Charles Gibson y la etnohistoria del centro de México Colonial

Autores/as

  • James Lockhart

Palabras clave:

Charles Gibson, Etnohistoria, Historiografía, Interpretación histórica

Resumen

La tarea de comprensión de la obra de Charles Gibson es complicada, pues tiene es tan densa y profunda que requiere de cierta cantidad de explicaciones acerca de su naturaleza, pues, en algunas partes, Gibson ha sido más reconocido que entendido. En segundo lugar, Gibson necesita ser visto en el contexto de aquellos que escribieron antes y después de él. Antes de él, en su especialidad, casi no hubo ninguno; no siempre nos damos cuenta en qué medida conceptos operativos básicos de la etnohistoria de México, que hoy todos dan por supuesto, fueron innovaciones de Gibson.

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Citas

Charles Gibson, Tlaxcala in the Sixteenth Century, New Haven, Yale University Press, 1952; y The Aztecs under Spanish Rule, Stanford, Stanford University Press, 1964 (Los aztecas bajo el dominio español, traducción de Julieta Campos, México, Siglo XXI, 1964). Lamento no poder listar y comentar las otras obras relevantes de Gibson, lo cual valdría mucho la pena.

Para bibliografía, ver Sherburne F. Cook y Woodrow Borah, Essays in Population History, 3 vol., Berkeley y Los Angeles, California University Press, 1971-1979 (Ensayos sobre historia de la población, traducción de Clementina Zamora, México, Siglo XXI, 1977-1980).

El libro que se destaca es, por supuesto, Lewis Hanke, The Spanish Struggle for Justice in the Conquest of America, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1949 (La lucha española por la justicia en la conquista de América, traducción de Luis Rodríguez Aranda, Madrid, Aguilar, segunda edición, 1967).

Robert Ricard, La "conquete spirituelle" du Mexique, Paris, Institut d'Ethnologie, 1933 (La conquista espiritual de México, traducción de Angel María Garibay K., primera edición, México, Jus-Polis, 1949; segunda edición, México, Fondo de Cultura Económica, 1986). Siempre me ha maravillado que un libro tan bueno haya tenido una influencia tan perniciosa (la cual sigue teniendo sobre muchos hasta la fecha).

George Kubler, Mexican Architecture of the Sixteenth Century, 2 vol., New Haven, Yale University Press, 1948 (Arquitectura mexicana del siglo XVI, traducción de Roberto de la Torre, Graciela de Garay y Miguel Angel de Quevedo, revisada por Victor Adib y Marco Antonio Pulido, México, Fondo de Cultura Económica, 1982). Pienso que Kubler tuvo más influencia sobre la prosa, los métodos académicos y la perspectiva general de Gibson que ninguna otra persona.

Según una comunicación personal muy apreciada de la señora Alice Gibson.

La verdad es que esto nos describe a todos los que actualmente buscamos ser investigadores del náhuatl antiguo.

James Lockhart, Frances Berdan y Arthur J. O. Anderson, The Tlaxcalan Actas: A Compendium of the Records of the Cabildo of Tlaxcala (1545-1627), Salt Lake City, University of Utah Press, 1986.

Véase James Lockhart, "Complex Municipalities: Tlaxcala and Tulancingo in the Sixteenth Century", en las Actas de la Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, Oaxaca, 1985, editadas por Eric Van Young y Roberto Moreno de los Arcos, de próxima aparición.

