Núm. 18 (1987)
Ensayos

De dioses o de hombres. Para conjugar lo político y lo religioso durante la Conquista

Julio Bracho
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM

Publicado 1987-09-30

Palabras clave

  • Bibliografía,
  • Conquista,
  • Cultura,
  • Estrategias bélicas,
  • Historiografía,
  • Mesoamérica,
  • Política,
  • Religión
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Cómo citar

De dioses o de hombres. Para conjugar lo político y lo religioso durante la Conquista . (1987). Historias, 18, 43-56. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/14962

Resumen

La primer arma que blanden los españoles frente a los mesoamericanos es la de ser completamente desconocidos por sus adversarios. Los españoles de alguna manera ya habían tenido más de veinte años de confrontación con los indígenas del Caribe: ante ellos ya habían probado la eficacia de sus armas y de su política. Aunque esto fuera un preámbulo para lo que habrían de afrontar ante la civilización mesoamericana. Este desconocimiento, aunque en los hechos fuera mutuo, nunca fue considerado de manera política y bélica por los mesoamericanos, mientras que Cortés funda en ello su estrategia.

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Referencias

  1. Octavio Paz, "Reflexiones de un intruso", Vuelta 122, enero de 1987, pp. 25-26.
  2. Tzvetan Todorov, La Conquista de América: la cuestión del otro, México, Siglo XXI, 1987. Hacemos las referencias a esta reciente versión castellana aun cuando para traducirlo nos basamos en el original publicado en 1982 por la editorial Seuil de París.
  3. Ibid., pp. 94-95; Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, México, Porrúa, 1984 (1967), T. II, cap. 70.
  4. Michel Foucault, Laa palabras y las cosas, México, Siglo XXI, 1968, p. 74.
  5. Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, México, Porrúa, 1955, cap. 39.
  6. Tzvetan Todorov, op. cit., p. 80.
  7. Ibid., pp. 88-89.
  8. Ibid., p. 107.
  9. Ibid., pp. 127-130.
  10. Ibid., p. 127; Un ejemplo de la difusión de las técnicas militares imperantes en el Renacimiento lo podemos apreciar en el transcurso de la primera estancia de los españoles en Tenochtitlan cuando un soldado, que había estado en Italia, les enseña a sus compañeros el uso de la pica, empleada por la infantería ciudadana para combatir a la caballería mercenaria de la nobleza. Utilizada, en esta ocasion, para luchar contra los caballos que consigo traía Narváez y, posteriormente, copiada por los mexicanos para enfrentarse a los españoles: Bernal Díaz del Castillo, op. cit., caps. 118, 151. Hernán Cortés, Cartas de Relación, México, Porrúa, 1960, pp. 94-95. Para ver el desarrollo e influencia del uso de la pica en la Italia del Renacimiento: Maquiavelo, Del arte de la guerra, II.
  11. Bernal Díaz del Castillo, op. cit., cap. 170.
  12. Tzvetan Todorov, op. cit., pp. 121-124.
  13. Bernal Díaz del Castillo, op. cit., cap. 46.
  14. Ibid., cap. 48.
  15. Ibid.
  16. Ibid.
  17. Ibid., cap. 38.
  18. Ibid.
  19. Ibid., cap. 49.
  20. Ibid., cap. 90.
  21. Ibid., cap. 153.
  22. Luis Cabrera. Diccionario de aztequismos, México, Oasis, 1975, p. 136; Horacio Carochi, Compendio del arte de la lengua mexicana, México, Imprenta de la Biblioteca Mexicana, 1759, pp. 8-9.
  23. Bernal Díaz del Castillo, op. cit., cap. 128.
  24. Ibid.; Cortés, desde que se adentró en Tenochtitlan, ya había previsto lo insostenible de su posición en el caso de ser sitiados, de ahí que dispuso, tan luego entró a la ciudad, construir cuatro bergantines, que de todos modos le fueron quemados durante la insurrección: Cortés, op. cit., pp. 62 y 77.
  25. Bernal Díaz del Castillo, op. cit., cap. 100.
  26. Ibid., cap. 94.
  27. Diego Durán, op. cit., T. II, cap. 52.
  28. Bernal Díaz del Castillo, op. cit. caps. 107 y 108.
  29. Para profundizar en este problema ver: Marc Bloch, Les rois thaumaturges: étude sur le caractère surnaturel attribué á la puissance royale particulièrement en France et en Angleterre, París, Colin, (1924) 1961; Georges Dumézil, Mitra-Varuna: esaai sur deux représentations indoeuropéennes de la souveraineté, París, Gallimard, 1948; E. H. Kantorowicz, The King's Two Bodies: A Study in Medieval Political Theory, Princeton, Princeton University Press, 1957; Claude Lefort, "Pérmanence du théologico-politique?", en Le temps de la réflexion II, París. Gallimard, 1981. Un importante estudio sobre esta cuestión, referente a los aztecas, es el de Alfredo López Austin, Hombre-Dios, religión y política en el mundo náhuatl, México, UNAM, 1973.
  30. Tzvetan Todorov, op. cit., p. 126.
  31. Octavio Paz, op. cit., p. 26.
  32. Hannah Arendt, Between Past and Future: Six Excercises in Political Thought, London, Faber and Faber, 1961, pp. 91-141.
  33. Juan López de Palacios Rubios, "Notificación y requerimiento que se ha dado de hacer a los moradores de las islas e tierra firma del mar océano que aún no están sujetos a Nuestro Señor", en Historia documental de México, México, UNAM, 1964, vol. I., pp. 106-108.
  34. Lucas 11, 23; Mateo 12, 30.
  35. Rubén Bonifaz Nuño, Imagen de Tláloc, México, UNAM, 1986.
  36. Elías Canneti, Masa y poder, Barcelona, Muchnik, 1977.
  37. Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, México, Porrúa, 1956, t. I, Lib. III, apéndice, cap. 9; t. II, lib. VIII, cap. 18.
  38. Tzvetan Todorov, op. cit., p. 109.
  39. Ver la interpretación de Octavio Paz en su ensayo "Los hijos de la Malinche", El laberinto de la soledad, México, FCE, 1959.
  40. Como otro ejemplo, tomaremos la explicación de Jacques Lafaye de lo que aparece como definitorio de la Conquista. La clave la encuentra en la fe en la victoria que animaba a los españoles confrontada a la fe en la derrota que embargaba a los mesoamericanos, la fuerza del mesianismo cristiano de unos frente a la debilidad de las "profecías paganas" de los otros. Si bien esto enfatiza el carácter religioso del conflicto y es indudable la influencia del mesianismo entre los españoles -aun cuando la fe en la victoria se viera muchas veces quebrantada entre la tropa, no así en Cortés-, al enfrentarse militarmente no faltó ánimo guerrero en ninguno de los contendientes. Es la segunda y determinante parte de su argumentación la que, al engarzarse con las otras interpretaciones discutidas, adolece de algunos de los problemas que hemos tratado a lo largo de este ensayo. Pues al centrar lo definitorio de la confrontación en las solas diferencias religiosas se pasan por alto las cruciales cuestiones políticas e, inclusive, sus formas específicas de vinculación con lo sagrado. Ver Jacques Lafaye, Los conquistadores, México, Siglo XXI, 1970, cap. 2.