Núm. 23 (1990)
Ensayos

La proletarización del artesanado en Puerto Rico. Cultura obrera y organización sindical

A. G. Quintero Rivera
Centro de Investigaciones Sociaes, Universidad de Puerto Rico

Publicado 1990-03-31

Cómo citar

La proletarización del artesanado en Puerto Rico. Cultura obrera y organización sindical. (1990). Historias, 23, 119-140. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/14676

Resumen

La formación de la clase obrera puertorriqueña se ubica en dos transformaciones interrelacionadas que atravesaron la sociedad a finales del siglo XIX y en la primera década y media de este siglo. En primer lugar, la transformación de “agregado” y pequeño propietario a proletario, o la formación de un proletariado rural en el establecimiento y hegemonía de la economía capitalista de plantaciones azucareras; y, en segundo lugar, la transformación de los trabajadores urbanos -de artesano a proletario- principalmente en el desarrollo de los grandes centros de elaboración de tabaco. Este estudio aborda esta segunda transformación, que considero especialmente ilustrativa del papel de las tradiciones culturales en la conformación de la acción sindicaL Como señaló E.P. Thompson respecto al proletariado inglés.

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Referencias

1 E.P. Thompson, The Making of the English Class, Londres, Penguin, 1968, p. 9 (traducción del autor).
2 Detalles en Sección I: "Primeros fermentos organizativos", del capítulo sobre Puerto Rico (Gervasio L. García y A.G. Quintero Rivera) de Pablo González Casanova ed., Historia del movimiento obrero en América Latina, vol. I, México, Siglo XXI, 1984.
3 Ver, e.g., Ramón Romero Rosa, Catecismo socialista, San Juan, Ed. Educación y Propaganda Obrera, 1905, Cap. 1: "La vida y el trabajo". Ver también Pelegrín López de Victoria, Conceptos, Yauco, Tip. Borinquen, 1897, p. 9; Jesús María Balsac, "Ideal Obrero", en J. M. Balsac y Santiago Valle, Revolución, Mayagüez, Tip. La Bruja, 1900 y, posteriormente, del pintor Eduardo Conde, Acusación y protesta, San Juan, Biblioteca Obrera, 1919, pp. 69-73.
4 E.g., Ramón Romero Rosa, iEl 16 de abril de 1905! Lucha entre capital y trabajo, San Juan, Imp. Unión Tipográfica, 1905; Santiago Iglesias Pantín, líder mexicano de la Federación Libre de Trabajadores (FLT), organización obrera principal desde 1899 hasta fines de la década del '30, "Carta a Frank Morrison", en el periódico Unión Obrera, 2/5/1907.
5 Rafael Alonso Torres, Cuarenta años de lucha proletaria, San Juan, Imp. Baldrich, 1939, describe los gremios del siglo XIX y específicamente sus experiencias como aprendiz de tipógrafo (p. 64).
Para fines de la argumentación, enfatizaré el tránsito del artesano clásico -productor independiente- a proletario. Quiero recalcar que éste fue un proceso de varias décadas, que no se dio en forma homogénea ni generalizadora. Especialmente en las últimas décadas del siglo XIX, coexistían simultáneamente artesanos independientes, algunos artesanos proletarizados y, principalmente, otras formas intermedias de transición como, por ejemplo, empleados en pequeños establecimientos industriales donde el dueño era también un artesano productor. En este corto ensayo me limitaré a las transformaciones clasistas fundamentales, obviando, con toda intención, las formas intermedias que no deben pasarse por alto en un análisis más detallado.
6 Incluso, señala Romero Rosa, se daban distinciones entre los distintos oficios. Musarañas, opúsculo sobre ciertas preocupaciones y costumbres que son un estorbo a los trabajadores puertorriqueños para la compenetración de los reivindicadores ideales del obrerismo universal, San Juan, Tip. del Carnaval, 1904.
7 Ver, por ejemplo, descripciones de Manuel Femández Juncos, Tipos y caracteres (1882), reproducido con otros de sus escritos bajo el título de Galería Puertorriqueña, San Juan, ICP, 1958.