La Conclusión contiene uno de los muy pocos ejemplos de pensamiento confuso (que no subformulación) que he observado en la obra de Gibson; en la p. 403 (413 de la edición mexicana) parece adoptar el punto de vista según el cual la "explotación", tal como se usa el término en el debate político y moral, es una categoría empírica. Es un gran mérito de Gibson el que, sintiendo lo que sentía sobre la relación entre los españoles y los indios, haya podido escribir un libro con tanta serenidad, explorar áreas totalmente ajenas a esa preocupación y llegar a muchas conclusiones que apuntan hacia la dirección contraria a la línea fundamental de sus creencias (como en la cuestión del trabajo en la hacienda). El único lugar en el cuerpo del libro en el que se muestra la actitud de Gibson es en el tratamiento de los abusos en la encomienda (pp. 76-80, y 80-84 de la edición mexicana). Las cosas de las que habla Gibson son sin duda desagradables, especialmente tal como las retrata, pero también son parte del funcionamiento económico normal de la encomienda, en México y cualquier otro lugar. En contradicción con su trabajo sobre la hacienda, aquí Gibson no muestra patrones ocultos ni hace distinciones nuevas (y necesarias).

William B. Taylor, Landlord and Peasant in Colonial Oaxaca, Stanford University Press, 1972.

Comunicación personal de William B. Taylor.

William B. Taylor, Drinking, Homicide, and Rebellion in Colonial Mexican Villages, Stanford, Stanford University Press, 1979 (Ebriedad, homicidio y rebelión en pueblos coloniales mexicanos, traducción de Mercedes Pizarro de Parlange, México, Fondo de Cultura Económica, 1987).

Los autores de varias tesis recientes comenzaron con la idea de incluir a los españoles en su tratamiento y finalmente se concentraron predominantemente en el lado indígena. Tal vez sean necesarias dos fases en la investigación; una vez que la situación indígena en un tiempo y una región fueron estudiados en profundidad, debería ser posible que alguien se concentrara en los españoles locales y construyera una visión integrada con ambos elementos.

En una vena demográfica, Cheryl Martin (Rural Society in Colonial Morelos, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1985) ha hecho mucho para combinar la historia de los españoles con la de los indios. Woodrow Borah, en Justice by Insurance: The General Indian Court of Colonial Mexico and the Legal Aides of the Half-real (Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1983. El Juzgado General de Indios en la Nueva España, traducción de Juan José Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica, 1985), complementa a Gibson mostrando algo más del lado indio de la interacción entre los altos funcionarios y las corporaciones indias.

John M. Tutino, "Provincial Spaniards, Indian Towns, and Haciendas: Interrelated Agrarian Sectors in the Valleys of Mexico and Toluca, 1750-1810", en Ida Altman y James Lockhart, eds., Provinces of Early Mexico, Los Angeles, University of California Press, 1976.

El sustancioso artículo de Robert S. Haskett ("Indian Town Government in Colonial Cuernavaca", Hispanic American Historical Review, 67:2, 1987, 203-231), solamente esboza los temas que trata en profundidad en su tesis doctoral ("A Social History of Indian Town Government in the Colonial Cuernavaca Jurisdiction", University of California, Los Angeles, 1985), cuya publicación actualmente prepara. Utilizando el ramo Hospital de Jesús del Archivo General de la Nación, Haskett fue el primero en concentrarse en documentos en náhuatl sobre elecciones. Pero no se detuvo allí. Su investigación masiva produjo un retrato de gran escala del gobierno indio local en acción, visto desde adentro, en una región muy importante del centro de México, a lo largo de más de dos siglos, y con mucha información nueva sobre la vida social y económica de los funcionarios.

Para ejemplos del náhuatl del siglo XVIII y alguna discusión de sus características, véase Frances Karttunen y James Lockhart, Nahuatl in the Middle Years: Language Contact Phenomena in Texts of the Colonial Period, Berkeley y Los Angeles, University of California Publications in Linguistics, 1976, pp. 112-121 ; y especialmente "Textos en náhuatl del siglo XVIII: Un documento de Amecameca, 1746", Estudios de Cultura Náhuatl, 13, 1978, pp. 153-175. Tengo la opinión de que si bien resulta impresionante la masa de materiales en náhuatl del siglo XVIII que está apareciendo actualmente, ésta se ha visto favorecida por los caprichos de la preservación de los archivos y por las tendencias en la litigación, y que si dispusiéramos de todos los documentos en náhuatl que se escribieron, se vería que la mayor cantidad de documentos se produjeron a finales del siglo XVI y comienzos del XVII.

