Nueva España, una tierra necesitada de maravillas

Autores/as

  • Antonio Rubial Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

Resumen

Todos los habitantes de Puebla estaban a la expectativa esa mañana, víspera de los Santos Reyes de 1688. Acababa de morir Catarina de San Juan, una esclava hindú que, liberada de sus amos, se había dedicado a servir en la iglesia de los jesuitas. Cuando su cadáver fue sacado de la casucha donde vivía, los poblanos se arremolinaron a su alrededor y comenzaron a despojar el cuerpo muerto de su mortaja para llevársela como reliquia. Al llegar al templo de la Compañía donde sería enterrada, después de varias horas de procesión por las calles, las autoridades se vieron forzadas a cerrar las puertas para impedir la entrada a la multitud que seguía clamando por su “santa”. Una vez dentro de la iglesia, el cadáver fue de nuevo amortajado y colocado sobre un catafalco para la celebración de las honras fúnebres, a las que solamente asistieron los más honorables miembros de la sociedad poblana. Pero cuando terminó la ceremonia, los canónigos de catedral, los frailes y los ricos hacendados y comerciantes se abalanzaron sobre el cadáver para arrancarle a pedazos mortaja, orejas, dedos y cabellos.

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Citas

1 Este artículo es parte de un libro de próxima aparición llamado La santidad controvertida.
2 Francisco Pardo, Vida y virtudes heroycas de la madre María de Jesús, México, 1676, f. 6.
3 Francisco de Aguilera, Sermón en que se da noticia de la vida admirable, virtudes heroycas y preciosa muerte de la venerable señora Catarina de San Joan..., México, 1688, pp. 20v y ss.
4 Francisco de la Maza, Catarina de San Juan, México, 1990.
5 Michel T. Destephano, Miracles and Monasticism in Mid Colonial Puebla, 1600-1750, Florida, 1977, pp. 39 y ss.
6 Richard C. Trexler. "Alla destra di Dio. Organizzazione della vita attraverso i santi morti in Nuova Spagna", en Church and Community 1200-1600. Studies in the History of Florence and New Spain, Roma, 1987, pp. 510 y ss.
7 José Miguel Aguilera y Castro, Elogio cristiano del beato Sebastián de Aparicio..., México, 1791, p. 2.
8 José Boero, Los 205 mártires de Japón, México, 1869, p. 23.
9 Gustavo Curiel, "San Felipe de Jesús, figura y culto", en Actas del XI Coloquio Internacional de Historia del Arte. México, 1988, pp. 74 y ss.
10 Antonio Vázquez de Espinosa, Descripción de la Nueva España en el siglo XVII (obra inédita hasta el siglo XX). México, 1944. pp. 86 y 122. menciona a Gregorio López y a Sebastián de Aparicio. Gil González Dávila. en su Teatro eclesiástico de la primitiva Iglesia de la Nueva España (2 vols., Madrid, 1649-1655, vol. I, pp. 46-57 y 72 y ss.), habla de los dos anteriores y de Bartolomé Gutiérrez.
11 Antonio de Robles, Diario de sucesos notables, vol. III, pp. 115 y ss.
12 Citados por Elisa Vargas Lugo, "Proceso iconológico del culto a Santa Rosa de Lima", en Actes du XLIIéme. Congrès International des Americanistes, París, 1976, pp. 82 y ss.
13 Minuta de la cédula real, 12 de marzo de 1779. Informe de los fiscales, 18 de octubre de 1780. Dictamen pleno del Consejo, 22 de diciembre de 1780. AGI, Indiferente General, 3032.
14 Gustavo Curiel, op. cit., pp. 89 y ss.
15 Instrucción para remitir informes sobre milagros. AGI, Indiferente General, 3034.
16 Manuel Romero de Terreros, "Grabados y grabadores en la Nueva España", en Miscelánea de arte colonial, México, 1990, p. 218.
17 Agustín de Vetancurt en su Teatro (vol. II, pp. 98-99) dice por ejemplo a propósito de fray Vicente Velasco, religioso organista del convento de Puebla que pasó a Filipinas en 1580: "El señor D. fray Miguel García, arzobispo de Manila, mandó que en la memoria de los difuntos le pusiesen el título de santo. Antiguamente calificaban los obispos a los santos y así es de estimar la calificación de un prelado tan prudente."
18 Michel T. Destephano, op. cit., p. 306.
19 Este beato fue quizá el que recibió una mayor atención por parte de los hagiógrafos. Fray Joseph Manuel Rodríguez, en su Vida prodigiosa del siervo de Dios fray Sebastián de Aparicio, México, 1769, señala en el prólogo que "más de quince escritores entre regnícolas y extranjeros" han tratado sobre ese asunto hasta sus días.
20 Una lista de tales textos y un estudio de ellos se puede ver en mi artículo "La hagiografía como historiografía", en Rosa Camelo et al., La historiografía mexicana (en prensa).
21 Pedro Salguero, Vida del venerable padre... fray Diego de Basalenque, México, 1664, p. 93.
22 Joaquín Antonio Villalobos, Honroso obelisco que sobre las cenizas de el sepulcro de el Sr. Dr. Don Miguel Nieto de Almirón, Puebla, 1734, pp. 15 y ss.
23 Diego de Lemus, Vida, virtudes, trabajos, favores y milagros de la Ven. M. Sor María de Jesús, Lyon, 1683, p.43.
24 Francisco de Florencia, Descripción histórica y moral del yermo de San Miguel de las Cuevas..., Cádiz, 1689, p. 255.
25 David Brading (ed.), Siete sermones guadalupanos, México, 1993, p. 135.
26 Carta de Ignacio Carrillo Pérez a fray Servando Teresa de Mier, 26 de marzo de 1803. Biblioteca de Antropología, Colección Gómez de Orozco, MSS. 156, ff. 85v-96v. La cita está en el f. 92r.
27 Michel T. Destephano, op. cit., pp. 20 y ss., hace notar esta relación entre santidad y sociedad en la Puebla del XVII.
28 Miguel Zerón Zapata, La Puebla de los Ángeles en el siglo XVII, Puebla, 1945, caps. 22 y 23.
29 Bermúdez de Castro, Teatro angelopolitano, Puebla, 1746, p. 220.
30 Antonio Rubial, "Bajo el manto de los santos propios", Revista de la Universidad de México, México, 1993, pp. 38 y ss.
31 José Carmona, Panegírico sagrado del beato Sebastián de Aparicio, Puebla,1792; José Miguel Aguilera, op. cit., p. 6.
32 Agradezco a Juana Gutiérrez Haces el haberme facilitado fotografías y datos sobre estas particulares e interesantes obras.
33 Jaime Cuadriello, Las glorias de la república de Tlaxcala. El patrocinio de una iconografía indocristiana (en prensa).
34 Alonso Ramos, op. cit., lib. I, cap. I, vol. I, f. 3v.
35 Dolores Bravo, op. cit., p. 38.
36 Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, México, 1971, lib. V, 1a. parte, prólogo, p. 569.
37 Juan Sánchez Baquero, Relación breve del principio y progreso de la provincia de Nueva España de la Compañía de Jesús, México, 1945, cap. XXIV, pp. 114 y ss.
38 Lucas Alamán, Historia de México, 5 vols., México, 1985, vol. V, pp. 52 y ss.

Descargas

Publicado

1997-03-31

Cómo citar

Rubial, A. (1997). Nueva España, una tierra necesitada de maravillas. Historias, (37), 41–58. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/13903

Número

Sección

Ensayos