Publicado 1990-09-30
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Resumen
Durante las décadas que siguieron a la fundación por los franciscanos, hacia 1531, de la primitiva ermita dedicada a Santa María en el Tepeyac, la popularidad de su culto fue en aumento entre los indios. Al adorar a la Virgen, los indios reverenciaban a la diosa madre Tonantzin, nuestra madrecita. En cuanto se les evidenció su naturaleza idolátrica, los franciscanos se opusieron a los “cultos de sustitución” que ellos mismos habían contribuido a iniciar. Aunque no fue el primero en hacerlo, fray Bernardino de Sahagún fue quien denunció más claramente la naturaleza idolátrica de estos cultos sincréticos, sólo aparentemente cristianos. Uno de ellos era el de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, al norte de la ciudad de México. Transcribo el célebre texto de Sahagún, escrito en 1576, que se encuentra en la “Nota” sobre idolatría, en español únicamente, sin traducción al náhuatl, inserta en el capítulo XI del Códice florentino o Historia general de las cosas de la Nueva España.
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Referencias
por el gobierno de México, 1979), lib. XI, "Nota", f. 234. La modernización de ortografía, puntuación, subrayados y puesta en párrafos de los textos citados, son
míos. En las citas conservo la ortografía de los nombres propios. La mejor edición de la parte española del Códice florentino es la de Josefina García Quintana y Alfredo López Austin, México, Alianza, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Colección Cien de México), 1989, 2 vols.
2 Códice florentino, lib. XI, "Nota", ff. 235 v.-236 r.
3 Véase Edmundo O'Gorman, Destierro de sombras. Luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac, México, UNAM, 1986.
4 Coloquios y doctrina cristiana con que los doce frailes de San Francisco, enviados por el papa Adriano VI y por el emperador Carlos V, conuirtieron a los indios de la Nueva España. En lengua mexicana y española, traducción y edición de Miguel León-Portilla, México, UNAM, Fundación de Investigaciones Sociales, A.C., 1986.
5 Es cierto que se perdieron, entre otros, los capítulos XXVIII del primer libro y el IV del segundo libro de los Coloquios sobre Jesucristo, donde Santa María pudo ser mencionada.
6 Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias, lib. L, cap. X, párr. 30 y 31 (Asunción del Paraguay, Editorial Guaranía, 1945, tomo XIV). Me parece que sólo José Luis Martínez llama la atención sobre estos muy importantes y tempranos diálogos religiosos; Hernán Cortés, México, FCE, UNAM, 1990, cap. XV, p. 454.
7 Fray Bernardino de Sahagún, Psalmodia christiana y sermonario de los sanctos del año, en lengua mexicana, México, Pedro Ocharte, 1583, 4 + 236 ff. Esta muy importante obra, que incluye numerosos grabados, sorprendentemente no ha sido reeditada ni suficientemen te estudiada. Véase Angel María Garibay K., Historia de
la literatura náhuatl. Segunda parte. El trauma de la conquista, México, Porrúa, 1954, pp. 90 y ss.
8 Reproducido por Joaquín García lcazbalceta, Bibliografía mexicana del siglo XVI (1886), nueva edición de Agustín Millares Cario, MEixico, FCE, 1954, p. 325.
9 Véase por ejemplo fray Andrés de Olmos, Arte de la lengua mexicana y vocabulario (1547), edición de Thelma D. Sullivan y René Acuña, México, UNAM, 1985, p. 30; y fray Pedro de Gante, Doctrina christiana en lengua mexicana, México, Juan Pablos, 1553 (reed. facs. con introducción de Ernesto de la Torre Villar, México, Centro de Estudios Históricos fray Bernardino de Sahagún, 1981), f. 2 r., etc.
10 Traduce y comenta la Tlauculcuicatl, "Canción de compasión" (ff. 32v - 41r de la Psalmodia christiana), Louise M. Burkhart, "Sahagun's Tlauculcuicatl, a Nahuatl Lament", Estudios de Cultura Náhuatl, 1986, pp. 181-215. Dos referencias a "in tonantzi sancta Iglesia" aparecen en la p. 194.
11 Coloquios, cap. V, pp. 85 y 130-1.
12 Loc. cit., pp. 85 y 132-133. Las permanentes menciones al santo padre, al señor nuestro Dios, etc., confirman el "cristocentrismo" franciscano que destaca Elsa Cecilia
Frost, "El Guadalupanismo", Estudios. Filosofía, Historia, Letras, 7, Instituto Tecnológico Autónomo de México, invierno 1986, pp. 49-66. El cristocentrismo franciscano no era privativo de México. Véase Ricardo García Villoslada, S.I., Historia de la Iglesia Católica. II Edad Media (800-1303), Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1958, p. 824; Edmundo O'Gorman, Destierro de sombras, cit., tercera parte.
