Núm. 5 (1984)
Ensayos

Lázaro Cárdenas y la fuerza de trabajo: tres huelgas en 1936

Publicado 1984-03-31

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Resumen

Las reformas en México durante el periodo de Cárdenas (1934-40) fueron cruciales para el rescate de la legitimidad del sistema de gobierno, para el fortalecimiento de la recuperación económica y social posterior a la depresión, y para la creación de una estructura a salvo de la presión de las masas, lo que finalmente propició una creciente industrialización e inversión extranjera a partir de 1940. Sin embargo, Lázaro Cárdenas no estuvo abiertamente ligado a los sectores capitalistas nacionales y extranjeros en su intento de reorientar y fortalecer al estado, el cual, en un país periférico (dependiente) se define, según Nora Hamilton, como compuesto, por el aparato de gobierno (la burocracia civil y militar) y por aquéllos que controlan formalmente dicho aparato (el gobierno), más que definirse en los justos términos de una clase dominante y un modo de producción como en los países capitalistas. La actitud nacionalista y a favor de los obreros y de los campesinos de Cárdenas, pareció chocar de frente con los sectores económicos dominantes, aislando la influencia de éstos sobre el estado. El fuerte poder ejecutivo y los objetivos revolucionarios plasmados en la Constitución de 1917, así como también el aumento en la centralización del poder del estado consumado en los años veintes, facilitaron los esfuerzos de Cárdenas. Más aún, antes de su elección, elementos reformistas al interior del estado y grupos agrarios y obreros empezaban a movilizarse en su contra debido al desaliento provocado por el retraso en la reforma agraria y por las condiciones impuestas por la depresión. Esto ocurría en una época en la que los intereses económicos dominantes se habían visto debilitados por la crisis económica internacional.

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Referencias

  1. Nora Hamilton, The limits of State Autonomy: Post-Revolutionary Mexico, Princeton, Princeton University Press, 1982, pp. 21-23, 28. Hamilton señala que en las sociedades dependientes, la composición clasista del estado es ambigua debido a los efectos desiguales del capital extranjero sobre los desarrollos capitalistas, lo que implica la existencia de varios modos de producción, a un mismo tiempo, en el país dependiente. (Edición en español, Nora Hamilton, Los límites de la autonomía del estado en México, México, Ed. ERA, 1983).
  2. Ibid., pp. 61, 101-103, 273
  3. Ibid., pp. 24, 25.
  4. Ibid., pp. 140-145.
  5. George Stern describió Monterrey como "el Pittsburgh mexicano" en "México's Bloddless Revolution", The Nation, 13 de mayo de 1936, p. 606.
  6. Joe C. Ashby, Organized Labor and the Mexican Revolution under Lázaro Cárdenas. Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1963, pp. 20-22; Memoria Anual del Departamento del Trabajo, 1935-36. México, Talleres Gráficos da la Nación, 1936, pp. 15-18; Hamilton, op. cit. pp. 70-90, 102-104, 120, 121. La Ley Federal del Trabajo era una reforma muy limitada a pesar de haber sido expedida para poner en ejecución las reformas al Artículo 123 de la Constitución. En ella se apoyaba la negociación colectiva y se reconocía, sin considerarse obligatoria, la cláusula de exclusión. Los trabajadores obtuvieron que se limitara la facultad de los patrones para despedir a los trabajadores, la autorización de huelgas pacíficas y que se limitaran los paros patronales. Los funcionarios gubernamentales y los líderes obreros ganaron con el requisito de que los sindicatos se registraran ante las autoridades gubernamentales para obtener el reconocimiento oficial, de que los sindicatos proporcionaran a las autoridades locales información confidencial sobre los miembros y la estructura del sindicato, y de que los conflictos se sometieran al arbitraje de las juntas controladas por el estado. Hamilton, op. cit., pp. 94-96, Ashby, op. cit., p. 61. La Ley Federal del Trabajo perduraría durante el mandato de Cárdenas pero, como se verá más adelante, fue interpretada desde una perspectiva revolucionaria.
