Leer versos con los ojos de la historia. Literatura y nación en Ricardo Rojas y Jorge Luis Borges

Autores/as

  • Patricia Funes Universidad de Buenos Aires

Palabras clave:

Argentina, Borges, Hobsbawm, Latinoamérica, Literatura, Marxismo, Ricardo Rojas

Resumen

La construcción de una tradición impone forjar un abolengo, un linaje que revele espesuras, honduras e inmemorialidades (que el acto “original” de la construcción vuelve precisamente recordable e historiable) para conjurar las inestabilidades e incertidumbres del futuro. En este sentido, tradición y modernidad no se oponen, se complementan. Es la modernidad la que necesita de tradiciones. Aunque secularizadas y laicas, también elabora sus panteones y rituales. La historia, los museos, los sitios arqueológicos, las exposiciones nacionales fueron los soportes que expresaron las búsquedas e invenciones de lo nacional. Muchas líneas de interpretación que enfatizan los fenómenos de comunicación en el proceso formativo de las naciones subrayan la inquisición intelectual acerca de la existencia de una lengua y una literatura demostrativa de la “personalidad” de las naciones. En la década de 1920, en varios países de la región y al calor de la pregunta sobre la identidad nacional, surgen esas narraciones metaliterarias que son las historias de la literatura.

