Hombres de bien, demagogos y revolución social en la primera República

Authors

  • Luis Alberto de la Garza Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Keywords:

Acciones colectivas, Liberales, Modernidad, Política, República

Abstract

Sin duda el problema de la modernización de la sociedad y el paso de las formas de acción prepolíticas de organización ha sido una preocupación central de la investigación histórica en los últimos años. La ruptura de viejos esquemas ha sido muy importante para reinterpretar la historia, en un intento por explicar, de una manera más efectiva, sus crisis y sus actuales perspectivas de cambio.

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References

Noemí Hervitz, Luis Alberto de la Garza, "Pensar históricamente", Revista de la Universidad, agosto 1980.

VVAA, Los mexicanos pintados por sí mismos, México, Edición de M. Murguía, 1855. Todos los subrayados de las citas son míos, salvo indicación contraria.

José Revueltas, México: Democracia bárbara, México, Era, 1983, p. 31.

Trabajos recientes como el de L.B. Perry, Juárez and Díaz: Machin Politics in Mexico, señala por ejemplo: "The basic truth was that liberals were a numerical minority, holding power on a theory of majority rule. Conservative were also a minority, but they included classes -especially cleregy- that could potentially influence the masses more effectively than could the liberals". Ello contrasta notablemente con una ya vieja observación del primer cónsul prusiano en México, Carlos Koppe, quien al oír las lamentaciones de un clérigo sobre la inseguridad política del país, escribe que el mismo clérigo le comentó que "la influencia del clero no llegaba tan lejos como vulgarmente se creía". C. Koppe, Cartas a la patria, México, UNAM, 1955, p. 126.

Mariano Otero, "Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la República Mexicana, 1842, en Ensayos sobre las clases sociales en México, México, Ed. Nuestro Tiempo, 1968, p. 39.

Los folletos utilizados corresponden a los años comprendidos entre 1828 y 1834, pero se han utilizado también y posiblemente extrapolado, de años anteriores y posteriores, es decir, elaborados en condiciones algo diferentes a las de aquel sexenio y entremezcladas sin un riguroso orden cronológico.

El privilegiar este sexenio se debió a que consideramos que en él se presentan las características fundamentales de lo que más tarde se llamaría el periodo de la anarquía. El final del primer gobierno republicano (1824-1828) con Guadalupe Victoria como presidente, señala, luego de un intento de transacción entre los grupos, la dinámica de los enfrentamientos y las tendencias que se desarrollarían en los años siguientes: la manipulación electoral y popular, las rebeliones militares, cuartelazos; la rivalidad entre las logias masónicas y la fragilidad del equilibrio que conduciría a la búsqueda de formas institucionales y duraderas.

Es bien conocida la diferencia del primer periodo de la independencia mexicana del resto de la América Latina por la amplia participación de las masas populares, que desbordó los intentos criollos por obtener el papel de los peninsulares. La culminación de la independencia sería sin embargo obra de quienes habían combatido a la revolución, pero en alianza con los viejos grupos insurgentes, por lo cual el establecimiento del Imperio y los intentos por mantener el viejo orden fueron cuestionados desde el principio. Durante los primeros años de la vida independiente hubo un gobierno monárquico con regencia; un emperador (Iturbide); una presidencia colegiada y una República federal con cuatro presidentes y dos vicepresidentes en funciones ejecutivas (Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Manuel Gómez Pedraza, Antonio López de Santa Anna, Anastacio Bustamante y Valentín Gómez Farías respectivamente), de los cuales sólo el primero pudo concluir su periodo de gobierno.

Melchor Múzquiz, El Gobernador del Estado a los propietarios y demás habitantes del mismo, Toluca, Imprenta del Gobierno, 1830.

Arma, arma mexicanos, que la religión peligra, México, Imprenta de Tomás Uribe y Alcalde, 1833.

Zavala fue un personaje representativo del grupo radical. Electo en 1822 diputado al primer congreso, participó desde entonces en las actividades políticas en una forma destacada. Además de parlamentario fue gobernador del estado de México, Secretario de Hacienda, diplomático y periodista. Hombre de gran actividad se le atribuye la fundación de la logia yorkina y de haber sido el cerebro que llevó a Guerrero a la presidencia en 1828 como autor de la revolución de la Acordada. El no haber sido testigo presencial de la violencia revolucionaria, que tanto espantó a muchos hombres de la época, explica tal vez su fácil relación con las clases populares que participaron en los acontecimientos de 1828 y que culminaron con el saqueo del Parián.