  7. Samuel León, "Alianza de clases y cardenismo (junio de 1935-febrero de 1936)", Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 89, 1977, pp. 31, 32; Arturo Anguiano, El Estado y la política obrera del cardenismo, México, Ediciones Era, 1975, pp. 46-52, 80; Garrido, Parte IV, "Un partido de masas. El PNR en la época del gobierno de Cárdenas: 1934-37", p. 187; Hamilton, op. cit., pp. 122, 123; Ashby, op. cit., p. 20.
  8. Garrido, op. cit., p. 178.
  9. Memoria del Departamento de Trabajo, 1933. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1933, pp. 13, 14. La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje tenía jurisdicción sobre los conflictos trabajo-capital en zonas federales, en industrias con concesión federal y en donde los contratos colectivos estaban vigentes en más de un estado, y podía también estar representada por juntas especiales; las Juntas Centrales de Conciliación y Arbitraje funcionaban en los estados y territorios en los casos que estaban fuera de la jurisdicción de las juntas federales. Estas juntas estaban integradas por un representante gubernamental y por uno del capital y de la fuerza de trabajo por cada rama de la industria y grupo obrero implicado, y las juntas mediadoras municipales y federales se componían de un representante del gobierno y de un representante de los trabajadores y otro del capital por el área de empleo afectada. Cuando los trabajadores organizados colectivamente emplazaban a huelga, la Junta indicada debía mediar entre las dos partes, tratando de lograr, hasta el punto de lo posible, la solución de los puntos. Si no se llegaba a una solución y la huelga estallaba, la Junta de Conciliación y Arbitraje indicada debía, de acuerdo a Cárdenas, decidir si la huelga era legal o someter el conflicto al arbitraje formal privado con las partes nombradas por cada bando. Labor Legislation of Mexico, United States Department of Labor, Bureau of Labor Statistics, Washington, Goverment Printing Office, 1932, pp. 11, 54-57; Memoria, 1933, p. 159; Memoria 1935-36, pp. 22, 23, 31-33; Ashby, op. cit., pp. 61, 62, 64.
  10. León, op. cit., p. 71; Hamilton, op. cit., pp. 123-125.
  11. Memoria 1935-36, p. 21.
  12. Garrido, op. cit., p. 180.
  13. Hamilton, op. cit., pp. 125-128; Marcelo N. Rodea, Historia del movimiento obrero ferrocarrilero en México (1890-1943), México, 1944, pp. 535-574; Anguiano, op. cit., pp. 183-186.
  14. Lyle C. Brown. "Cárdenas: Creating a Campesino Power Base for Presidential Policy", in Essays on the Mexican Revolution: Revisionist Views of the Leaders. Ed. George Wolfskill and Douglas W. Richmond, Austin, University of Texas Press, 1979, pp. 109, 110; Garrido, op. cit., pp. 187-190.
  15. Garrido, op. cit., p. 191, 192; Hamilton, op. cit., pp. 128-136; Anguiano, op. cit., p. 70; Emilio Portes Gil, Quince años de política mexicana. México, Ediciones Botas, 1941, pp. 513-519.
  16. Hamilton, op. cit., p. 113; León, op. cit., pp. 35-37, 49, 50.
  17. Hamilton, op. cit., pp. 114, 144; León, op. cit., pp. 40-43, 49-52.
  18. Arturo Anguiano et al, México y la izquierda mexicana: ensayos, testimonios, documentos. México, Juan Pablos Editor, 1975, p. 85.
  19. León, op. cit., pp. 43, 44, 57; Ignacio Marván, "El frente popular en México durante el cardenismo", Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales 89, 1977, pp. 14, 15; Hamilton, op. cit., pp. 125-126.
  20. Marván, op. cit., pp. 13-14; James Wilkie y Edna Monzón de Wilkle, México visto en el siglo XX: entrevistas de historia oral, México, Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas, 1969, p. 293; Garrido , op. cit., p. 194. Entre los miembros del Comité Organizador del Frente Popular Antiimperialista, creado en noviembre de 1935, se encontraban integrantes del PCM, de la CGOCM y miembros reformistas del PNR.