8 Durante el siglo XIX, el sufragio estuvo limitado a quienes pragaran determinada cantidad en impuesto o fueran propietarios de cierto nivel. Sólo durante el periodo entre 1873 y 1878 se permitió el voto, además, por alfabetismo y muchos artesanos pudieron participar. El sufragio universal masculino se experimentó por primera vez en 1897; se limitó nuevamente al año siguiente; y se estableció en forma definitiva en 1904.
9 Discuto la relación entre artesanos y hacendados en la música en el artículo "Ponce, la danza y lo nacional", revista Música (La Habana), vol. 107, enero-junio de 1986; ver también mi ensayo "La cimarronería como herencia y utopía", revista David y Goliath (CLACSO) XV:48, noviembre de 1985.
10 El alto nivel de los artesanos en las discusiones políticas y filosóficas se manifestó en la apertura a la libertad de prensa en el cambio de dominación. Compárense los periódicos obreros El porvenir social, La miseria y El pan de pobre con los periódicos no obreros de la época. Nótese que la referencia de comparación es el hacendado o comerciante promedio -pude añadir "y sus representantes políticos"-; no pretende esto menospreciar a las grandes figuras intelectuales de estas clases, como Alejandro Tapia, Salvador Brau y José Julián Acosta, entre otros.
11 Era también la justificación del patemalismo, aun entre las mentes más progresistas de la clase de hacendados; e.g., Salvador Brau, Las clases jornaleras de Puerto Rico, San Juan, Imp. del Boletín Mercantil, 1882, pp. 76-81.
12 Luis Díaz Soler, Historia de la esclavitud negra en Puerto Rico, San Juan, UPR, 1965; el Cap. X explica las raíces de este desarrollo.
13 Ver, e.g., Romero Rosa, "Historieta", en iEl 16..., op. cit.
14 E.g., Romero Rosa, Catecismo..., especialmente la "Iintroducción" y el Cap. II.
15 Ver Pilar Barbosa Vda. de Rosario, De Baldorioty a Barbosa, S. J., Imp. Venezuela, 1957 o Lidio Cruz Monclova, Historia del año '87, S. J., Universidad de Puerto Rico, 1958 y Baldorioty de Castro, S. J., ICP, 1966.
16 "La torre del viejo", "Los secos y los mojados", "Los doce pares", por ejemplo, orientaban su actividad terrorista contra los comerciantes españoles, enemigos de la clase de hacendados e identificados con el poder colonial. La rebelión del 8vo. batallón de voluntarios de Guayanilla y la intentona revolucionaria de Yauco de marzo del 97 fueron movimientos más claramente antigobiemistas. Ver L. Cruz Monclova, Historia de Puerto Rico, Tomo III, S. J., UPR, 1962. Respecto a la participación de los artesanos en éstos, ver Críspulo Oliveras, "Síntesis histórica del movimiento obrero en Yauco, Parte 1: época española", en Francisco Luuch Negroni ed., Album histórico de Yauco, Yauco, Ed. Guerri, 1960, pp. 141-144. Sobre la participación de los artesanos en el Partido Autonomista, ver Luis Muñoz Rivera, Campañas políticas, Madrid, Ed. P.R., 1925, vol. 1, pp. 33-34 (artículo de 1891).
17 Manuel F. Rojas, Cuatro siglos de ignorancia y servidumbre en Puerto Rico, San Juan, Imp. La Primavera, 1914, p. 45. Rojas, sastre, fue un líder de mucha importancia en los inicios de la FLT. Ver también Ramón Romero Rosa, Santiago Iglesias Pantín, S. J., Tip. L. Ferreras, 1901, p. 9.
