Núm. 26 (1991)
Ensayos

La formación de los intelectuales del Ateneo

Susana Quintanilla Osorio
Investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV-IPN

Publicado 1991-09-30

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Referencias

1 Julio Torri, Diálogo de los libros, México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pp. 216 y 219 .
2 Véase Bernard Goldsmith, The Ateneo of la Juventud, tesis, Clark University, 1969; Juan Hernández Luna (comp.), Conferencias del Ateneo de la Juventud, México, UNAM, 1962.
3 Luis González y González, Todo es historia, México, Cal y Arena, 1989, p. 127.
4 Lía García Verástegui, Del proyecto nacional para una Universidad de México (1867-1910), México, UNAM, 1980; Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México, tomo I, México, Línea, pp. 35-46.
5 Susana Quintanilla, El Ateneo de la Juventud: trayectoria de una generación, México, UNAM -Facultad de Filosofía y Letras (tesis de doctorado), pp. 26-31.
6 La historia de la infancia y de la educación constituye un lugar privilegiado desde el cual mirar la vida privada, el mundo de lo cotidiano, y apreciar las líneas de cambio y continuidad en las relaciones humanas. Philippe Aries, Centuries of Chilhood: A Social History of Family Life, New York, Vintage Books, 1962; Lloyd Mause (comp.), Historia de la infancia, Madrid, Alianza Editorial, 1982.
7 Para la realización de este ensayo recurrí fundamentalmente a testimonios y biografías de los intelectuales elegidos.
8 El grupo reunido en torno al Ateneo de la juventud fue mucho más amplio y heterogéneo de lo que comúnmente se supone. En él confluyeron intelectuales de generaciones anteriores (Luis G. Urbina y Enrique González Martínez) y personalidades con trayectorias, ideologías, posturas políticas e intereses variados. Dada esta diversidad, decidí centrarme en el núcleo de amigos que dio vida al Ateneo y que, en el transcurso de su carrera, hicieron de la enseñanza, la producción literaria, la crítica o la filosofía una forma de vida. Excluí a Pedro Henríquez Ureña, quien por su origen dominicano escapa a los propósitos de este estudio. Jesús T. Acevedo, Carlos Díaz Duffó Jr., Julio Torri, Alfonso Cravioto y Genaro Fernández MacGregor tendrían que ser incluidos en un trabajo más profundo sobre el tema.
9 Me refiero a los socios del Ateneo que se dedicaron principalmente a la política: Alberto J. Pani, Luis Cabrera, Félix F. Palavicini y Alfonso Cravioto.
10 Para una caracterización de este gtupo social, véase Françoise Guerra, México: del porfiriato a la revolución, México, Fondo de Cultura Económica, 1988 (2 vols.).
11 Daniel Cosío Villegas, Historia moderna de México. El porfiriato, vida política interior, segunda parte, México, Hermes, 1972, pp. 110-124.
12 Alfonso Reyes, Parentalia, Monterrey, El Cerro de la Silla, 1958, pp. 47-52, 71-74.
18 Aurelio Lartigue, Biografía del Gral. de División Bernardo Reyes, Ministro de Guerra y Marina, Monterrey, Tipografía del Gobierno en Palacio, 1901.
14 Leonardo Pasquel, "Juventud del maestro Antonio Caso", Hoy, 27 agosto 1953.
15 José Joaquín Blanco, Se llamaba Vasconcelos. Una evocación critica, México, Fondo de Cultura Económica, 1977, pp. 13-24; José Vasconcelos, Ulises criollo, primera parte, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, pp. 9-23.
16 Héctor Aguilar Camín, "Los jefes sonorenses de la Revolución Mexicana", D. Brading (comp.), Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 1991, pp. 125-144; José Fuentes Mares, Monterrey: una ciudad creadora y sus capitanes, México, Jus, 1976; Candelaria Valdés Silva, Los maestros rurales y el reparto agrario en la laguna, México, DIE-CINVESTAV, 1990.
17 El padre de Nemesio García Naranjo, inconforme ante el derrocamiento del gobernador de Nuevo León, Genaro Garza, por el gobierno central, organizó un cuerpo militar para defender la soberanía del Estado. Tras la derrota se exilió con su familia en Texas, donde habría de vivir doce años. Nemesio García Naranjo, México, Memorias, s/e , 1963, t. I, pp. 120-128.
18 Esta doble función de la familia decimonónica es analizada por Michelle Perrot, "Funciones de la familia", en P. Aries y G. Duby (comps.), Historia de la vida privada, Madrid, Taurus, t. IV, pp. 117-125.