13 Coloquios, cap. XIII, pp. 95 y 190 -191, "De cómo nuestro señor Dios hizo todas las cosas visibles".
14 Louise M. Burkhart, cit., pp. 196-200.
15 Hay muchas ediciones y traducciones del Nican mopohua, escrito por Antonio Valeriano, el ilustre colaborador indio de Sahagún. La más accesible es la versión
incluida en la compilación de Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro de Anda, eds., Testimonios históricos guadalupanos, México, FCE, 1982. Edmundo O'Gorman,
en su Destierro de sombras, estudia el documento y da las más amplias referencias bibliográficas, a las que remito al lector. Hay una reciente traducción de Guillermo
Ortiz de Montellano, Nican mopohua, México, Universidad Iberoamericana, Departamento de Ciencias Religiosas, Departamento de Historia, 1989.
16 Las opciones ortográficas de Sahagún, quien escribe Cioacoatl y no Cihuacoatl, merecen discusión aparte. Véase el estudio preliminar de Marc Eisinger, "Valores
numéricos de frecuencia de letras y dígrafos en el texto náhuatl del libro I del Códice florentino", Estudios de Cultura Náhuatl, XIV, 1980 , pp. 379-418.
17 Códice florentino, lib. I, cap. VI, f. 2 v.
18 Esta divergencia aparece ya en la versión de este pasaje del Segundo manuscrito de Tlatelolco (1563-1565) (Códice matritense del Real Palacio), ed. de Francisco del Paso y Troncoso, Madrid, Hauser y Menet, 1906, pp. 4 y 404.
19 Códice florentino, lib. I, cap. VI, f. 2 v. En ésta y las siguientes traducciones de la parte náhuatl del Códice florentino, sigo la traducción de Arthur J.O. Anderson y
Charles E. Dibble, Florentine Codex. Book l. The Gods, Santa Fe, Nuevo México, The School of American Research and the University of Utah, 1970 , p. 11.
20 Loc. cit.
21 Sahagún no propone el neologismo teonantzin, que se prestaría a equívocos. Charles E. Dibble nota que Sahagún prefería no traducir "Dios" por teotl, en "The nahuatlization of Christianity", en Munro S. Edmonson, Sixteenth-Century Mexico. The Work of Sahagun, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1974 , pp. 226-227.
22 Sahagún no hace recaer la culpa directamente sobre Eva, sino sobre "el diablo que entró en la serpiente" (Psalmodia christiana, en Burkhart, "Sahagun' s Tlauculcuicatl...", pp. 196 y ss.). Burkhart comenta que puesto que los indios no asociaban a la serpiente con el mal, fue necesario explicarles que el diáblo tomó cuerpo de serpiente para corromper a Eva. Sobre la oposición y complementación entre Eva y María, véase John A. Phillips , Eva. La historia de una idea (1984), traducción de Juan José Utrilla, México, FCE, 1988. Phillips piensa que toda la tradición judeocristiana y musulmana está marcada por el antifeminismo de este relato de
origen. Elaine Pagels piensa que la interpretación represiva se impuso en la Iglesia cristiana en el siglo IV d.C. (Adam, Eve, and the Serpent, Nueva York, Vintage Books, 1988).
23 Códice florentino, lib. I, cap. VI, f. 3 r.
24 Nótese el parecido de este Cihuacóatl con la representación de la Nueva España que aparece en el cuadro 20 sobre Hernán Cortés de la Descripción de la provincia
de Tlaxcala (1585) (edición de René Acuña, México, UNAM, 1981 y 1984) de Diego Muñoz Camargo. Ese peinado era común entre las señoras mexicanas. Escribe Sahagún en el capítulo sobre "los atavíos de las señoras": "... y otras traían los cabellos torcidos con hilo prieto de algodón, y ansí lo usan hasta agora, haciendo dellos como unos cornezuelos sobre la frente" (Códice florentino, lib. VIII, cap. XV, f. 31.r.).
25 Códice florentino, lib. I, cap. VI, ff. 2v.-3r.
26 Sigo aquí también la versión de Dibble y Anderson.
27 Códice florentino, antes del lib. 1, f. 2 v.
28 Ibid., lib. I, "Apéndiz", f. 24 v.
29 Ibid., lib. I, f. 30 v.
30 Ibid., lib. I, f. 36. Prescindo de dar la versión náhuatl de este pasaje, a la que sigue en lo fundamental la versión española. Los "libros sagrados" es una traducción
rápida de "in teutlatolli", la palabra de Dios.
