El dilema de la historia obrera reciente: revolución pasiva y acumulación de fuerzas en 1970-1982
Resumen
Desde febrero de 1982 la sociedad nacional vive otra fase recesiva, aún más intensa que las registradas en 1971 y 1976-1977. El crecimiento del 8% en promedio del Producto Interno Bruto (PIB) y la creación de 900 mil empleos anuales, logrado en pleno auge petrolero, se desplomó en el curso del año pasado. Un cuadro general de la recesión indica: desde febrero de 1982 hasta enero de 1983 pierden su trabajo 1 millón 200 mil obreros y empleados. La caída acentuada de la producción industrial ocurre en ramas como la automotriz, textil, metal-mecánica, construcción, química y petroquímica. Los cuatro y medio millones de empleos creados entre 1978 y 1981 sufren una severa reducción. Con una “reserva” de 6 millones de desempleados y 5 millones de subempleados, el mercado de trabajo se desborda por el exceso de oferta de mano de obra. La base industrial trabaja al 40% de su capacidad instalada, y la inversión pública y privada se paralizan. La escasez de divisas amenaza los suministros tecnológicos mínimos de operación de las empresas y la inflación del 100% incrementa los costos y reduce el mercado. La producción agrícola también cae.
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Citas
Proceso, núm. 327, 7 de febrero de 1983.
Uno más Uno, lunes 21 de febrero de 1983, pp. 1 y 7.
Jeffrey Bortz, et. al., "Salario y clase obrera en la acumulación de capital en México", Coyoacán, año 1, núm. 2, enero-marzo 1978, p. 82.
Carlos San Juan, "Las dirigencias sindicales en la coyuntura actual", en prensa, INAH, 1981.
Alejandro Montoya, "El movimiento obrero en México: 1977-1978", en ¿La crisis quedó atrás?, México, FEUNAM, 1980, pp. 175-177.
lván Zavala, "La estructura desgarrada", en El desafío mexicano, México, ed. Océano, 1982, pp. 217-220.