18 En documentos de algunos congresos obreros de principios de siglo aparecen delegados representando estos movimientos -e.g., FLT, Procedimientos del sexto congreso obrero, S. J., Tip. M. Burillo, 1910; FLT, Unión de Tabaqueros, Actuaciones de la segunda y tercera asambleas regulares, S. J., Puerto Rico Publishing Co., 1914, p. 11. La importancia del espiritismo se manifestó, por ejemplo, en los escritos de la importante líder obrera y feminista Luisa Capetillo, especialmente Ensayos libertarios, Arecibo, Tip. Real Hermanos, 1904-1907; también aunque un tanto posterior, en el periódico Redención, S. J., 1916. Rosendo Matienzo fue uno de los más importantes líderes del partido de los hacendados en la primera década del siglo XX, aunque más bien, representando el jacobinismo del profesional independiente; fue de los pocos políticos que tuvieron amplio acceso a la clase obrera en formación (participación en congresos, etc.) y el vínculo principal fue su participación destacada en la masonería. Ver Luis M. Díaz Soler, Rosendo Matienzo, Cintrón, orientador y guardián de una cultura, S. J., UPR, 1960 (2 volúmenes: 1. Biográfico, 2. Escritos de Matienzo) o referencias a Matienzo en el libro del líder obrero Jesús M. Balsac, Unión y Fuerza, Mayagu?ez, Tip. Gente Nueva, 1910, "Prólogo". En la Colección Jungham del Archivo General de Puerto Rico se conserva incluso una hoja suelta de febrero de 1902 que cita a Matienzo declarándose socialista en un congreso obrero.
19 Aunque pueden trazarse algunas raíces en la historia sociocultural (como, por ejemplo, la estructura matriarcal de la familia en algunos grupos de esclavos), raíces cuyo análisis rebasa el ámbito de este trabajo.
20 Víctor S. Clark et al., Porto Rico and its Problems, Washington, Brookings lnstitution, 1930, p. 22, presenta cifras de empleo tomadas del Porto Rican Bureau of Labor Schedules donde, a base de una muestra de más de 9,000 trabajadores, la participación femenina en el trabajo en áreas de café era alrededor de 1 por cada 2 varones, mientras que en las áreas cañeras era 1 por cada 2,000. La tasa tremendamente baja de participación de la mujer en el trabajo en la industria azucarera puede corroborarse también en las cifras presentadas por A.D. Gayer et al., The Sugar Economy of Puerto Rico, New York, Columbia University Press, 1938, Cuadros 63 y 64, pp. 166-167.
21 La descripción de J .R. Abad, Exposición agrícola e industrial del tabaco, Ponce, Tip. El Vapor, 1884, parece apuntar hacia una producción básicamente individual o en pequeños establecimientos (aunque no lo señala en forma explícita). No he encontrado evidencia de transformación en el tipo de producción hasta finales de siglo. A. Blanco Fernández, España y Puerto Rico 1820-1930, S. J.; Tip. Cantero Fernández y Co., 1930, pp. 310-311, menciona dos grandes establecimientos de elaboración para 1896; dos años antes, en una publicación tan completa como la del Cónsul José Blanch, Directorio comercial e industrial, S. J., n.ed., 1894, hay una total ausencia de mención de este tipo de establecimiento; José Pérez Moris, Guía General de la Isla de Puerto Rico, S. J., Tip. Boletín, 1879, p. 40, menciona 47 "tabaqueros fabricantes", pero no da indicio alguno para poder distinguir entre estos tabaqueros-artesanos independientes y establecimientos de elaboración comprando a tabaqueros su fuerza de trabajo.
Varios viejos líderes tabaqueros entrevistados de distintos pueblos coinciden respecto a la descripción y periodo de esta transformación (últimos años del siglo XIX y primera década de éste): Ramón Berrios, Cataño; Tadeo Rodríguez García, Caguas (notas de entrevista en
1971) y Luis Pérez Peña, San Juan (notas de entrevista en 1972).
22 Fuentes: para 1899, U.S. War Department, Census..., op. cit., p. 329; para 1910, U.S. Bureau of the Census, Census 1910, vol. IV, p. 296 y, para 1920, Census 1920, vol. IV, p. 288.
23 Proceso, naturalmente, no exento de dificultades y agudos debates en el seno del obrerismo: ver Marcia Rivera, "EI feminismo obrero en la lúcha de clases en Puerto Rico (1900-1920)", Claridad, suplemento En rojo, 13-19/3/81.
24 Federación Libre de Trabajadores, Unión de Tabaqueros, op. cit., pp. 48-49. En esta Asamblea se discutía el problema de la posible competencia del trabajo femenino. La posición asumida fue no oponerse a la incorporación de la mujer al trabajo, sino integrarla en las uniones y en la lucha, hecho que ya estaba ocurriendo antes de la Asamblea, pues en ésta ya había varias representantes mujeres.
25 Puerto Rico, Estadistica general del comercio exterior de la provincia de Puerto Rico, S. J., lmp, de Hacienda, 1893, p. 71.