  21. Hamilton, op. cit., pp. 111, 112, 123, 126. Los miembros fundadores del CNDP fueron: Alianza de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías de México, Alianza de Uniones y Sindicatos de Artes Gráficas, Cámara Nacional del Trabajo, CGOCM, CSUM, Federación de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías de México, STFRM, Sindicato de Mineros, Metalúrgicos y Similares y SME. Rodea, op. cit., p. 571.
  22. León, op. cit., pp. 72-75.
  23. Rodea, op. cit., pp. 48, 272-279, 468-491, 552-554; Miguel Angel Velasco, "Ferrocarriles y ferrocarrileros en México". Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales 89, 1977, pp. 122, 123; Anguiano et al, op. cit., p. 25; Hamilton, op. cit, p. 111.
  24. Hamilton, op. cit., p. 112; Mark Elliot Thompson, The Development of Unionism Among Mexican Electrical Workers. Cornell University, Dissertation Series, 1966, pp. 10-12, 14, 34-40, 86-88. A pesar de que el tipo de trabajo y de paga de los trabajadores eléctricos parecería señalarlos como los líderes naturales del movimiento obrero, este equilibrio entre el aspecto económico y la beligerancia laboral se logró debido a condiciones diferentes de aquéllas de los ferrocarrileros: el SME, como un gran sindicato de industria cuya unificación se había dado hacía ya tiempo, tenía el inmenso poder de dejar a oscuras a la capital; los gobiernos post-porfirianos apoyaban a los sindicatos en contra de las compañías extranjeras, como una expresión de nacionalismo del estado, y la compañía prefirió negociar con los trabajadores en lugar de reprimirlos; Luis Morones había sido trabajador eléctrico, y si bien perdió su empleo en Luz y Fuerza en 1915, se mantuvo en contacto con el SME.
  25. Thompson, op. cit., p. 138-143.
  26. Thompson, op. cit., pp. 151, 152. En 1928 apareció un código eléctrico para la reglamentación federal de las instalaciones termoeléctricas; las relaciones entre el estado y las compañías eléctricas se debilitaron en realidad por el empeoramiento de las condiciones económicas y por el resentimiento popular contra las supuestamente excesivas tarifas eléctricas y en contra de los intereses económicos extranjeros en general. A fines de 1932, el estado obligó a muchas empresas a reducir sus tarifas, pero Luz y Fuerza resistió apelando a los tribunales hasta julio de 1934. El estado mexicano también creó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en 1933, aunque sus actividades significativas no se iniciaron sino hasta 1937. Thompson, op. cit., pp. 15-17; Hamilton, op. cit., p. 122.
  27. Thompson, op. cit., pp. 153-155, 169. El sindicato obtuvo la cláusula de exclusión, un aumento salarial y mayores beneficios adicionales; por medio del arbitraje se llegó a un acuerdo sobre la duración de la semana laboral, los requisitos para la ayuda de pensión, energía eléctrica para los empleados y vacaciones.
  28. Ibid., pp. 144-147.
  29. Thompson, op. cit., p. 187.
  30. Rodea, op. cit., pp. 542, 547-550; Excélsior, 18 de mayo de 1936, p. 4; 19 de mayo, p. 4.
  31. Rodea, op. cit., p. 567.
  32. Hamilton, op. cit., pp. 87-90, 94, 310-314; León, op. cit., pp. 60, 61.
  33. Portes Gil, op. cit., pp. 519-525; Garrido, op. cit., p. 188.
  34. Excélsior, 14 de enero, p. 1; 15 de enero, p. 4; 31 de enero, p. 1. Una indicación del hecho de que muy pocos admitían el punto hasta el que la agitación en Monterrey podía llegar, fue la cobertura periodística que se le dio a una feria, organizada por los comités local y estatal del PNR, a celebrarse el 6 de febrero en Monterrey. Excélsior, 17 de enero, p. 11; 18 de enero, p. 2; 30 de enero, p. 1; 2 de febrero, p. 1 (descuento en las tarifas de ferrocarril); 8 de febrero, p. 1.
