Agrarismo y contrarrevolución en Veracruz
Abstract
Reseña del libro “Antonio Santoyo, La mano negra. Poder regional y estado en México (Veracruz, 1928-1943), México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Regiones), 1995, 186 pp.” A lo largo de los años veinte, diversos ensayos de política agrarista tuvieron lugar en algunos estados de la república mexicana, impulsados por gobernadores que confiaban en la viabilidad de las formas de tenencia colectiva de la tierra y creían en la necesidad de fraccionar los grandes latifundios. Estos gobernadores trabajaron para crear las bases sociales que apoyarían la realización de sus proyectos. Uno de los escenarios de estas políticas fue el estado de Veracruz, donde el gobernador Adalberto Tejeda se había puesto a la cabeza de una profunda revolución en el campo. Las desorganizadas luchas agrarias entre 1914 y 1920 dieron origen a las políticas de dotación y restitución durante su primer gobierno de 1920 a 1924, pero no fue sino hasta los años del maximato, los más difíciles para el agrarismo revolucionario, cuando la estructura de la propiedad fue más ampliamente modificada por el movimiento campesino veracruzano vinculado a Tejeda.