La tesis doctoral de Stephanie G. Wood ("Corporate Adjustments in Colonial Mexican Towns: Toluca Region", University of California, Los Angeles, 1984), de concepción bastante gibsoniana, es un amplio estudio de corporaciones que utiliza sobre todo registros administrativos españoles y trata con especial cuidado las nuevas formaciones corporadas. El tema fue escogido en parte para prolongar temporal y geográficamente el empuje de The Aztecs, y para complementar el trabajo sobre otras regiones que inició Taylor (quien alentó a Wood y le dio pistas de archivo en las primeras fases de la investigación). Una parte muy interesante de su tesis trata de los "títulos primordiales" en náhuatl y de las falsificaciones de documentos españoles de tierras. En el curso de su investigación, Wood reunió una gran colección de testamentos en náhuatl del valle de Toluca, gracias a los cuales está añadiendo, para la publicación de su trabajo, un retrato de la vida interna de la comunidad.

Este movimiento se ha dado fundamentalmente en los Estados Unidos y bajo la rúbrica de la historia, aunque no todos los participantes han estado en departamentos de historia. La mayor parte del trabajo, para decir la verdad llana, ha sido realizado por un círculo que me incluye a mí, algunos valiosos colegas cercanos y algunos igualmente valiosos estudiantes míos, varios de los cuales también se han vuelto colegas. De ninguna manera ignoro, sin embargo, las contribuciones de personas que se aproximan al tema desde la antropología. Su interés se ha concentrado a menudo en la época prehispánica, pero su utilización de materiales posteriores a la conquista los ha puesto en un camino que converge con el nuestro. Han dado a la luz materiales útiles y le han dado amplitud al movimiento. Discutir este corpus en cierto modo distinto y examinar las relaciones que deberían existir y existen en la investigación sobre Mesoamérica entre historia y antropología (que veo como comunidades de habla, círculos de lectores y productos de ciertas técnicas de investigación, más que como "disciplinas" intelectualmente distintas), sería una empresa demasiado amplia que dejo para el futuro. Por lo pronto me limitaré a dar los nombres de algunos de los que han hecho contribuciones significativas: Luis Reyes García, Pedro Carrasco, Fernando Horcasitas, Herbert Harvey y Bárbara Williams, Hanns Premm y Ursula Dyckerhoff, y Louise Burkhart. Entre éstos, Reyes es el que ha avanzado más hacia la filología náhuatl colonial y la etnohistoria basada en documentos en náhuatl, y el trabajo que actualmente realiza sobre Ocotelulco (Tlaxcala) lo está llevando aún más en esa dirección. De ninguna manera quiero decir que pienso que los investigadores deberían concentrarse en un solo tipo de fuentes y trabajar sólo una u otra época. Más bien, el ideal difícil de alcanzar sería tratar los cerca de cuatro siglos que se centran alrededor de la conquista como un solo periodo que debería estudiarse de manera unificada con todos los medios posibles. Una razón para la aproximación es que la documentación en náhuatl posterior a la conquista es el recurso más poderoso y aún no aprovechado para aprender más sobre la cultura, sociedad, economía y vida política de fines del periodo prehispánico.

Miguel León-Portilla, Jorge Klor de Alva, Thelma Sullivan y John Bierhorst, aproximándose al tema desde la perspectiva general de la historia intelectual, de la religión y de la literatura, han entrado significativamente en el mundo de los documentos en náhuatl posteriores a la conquista (el versátil Klor de Alva es asimismo un antropólogo).

Beyond The Codices de Arthur J. O. Anderson, Frances Berdan y James Lockhart (Berkeley y Los Angeles, University California Press, 1976) cumplió su cometido al introducir a una gran cantidad de gente a los documentos mundanos en náhuatl. Sigue siendo una selección significativa (ninguna recopilación podría ser completamente representativa) y los errores de transcripción son pocos y de escasa importancia. Sin embargo las traducciones -muchas de las cuales fueron las primeras de su tipo en publicarse, y hechas por investigadores que, sin predecesores, se iniciaban en el náhuatl colonial cotidiano- contienen muchos errores, algunos de ellos razonablemente insignificantes, pero otros de importancia central dado el contenido de los documentos. Planeamos segunda edición muy revisada.