26 Sol L. Descartes, Basic Statistics on Puerto Rico, Washington, Of. of P. R., 1946, p. 55.
27 Robert H. Weller, "A Historical Analysis of Female Labour Force Participation in Puerto Rico", Social and Economic Studies, 17:1, marzo, 1968.
28 Ver, por ejemplo, los periódicos obreros El vigilante, Cataño, 15/2/1911 y El comunista, Cataño, 15//3/1920. Américo Arroyo Cordero, Escalinata social, Mayagu?ez, Tip. Aurora, 1908, al referirse en sus estampas sociales al obrerismo, hace mención principalmente de líderes obreras femeninas (e.g., pp. 41-45). Ver también del líder Moisés Echeverría, Virtudes y defectos, n.ed., n. 1, 1918, cap. VIII: "La mujer".
29 Por ejemplo, en Comerío, pueblo de Juana Colón, atestiguado por el antropólogo Charles Rogler, Comerío, Lawrence, University of Kansas Publishing, 1940, p. 103.
30 E.g., Jesús M. Balsac, ''Primero de mayo'', y Paca Escabí de Peña, ''Nuestra misión", ambos en el libro editado por la Unión de Tipógrafos Núm. 422, Páginas del obrero, Mayagu?ei, Imp. La Protesta, 1904, pp. 33.35 y 37-39. Ver también los escritos de la líder obrera y feminista Luisa Capetillo, especialmente Mi opinión sobre las libertades, derechos y deberes de la mujer como compañera, madre y ser independiente, S. J., Biblioteca Roja, 1911.
31 Juan S. Marcano (zapatero, militante de la FLT en Caguas), Páginas rojas, Humacao, Tip. Conciencia Popular, 1919, cap. XII: ''La mujer obrera''. El Partido Socialista, constituido en 1915, incluyó desde su primer programa el sufragio feminista, Partido Socialista, Actuaciones de la primera convención regular, Bayamón, Tip. El Progreso, 1915, punto 19. Este fue el primer partido político en tomar esa posición. Antes de crearse el Partido, el principio fue sostenido desde los inicios del siglo por la FLT, e.g., Procedimientos..., p. 151. El Partido le dio tal importancia a la participación femenina que una década antes de aprobarse el sufragio femenino estableció que en su estructura interna, de tres representantes por zona al Comité Directivo, una tenía que ser obligatoriamente mujer (recalco, en un movimiento electoral donde las mujeres no tenían aún el derecho al
voto).
32 Prudencio Rivera Martínez, Entrevista (tabaquero, una de las más importantes figuras en la historia obrera puertorriqueña) aseguraba que si se hacía una selección de los diez líderes obreros más importantes en la primera década de la FLT, se encontraría que provenían todos de sectores artesanales, ocho serían mulatos y todos serían ateos. Conclusión similar puede derivarse de la Entrevista (1970) a Ramón Barrios.
33 Ramón Romero Rosa, La cuestión social y Puerto Rico (1904), cap. 1: "La mentira religiosa. Miseria natural y miseria artificial", y cap. 2: "La preocupación religiosa. La inteligencia es el espíritu de la libertad", reproducidos en A.G. Quintero Rivera, Lucha obrera, antología de grandes documentos en la historia obrera puertorriqueña, S. J., CEREP, 1971.
34 Eduardo Conde, Acusación..., p. 5.
35 Federico Asenjo Arteaga, Páginas para los jornaleros de Puerto Rico, S. J., Lib. de Bellas Artes, 1879, constituye un magnífico ejemplo del uso de la ética religiosa para la perpetuación de la organización social de hacienda. Ataques obreros a la religión desde este punto de vista pueden encontrarse en Juan Vitar (tabaquero), Páginas libres, S. J., Ed. Antillana, 1914, p. 27; Moisés Echevarria, Virtudes..., p. 45; Venancio Cruz (tabaquero), Hacia el porvenir, S. J., Tip. La República Española, 1906, p. 12-14; además de las obras de Romero, Conde y Capetillo citadas antes.
