nacional Autónoma de México, 2001, p. 267. En la década de 1820, Mariano Galván Rivera vendía libros en el Portal de Agustinos y tenía una imprenta en su casa-habitación de la calle de Alfaro. Para 1827 mudó imprenta y hogar a la calle de Cadena, donde permaneció por lo menos quince años más. Laura Solares Robles, “Prosperidad y quiebra. Una vivencia constante en la vida de Mariano Galván Rivera”, en Suárez de la Torre, coord., op. cit., p. 110.
8 “Introducción”, El Iris, 4 de febrero de 1826, I, p. 1.
9 El Iris, I, p. XXXIX.
10 Acerca de la noción de Europa como espacio mutable y la influencia de la perifieria en la definición de sus fronteras, véase el magnífico ensayo de Ottmar Ette, op. cit., pp. 328 y ss.
11 “Civilización”, El Iris, 11 de febrero de 1826, I, pp. 9-11.
12 El Iris, 15 de abril de 1826, I, pp. 120-121.
13 “Sociedades secretas”, El Iris, 12 de mayo de 1826, II, pp. 27-28.
14 “Civilización”, El Iris, 3 de junio de 1826, II, p. 78. Con cursivas en el original.
15 “Introducción”, El Iris, 4 de febrero de 1826, I, p. 2.
16 “Historia contemporánea”, El Iris, 4 de marzo de 1826, I, p. 42.
17 “Europa”, El Iris, 20 de mayo de 1826, II, p. 41.
18 Claudio Linati, “Los enemigos de fuera amenazan la independencia” y “¿El peligro está próximo o remoto?”, El Iris, 3 y 7 de junio de 1826, II, pp. 75-77 y 81-82; José María Heredia, “Rumores de invasión”, El Iris, 22 de abril de 1826, I, pp. 121-122.
19 Para una historia de los intentos metropolitanos por recuperar México véase Harold D. Sims, La reconquista de México. La historia de los atentados españoles, 1821-1830, México, Fondo de Cultura Económica, 1984.
20 Claudio Linati, “Necrología”, El Iris, 18 de marzo de 1826, I, p. 68; Florencio Galli, “Literatura francesa”, El Iris, 29 de abril de 1826, I, p. 132. Según éste último, la “Francia literaria” era mucho más que la “Francia política”.
21 José María Heredia, “Literatura francesa moderna”, El Iris, 8 de abril de 1826, I, p. 98.
22 “Poetas ingleses contemporáneos. Lord Byron”, El Iris, 25 de febrero de 1826, I, pp. 26-31.
23 “Poetas ingleses contemporáneos. Tomás Campbell”, El Iris, 17 de mayo de 1826, II, pp. 33-36.
24 “Revisión de obras”, El Iris, 7 de junio de 1826, II, p. 83.
25 “Antigüedad”, El Iris, 18 de febrero de 1826, I, p. 22.
26 Edward W. Said, Orientalismo, presentación de Juan Goytisolo, Barcelona, Debate, 2002, p. 83.
27 “Antigüedad”, El Iris, 18 de febrero de 1826, I, p. 22. Años después Isidro Rafael Gondra lamentaría el atraso de la arqueología mexicana: “tan falta de método y exactitud, como llena de oscuridad”. “Arqueología literaria”, El Recreo de las Familias, 15 de febrero de 1838, p. 302.
28 El Iris, 17 de junio de 1826, II, p. 111.
29 “Manifestación”, El Iris, 21 de junio de 1826, II , p. 113.
30 Linati escribió varios artículos sobre la situación interna de México: “Política”, “¿Hay enemigos del Estado?”, “Los enemigos del Estado conspiran”, “¿Estando el peligro próximo, se necesitan medidas vigorosas que estén fuera del alcance de las autoridades ordinarias?” y “¿Cuáles son los peligros de la dictadura, y existen en este país?”, El Iris, 21, 27 y 31 de mayo, 10 y 14 de junio de 1826, II, pp. 49-51, 58-59, 68-69, 88-90 y 97-98, respectivamente.