Por otro lado, el apéndice documental de Nahuatl in the Middle Years de Karttunen y Lockhart (1976, ya citado), aunque tiene la misma fecha de publicación es en realidad un producto posterior. Habían pasado las primeras fases del aprendizaje y las traducciones casi no tienen errores; sólo he encontrado una o dos pequeñas fallas. Cualquier traducción del náhuatl antiguo, sin embargo, debe considerarse provisional y un nuevo examen completo necesariamente traerá correcciones que van más allá de lo trivial. Pero no quiero quitarle confianza al lector; en las traducciones en las que he participado de alguna manera en los últimos diez años, especialmente en los géneros más familiares, las grandes incertidumbres afectan ciertas unidades léxicas de naturaleza altamente específica o técnica, cuyo carácter dudoso se resalta, de modo que puede confiarse en que el sentido general no cambiará mucho en las revisiones futuras.

Publicaciones documentales más pequeñas que iluminan algunos géneros adicionales son: Frances Karttunen y James Lockhart, "Textos en náhuatl del siglo XVIII: un documento de Amecameca, 1746", (1978, ya citado); de Lockhart, "Y la Ana lloró", Tlalocan, 8, pp. 21-34; "Towards Assessing the Phoneticity of Older Nahuatl Texts: Analysis of a Document from the Valley of Toluca, Eighteenth Century", en Frances Karttunen, ed., Nahuatl Studies in Memory of Fernando Horcasitas, Texas Linguistic Forum, 18, Department of Linguistics, University of Texas at Austin, 1981; y, aunque no reproduce ninguna muestra completa, "Views of Corporate Self and History in some Valley of Mexico Towns, Late Seventeenth and Eighteenth Centuries", en A. Collier et al., eds., The Inca and Aztec States, Nueva York, Academic Press, 1982 ("Visiones de la identidad colectiva e historia de algunos pueblos del valle de México en los siglos XVII (finales) y XVIII", Revista de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2:4, septiembre-diciembre de 1981).

S. L. Cline y Miguel León-Portilla, The Testaments of Culhuacan, Los Angeles, UCLA Latin American Center, Nahuatl Studies Series, 1, 1984; Frances Karttunen y James Lockhart, The Art of Nahuatl Speech. The Bancroft Dialogues, Los Angeles, UCLA Latin American Center, Nahuatl Studies, 2, 1987. Estas dos publicaciones forman parte de la Serie de Estudios Náhuatl que yo edito en el Centro Latinoamericano de la Universidad de California en Los Angeles. Otras publicaciones documentales están en preparación para la serie, que incluye una edición de dos de los más importantes anales de las regiones Tlaxcala-Puebla, por Frances Krug y Arthur Anderson, y un volumen de censos de la región de Cuernavaca, diferentes a los publicados por Hinz, por S. L. Cline y Frances Berdan.

No tengo a la mano los detalles bibliográficos de las dos publicaciones recientes de Hinz. Los volúmenes están actualizados en todos los aspectos; esto es, las transcripciones y las traducciones son por lo general excelentes y vienen acompañados por muchos análisis introductorios. No debe olvidarse, en relación con lo anterior, la edición de J. Richard Andrews y Ross Hassig del Tratado de Hernando Ruiz de Alarcón (Treatise of the Heathen Superstitions..., Norman, University of Oklahoma Press, 1984). Aunque el documento original está sobre todo en español, es sumamente valioso por las encantaciones en náhuatl que contiene, transcritas y traducidas por Andrews y Hassig, con un amplio aparato explicativo.