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Citas

1 La obra de Rojas salió editada por primera vez con el nombre de Literatura argentina. Ensayo filosófico sobre la evolución de la cultura en el Plata, La Facultad, Buenos Aires, 1917-1922. En la tercera edición llega a su título definitivo: Historia de la Literatura argentina. Ensayo Filosófico sobre la evolución de la cultura en el Plata, Buenos Aires, Losada, 1948. La primera edición salió publicada en cuatro tomos: “Los gauchescos” (1917); “Los coloniales” (1918); “Los proscriptos” (1919) y “Los modernos” (1922). En este trabajo se cita la cuarta edición, en nueve tomos, Buenos Aires, Guillermo Kraft, 1957.
2 Alberto Zum Felde, Crítica de la litaratura uruguaya, Montevideo, Maximino García Editores, 1921, pp. 6-7. Hemos tratado comparativamente las historias de la literatura en Uruguay y Argentina en un trabajo anterior. Patricia Funes, “Letras nacionales nacidas en vientre de leona. Literatura y nación en Argentina y Uruguay, 1910-1920”, en Estudios Sociales. Revista Universitaria Semestral, núm. 17, segundo semestre, 1999, pp. 9-34.
3 Luis Alberto Sánchez publicó, en 1928, el primer tomo de un largo estudio sobre la literatura peruana. En éste expone el plan de la obra y los fundamentos teóricos de la misma. Luis Alberto Sánchez, Literatura Peruana, Lima, Universidad de San Marcos, 1928. Aquí se cita la síntesis de ese estudio, expuesta en una serie de conferencias realizadas por Sánchez en La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires [La Literatura del Perú, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad-Instituto de Cultura Latino-Americana, 1939, p. 15].
4 Ibid., p. 13.
5 Ricardo Rojas, Historia de la Literatura Argentina. Ensayo filosófico sobre la evolución de la cultura en el Plata, t. I, Prólogo, p. 64.
6 Las afirmaciones de Rojas, Zum Felde, Sánchez, no deben llevar a pensar que no existían compilaciones previas, estudios de carácter biográfico y enciclopédico sobre las letras en América Latina. Como bien señala Beatriz González Stephan, un conjunto de obras de esta naturaleza surgen entre finales del siglo XIX y comienzos del XX. Entre ellas la Historia de la literatura en Nueva Granada desde la Conquista hasta la Independencia (1867), de José María Vergara y Vergara; en 1860, La aurora. Enciclopedia mensual y Popular de ciencias, artes y letras, y en 1868, la Ojeada histórico crítica sobre la poesía ecuatoriana de Juan León Mera; en 1893 Reseña histórico-crítica de la literatura guatemalteca, de Agustín Gómez Carrillo; culminando con las gigantescas obras de Carlos Roxlo, Historia Crítica de la literatura uruguaya. Véase González Stephan Beatriz, “Coleccionar y exhibir: la construcción de patrimonios culturales”, en Gunia, Inke, Niemeyer, Katharina, Sclickers, Sabine, Paschen, Hans (eds.), La modernidad revis(it)ada. Literatura y cultura latinoamericanas de los siglos XIX y XX, Berlín, Verlag Walter Frey-edición tranvía, 2000, pp. 102- 118. Sin embargo, o se reducían a un género (la poesía) o eran demasiado abarcativas (“artes, ciencias y letras”) o no exclusivamente “nacionales”.
7 Ricardo Rojas, op. cit., p. 65.
8 Ibid., p. 24.
9 Ibid., p. 65. El énfasis es nuestro.
10 José Carlos Mariátegui, “Proceso de la literatura”, en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, México, Era, 1979, p. 209. [El original: 1928].
11 Ibid., p. 207.
12 Víctor A. Belaúnde, “La evolución de nuestra cultura”, en Meditaciones Peruanas, Lima, Compañía de impresiones y publicidad editores, 1932, p. 134.
13 Ibid., pp. 135-136.
14 “Incluído el periodo colonial, nuestra historia literaria podría dividirse, para su exposición didáctica, en los siguientes periodos cronológicos, más o menos referidos a la historia política [...].1° Los orígenes: desde las primeras ciudades [...] hasta la fundación de la enseñanza universitaria; 2° La iniciación: desde la fundación de la Universidad de Córdoba [...] hasta la expulsión de los jesuitas (1767); 3° La revolución: desde la expulsión de los jesuitas y las reformas virreinales (1776) hasta el ocaso de la generación de Mayo (1820); 4° La proscripción: desde los caudillos y Rosas (1820) hasta Caseros (1852); 5° La organización: desde la consituyente (1853) hasta el Congreso de Belgrano (1880); 6° La actualidad: desde la federalización de Buenos Aires hasta el triunfo de la burguesía cosmopolita. Rojas, R., Historia..., Introducción, pp. 37-38.
15 Carlos Altamirano, “La fundación de la literatura argentina”; en: Altamirano, Carlos y Sarlo, Beatriz, Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia”, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983, p.115.
16 Alberto Zum Felde, “Noticia acerca de la poesía uruguaya contemporánea”, en Nosotros, Buenos Aires, año XIX, núm. 192, marzo, 1925, p. 6.
17 Ibid., p.34.
18 Idem.
19 Ibid., pp. 64-65.
20 “No necesito advertir que he puesto al servicio de esta obra todas mis experiencias docentes y literarias, y me será permitido recordar, sin vanidad alguna, que soy catedrático de literatura argentina en la Universidad de Buenos Aires (Facultad de filosofía y letras); de literatura castellana en la Universidad de La Plata (Facultad de ciencias de la Educación); profesor o ex profesor de gramática, estética literaria, psicología e historia de la civilización en diversos institutos de enseñanza normal y especial; miembro de la Academia de la lengua, de la Junta de historia y numismática, de la Sociedad científica, de otras instituciones de cultura; consejero académico en la Universidad de La Plata; encargado de conferencias en la Universidad de Tucumán, el Ateneo de Madrid, el Museo de bellas artes de Buenos Aires, la Sociedad wagneriana, etc; ex comisionado del ministerio de Instrucción Pública para estudiar en Europa los métodos de la historia [...]; sin contar mis libros relacionados todos, directa o indirectamente con los temas de esta obra.” Rojas, R. Historia..., p. 65. Recordemos que Rojas quien creó la primera cátedra de Literatura Argentina del país (1912), el primer Instituto de Literatura Argentina (1922) y el Instituto de Filología, no contaba con ningún grado universitario.
