Hacia un nuevo paradigma historiográfico

Autores/as

  • Carlos Barros Universidad de Santiago de Compostela

Resumen

Versión escrita de las conferencias dictadas, con este mismo título, el día 23 de abril de 1998 en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas (San Cristóbal de las Casas), y el 24 de junio de 1998 en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad de Rosario (Argentina).

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Citas

1 En una película inglesa reciente, Two Deaths (1995), varios comensales celebran un banquete en casa del médico de Ceaucescu, mientras tiene lugar en la calle la revolución democrática rumana, aparentando una indiferencia hacia unos hechos que, sin embargo, van, antes incluso de finalizar el film, a cambiar radicalmente sus vidas individuales.
2 "El paradigma común de los historiadores del siglo XX", La formación del historiador, núm. 14, Michoacán, invierno 1994-1995, pp. 4-25; Estudios Sociales, núm. 10, Santa Fe, 1996, pp. 21-44; Medievalismo, núm. 7, Madrid, 1997, pp. 235-262.
3 Georg Iggers, La ciencia histórica en el siglo XX. Las tendencias actuales, Barcelona, 1995.
4 Crisis de fin de siglo que es simétrica de la que vivió la historiografía positivista a principios del siglo XX.
5 Con frecuencia, pendientes de la evolución de otras disciplinas más fuertes en lo teórico, infravaloramos los hallazgos de nuestras historiografías para luego recibir con entusiasmo ideas parecidas de otras ciencias sociales: un efecto perverso de una versión de la interdisciplinariedad que ignora la propia tradición.
6 "La contribución de los terceros Annales y la historia de las mentalidades. 1969-1989", La otra historia: sociedad, cultura y mentalidades, Bilbao, 1993, pp.87-118
7 "El retorno del sujeto social en la historiografía española", Estado, protesta y movimientos sociales, III Congreso de Historia Social, Vitoria, julio de 1997.
8 François Dosse, La historia en migajas. De "Annales" a la "nueva historia", Valencia, 1989 (París, 1987); uno de los errores de este libro, que tanto animó el debate, está en no haberse percatado de que la fragmentación no solamente afectaba a la escuela de Annales, sino a todas las corrientes historiográficas y a las relaciones entre ellas.
9 En España hay que añadir al menos una década más para notar estos cambios subjetivistas en la manera de investigar la historia.
10 La historia cuantitativa ha sido la aportación más importante de la corriente neopositivista al paradigma común.
11 Desde 1995 es cada vez más frecuente el uso de las actas del I Congreso Historia a Debate para la redacción de los proyectos docentes como medio de asegurar una visión más actualizada y problematizada de nuestra disciplina.
12 "Ataques" entre comillas porque no son gratuitos, disponen de una base objetiva que nos obliga por higiene intelectual a su toma en consideración.
13 Israel Sanmartín, "La Historia según Fukuyama, 1989-1995", Santiago, tesis de licenciatura, 1997; el lector puede comprobar que lo que sí desaparecería con la tesis de Fukuyama es la Historia entendida también como reflexión teórica y como compromiso con el progreso de la humanidad, dimensiones a las que siempre se resistió, y resiste, el positivismo historiográfico.
14 La historia de la humanidad no avanza hacia una meta fijada de antemano, pero tampoco tiene vuelta atrás, tesis 5 de "La historia que viene", Historia a Debate, I, Santiago, 1995, p. 101; la caída del comunismo confirma la primera parte, y el desastre que supuso, posteriormente, en el Este de Europa el desmantelamiento del Estado de bienestar construido por los comunistas, ratifica la segunda parte.
15 Sobre el compromiso de Foucault, a finales de los años setenta y principios de los ochenta, con los derechos del hombre, a la manera de Sartre, véase François Dosse, Histoire du structuralisme, II, París, 1992, pp. 424-426; Derrida ha sido uno de los científicos sociales franceses que se han unido, recientemente, a los cineastas en la defensa de los inmigrados.
16 El reduccionismo lingüístico, difundido desde Estados Unidos, también se reclama como historia posmoderna, pero su influencia es bastante menor entre los historiadores que el mencionado posmodernismo ambiental.
17 Paul Feyerabend, Tratado contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, Madrid, 1992 (Londres, 1975).
18 El problema mayor aquí es caer en la ilusión de pensar que la actual crisis de la historia se puede resolver cambiando líneas de investigación, apostando por la innovación, factor necesario pero desde luego para nada suficiente dado el carácter global -metodológico, epistemológico y social- de la crisis historiográfica.
19 Reducir globalización a capitalismo sería caer en un error parecido al que cometió la izquierda política y académica cuando identificó –y combatió- en el pasado la democracia como un fenómeno burgués.
20 La modelización informática y la simulación han hecho ya posible la reconstrucción virtual en tres dimensiones y con animación, sobre la base de los resultados de las excavaciones arqueológicas de ciudades neolíticas, antiguas o medievales, y de otros monumentos.
21 Algunos reaccionarios pretenden todavía ir en dirección contraria a la historia (nunca mejor dicho): una perla encontrada en una reciente estancia académica en la Universidad Nacional del Sur (Argentina): es superfluo que el Estado siga pagando la formación de literatos, filósofos, sociólogos y psicólogos, nota editorial en la primera página de La Nueva Provincia (Bahía Blanca, 6 de julio de 1998); otros lo piensan, son demócratas y hasta izquierdistas, pero no lo dicen, por vergüenza, claro.
22 Le sigue, en este camino, Francia, donde el gobierno de Lionel Jospin, después de la movilización el 15 de octubre de 1998 de medio millón de estudiantes de enseñanza media, ha prometido volver a la formación ética y cívica de los estudiantes, incrementando el peso de la filosofía y la literatura (a diferencia de España, la historia no ha dejado de desempeñar su papel educativo en la Francia socialista) en los programas, junto con la informática y las matemáticas.
23 Se trata del tercer retorno del sujeto (colectivo, social): el primer retorno tuvo lugar en los años setenta (mental, social), y el segundo en los años ochenta (individual, político).
24 Véase la nota 7.
25 Una manera inevitable de "manipular" el debate es afirmar, naturalmente, lo contrario.
26 En esto rectificamos a Kuhn, que tiene una visión demasiado simple de la revolución (científica) como ruptura neta entre lo viejo y lo nuevo (paradigmas).

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Publicado

1999-04-30

Cómo citar

Barros, C. (1999). Hacia un nuevo paradigma historiográfico. Historias, (42), 3–16. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/13811

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