“Vidas ejemplares”: la historieta en los proyectos culturales de las derechas en México (1954-1974)

Autores/as

  • Gabriela Díaz Patiño Escuela Nacional de Antropología e Historia

Palabras clave:

historieta, catolicismo, derecha religiosa, derecha empresarial

Resumen

A través del estudio de la historieta Vidas ejemplares se quiere mostrar la asociación que se estableció, a mediados del siglo XX, entre un grupo de la derecha religiosa y otro de la derecha empresarial mexicana. Ambos coincidieron en la necesidad de acercar a la niñez y juventud nacional los valores éticos del catolicismo a través de uno de los medios de comunicación masiva de mayor alcance de aquel momento, para contrarrestar los valores nuevos de la modernidad del siglo XX.

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Citas

La definición más recurrente de historieta, y a la que se recurre en el presente artículo, es aquella que la ubica como un medio de comunicación masivo característico de la cultura contemporánea en el que se integran, como expresión comunicativa, imagen y grafía a través de la disposición de viñetas secuenciadas. Para una ampliación del concepto se pueden consultar: Román Gubern, Biblioteca Salvat de grandes temas. Literatura de la imagen, vol. 57 Barcelona, Salvat Editores, 1973; Javier Coma, Del gato Félix al gato Fritz. Historia de los comics, Barcelona, Gustavo Gili, 1979.
Dentro de la institución eclesiástica católica existen posturas diversas con relación a su papel social y de influencia sobre la feligresía. En ese sentido, hablamos de un grupo dirigente del clero mexicano que estaba delineando una postura con relación a las políticas públicas de los gobiernos posrevolucionarios.
De igual forma, los grupos empresariales mexicanos manifestaron ideologías políticas diversas. La postura ideológica de editorial Novaro es difícil de definir en la medida que Octavio Novaro se comportó como un hombre de ideas liberales y un tanto alejado del cualquier tipo de religiosidad, pero su hermano Luis estuvo, como veremos, claramente en contacto con la alta clerecía nacional y en seguimiento del proyecto de “restauración religiosa” en el país.
Armando Bartra y Juan Manuel Aurrecoechea han determinado la época de oro de la historieta mexicana entre 1936, con la aparición de la legendaria revista Pepín, y 1954. Armando Bartra y Juan Manuel Aurrecoechea, Puros cuentos. Historia de la historieta en México (1934-1950), t. II, México, Dirección General de Publicaciones-Conaculta / Grijalbo, 1988, pp. 169-217. Cabe señalar que otros autores sitúan el éxito comercial de la historieta mexicana en 1934 con la publicación de Paquín. A lo largo de los años el género de la historieta fue expandiendo sus temáticas hacia los héroes, el terror, la ciencia ficción, la biografía, la historia, entre otros. Manuel Aurrecoechea, “La historieta popular mexicana en la hora de su arqueología”, Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta, vol. 7, núm. 28, La Habana, diciembre de 2007.
San Felipe de Jesús fue un religioso criollo de la Orden Franciscana que murió en Japón al lado de veinticinco compañeros mártires en 1597. Su beatificación fue otorgada por el papa Urbano VIII el 14 de septiembre de 1627, mientras que su canonización la decretó Pío IX el 8 de junio de 1862.
La revista inició con un costo de ochenta centavos para su venta en México, cinco pesetas para España y diez centavos de dólar para el resto del mundo.
La característica primordial de las historietas editadas por los talleres tipográficos Editores-Impresores Novaro fue el uso del color, pues la mayoría de las historietas en México habían mantenido el color sepia o el blanco y negro. La incursión al color era reciente para ese momento, debido a los costos que implicaba. Por otra parte, se trató de mantener un estilo homogéneo en el arte ilustrado tanto en las portadas como en los interiores.
Archivo Histórico de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús (en adelante AHPMCJ), Carpeta del padre José Antonio Romero Espinosa de los Monteros.
