Publicado 1995-03-31
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Resumen
E1 15 de mayo de 1930 miles de personas salieron a la calle con el objeto de obtener una inmensa fotografía de la población nacional. Se trataba de miles de encuestadores -entre estudiantes, maestros, funcionarios públicos y voluntarios- que se echaron a cuestas la gran labor de reunir información para tres importantes trabajos estadísticos: el Quinto Censo General de Población, el Primer Censo Agrícola y Ganadero y el Primer Censo Industrial. Los investigadores nos heredaron tres álbumes demográficos -que bien podríamos llamar “fotográficos”, ya que representan auténticas instantáneas de la población nacional de aquella época- que permiten un magnífico acercamiento al componente poblacional de nuestro país en los años veinte.
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Referencias
2 Los conceptos incluidos en un censo están relacionados con la política demográfica de cada momento histórico. Al respecto véase Delia Salazar, "De fomento a programación", en la obra de la misma autora, La población extranjera en México (1895-1990). Un recuento con base en los censos generales de población, INAH, en prensa.
3 El censo nos presenta dos tipos de información que nos permiten acercarnos al total de extranjeros residentes en México: el lugar de nacimiento y la nacionalidad. Ambas cifras difieren; la primera ofrece un total de 140,587 extranjeros y la segunda 159,876. La diferencia se explica debido a que se trata de dos conceptos distintos: el primero incorpora a los que residen habitualmente en México y que nacieron en el extranjero, mientras que el segundo se relaciona con la nacionalidad legal, misma que se define a partir de la Ley de Extranjería y Naturalización de 1886.
4 Sobre los métodos y los límites de la información del censo de 1930 véase "Los recuentos", Delia Salazar, op. cit.
5 Dirección General de Estadística, Anuario de 1930, núm. 16, México, octubre de 1932, 528 p. Este anuario reporta datos sistemáticos a partir de 1908. La información tiende a ser defectuosa, ya que el registro de las fronteras en aquellos años no era sistemática; además, no registra a la población ilegal. Sin embargo, por informes de los mismos encargados resulta más efectivo el registro en los puertos que en las fronteras terrestres.
6 Según los censos levantados en el periodo, en 1921 se presenta un decrecimiento de la población extranjera. Por lo contrario, el movimiento de población nos indica un crecimiento constante desde 1910, que se presenta a un ritmo moderado en el periodo revolucionario y que aumenta en la década de los treinta. Debido a que no podemos calcular un índice de mortalidad de los inmigrantes en el periodo, ya que presuponemos que la población extranjera se comporta de forma diferente a la nacional y no contamos con datos sobre su edad en el momento de ingreso al país, no es posible estimar o corregir la tendencia presentada por ambas informaciones, aunque consideramos que no se puede encontrar una alteración significativa ya que, por norma general, la población migrante es joven. Por ello presuponemos una tendencia media de crecimiento.
7 Según la Ley de Extranjería y Naturalización de 1886, las mujeres casadas con extranjero y los hijos menores de 18 años de padres extranjeros se consideraban "extranjeros". Las extranjeras casadas con mexicanos y los hijos de mexicanos nacidos en el extranjero eran "mexicanos". Por otro lado, la posesión de bienes raíces en México permitía que un extranjero se nacionalizara mexicano mediante un simple trámite. Véase Carlos Echanove Trujillo, Manual del extranjero, México, Porrúa, 1965, pp. 221-235.
8 A pesar de los límites del concepto de nacionalidad, consideramos adecuado manejarlo, ya que éste nos habla no sólo de los extranjeros, sino que se refiere a un cierto sector de la población íntimamente relacionado con ellos y que podría apuntarnos algunos comportamientos de las colonias extranjeras residentes en México. Por lo tanto, nos referimos a una cifra que gira alrededor de 160,000 personas.
9 Louis Dollot, Las migraciones humanas, Barcelona, Oikos-tau S.A. Ediciones, 1971, 122 p.
10 Roger Daniels, Coming to America. A History of Immigration and Ethnicity in American Life, Princenton, N.J., 1990, 450 p.
11 En éste se sumó el número de construcciones encontradas en cada localidad. Se consideró como indicador el material predominante, clasificado en mampostería, ladrillo, madera, adobe y embarro.
12 En otros estados resulta mucho más complejo analizar la propiedad extranjera, ya que el material predominante es el adobe, de muy bajos costos, y es muy difícil distinguir alguna diferencia entre la propiedad extranjera y la nacional.
13 Esta pregunta estaba dirigida a los jefes de familia; para los extranjeros no se indica el número total de jefes de familia. Consideramos inapropiado aplicar el promedio nacional de cinco miembros por familia en 1930, ya que la población extranjera presenta diferencias dependiendo del grupo que se estudie y del tiempo de residencia.
14 La información sobre ocupaciones se encuentra distribuida en una diversidad de formatos en las distintas publicaciones del censo. En este caso decidimos trabajar un cuadro del Resumen general, referente a la ocupación de los extranjeros en la capital de los estados y poblaciones con más de 25,000 habitantes. Estos datos se pueden incrementar con la información que aparece por entidad federativa, que incluye a localidades de menor población.
15 La información sobre ocupación e ingresos tiende a ser defectuosa, debido a omisión de información sobre todo por escepticismo de la población o temor a persecuciones fiscales. La información sobre industrias adolece de fallas debido a que es el primer trabajo de su tipo. Sobre la clasificación de población económicamente activa véase Clara Jusidman, "El concepto de población económicamente activa en los censos de población mexicanos 1895 a 1970", México, 1975, s.e., 211 p. (probablemente es una tesis).
16 Presenta informaciones sobre las principales industrias de la república, aunque excluye a la minería y al petróleo, los ferrocarriles, la industria oficial y semioficial, ya que se indica que existían otras estadísticas sobre éstas. Véase Anuario de 1930.
17 La clasificación utilizada dificulta su análisis, ya que integra a establecimientos de diversas dimensiones. La información sobre propietarios o accionistas no diferencia el monto de la inversión por establecimiento, sólo presenta el número de empleados de administración sin informar sobre su nacionalidad y no incluye el número de obreros extranjeros.
18 Las principales clases de industrias fueron: textiles; metalurgia y productos metálicos manufacturados; fabricación de materiales de construcción; construcción de vehículos; indumentaria y tocador; productos alimenticios; maderas y muebles; cerámica; cuero y pieles; luz, fuerza y calefacción eléctrica; química; refinación y destilación de petróleo; papel; artes gráficas, fotografía y cinematografía; tabaco; vidrio; joyas, objetos de arte, instrumentos musicales y de precisión; y otras industrias.
19 Stephen H. Haber, Industria y desarrollo. La industrialización en México, 1890-1940, México, Alianza Editorial, 1992, 246 p.
20 Véase Alma L. Parra, "Los orígenes de la industria eléctrica en México: la compañía británica de electricidad (1900-1929)", Historias, núm. 19, México, DEH-INAH, octubre-marzo de 1988, pp. 139-158.