Clamores de los mexicanos a su presidente electo, México, Imprenta de Tomás Uribe y Alcalde, 1833.

Esta es la verdad pelada, tan pícaro es Bustamante como Pedraza y Santa Anna, Tres partes, Tercera parte, p. 4.

Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, 1828-1852, 2 vol., México, Librería de Bouret, 1906, vol. I, p. 94.

Las logias jugaron en esa época un papel muy importante en la actividad política de los diversos grupos. El hecho mismo de la falta de proyectos acabados y la desarticulación social de los primeros años propició la ausencia de organizaciones partidistas, dando a las logias su papel singular. De hecho no se trataba, en su inicio, de organizaciones al margen de la ley, ni perseguidas o verdaderamente secretas a la manera en que éstas habían surgido en algunos países europeos. Por ello al ser prohibidas en 1828, ya habían permitido a los grupos sus primeras formas de organización e identificación de objetivos. Su papel posterior seguiría siendo muy importante, pero su carácter no tendría ya el sentido de gestación de organizaciones políticas que las habían marcado en sus primeros años.

Gran Logia nación mexicana, y pira de los yorkinos, México, Oficina de Alejandro Valdés, [s.d.]

José María Luis Mora, Méjico y sus revoluciones, París, 1836, vol. IV, pp. 437-438.

Arma, arma mexicanos..., cit.

Juicio imparcial sobre los acontecimientos de México en 1828 y 1829, New York, C.S. van Winkle, Corner Wall & Broad-St. Reimpreso en México, Oficina de Galván a cargo de Mariano Arévalo, 1830, pp. 10-11.

Las elecciones de 1828 para el segundo periodo presidencial estuvieron caracterizadas por la división de los progresistas, quienes no se pusieron de acuerdo en la candidatura. Un grupo más popular proclamaría a Vicente Guerrero, mientras que otro de moderados presentaría la candidatura de Manuel Gómez Pedraza ante el temor de que ganasen los extremistas. El proceso fue bastante agitado, al final triunfaron los partidarios de Pedraza ante la indignación de los guerreristas. Su derrota ocasionó poco después una sublevación militar encabezada por Santa Anna, seguida por una revuelta cívico-militar en la ciudad de México conocida como revolución de la Acordada, durante la cual fue saqueado e incendiado el mercado del Parián. Resultado de ella fue la renuncia de Pedraza y la elección de Guerrero a la presidencia de la República.

Múzquiz, op. cit. También Guillermo Prieto señala esta situación, al relatar un baile característico de la "clase media": "La concurrencia era por demás heterogénea y peculiar. Los parientes cercanos de la Condesa y el hijo sacrílego del comendador, la niña beatita con vocación de monja y el vástago de los héroes de la Acordada cuyo padre, curtidor, se hizo rico en el saqueo y se hombreaba con Pepe del Río y con Farías". op. cit., v. I, p. 148.

Diálogo entre un barbero y su marchante sobre las elecciones primarias celebradas el día 20 de agosto, México, Imprenta a cargo de Martín Rivera, 1826.

Arma, arma mexicanos..., cit.

Ibid.

El gobierno de Vicente Guerrero fue derrocado por una coalición de los hombres de bien, a través del pronunciamiento del Plan de Jalapa por las tropas del vicepresidente Anastacio Bustamante. La política represiva y los intentos por reestructurar el viejo orden provocó una rebelión en su contra que terminó con su salida de la presidencia que había usurpado. Por los Convenios de Zavaleta se encargó a Gómez Pedraza "terminar" su periodo de gobierno; las nuevas elecciones favorecieron una inicial alianza: Santa Anna-Gómez Farías, que daría origen al primer ensayo reformista bajo la dirección del segundo. El corto e intermitente periodo de gobierno de Gómez Farías ocasionó una serie de sublevaciones en su contra por parte de aquellos que se postulaban como defensores de la "religión y los fueros". Este fue sin duda el momento más interesante por lo que respecta a la radicalización del conflicto en el que se gestaban los grupos, y también por lo que se refiere a los límites del reformismo en la primera mitad del siglo.

Esta es la verdad pelada... cit., tercera parte, p. 5.

Ibid., p. 6.

Published

1986-12-31

How to Cite

de la Garza, L. A. (1986). Hombres de bien, demagogos y revolución social en la primera República. Historias, (15), 43–54. Retrieved from https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/15156

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Ensayos