“San Felipe de Jesús, protomártir mexicano”, Vidas Ejemplares, núm. 1, México, Ediciones Recreativas, 1 de mayo de 1954, p. 1. Toda la serie de Vidas Ejemplares fue consultada en línea a través del portal: https://sanviator.net/multimedia/biblioteca/comic-vidas-ejemplares/ (consultado el 25 de julio de 2019).
A Javier Peñalosa Calderón (1921-1977) se le conoce principalmente por su obra poética, que, aunque breve, cultivó exitosamente. Se le identifica con el “grupo de los ocho”, del que formaron parte Rosario Castellanos, Efrén Hernández, Octavio Novaro, Ignacio Magaloni y Dolores Castro, entre otros. Incursionó, también en forma exitosa, en el periodismo, la docencia —impartió clases en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García— y emprendió diversas actividades de edición. Fue articulista de Novedades, Excélsior y Proceso. Su amistad con Octavio Novaro lo llevó a participar como el adaptador literario de la revista de historietas Vidas Ejemplares. Véase Centro de Documentación Literaria Casa Leona Vicario, “Paso de la memoria, reunión de la poesía de Javier Peñalosa Calderón”, disponible en: https://literatura.inba.gob.mx/resenas/3193-penalosa-javier-articulo.html (consultado el 25 de julio de 2019).
Dado que no se dispone hasta el momento de cifras de las ganancias empresariales de editorial Novaro, el éxito de Vidas Ejemplares se mide por los veinte años de continuidad de la revista. Además, el interés del público se puede estimar por la aparición de otras historietas confesionales. A partir de 1958 la editorial Edar (Editorial Argumentos), dirigida por Guillermo de la Parra, comenzó a editar una revista de historietas bajo el título de Biografías Selectas en la que presentaba la vida de personajes históricos y de santos, una combinación de Vidas Ilustres y Vidas Ejemplares, de editorial Novaro. Tal sería el éxito del proyecto de historietas confesionales que la misma editorial Novaro lanzó otros dos proyectos semejantes al de Vidas Ejemplares, el primero Historia del Cristianismo (1 de junio 1966 al 1 de marzo de 1968, con veintidós números), y el segundo Patronos y Santuarios (1 de julio de 1966 al 1 de diciembre de 1967), ambos también bajo la dirección de la editorial Buena Prensa. En 1964 Luis Novaro creó también la editorial Ediciones Litúrgicas.
La colección especial tuvo su primera salida el 1 de abril de 1958; alcanzó un total de diez números, con la reedición de tres. Los primeros números especiales estuvieron dedicados a reconocidos temas bíblicos, como la vida de Jesús de Nazaret o Moisés y la Tabla de los diez mandamientos (01 de enero de 1959), pero, además de un número especial sobre Nuestra Señora de Guadalupe (01 de diciembre de 1960), se abordaron principalmente acontecimientos eclesiásticos de esos años como fueron la vida y labor pastoral de los últimos papas —Pío XII (01 de octubre de 1959); visitas de Paulo VI a Tierra Santa (01 de abril de 1962) y a América (01 de diciembre de 1970) y Juan Pablo II (15 de abril de 1972)— o el Concilio Vaticano II (15 de abril de 1966) y los Congresos Eucarísticos (15 de agosto de 1968).
En la revista del 1 de julio de 1959 se reprodujo la historia de san Vicente de Paul, que ya había aparecido en el número 15. Luego, a partir del número 71, con fecha 15 de febrero de 1960, se reeditaron números anteriores mensualmente. [14] AHPMCJ, Carpeta José Antonio Romero Espinosa de los Monteros.
Las medidas del tamaño “Golden Age” eran de 28.5 cm de largo y 18.5 cm de ancho, con el que iniciaron los comics estadounidenses. Las medidas del tamaño “Grapa” eran de 25.5 cm por 17 cm. [16] Desde 1929 el padre Romero había sido asignado primero en el templo de la Sagrada Familia, en la Ciudad de México —en donde dio inicio a la fundación de varias congregaciones juveniles— y más tarde fue enviado a Saltillo para fungir como director de la Acción Católica Mexicana en esa zona, en donde comenzó a lanzar varios proyectos editoriales a los que daría continuidad más adelante.
La Acción Católica fue el proyecto que emprendió Pío XI y que continuaba los proyectos de restauración religiosa de Pío IX y León XIII. Específicamente, la Acción Católica pretendía redirigir la organización laica bajo el mando clerical. Pío XI la definió como la “participación de los laicos en el apostolado jerárquico”. Pío XI, Epist. Quae Nobis ad Card. Bertram, 13 de noviembre de 1928. Pío XI, Enc. Rerum Omnium, 26 de enero de 1923; Pío XI, Discurso a una peregrinación, 5 de septiembre de 1923.