  35. Excélsior, 1o. de febrero, p. 1.
  36. Excélsior, 2 de febrero, p. 1; 3 de febrero, p. 1; 4 de febrero, p. 1; 5 de febrero; p. 1.
  37. Excélsior, 6 de febrero, p. 1; 5 de febrero, p. 1; 7 de febrero, p. 1.
  38. Excélsior, 7 de febrero, p. 1.
  39. La CGOCM, señaló el carácter limitado de le representación laboral en Monterrey y en todo el estado de Nuevo León en contraste con el poder social y polítíco de los propietarios, los nexos entre la primera huelga espontánea de los trabajadores en la región y la presencia en el gobierno del estado de un dirigente político favorable, el rasgo no comunista de un levantamiento obrero que buscaba solamente que sus derechos fueran reconocidos legalmente, y la naturaleza subversiva de los actos de los propietarios en contra de la ley de las autoridades gubernamentales constituidas.
  40. New York Times, 7 de febrero, p. 11; Excélsior, 1 de febrero, p. 1.
  41. Alfonso Taracena, La revolución desvirtuada, Tomo IV, Año 1936. México, Talleres de B. Costa-Amic, 1967, p. 65. Incluso los maquinistas desconocían el destino cuando el viaje se inició. Excélsior, 8 de febrero, p. 5.
  42. Hamilton, op, cit., p, 76.
  43. Excélsior, 8 de febrero, p. 1. El pago del séptimo día de la semana, día de descanso, era una medida que aseguraba un aumento salarial a cada trabajador de aproximadamente 17%, aumentando de esta manera la capacidad de compra de todas las categorías. Ashby, op. cit., p. 61; Hamilton, op, cit., pp. 148, 149.
  44. Excélsior, 8 de febrero, p. 1, p. 5.
  45. Excélsior, 9 de febrero, p. 1; 10 de febrero, p. 1; 12 de febrero, p, 1; 13 de febrero, p. 1; León, op. cit., pp. 63, 64.
  46. León, op. cit., pp. 65, 66.
  47. León, op. cit., pp. 65, 66; Ashby, op. cit., pp. 34, 35.
  48. New York Times, 14 de febrero, p. 9; Excélsior, 13 de febrero; p. 1; 14 de febrero, p. 1; 18 de febrero, p. 1.
  49. Excélsior, 14 de febrero, p. 1; 15 de febrero, p. 1; 29 de febrero, p. 1. Artículo 48 de la Ley Federal del Trabajo de 1931: "Las disposiciones del contrato colectivo son extensivas para todas las personas que laboren en la empresa, aun cuando éstas no sean miembros del sindicato que lo celebró. Las personas que detentan puestos de dirección e inspección, así como los empleados de confianza que realicen labores particulares dentro de la empresa para el patrón, serán excluídas de estas disposiciones". Labor Legislation, p. 16.
  50. León, op. cit., p. 72.
  51. Véase nota 39; León, op. cit., pp. 61-63.
  52. Wilkie, op. cit., p. 309; Ashby, op. cit., p. 72.
  53. Brown, op. cit., p. 119; Garrido, op. cit., p. 204.
  54. Garrido, op. cit., pp. 194, 195, 201; Brown, op. cit., p. 115.
  55. La CTM incorporó a la mayoría de los gremios y sindicatos de varias empresas del país, a federaciones regionales, federaciones industriales y grandes sindicatos industriales. En sus estatutos se hacían hincapié en lograr la fuerza por medio de la organización: debían crearse sindicatos industriales en donde éstos no existían y los sindicatos locales y las secciones locales de los sindicatos industriales nacionales debían agruparse en federaciones estatales. La CTM también proyectaba fomentar la organización y unificación campesina. La estructura de la Confederación ponía de relieve el control, desde arriba, sobre los trabajadores; el Comité Nacional, que estaba integrado por siete miembros, era el órgano dirigente permanente; los representantes de los grupos obreros de la CTM organizados estatal y nacionalmente, debían reunirse en un Consejo Nacional cuatro veces al año, y los representantes de más de la mitad de los grupos miembros, debían reunirse en un Congreso Nacional cada dos años. Confederación de Trabajadores de México, CTM, 1936-1941. México, Talleres Tipográficos Modelo, 1941, pp. 70-74; Hamilton, op. cit., pp. 146, 147.