31 El Iris, I, p. L; María Eugenia Claps Arenas, “El Iris. Periódico crítico y literario”, Estudios de historia moderna y contemporánea de México, 21, enero-junio 2001, pp. 5-29.
32 “Aviso”, El Iris, 2 de agosto de 1826, II, p. 214. El problema no parece haber sido el dinero o la falta de lectores, pues a partir de mayo editaron dos números por semana sin incrementar el precio de la suscripción. “Aviso”, El Iris, 1º de abril de 1826, I, p. 96.
33 Antes de partir, Linati dejó un poder al inglés Robert Manning para que arreglara lo referente a la litografía que había traído a México, así como una indemnización por las pérdidas sufridas por su negocio. María del Carmen Reyna, op. cit., p. 261.
34 Pablo Mora observa en estas revistas un desplazamiento temático, de la política hacia la cultura, movido por la intención de dar a conocer el país. “Los lazos nacionales y la vía de la tinta de Manuel Payno: revistas literarias de la primera mitad del siglo XIX”, en Margo Glantz, coord., Del Fistol a la Linterna. Homenaje a José Tomás de Cuéllar y Manuel Payno en el centenario de su muerte, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, p. 193.
35 Rodríguez Galván (1816-1842), nació en Tizayuca y fue uno de los más asiduos participantes en la Academia de San Juan de Letrán, donde leyó poemas, piezas teatrales y cuentos, probablemente prologó sus anuarios.
36 “[Presentación]”, El Recreo de las Familias, 1º de noviembre de 1837, en El Recreo de las Familias (edición facsimilar), estudio preliminar de María del Carmen Ruiz Castañeda, índices de Sergio Márquez Acevedo, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, p. 1.
37 El Recreo de las Familias, pp. XLVI-XLVII.
38 Ibidem, p. XLI.
39 Sobre los problemas y el papel que desempeña la traducción en las construcciones culturales véase Ottmar Ette, op. cit., pp. 333-334.
40 José María Heredia, Jicoténcal, estudio preliminar, edición y notas de Alejandro González Acosta, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002; José María Lacunza, Netzula, en El Año Nuevo, 1837. Presente amistoso (edición facsimilar), estudio preliminar de Fernando Tola de Habich, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1994, pp. 15-52.
41 La primera novela de Nicolás Pizarro, en donde los indígenas defienden la patria durante la guerra de 1847, inició su reivindicación. El monedero, México, Imprenta de Nicolás Pizarro, 1861.
42 Antonio Larrañaga, “Estado de la religión entre los indios”, El Recreo de las Familias, 1º de febrero de 1838, p. 275.
43 “El soldado de la libertad”, imitación de “Canción del pirata” de José de Espronceda, ve en la lucha armada el medio para alcanzar la libertad: “Entre hierros, con oprobio/gocen otros de la paz;/yo no, que busco en la guerra/la muerte o la libertad”. El Recreo de las Familias, 1º de abril de 1838, p. 416. El pirata, perseguido por la ley, desafía a la muerte en aras de la libertad: “Que es mi barco mi tesoro,/que es mi dios la libertad,/mi ley la fuerza y el viento,/mi única patria la mar”. El Recreo de las Familias, 15 de noviembre de 1837, p. 51.
44 “Don José María Heredia”, El Recreo de las Familias, 1º de febrero de 1838, pp. 241-245.
45 Sobre las cualidades intelectuales de los artesanos ocupados en este oficio sedentario, véase Eric J. Hobsbawm, El mundo del trabajo. Estudios históricos sobre la formación y evolución de la clase trabajadora, Barcelona, Crítica, 1987, pp. 144-184.
46 El Recreo de las Familias, 15 de marzo de 1838, p. 386.
47 Había políticos y empresarios conocidos entre los que recibían la publicación: Anastasio Bustamante, Estevan de Antuñano, Cayetano Rubio, Francisco Olaguíbel, José María Tornel, Rafael Canalizo, Melchor Ocampo y, por supuesto, científicos y hombres de letras. “Lista de los señores suscriptores”, El Recreo de las Familias, 15 de abril de 1838, pp. 479-482.