Lockhart, Berdan y Anderson, The Tlaxcalan Actas, ya citado. El documento completo ha sido publicado por Eustaquio Celestino Solís, Armando Valencia R. y Constantino Medina Lima, Actas del cabildo de Tlaxcala, 1547-1567, México, Archivo General de la Nación, Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, 1985. La transcripción es confiable en lo fundamental, aunque algunos términos son redeletreados; y si bien la traducción es buena en términos generales, no toma en cuenta las grandes cuestiones pendientes sobre significados. El aparato explicativo es rudimentario, pero incluye un amplio índice analítico. Las dos publicaciones se complementan.

Es cada vez más difícil saber si los investigadores que producen estos volúmenes deberían aparecer como editores o como autores.

Para simplificar utilizo la expresión "motor del cambio", pero la realidad es más compleja. Por supuesto que ya se estaba produciendo un proceso de cambio entre los nahuas antes de la conquista. Los españoles, con su interacción con los pueblos indígenas, desencadenaron tipos de cambio mucho más rápidos y más obviamente lineales. Pero ellos no determinaron la naturaleza de ese cambio, puesto que los resultados estuvieron igualmente determinados por los atributos de los nahuas y por la cercanía o distancia de las dos culturas en un gran número de puntos. Considérese qué tan diferentes resultaron las cosas en los distritos mineros del norte, aunque ellos también se vieron inundados por españoles.

En cierto momento perdí la idea de que la filología era mera preparación y ahora pienso que puede producir creaciones de valor inmediato y duradero para un público baatante amplio y que es un buen vehículo para ciertos tipos de muy sutil e innovadora investigación cultural-lingüística.

No me gusta hablar de un proyecto inconcluso, pero cedo ante la curiosidad legítima acerca de una empresa de la que muchos ya tienen noticia y que parece estar entrando en sus fases finales. He concluido la recolección y compilación (lo cual no quiere decir que estas tareas hayan sido en ningún sentido cumplidas). El título actualmente proyectado del libro es "Los nahuas después de la conquista". Recorre libremente todo el centro de México nahuatlohablante y los tres siglos coloniales, dependiendo de la disponibilidad de documentos. Además de una introducción, una conclusión y de un breve apéndice documental, el plan incluye los siguientes capítulos esenciales: Altepetl; Unidad doméstica; Diferenciación social; Tierra y modo de vida; Religión (Sirviendo a los santos); Lenguaje; Escritura y formas de expresión; Conciencia corporativa y mito. De éstos, ya existen borradores de los seis primeros. No voy a especular sobre lo que esto puede implicar en términos de fechas de terminación y publicación. Mis artículos "Some Nahua Concepts in Postconquest Guise" (History of European Ideas, 6, 1985, pp. 465-482) y "Views of Corporate Self and History (1982, ya citado) anticipan algunas de las ideas del libro. El anticipo más completo y reciente del conjunto del libro es mi "Postconquest Nahua Society and Concepts Viewed Through Nahuatl Writings", escrito para un proyecto de antología basada en una serie de conferencias en el Smith College en 1986. Que yo sepa, aún no se definen los arreglos para la publicación.

Si he hablado de mi propia obra en proceso, debo hacer lo mismo con la de otros. Frances M. Krug se acerca a la conclusión de una tesis doctoral sobre los anales en náhuatl de fines del periodo colonial de la región Tlaxcala-Puebla. Rebecca Horn está muy adelantada en su tesis sobre Coyoacán hasta mediados del siglo XVII, con énfasis en los patrones nahuas de tenencia de la tierra y la organización de este altamente complejo altepetl. Juan López y Magaña, que hizo una tesis de maestría sobre la vida y los escritos de Juan Bautista de Pomar, utilizando documentos en náhuatl sobre las actividades de Pomar, trabaja actualmente en una vena similar sobre Diego Muñoz Camargo, teniendo en mente una tesis doctoral que tratará de ambos cronistas mestizos como un tipo. En los tres casos, se espera que aparezcan ponencias relacionadas con sus temas en las actas de la Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos que tuvo lugar en Oaxaca en 1985. Stephanie Wood, de cuya tesis doctoral hablé más arriba, sigue trabajando sobre títulos primordiales y códices Techialoyan; varios artículos con materiales e ideas muy nuevas están en camino. Robert Haskett comenzó un proyecto sobre el repartimiento a las minas de Taxco desde una perspectiva indígena y S. L. Cline ha estado durante un tiempo recogiendo materiales y escribiendo trabajos preliminares sobre Xochimilco, entidad amplia y poco entendida que pide a gritos una investigación pormenorizada. Ambos proyectos irán sin duda más allá de la esfera de los documentos en náhuatl, como es debido.