  56. CTM, pp. 58, 59; Thompson, op. cit, pp. 162, 164.
  57. Anguiano et al, op. cit., pp. 108, 109, 140, 141. Pedro Morales, comunista, fue Secretario de la Reforma Agraria; Juan Gutiérrez, del STFRM y Secretario de Trabajo y Conflictos, era favorable al PCM. Hamilton, op. cit., p. 155.
  58. CTM, pp. 62, 64, 65.
  59. Anguiano et al, op. cit., p. 103.
  60. Ibid., pp. 102-105; Hamilton, op, cit., pp. 146, 155, 156; Anguiano, op. cit., p. 128.
  61. Wilkie, op. cit. pp. 320, 321. "Justamente Lombardo se encargó de atenuar lo más posible las contradicciones en el interior de la CTM. Colocándose en apariencia por encima de las fracciones como 'neutral' y no comprometido sino con los intereses generales de los trabajadores integrados en la central sindical, Lombardo se erigió como mediador entre los stalinistas y los líderes obreros independientes, por un lado, y la camarilla fidelisla por otro; retardando la explosión de los conflictos y conciliando a las partes en pugna, Lombardo pudo asegurar el accidentado desarrollo de la CTM". Anguiano et al, op. cit., p. 45.
  62. Hamilton, op. cit., p. 156.
  63. Anguiano et al., op cit., p, 105; Thompson, op, cit., pp. 185, 186.
  64. Marván, op. cit., p. 17; Garrido, op. cit., pp, 203, 204, 219; Hamilton, op. cit., pp. 146, 147.
  65. Marván, op. cit., pp. 15-19; Garrido, op. cit., p. 220.
  66. Garrido, op. cit., pp. 208, 209; Anguiano, op. cit., p. 70.
  67. Ashby, op. cit., p. 36; León, op. cit., pp. 66-68. Los conservadores denunciaron abusos por la interpretación revolucionaria de la ley, que los intereses comerciales no tenían acceso al presidente, la imposibilidad de continuar participando responsablemente en la economía nacional dado el grado de agitación laboral existente, los fallos desfavorables de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la necesidad de que se implantara el arbitraje obligatorio, y la llegada del comunismo o del socialismo.
  68. Ashby, op. cit., pp. 36, 37; León, op. cit., pp. 68, 69.
  69. New York Times, 16 de marzo, p. 3; 16 de marzo, p. 10. La página financiera del New York Times del 16 de febrero, hacía notar que las inversiones norteamericanas que ascendían a un billón estaban en peligro si los problemas laborales continuaban en México; noticias similares aparecieron el 12 de abril, III, p. 1. La apenas alejada huelga de los trabajadores del Southern Pacific Railroad (de propiedad norteamericana), poco después del conflicto en Monterrey, no pudo haber sido contempladada favorablemente por los intereses norteamericanos. Por esta época, también, un comité legislativo de Massachusetts estaba trabajando en una recomendación al Congreso para que se retirara el reconocimiento diplomático a México y a Alemania. NYT, 16 de marzo, p. 10.
  70. NYT, 11 de abril, p. 1; 12 de abril, p. 34; 13 de abril, p. 3; Taracena, op. cit., pp. 154, 160, 172, 174, 175, 202.
  71. NYT, 26 de abril, p. 24; 5 de mayo, p. 7; 14 de abril, p. 12; Excélsior, 12 de mayo, p. 1; 13 de mayo, p. 1.
  72. Rodea, op. cit., pp. 507, 508; Excélsior, 1o. de mayo, p. 1; 7 de mayo, p .1.
  73. Rodea, op. cit., pp. 508-510; Excélsior, 1o. de mayo, p. 1; NYT, 10 de mayo, p. 39.
  74. Rodea, op, cit, pp. 510-513; Excélsior, 5 de mayo, p. 1; 6 de mayo, p. 1; 7 de mayo, p. 1; 11 de mayo, p. 1; 17 de mayo, p. 1. El STFRM sonenía que sus demandas se basaban en las disposiciones del Artículo 123 de la Constitución y de la Ley Federal del Trabajo, y que por medio de la huelga buscaba: alcanzar el equilibrio entre los factores de la producción; lograr de FFCCNN el cumplimiento del contrato colectivo; exigir, fijando una fecha límite, la revisión del contrato colectivo; exigir, fijando una fecha límite, la revisión del contrato colectivo proyectada hacía mas de un año y aún no concluida.