36 E.g., Romero Rosa, La cuestión...
37 Una explicación posterior muy clara ofrece el tabaquero Rafael C. Lozano, Relampagueos (historia de una huelga), Ponce, Imp. El Día, 1918, p. 47. Del periodo, ver las referencias a la educación en los periódicos obreros El obrero, Ponce, 1:12, noviembre de 1898, p. 2; Revista obrera, Ponce, 19/11/1893 y Justicia, Guayama, 25/3/1894. L. Cruz Monclova, Historia de..., Tomo I (S. J., 1952), p. 446, registra en 1856 una escuela para artesanos impulsada por un maestro carpintero. Es importante recordar también que el mulato Rafael Cordero, consagrado por nuestra historiografía como el primer gran maestro de primeras letras, era de oficio tabaquero.
38 Ver Erick Pérez, "La lectura en los talleres de tabaco en Puerto Rico", revista La torre del viejo, 1:2, agosto de 1984. Ver también de los importantes líderes obreros tabaqueros Epifanio Fiz Jiménez, Bayamón y su gente, Barcelona, Rumbos, 1960, p. 124 y Prudencio Rivera Martínez, "Santiago Iglesias y yo" en Juan Carreras, Santiago Iglesias Pantín, S.J., Ed. Club de la Prensa, 1967. En las entrevistas a líderes tabaqueros ya citadas se coincide en la descripción de esta práctica y en el programa de lecturas típico; también Entrevista a Manolo Correa, notas, S. J., 1968 (tabaquero en Juncos, militante de la FLT a principios de siglo) y Entrevista a Félix Ojeda, transcripción de cinta magnetofónica, S. J., 1970 (importante líder socialista quien fuera lector en una fábrica de cigarros en la segunda década de este siglo). La institución del lector en los talleres de tabaco no es exclusiva de Puerto Rico. Aparentemente comenzó en Cuba alrededor de 1865, donde la industria de elaboración de cigarros floreció muy anteriormente a Puerto Rico. José Rivero Muñiz, Tabaco, su historia en Cuba, La Habana, 1965, vol. 2, cap. 23 o Gerard Pierre-Charles, "Apuntes sobre las luchas obreras y socialistas en Cuba", Historia y sociedad, núm. 2, verano de 1974, p. 5. Se dio también entre los tabaqueros (muchos cubanos y puertorriqueños) de Tampa y Nueva York. Ver César Andreu Iglesias ed., Memorias de Bernardo Vega, S.J., Ed. Huracán, 1976.
39 Prudencio Rivera Martínez, Conferencia en homenaje a Rafael Cordero, S. J., La Voz del Obrero, 1932; el historiador local de Patillas, maestro de escuela que perteneció al Partido Socialista, Paulino Rodríguez Bemier, Historia del pueblo de Patillas, S. J., Ramallo, 1968, p. 76, describe al primer líder obrero del pueblo en esta forma: "Modesto Castro era un analfabeta y todo lo que sabía lo había aprendido en las lecturas de los talleres de tabaco".
40 … que producía literatura tan enajenante como novelas de temas persas, e.g., Nadir Shah y La magofonía, de Francisco Mariano Quiñones, Presidente del Gabinete Autonómico de 1898.
41 Vertancio Cruz, op. cit., pp. 63-65.
42 Entre los artesanos, los tipógrafos eran el sector que, por la naturaleza misma de su trabajo, mantenía un contacto más directo con la información y las discusiones del exterior y es importante apuntar que de este oficio surgieron algunos de los líderes e ideólogos de más relieve en el movimiento obrero, como Ramón Romero Rosa, José Ferrer y Ferrer, Jesús M. Balsac y Rafael Alonso Torres, cuyas obras he citado ampliamente en este trabajo.
43 R. Romero Rosa, La cuestión..., op. cit., cap. 2. También Revista obrera, Ponce, 19/11/1893.
44 Entre muchos, un ejemplo muy claro de la huella de este internacionalismo en la ideología obrera lo constituye el ensayo de Santiago Iglesias Pantín, Presidente de la FLT, "La cuestión social en el mundo", en Almanaque de Puerto Rico paro 1911, S. J., 1910, pp. 235-238. Ver también Manuel F. Rojas, Cuatro..., op. cit., p. 63.