En el ámbito de las comunicaciones, el padre José Antonio Romero fue, además de director de la Comisión de Prensa y Propaganda de 1935 a 1936 —dicha instancia sólo permanecería en actividad hasta 1937—, fundador y director de Obra Nacional de la Buena Prensa (1936-1961). También estuvo al frente del Secretariado Nacional del Apostolado de la Oración y de la Cruzada Eucarística (1941), de la Asociación Nacional de Prensa, Escritores, Libreros y Editores Católicos (1944) y del Servicio de Información Católica (1946). Fue asistente eclesiástico de la Legión Mexicana de la Decencia y subdirector de la Campaña Nacional para la Moralización del Ambiente (1951).
Como parte de los acuerdos de paz cristera, la jerarquía católica determinó el establecimiento de la Acción Católica Mexicana como instrumento para organizar, dirigir y limitar el apostolado de los laicos. Por tanto, Acción Católica Mexicana se estableció formalmente en 1929.
Desde 1936 Pío XI había expuesto los peligros de las imágenes en movimiento a través de la encíclica Vigilanti cura. En noviembre de ese mismo año, el episcopado nacional mexicano dirigió una carta pastoral colectiva a la sociedad; en ella exponía un plan de moralización de las costumbres.
Esas estructuras se definían a partir del papel que cada miembro desempeñaba: el padre, proveedor de las necesidades de subsistencia y de una educación académica para los hijos que les permitiera la posibilidad de una movilidad social ascendente; la madre, dedicada al cuidado del hogar y de los hijos, portadora y transmisora de la moral cristiana mediante la abnegación y de conductas “intachables” que resguardaran el honor marital, y, finalmente, los hijos, seguidores de los ejemplos paternos y continuadores de la formación católica familiar.
Iniciada la década de 1930, los sectores laicos más conservadores de la sociedad mexicana reiniciaron su organización para “restaurar todas las cosas en Cristo” tal y como indicaban los postulados papales. Los Caballeros de Colón —organización establecida en México en 1905— reiniciaron sus actividades en el país luego de las firmas de paz, uniendo sus esfuerzos a los de la Acción Católica Mexicana y orientando sus acciones al rescate de los valores tradicionales del catolicismo, mismos que asimilaban como parte de la identidad nacional. Con ese objetivo crearon en 1933 la Legión Mexicana de la Decencia, cuya misión era “propugnar por el saneamiento del ambiente social de México, contra la indecencia en sus múltiples manifestaciones”. Laura Pérez Rosales, “Censura y control. La Campaña Nacional de Moralización en los años cincuenta”, Historia y Grafía, año 19, núm. 37, México, julio-diciembre de 2011, pp. 79-113, p. 96.
Bajo el gobierno de Ávila Camacho la Iglesia católica pudo recuperar espacios en la educación mediante el permiso gubernamental para la apertura de establecimientos escolares dirigidos por religiosos. En la política se organizaron partidos y movimientos con ideologías conservadoras que llevaron a cabo actos públicos y manifestaciones religiosas de forma cada vez más frecuente con la anuencia del Estado. La esposa de Ávila Camacho, Soledad Orozco, fue integrante activa de la Legión de la Decencia. Bertha Hernández, “Cuando la Liga de la Decencia atacó a la Diana”, Crónica, México, 25 de octubre de 2015, disponible en: http://www.cronica.com.mx/notas/2015/927160.html (consultado 27 de julio de 2019).
Laura Pérez Rosales, op. cit.
En 1943 la Legión Mexicana de la Decencia comenzó un férreo ataque a las revistas de historietas a través de su boletín oficial Apreciaciones, en el cual hace un llamado a ejecutar “un boicot absoluto a tales revistas indecentes” destruyendo todos los ejemplares posibles de la historieta Pepín —una de las de mayor éxito en la industria en aquellos años—. A partir de ese momento y en adelante, Apreciaciones emprendió una campaña de censura de las historietas argumentando el peligro que representaban las imágenes “sensualistas” de la mujer y el lenguaje “vulgar y procaz” utilizado. Anne utilizado. Anne Rubenstein, Del Pepín a Los Agachados. Comics y censura en el México posrevolucionario, México, FCE, 2004, pp. 148-153.