  75. Excélsior, 8 de mayo, p. 1; 9 de mayo, p. 1.
  76. Excélsior, 10 de mayo, p. 1; 11 de mayo, p. 1; 12 de mayo, p. 1; 14 de mayo, p. 1; 15 de mayo, p. 1; 16 de mayo, p. 1; 19 de mayo, p. 1. Rodea, op. cit., pp. 513, 514.
  77. Rodea, op. cit., pp. 514, 515; NYT, 18 de mayo, p. 8.
  78. Excélsior, 19 de mayo, p. 1, p. 4; Rodea, op. cit., pp. 516-518. El fundamento de la decisión fue: que las demandas citadas no demostraron un desequilibrio entre trabajo y capital, ya que dicha situación había sido mejorada por la intervención presidencial de octubre de 1935; el STFRM tampoco había demostrado que FFCCNN no había cumplido con el contrato colectivo; que la solicitud de que se le acelerara la revisión del contrato colectivo no se ajustaba a la decisión del presidente de octubre de 1935, la que no fijó una fecha para dicha revisión sino más bien puso el asunto en manos de una comisión nombrada para investigar esta revisión, que el movimiento de huelga violaba la Ley Federal del Trabajo al objetar el fallo presidencial de octubre de 1935 de que no era posible hacer mayores concesiones económicas al contrato de los trabajadores.
  79. Rodea, op. cit., p. 517.
  80. Rodea, op. cit., pp. 518, 519.
  81. Excélsior, 19 de mayo, p. 4; 19 de mayo, p. 1.
  82. Excélsior, 19 de mayo, p. 1; 20 de mayo, p. 5.
  83. Rodea, op. cit., pp. 519-521; Excélsior, 19 de mayo, p. 1; 20 de mayo, p. 1.
  84. CTM, pp. 102-104; Excélsior, 21 de mayo, p. 1.
  85. Rodea, op. cit, pp. 526-528; Excélsior, 17 de mayo, p. 1.
  86. Rodea, op. cit., p. 525.
  87. Lombardo Toledano estuvo en Monterrey del 17 al 19 de mayo, presidiendo el primer congreso de la Federación de Trabajadores de Nuevo León. Excélsior, 12 de mayo, p. 3; 16 de mayo, p. 1; 20 de mayo, p. 1. La reticencia del PCM se fundaba en el Juicio de que un posible golpe de los callistas significaba una amenaza diferente, y este miedo estaba de alguna manera basado en la actitud de un general de Durango quien prometió ayudar a la huelga del STFRM a pesar de que anteriormente se había mostrado hostil a los trabajadores y campesinos. Velasco, op. cit., p, 125.
  88. Rodea, op. cit., pp. 521, 522.
  89. Excélsior, 18 de mayo, p. 2.
  90. Excélsior, 3 de junio, p. 1.
  91. CTM, pp. 185-193 ; Excélsior, 3 de junio, p. 1. El debate incluyó: la aclaración de Velasco de sus afirmaciones en la Arena Nacional; la acusación de Velázquez de que los mineros estaban traicionando a los trabajadores; el ataque de Amilpa de que la presencia divisionista de los comunistas en varios sindicatos y actividades estaba debilitando a la CTM; y la insistencia de Valentín Campa (comunista) de que eran los actos del estado y del Departamento del Trabajo los que estaban provocando la disolución de los mineros y no la CTM.
  92. Excélsior, 5 de Junio, p. 1; CTM, pp. 194-196.
  93. Rodea, op. cit., pp. 529, 530; Excélsior, 18 de junio, p. 1; CTM, pp. 218, 219.
  94. Luis González. Historia de la Revolución Mexicana, 1934-40: los días del presidente Cárdenas. México, El Colegio de México, 1981, pp. 80, 89; Excélsior, 19 de junio, p. 1; 2 de julio, p. 1.
