Bosquejo de la geografía arqueológica del estado de Colima.

Resumen

En espera de que nuevos descubrimientos vengan a establecer de manera precisa la geografía arqueológica del Estado de Colima, por ahora, y fundándome en lo anteriormente expuesto, se pueden establecer las siguientes conclusiones:

El Estado de Colima constituye un terreno dotado abundantemente de monumentos arqueológicos.

Si dividimos el territorio del Estado en dos partes, boreal y austral, por un paralelo geográfico que pase por la capital, obtenemos dos regiones de fisonomía arqueológica distinta, pues mientras en la región boreal domina la industria y el arte de la piedra tallada, en la austral domina el arte y la industria del barro cocido.

Si dividimos el territorio de Colima por una línea que siga la dirección general del Río de Armería, obtenemos dos mitades, oriental y occidental; en la oriental se ve revelada, con más frecuencia, la influencia tarasca; en la occidental se ve disminuida notablemente la huella de los tarascos, y representadas dos civilizaciones en confusa mezcla, o dos matices de una misma civilización que hubiera comenzado en primitivas y lúbricas costumbres y hubiera llegado hasta la fundición del bronce.

Teniendo en cuenta las divisiones anteriores, el territorio nos presenta cuatro secciones, de las cuales la noreste y la suroeste fueron eminentemente fálicas.

Se nota en toda la región que los pueblos estaban principalmente cerca de las corrientes de agua.

A juzgar por los caracteres generales que representan las figurillas antropomórficas, en lo relativo a indumentaria, las señales que se encuentran en el Estado revelan la huella de la permanencia prolongada de dos pueblos distintos, cuando menos.

A juzgar por los caracteres antropológicos manifestados en las mencionadas figurillas, es de sospecharse que hubo en aquella región dos razas diferentes: una, robusta, rechoncha, braquicéfala, platirrina, de baja estatura y de cara triangular; y otra, esbelta, doliocéfala, de mediana estatura y de cara ovoidea.

A juzgar por los utensilios encontrados, la base de la alimentación de los pueblos primitivos del Estado de Colima, era el maíz.

Por último, en su religión debió ser Tlaloc el dios principal.