48 “El Recreo de las Familias dice adiós”, El Recreo de las Familias, 15 de abril de 1838, pp. 473 y 474, respectivamente. Con cursivas en el original.
49 “Introducción”, El Renacimiento, periódico literario. México, 1869 (edición facsimilar), presentación de Huberto Batis, 2 tomos en un volumen, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1993, I, p. 6.
50 Ituarte, junto con José María Lafragua, Manuel Orozco y Berra, Antonio del Castillo, Emilio Pardo, José María Lacunza y Manuel Payno, encabezó durante el Segundo Imperio la edición de El Año Nuevo, “periódico de literatura, ciencias y variedades” dedicado a las señoritas mexicanas. Erika Pani, “Cultura nacional, canon español”, en Clara E. Lida, comp., España y el imperio de Maximiliano, México, El Colegio de México, 1999, pp. 222 y ss.
51 Retratos de fray Manuel Navarrete, José Manuel Sartorio, Charles Dickens, Vidal Alcocer, Manuel López Cotilla, Fernando Orozco y Berra, Rafael Roa Bárcena, Hernán Cortés, Melesio Morales, Alphonse de Lamartine, Emilio Castelar, Alexander von Humboldt, Victor Hugo, Francisco Zarco, entre otros; e ilustraciones: Tivoli, El Descendimiento, Vista de Heidelberg, Gran Tonel de Heidelberg, Puente de Santa Cruz, Vista General de Jalapa, Barranca del Muerto, Cascada de Regla, Ferrocarril de Tlalpan, Barranca de Metlac, Volcán de Colima, Tívoli de San Cosme, Vista de Cuernavaca, Proyecto de Ferrocarril de México a Puebla, Vista de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, La Tzararacua, Cascada de Rincón Grande, Ruinas de la Quemada.
52 “Ignoras que del mundo en un rincón lejano/Del mexicano cielo bajo el azul dosel/En esta bella tierra do con potente mano/Naturaleza ha hecho un eternal vergel/Dos seres para un genio, cual tu, desconocidos/Devoran tus cantares con férvida emoción/Dos corazones beben, absortos conmovidos/El néctar de tu dulce, radiante inspiración”. “A Victor Hugo”, El Renacimiento, I, p. 132. Martín F. de Jáuregui expresó una fascinación equivalente por el poeta nacional de Francia. “A Victor Hugo en la muerte de su esposa”, El Renacimiento, I, p. 261.
53 “Lamartine”, El Renacimiento, I, pp. 333-335, 343-346, 376-380, 408-411.
54 Pierre Bourdieu, op. cit., p. 143. Véase también el imprescindible estudio de Roger Picard, El romanticismo social, México, Fondo de Cultura Económica, 1947, pp. 159 y ss.
55 “Carlos Dickens. Su carácter, sus obras”, El Renacimiento, II, pp. 66-67.
56 Ignacio Manuel Altamirano, “Crónica de la semana”, El Renacimiento, II, p. 193.
57 “La literatura nacional”, El Renacimiento, II, pp. 186, 187 y 189, respectivamente. El artículo apareció originalmente en La Ilustración Potosina. Sobre este tema Francisco Zarco había disertado en junio de 1851, cuando tomó posesión de la presidencia del Liceo Hidalgo. Para el periodista, México pronto tendría una literatura propia, acorde con los postulados filosóficos de la época, cosmopolita. “Discurso sobre el objeto de la literatura”, La Ilustración Mexicana, p. 161, en Francisco Zarco, Escritos literarios, selección, prólogo y notas de René Avilés, México, Porrúa, 1980, pp. 225-234.
58 “Introducción”, El Renacimiento, II, p. 3.
59 Justo Sierra, por ejemplo, cobraba quince pesos por artículo y Altamirano veinticinco. El Renacimiento, p. X.
60 Este nuevo proyecto editorial fue El Federalista (1871-1877), fundado por Altamirano y Gonzalo A. Esteva, y dirigido por Payno en el cual se escucharon todavía los ecos románticos y empezó a despuntar el modernismo con la poesía de Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón y Agustín F. Cuenca.
61 “Despedida”, El Renacimiento, II, p. 257.