  95. Garrido, op. cit., pp. 208-210.
  96. Excélsior, 1o. de julio, p. 4; Thompson, op. cit., p. 164.
  97. Thompson, op. cit., p. 165; Ashby, op. cit., p. 61.
  98. Thompson, op. cit., pp. 166-170; Excélsior, 1o. de julio, p. 4.
  99. Thompson, op. cit., pp. 170, 171, 178; Excélsior, 2 de julio, p. 1; 3 de julio, p. 10: 16 de julio, p. 1.
  100. Excélsior, 16 de julio, II, p. 2; 17 de julio, p. 1; 18 de julio, p. 1; 20 de julio, p. 1; Thompson, op. cit., p. 172.
  101. Excélsior, 18 de julio, p. 1; 19 de julio, p. 1; 20 de julio, p. 1; 21 de julio, p. 1; Thompson, op. cit., p. 172; Anguiano et al, op. cit, pp. 142, 143.
  102. "Por razones de confianza, los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas admitieron la participación en la conducción de la huelga del compañero Mario Pavón Flores, miembro del Partido Comunista entonces, a quien se encomendó la parte del conflicto y la participación mía desde el punto de vista de intervención de la CTM; fuimos nosotros las dos personas que, junto a los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas, tuvimos injerencia en la huelga; por supuesto los dirigentes de la huelga, el Ingeniero Francisco Breña Alvírez, el ingeniero Manuel Paulín y los demás miembros del comité ejecutivo, fueron quienes decidieron siempre cada uno de los pasos importantes en las discusiones con el gobierno y sobre todo con la empresa.
  103. La solidaridad de la CTM con la huelga fue expresada a través de mi persona, pero los pronunciamientos públicos del compañero Lombardo Toledano fueron de apoyo a la huelga. No hubo de parte del grupo de Fidel Velázquez y de Amilpa un pronunciamiento público en apoyo a la huelga en ningún momento, pero no hubo necesidad de que se pronunciaran en relación con la huelga..." Anguiano et al, op. cit., (Miguel Velasco), pp. 110, 111. Para agosto de 1936, al interior del SME habían surgido protestas por la influencia del PCM en el sindicato. Los líderes comunistas y no comunistas del SME finalmente chocaron en 1938 cuando se trató de si el SME debía incrementar sus ligas políticas uniéndose al reorganizado partido del estado. Thompson, op. cit., pp. 187-188.
  104. Thompson, op. cit., p. 187. El PCM también hizo notar que la posición del SME hubiera sido más efectiva si existiera un Frente Popular que uniera a todas las fuerzas en la lucha contra el imperialismo. Excélsior, 19 de julio, p. 1.
  105. Excélsior. 23 de julio, p. 1; Thompson, op. cit., pp. 176, 177.
  106. Thompson, op. cit., p. 177; Excélsior, 21 de julio, p. 4.
  107. Excélsior, 20 de julio, p. 1; 22 de julio, p. 4; 23 de julio, p. 1; 24 de julio, p. 1.
  108. Excélsior, 22 de julio, p. 1.
  109. Excélsior, 23 de julio, p. 1; 25 de julio, p. 1; Thompson, op. cit., pp. 172, 179.
  110. CTM, pp. 108-115, Wilkie, op. cit., p. 313.
  111. Excélsior, 24 de julio, p. 1; 25 de julio, p. 1, p. 3; Thompson, op. cit., p. 176.
  112. Thompson, op. cit., p. 173; Excélsior, 26 de julio, p. 1; 29 de julio, p. 1; 31 de julio-14 de agosto; New York Times, 18 de agosto, p. 17.
  113. Garrido, op. cit., p. 210; Portes Gil, op. cit., pp. 529-532.
  114. Thompson, op. cit., pp. 179, 180.
  115. Ibid.
  116. Anguiano, op. cit., pp. 51-65.
  117. Hamilton, op. cit., pp. 282-284; Anguiano, op. cit., pp. 61, 62, 71, 72, 79; Garrido, op. cit., p. 139, 282, 285.
  118. Hamilton, op. cit., pp. 139, 282, 285.