45 Ver Bakunin, Federalismo y socialismo, para la cual existe una edición puertorriqueña de 1890 (Imp. Unión Obrera, Mayagu?ez). El socialismo libertario subyace en la gran mayoría de los escritos obreros de principios de siglo. Aparece en forma absolutamente evidente en Venancio Cruz, op. cit.; Angel M. Dieppa, El porvenir de la sociedad humana, Puerta de Tierra, S. J., Tip. El Eco, 1913; Juan José López, "La anarquía" en Voces libertarias, S. J., Tip. La Bomba, s.f. ¿1910? (Los tres eran tabaqueros). También, los escritos de Luisa Capetillo, por ejemplo La humanidad en el futuro, San Juan, Biblioteca Roja, 1910; Influencia de las ideas modernas, San Juan, Tip. Negrón Flores, 1916; "Mi profesión de fe" en Mi..., op. cit. y algunos de sus Ensayos libertarios, op. cit.
46 La importancia del anarquismo en los comienzos del obrerismo en Puerto Rico se ha planteado antes como consecuencia de la influencia de la literatura obrerista internacional que se recibía aquí, la mayor parte de la cual era de esta tradición, y del liderazgo de Santiago Iglesias que, siendo español, se había formado también en ella. (César Andreu Iglesias, "El movimiento obrero y la independencia de Puerto Rico", La escalera, 2:8 y 9, febrero de 1968, especialmente p. 12 o Movimiento Pro Independencia, Presente y futuro de Puerto Rico, S. J., MPI, 1969, pp. 38-39). Estos fueron factores que pudieron contribuir a la generalización de esta ideología (o su modalidad local), pero quisiera plantear que tomó raíces, realmente, en las experiencias y las tradiciones mismas de la historia de la clase artesanal puertorriqueña.
47 Todos los periódicos de artesanos que se conservan de esas últimas décadas llevan esta identificación: El obrero, Eco de la clase obrera de la provincia, Ponce, 1889-1890; El eco proletario, Semanario consagrado a la defensa de la clase obrera, S. J., 1892; Revista obrera, Semanario político intérprete de la clase obrera, Ponce, 1893; Justicia, Guayama, 1894 (no lleva identificación en el encabezado, pero menciona en su primer número, 25/3/94, un centro de instrucción creado por artesanos con el nombre de Juventud Obrera); Ensayo obrero, Organo de la clase trabajadora, S. J., 1897 (que, a juicio de las memorias de los más importantes líderes obreros de las primeras décadas, marca el comienzo de la lucha obrera moderna en el país, e.g., Santiago Iglesias Pantín, Luchas emancipadoras, vol. I, 1898-1910, S. J., n. ed., 1929, pp. 36-73; José Ferrer y Ferrer, Los ideales del siglo XX, S. J., Tip. La Correspondencia de Puerto Rico, 1932, p. 36; R. Alonso Torres, Cuarenta..., op. cit., p. 104). Antonio S. Pedreira, El periodismo en Puerto Rico, La Habana, Imp. Ucar, García y Cía., 1941, p. 244, menciona otros periódicos con esta clara identificación, pero no los he logrado localizar para examinarlos: El trabajo, Arecibo, 1882; El obrero, Las Piedras, 1887; El clamor del obrero, Aguadilla, 1895.
48 Sobre la transformación en la naturaleza de las organizaciones obreras, ver las esclarecedoras investigaciones de Rubén Dávila, El derribo de las murallas y "El porvenir de Borinquen", S. J., CEREP, Cuadernos, Investigación y Análisis 8, 1983; "Algunas consideraciones sobre las primeras organizaciones obreras y la conciencia de clase", Revista de Ciencias Sociales, XXII: 3-4, diciembre, 1980; "El pensamiento social obrero a comienzos del siglo XX en Puerto Rico", Revista de historia, I:2, diciembre, 1985; Teatro Obrero en Puerto Rico (1900-1920). Antología, S. J., Edil, 1985 y El prometeo del taller, héroe y ladrón; los centros de estudios sociales y la práctica ideológico-cultural del movimiento obrero puertorriqueño a principios de siglo, S.J., Cultural (en prensa).
49 U.S. War Department, Report of Brig. Gen. G. W. Davis Military Governor, Washington, Gov. Print Of., 1900.
50 Henry K. Carroll, Report on the lsland of Porto Rico, Washington, Gov. Print. Of., 1899. Los toneleros protestaban por la introducción de los sacos, y los zapateros por la competencia del zapato importado.