21 La encuesta comienza a publicarse en el número 168 del mes de mayo de 1923. Contestan treinta y siete escritores.
22 En Nosotros, Buenos Aires, año 15, núm. 151, diciembre, 1921, pp. 466-467.
23 En la década se multiplicaron las revistas literarias y culturales. Entre ellas: Proa (agosto 1924-enero 1926), dirigida por Jorge Luis Borges, Revista de América (diciembre 1924-julio 1926) dirigida por Carlos Erro. Ligadas al movimiento universitario reformista: Valoraciones (septiembre 1923-mayo 1928), dirigida por Alejandro Korn, y Sagitario (mayo-junio 1925-noviembre 1928) dirigida por Carlos Amaya.
24 Claridad fue parte del proyecto pedagógico socialista encabezado por Antonio Zamora. En 1922 comenzó la publicación de cuadernillos semanales con “obras selectas” de la literatura universal, en una colección que llamó Los Pensadores. Publicación semanal de Obras Selectas. Los libros eran muy baratos y en octubre de 1927 la editorial se jactaba de publicar un libro por día, lo que suponía no sólo un público consumidor sino también una moderna capacidad editorial. El primer número de Claridad, Tribuna del pensamiento izquierdista, apareció en julio de 1926 y salió regularmente hasta diciembre de 1941. En su primer editorial manifestaba sus objetivos: “Claridad aspira a ser una revista en cuyas páginas se reflejen las inquietudes del pensamiento izquierdista en todas las manifestaciones. Deseamos estar más cerca de las luchas sociales que de las manifestaciones puramente literarias. Creemos de más utilidad para la humanidad del porvenir las luchas sociales que las grescas literarias, sin dejar de reconocer que una contienda literaria puede también volver a surgir una nueva escuela que interpele las manifestaciones humanas en forma que estén más de acuerdo con la realidad de la época que vivimos”. “Apuntes y Comentarios”, Claridad, Buenos Aires, año I, núm. 1, julio, 1926, p. 1.
25 Jorge Luis Borges, El tamaño de mi esperanza, Buenos Aires, Seix Barral, 1993. (Primera edición: 1926), p. 14.
26 Graciela Montaldo, “Borges: una vanguardia criolla”, en Graciela y otros, Yrigoyen entre Borges y Arlt (1916-1930), Buenos Aires, Contrapunto, 1989, p. 213.
27 Jorge Luis Borges, “Queja del criollo”, en Inquisiciones, Buenos Aires, Alianza, 1998, pp. 147-150. [La primera edición es de 1925].
28 Martín Fierro salió desde febrero de 1924 hasta noviembre de 1927.
29 J. M. Monner Sanz, “La historia de la literatura argentina de Ricardo Rojas”, en Revista Iberoamericana. Órgano del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, vol. XXIII, núm. 46, julio-diciembre, 1958, p. 277.
30 Moreira es —para Manuel Gálvez— la representación de las tendencias agresivas, la afición a la guapeza; el “moreirismo” expresa “nuestro espíritu faccioso, nuestro culto al coraje y nuestra manía revolucionaria” [Manuel Gálvez, Diario de Gabriel Quiroga, Buenos Aires, Antonio Moen Editores, 1910, p.225]. Esa valoración no parece coincidir con la trascendencia y difusión del Juan Moreira de Ricardo Gutiérrez entre las clases populares, para las que Martín Fierro más bien venía a complementar al Juan Moreira de Gutierrez. “Juan Moreira sumaba [...] muchos elementos a su favor para marcar el tomo y las tendencias de una literatura de consumo popular. Contaba una historia excitante, sólida, emocional, en la que sucesivamente podían canalizarse la pura voluntad de entretenimiento, la sublimación de todas las humillaciones sufridas y el designio de secretas rebeldías.” Adolfo Prieto, El discurso criollista en la formación de la Argentina Moderna, Buenos Aires, Sudamericana, 1988, p. 99.
31 Jorge Luis Borges, “Leopoldo Lugones. Romancero”, en El tamaño..., pp. 95-96.
32 Recorriendo la ensayística de Borges de la década de 1920 pueden advertirse varias preguntas comunes con los nacionalistas del Centenario. En la mayoría de los casos invierte sus respuestas, pero no siempre. Vaya un ejemplo. Ya se sabe que Rojas veía con preocupación la “colonización” “gringa” de la ciudad. Rojas eligió un icono: la estatua de Garibaldi de Plaza Italia. Si los italianos habían levantado una estatua de Garibaldi, el Estado debería convocar a algún escultor para erigir al lado alguna de un gaucho o prócer vernáculo. Curiosamente, en Borges también se encuentra esa preocupación por la “invasión” del espacio público por parte de las culturas inmigrantes: “El chorreado caballo verdinoso y su Garibaldi no deprimían los Portones antiguos (La dolencia es general: no queda plaza que no esté padeciendo su guarango de bronce)” [”Palermo de Buenos Aires”, en Evaristo Carriego, Buenos Aires, Alianza, 1994, p. 21 [El original es de 1930].
33 Jorge Luis Borges, op. cit., p. 11.
34 G. Montaldo, op. cit., p. 225.
35 Borges, J. L., “Queja del criollo”, en Inquisiciones, pp. 147-150.
36 Jorge Luis Borges, El tamaño de mi esperanza, p. 14.
37 En dos semanas se agotó la primera edición de 2000 ejemplares.
38 Ivonne Bordelois, Un triángulo crucial. Borges, Güiraldes y Lugones, Buenos Aires, EUDEBA , 1999, p. 98.
39 Jorge Luis Borges, “Página relativa a Figari”, leída con motivo de la exposición de cuadros de Pedro Figari realizada en el Convivio de los Cursos de Cultura Católica, aparecida en Criterio, año I, núm. 30, 27 de septiembre de 1928.
40 Silvia Molloy, “Argentinos en el espejo: una reflexión sobre Borges”, en Carlos Altamirano (ed.), La Argentina en el siglo XX, Buenos Aires, Ariel-UN Q, 1999, pp. 87-88.
41 Raymond Williams, Marxismo y literatura, Barcelona, Península, 1977, pp. 66-67.

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Publicado

2018-12-07

Cómo citar

Funes, P. (2018). Leer versos con los ojos de la historia. Literatura y nación en Ricardo Rojas y Jorge Luis Borges. Historias, (56), 77–88. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/12953

Número

Sección

América