19 De acuerdo con Guerra, las relaciones basadas en el parentesco eran, durante el porfiriato, las más sólidas. El éxito social de los individuos, su futuro y estatus, dependían; de hecho, de la red de vínculos en la que se integraban desde su infancia. Cfr. Françoise Guerra, op. cit., pp . 127-132.
20 Milada Bazant, "La educación de las mujeres durante el porfiriato", en La educación en México: perspectivas regionales, Xalapa, UAV, 1990; Mary Baughan, "Women, Class and Education in Mexico, 1880-1928", Latin American Perspectives, (4) (Feb. 1977), pp. 135-152.
21 Alfonso Reyes, Albores. Segunde libro de recuerdos, Monterrey, El Cerro de la Silla, 1960, p. 86.
22 David Brading, Mito y profecía en la historia de México, México, Vuelta, 1988, pp. 126-158.
23 Véanse los testimonios de Nemesio García Naranjo, op. cit., I, pp. 235-243 ; Alfonso Reyes, Albores..., p. 87; José Vasconcelos, op. cit., pp. 415-489.
24 Jean Pierre Bastián, "Protestantismo y sociedad en México", en Historia Mexicana, núm. 33, pp. 39-71.
26 Moisés González Navarro, Historia moderna de México. El porfiriato: vida social, I, 3a. ed., México, Hermes, 1973, pp. 415-489 .
26 Pasquel, op. cit.
27 Alfonso Reyes, Albores..., p. 74.
28 Nemesio García Naranjo, op. cit., I, pp. 183-185.
29 Françoise Guerra , op. cit ., pp. 248-282; Susana Quintanilla, "Cultura popular y escuela en el porfiriato", La educación en México: perspectivas regionales, Xalapa, UAV, 1990; Mary Vaughan, "Primary Education and Literacy in Nineteenth-Century Mexico: Research Trends, 1968-1988", Latin American Review, vol. 25, núm. 1, 1990, pp. 31-66.
30 Nemesio García Naranjo, op. cit., I, pp. 151-182, 219-226; José Vasconcelos, op. cit., pp. 25-27, 31-34, 77, 81, 93-97 .
31 Esta diversidad es indicativa del fracaso de aquellas reformas dirigidas a lograr un sistema educativo uniforme, con contenidos comunes y bajo el control del Gobierno Federal.
32 Sobre la transmisión del dogma liberal en la escuela primaria y su posible papel en el despertar de una conciencia opositora al régimen porfirista, véase: Françoise Guerra, op. cit., I, pp. 426-445; Alan Knight, "Los intelectuales en la Revolución Mexicana", Revista Mexicana de Sociología, vol. LI, núm. 2, abril-junio 1989, pp. 42-50; Mary Vaughan, Primary..., pp. 42-53.
33 Françoise Guerra, op. cit.
34 Para el caso de Aguascalientes, véase: Salvador Camacho, La educación socialista en Aguascalientes, México, DIE-CINVESTAV, 1989.
36 Williams, Raat, El positivismo durante el porfiriato, México, SEP, 1975.
36 Quienes investigamos la historia de la educación hemos aprendido que, más allá de las reformas estatales y las iniciativas de cambio, la escuela mantiene prácticas de enseñanza y disciplina que permanecen casi inalteradas con el transcurso del tiempo.
37 La historiografía de los intelectuales muestra la importancia que ha tenido sobre la formación de las élites culturales el acceso a la cultura de la palabra escrita .
38 Margit Frenk, "Entre leer y escuchar", News, núm. 130, octubre 1988.
39 Milada Bazant, "Lecturas del porfiriato", Seminario de Historia de la Educación en México, Historia de la lectura en México, México, Colegio de México, pp. 205-242.
40 Alonso Reyes, Albores..., pp. 77-85.
41 El Molinero de Friuli del siglo XVIII analizado por Carlo Ginzburg constituye el ejemplo del lector autodidacta. Cario Ginzburg, El queso y los gusanos, Barcelona, Muchnik Editores, 1981.
42 José Vasconcelos, op. cit ., pp. 41-46, 71.
43 Manuel Ceballos, "Las lecturas católicas: cincuenta años de literatura paralela, 1867-1917", Seminario de Historia dr la Educación en México, op. cit., pp. 153-203.
44 José Vasconcelos leyó a Rousseau y Spencer durante su primera visita a la capital, gracias a una tía que por entonces estudiaba en la Normal. Según su testimónio, ambos autores lo "desilusionaron".
45 Moisés González Navarro, op. cit., pp. 607-623; Ernesto Lemoine, La Escuela Nacional Preparatoria en el periodo de Gabino Barreda, México, UNAM, 1970.
46 José Vasconcelos, op. cit., I, pp. 147-166.
47 Raat, op. cit.
46 Alfonso Reyes, Universidad, política y pueblo, México, UNAM, 1967, pp. 29-37, 130-140.
49 Tal es el caso de Justo Sierra, quien en 1905 se declaró públicamente espiritualista. Edmundo O'Gorman, "Justo Sierra y los orígenes de la Universidad de México", Filosofía y Letras, vol. XVII, núm. 33, enero-marzo 1948.