51 Ibid. Los tipógrafos se preocupaban por los altos impuestos a los tipos extranjeros que utilizaban, y los zapateros por los impuestos al cuero.
52 Recogidos en las memorias de R. Alonso Torres, op. cit., p. 222.
53 Las balanzas mercantiles no registran exportaciones netas de cigarros previas a 1898.
54 Ver, por ejemplo, el reportaje sobre la fábrica de cigarros La Colectiva de San Juan en El Puerto Rico ilustrado, 9 de marzo de 1912, pp. 8-9; lo que se refleja, además, en las estadísticas ocupacionales oficiales.
55 Cálculo sobre cifras del U.S. Bureau of the Census, Census 1910, vol. II: "Manufactures", p. 1398.
56 Gayer et al., op. cit., p. 106, presenta cifras sobre las cuales puede calcularse que el 83% de la tierra azucarera de fincas sobre 500 cuerdas estaba controlado por las centrales.
57 Jaime Bagué, Del ingenio azucarero patriarcal a la central azucarera corporativa, Mayagu?ez, CAAM, 1968. Puede examinarse también el catálogo de José Ferreras Pagán, Biografía de las riquezas de Puerto Rico (vols. 1 y 2: "Riqueza azucarera"), S. J., Tip. de L. Ferreras, 1902. Ver también mi artículo "Economía y política en Puerto Rico (1900-1934): algunos elementos regional-estructurales del crecimiento azucarero y el análisis de la política obrera", Revista de Ciencias Sociales, XXIV: 3-4, diciembre, 1985.
58 Los sastres se redujeron en un 13.5% entre 1899 y 1909; el Censo de 1899 usa para los zapateros el término shoemakers y el de 1910, shoemakers and cobblers, Censo 1899, pp. 327-328; Censo 1910, vol. IV: "Occupations", pp. 612-613.
59 La información de los Censos de Ocupaciones es confusa respecto a los obreros centrales, ya que incluye solamente aquellos obreros sin un oficio específico particular. Hubo que recurrir a los Censos de Manufactura para completar la información (1910, p. 1394; 1920, p. 1687).
60 Ver, por ejemplo, FLT, Procedimiento..., op. cit., o de Santiago Iglesias Pantín, ¿Quiénes somos? (Organizaciones obreras), S. J., Progress Pub. Co., 1914. "Solidaridad" fue el concepto clave de la literatura obrera de esa época -e.g., "Programa de la FLT", reproducido en Jesús M. Balsac, Unión..., op. cit., pp. 63-74 (particularmente p. 66); Alfonso Torres (tabaquero, muy importante líder obrero), Solidaridad, S. J., Unión Tipográfica, 1905 o el poema del militante sindical José Limón de Arce, iSiempre adelante!", FLT, Arecibo, 1904.
61 Al menos hasta 1904, según registra P. R., Governor, Annual Report, Washington, Gov. Print. Of., 1904.
62 Detalles en José H. Herrero, La mitología del azúror, S. J., CEREP, Cuadernos 5, 1975.
63 Gervasio García, "Los orígenes del movimiento obrero en Puerto Rico: mitos y problemas", Historia crítica, historia sin coartadas, S. J., Huracán, 1985.
64 No quiero por esto implicar que las huelgas era un fenómeno desconocido en el país. Andrés Rodríguez Vera, El triunfo de la apostasía, S. J., Tip. La Democracia, 1930, cap. VIII y Los fantoches del obrerismo, S. J., Tip. Negrón Flores, 1915, menciona varias huelgas en el
siglo XIX; también el prestigioso historiador Lidio Cruz Monclova en entrevista que le hiciera Noticias del trabajo, julio-agosto, 1967, p. 7. Quiero recalcar, sin embargo, la importancia cultural de su generalización.
66 Es decir, "las que trascendieron a la prensa o aparecieron en los diversos testimonios de la época", Gervasio García y A. G. Quintero, Desafio y solidaridad, breve historia del movimiento obrero puertorriqueño, S. J., Huracán, CEREP, 1982, cap. 2.
66 ... que fue un proceso sumamente tortuoso y difícil, pues remanentes de la mentalidad artesanal perduraron por varios años; ver detalles en ibid.
67 La cuestión..., op. cit., último párrafo del cap. 4; paréntesis del autor.