James Lockhart, Spanish Peru, 1530-1560, Madison, University of Wisconsin Press, 1968 (El mundo hispanoperuano, 1532-1560, traducción de Mariana Mould de Pease, México, Fondo de Cultura Económica, 1982); y The Men of Cajamarca, Austin, University of Texas Press, 1972.

Esto pudo haber sido una ilusión. George Urioste tiene copias de algunos documentos en quechua de fines del siglo XVII del Perú central, que son cercanamente comparables con los materiales en náhuatl; implican que el quechua era escrito rutinariamente por hablantes nativos en algunas partes, por lo menos, de la región andina y despiertan la esperanza de que lleguen a descubrirse depósitos más grandes.

S. L. Cline, Colonial Culhuacan, 1580-1600, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1986. Los testamentos son los que publicaron Cline y León-Portilla en 1984.

Frances Karttunen y James Lockhart, Nahuatl in the Middle Years (1976, ya citado). El conjunto de material "de tipo cotidiano" colonial en náhuatl se ha duplicado desde la aparición de esta monografía, pero hasta ahora el análisis original no desmerece con los nuevos datos. Un replanteamiento sucinto y legible se encuentra en Frances Karttunen, "Nahuatl Literacy", en George A. Collier et al., The Inca and Aztec States, Nueva York, Academic Press, 1982. En Nahuatl and Maya in Contact with Spanish (Texas Linguistic Forum, 26, Department of Linguistics, University of Texas at Austin, 1985), Karttunen inicia la importante tarea de estudiar los mismos procesos en otras lenguas indígenas, en este caso el maya yucateco, haciendo explícita la comparación con el náhuatl.

The Aztecs, pp. 172-173 (174-175 de la edición mexicana).

James Lockhart, "Some Nahua Concepts in Postconquest Guise" (1985, ya citado), pp. 469-471, y "Complex Municipalities: Tlaxcala and Tulancingo in the Sixteenth Century" (ya citado). Véase también Robert S. Haskett, "Indian Town Government in Colonial Cuernavaca" (1987, ya citado).

Susan Schroeder, "Chalco and Sociopolitical Concepts in Chimalpahin", tesis doctoral, University of California, Los Angeles, 1984. Un artículo significativo de Schroeder al respecto está por aparecer en una antología editada por Herbert Harvey para la New Mexico University Press.

Nancy Farriss, Maya Society under Colonial Rule, Princeton, Princeton University Press, 1984. Se podrían extender mucho las comparaciones entre Maya Society y The Aztecs. Me llama la atención el hecho de que (posiblemente debido a la naturaleza de los archivos locales) Farriss utilizó menos las fuentes civiles y más las eclesiásticas que Gibson, lo cual da a las cosas un sesgo muy diferente. Farriss también hizo buen uso de algunas fuentes en maya y de estudios al respecto, pero el aspecto de la lengua indígena no es central en ninguno de los dos libros.

Considerando que el libro de Farriss estuvo en gestación durante bastante tiempo, no se puede uno quejar realmente de que haya recurrido únicamente a Gibson. Pero ya es tiempo de que cese la práctica general de utilizar a The Aztecs como una descripción completa y autosuficiente de los indios del centro de México en la época colonial.

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Publicado

1988-09-30

Cómo citar

Lockhart, J. (1988). Charles Gibson y la etnohistoria del centro de México Colonial. Historias, (20), 25–48. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/14904

Número

Sección

Ensayos