31 Ibid., lib. I, f. 36 v.
32 Véase, por ejemplo, el interesante proceso de 1539 del erasmista fray Juan de Zumárraga contra Francisco Sayavedra, lector de Erasmo en Zapotlán, Jalisco; publicado con una nota de Julio Jiménez Rueda, en el Boletín del Archivo General de la Nación, XVIII:1, 1947, pp. 1-15. Un caso similar acaece también en Jalisco casi un siglo después; véase Thomas Calvo, "Crónicas pueblerinas en México: religiosos e indios (1619-1620)", trad. de María de la Luz Ayala, en La Nueva Galicia en los siglos XVI y XVII. Guadalajara, El Colegio de Jalisco, CEMCA, 1989.
33 Códice florentino, lib. VIII , cap. I, ff. 2 v.-3r. Primera versión de este capítulo I y del ll en los Segundos memoriales, de Tlatelolco, 1561-1562, Códice matritense de la Real Academia de Historia. Eloise Quiñones Keber hizo un útil y breve índice de los manuscritos sahaguntinos: "The Sahaguntine Corpus: A Bibliographic lndex of Extant Documents", en J. Jorge Klor de Alva , H.B. Nicholson, Eloise Quiñones, eds. , The Work of Bernardino de Sahagún. Pioneer Ethnographer of Sixteenth-Century Aztec Mexico, Albany, State University of New York, 1988, pp. 341-345.
34 Alfonso Caso, El pueblo del sol, México, FCE, 1953, p. 75; Femando Horcasitas y Douglas Butterworth, "La Llorona", Tlalocan, IV:3, 1963, pp. 204-224.
36 Sigo la traducción de Dibble y Anderson, Florentine Codex. Book 8. Kings and lords, Santa Fe, Nuevo Mexico, The School of American Research and The University of Utah, 1979, p. 8.
36 Códice florentino, lib. VIII, cap. VI, f. 12.
37 Robert H. Barlow, Tlatelolco rival de Tenochtitlan, ed. de Jesús Monjarás-Ruiz, Elena Limón y María de la Cruz Paillés H., México, Puebla, INAH, Universidad de las Américas, 1987, cap. VII.
38 Según Charles Gibson, "San Juan Tenochtitlan y Santiago Tlatelolco, generalmente llamadas 'partes' o 'parcialidades' del conjunto de la ciudad, tuvieron gobernadores
y cabildos indios separados a lo largo del periodo colonial", The Aztecs under Spanish Rule, Stanford University Press, 1964, p. 371 (Los aztecas bajo el dominio español, trad. de Julieta Campos, México, Siglo XXI, 1967).
39 Primera versión en los Segundos memoriales, de Tlatelolco, 1561-1562, ya citados.
40 Códice florentino, lib. VIII, cap. II, f. 6.
41 Sigo la traducción de Dibble y Anderson, loc. cit.
42 Joaquín García Icazbalceta, Carta acerca del origen de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe (1883), párr. 68 (en Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro de Anda, eds., Testimonios históricos guadalupanos, cit ., p. 1125).
43 Este episodio había pasado prácticamente inadvertido. Véase Charles E. Dibble, ed. y trad., Historia de la nación mexicana. Reproducción a todo color del Códice de 1576 (Códice Aubin), Madrid, José Porrúa Turanzas, 1963, p. 55; y Georges Baudot y Tzvetan Todorov, eds., Relatos aztecas de la conquista (1983), México, Consejo Na ional para la Cultura y las Artes, Grijalbo, 1990, p. 211.
44 Proceso de residencia contra Pedro de Alvarado, ed. de José Femando Ramírez, paleografía de Ignacio López Rayón, México, Valdés y Redondas, 1847, pp. 65-68; José Luis Martínez, Hernán Cortés, cap. IX, pp. 262-266.
45 Robert H. Barlow , "Una pintura de la conquista en el Templo de Santiago" (1945), en Jesús Monjarás-Ruiz, Elena Limón y María de la Cruz Paillés H., eds., Obras
de Robert H. Barlow, vol. Il, Tlatelolco. Fuentes e historia, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad de las Américas, 1989, pp. 211-216 .
46 Véase Robert H. Barlow, "Los caciques coloniales de Tlatelolco (1521-1562)" (1944), en Obras de Robert Barlow, II , pp. 359-363; véase también pp. 130, 169, 170, 189, 193, 197-8.
47 Que en buena medida sigue el Tratado de las supersticiones y hechicerías (Logroño, 1529) de su amigo y "colega" fray Martín de Castañeda, basado en la experiencia de la persecución de las brujas de Vizcaya.
48 Georges Baudot, "Apariciones diabólicas en un texto náhuatl de fray Andrés de Olmos", Estudios de Cultura Náhuatl, X, 1972, pp. 349 -357; el mismo autor tradujo y editó el Tratado de hechicerías y sortilegios, México, Misión Arqueológica y Etnológica Francesa en México, 1979.