50 Clementina Díaz de Ovando, La Escuela Nacional Preparatoria. Los afanes y los días, México, UNAM, 1970 (2 vols.).
51 Nemesio García Naranjo, op. cit., II, pp. 41-222.
52 José Fuentes Mares, op. cit., pp . 57-106.
53 Nemesio García Naranjo, op. cit., II, pp. 170-222.
54 Luis González y González, op. cit., pp. 176-178.
55 Alfonso Reyes, Parentalia..., p. 140.
56 Antonio Caso tuvo como compañeros a Isidro Fabela, Eduardo Colín y Salvador Urbina. En el tercer ciclo figuraban Genaro Fernández MacGregor, Vicente Sánchez Gabito e Ignacio Bravo Betancourt, mientras que en el cuarto comenzaban a destacar José María Lozano, Ricardo Gómez Robelo y Abel Salazar. De la generación de José Vasconcelos sobresalen Carlos Sánchez Mejorada, Eduardo Tamarez, Federico González Garza y Guillermo Novoa. Miguel Alessio Robles, Alfonso Teja Zabre, Guillermo de Valle Arizpe, Alfonso Rosenzueig Díaz y los hermanos Olea formaron parte del grupo matriculado en 1905.
57 Sobre el papel desempeñado por estas instituciones en el reclutamiento de las élites políticas y culturales, véase: Roderic Camp, La formación de un gobernante: la socialización de los líderes políticos en el México postrevolucionario, México, Fondo de Cultura Económica, 1981; Los intelectuales y el Estado en el México del siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica, 1988.
58 Lucio Mendieta, Historia de la facultad de Derecho, México, UNAM, 1956, pp. 105-109.
59 Aguilar Islas (comp.) , La Escuela Nacional de Jurisprudencia (1867-1910), México, UNAM , 1986, pp. 43-50, 73-74 y 87.
60 Alfonso Reyes , Universidad..., pp. 141-142.
61 Era común que entre los amigos del Ateneo se refirieran a Caso y Vasconcelos como los "volcánicos" mientras que Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña eran los apolíneos del grupo.
62 Moisés González Navarro , op. cit., 749-812; José Emilio Pacheco, "Sombras del novecientos", Suplemento Cultural de Siempre, 18 diciembre 1968.
63 José Vasconcelos, op. cit., pp. 174-210
64 Nemesio García Naranjo, op. cit., IV, pp. 61-191.
65 Pedro Henríquez Ureña, Estudios mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, p. 29.
66 Jósé Emilió Pachaco, op. cit.
67 Nemesio García Naranjo, III , p. 74.
68 Hay indicios de que en nuestro país los grupos de pares han desempeñado un papel decisivo en la formación de las élites culturales. De hecho, es común que los intelectuales destaquen su pertenencia a un grupo como su experiencia formativa más importante. Emmanuel Carballo, Diecinueve protagonistas en la literatura mexicana del siglo XX, México, Empresas Editoriales, 1965.
69 Enrique Krauze, Caudillos culturales en la Revolución Mexican, México, Siglo XXI, 1976, pp. 125-127.
70 El Fondo de Cultura Económica realizó una edición facsimilar de Savia Moderna. Alfonso Cravioto fue su creador e invitó a Luis Castillo Ledón como director. Entre sus colaboradores figuran Jesús T. Acevedo, Rafael López, Manuel de la Parra, Eduardo Colín, Roberto Argu?elles, Antonio Caso, Marcelino Dávalos, Nemesio García Naranjo y Alfonso Reyes. Entre los artistas plásticos estuvieron Saturnino Herrán, Jesús Martínez, Roberto Montenegro y Diego Rivera. Ya en el número cuatro de la revista apareció como secretario de redacción Pedro Henríquez Ureña.
71 Pedro Henríquez Ureña, op. cit., pp. 232-235.
72 Antonio Caso, "Kant en Argentina y en México", El Universal, 7 febrero 1939; Henríquez Ureña , op. cit., pp. 236-237, 249-256, 260-268, 288-297; Alfonso Reyes, Universidad..., pp. 123-170; José Vasconcelos, "El movimiento intelectual contemporáneo de México", Hernández Luna (comp.), Conferencias del Ateneo de la juventud, México, UNAM, 1962, pp. 117-134.
73 Jacques Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media, Barcelona, Gedisa, 1985.
74 El magisterio de Pedro Henríquez Ureña se prolongaría hacia las nuevas generaciones de intelectuales mexicanos.
75 Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Correspondencia (1907-1914), Edición de José Luis Martínez, México, Fondo de Cultura Económica, 1987.
76 José Vasconcelos, op. cit., p. 127.
77 José Joaquín Blanco, op. cit., p. 37.
78 Pedro Henríquez Ureña, op. cit., pp. 260, 264 y 267.
79 José Gaos, "Las mocedades de Caso", Homenaje de El Colegio Nacional al maestro Antonio Caso, México, Cultura, 1946, pp. 23-30.
80 Rosa Krauze de K., La filosofía de Antonio Caso, México, UNAM, 1964, p. 27-30.