El 15 de octubre de 1951 se constituyó la Comisión Nacional para la Moralización del Ambiente iniciando un programa dedicado a la vigilancia y censura de “espectáculos pecaminosos que pudieran afectar las tiernas mentes infantiles” y el comportamiento moral de los católicos. Sobre los pasquines e historietas la Comisión, a través del arzobispo de México, Luis María Martínez, expresaba la necesidad de “evitar las lecturas que presentan desnudos o imágenes femeninas provocativas” y, por tanto, iniciar una “guerra sin cuartel a todas las revistas inmorales”, lo cual siguieron haciendo por lo menos hasta la gestión presidencial de Adolfo Ruiz Cortines. María Martha Pacheco, “El conservadurismo católico en campaña”, en Renée de la Torre, Marta E. García Ugarte y Juan Manuel Ramírez, Los rostros del conservadurismo mexicano, México, CIESAS, 2005, pp. 151-169.
En 1944 las revistas de historietas y otras publicaciones quedaron bajo la supervisión del gobierno a través de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Además, el gobierno de Miguel Alemán apoyó con diversos decretos y estatutos de ley la Campaña de Moralización del Ambiente, que iniciara de forma organizada la jerarquía católica mexicana en octubre de 1951. A través de la censura a los contenidos cinematográficos, a la programación de radio y de televisión, a los espectáculos teatrales y a ciertas revistas, pasquines o historietas, la gestión alemanista dio continuidad al proyecto de moralización eclesiástico en México. Laura Pérez Rosales, op. cit., pp. 80-83. Bajo el gobierno de Miguel Alemán, el Reglamento de la Ley Orgánica de Educación Pública asentó la prohibición de “las publicaciones que estimulen la excitación de malas pasiones o de la sensualidad o que ofendan al pudor o a las buenas costumbres”, María Martha Pacheco, op, cit., pp. 151-169.
Laura Pérez Rosales, op. cit., p. 102.
Armando Bartra y Juan Manuel Aurrecoechea, op. cit.
El origen de la Cruzada Eucarística se encuentra en el proyecto de oración del padre François-Xavier Gautrelet, S. J., que derivó en la creación en 1844 de la asociación del Apostolado de la Oración, reconocida por Pío IX en 1849. Pero no será sino hasta 1865 cuando se integre a ese gran movimiento de oración a la niñez católica. El movimiento sería impulsado desde el Vaticano en distintos momentos histórico-políticos por los que atravesaba Europa; inició en 1914 con “las cruzadas de oración infantil”. De esta forma, la cruzada eucarística se insertó en el Apostolado de la Oración y se convirtió en la sección de niños de seis a catorce años de edad.
Como antecedente de la Campaña Espiritual de la Niñez Mexicana nació en Jalisco la Unión Popular —organización católica fundada por el mártir cristero Anacleto González Flores, muerto en 1927— que en 1930 planteó un proyecto de tres cruzadas para “contrarrestar en la niñez y en la juventud los efectos de la enseñanza laica”. Dos de esas cruzadas tenían que ver con la promoción de lecturas católicas. La “cruzada de la buena prensa” se proponía tener “periódicos fuertes por su circulación, bien presentados, bien escritos, con suficiente material de información y con elementos de sobra para vivir y prosperar”. Por su parte, la “cruzada del libro” tenía, además del objetivo de “limpiar todos los hogares de libros malos”, asegurar la introducción de lecturas “de formación religiosa” en todos los hogares católicos. Cfr. Anacleto González Flores, El plebiscito de los mártires, Las tres cruzadas [s. l., s. e.] 1930.
Dicho proyecto no logró llevarse a cabo debido a la presión que ejercieron la Unión Nacional de Padres de Familia y la Federación de Asociaciones de Padres de Familia, creada por el propio gobierno. Alberto del Castillo Troncoso, “La polémica en torno a la educación sexual en la Ciudad de México durante la década de los treinta: conceptos y representaciones de la infancia”, Estudios Sociológicos, El Colegio de México, vol. XVIII, núm. 52, México, 2000, pp. 205-206.
José Gutiérrez Casillas, Jesuitas en México durante el siglo XX, México, Porrúa, 1981, p. 107.
AHPMCJ, Carpeta del padre José Antonio Romero Espinosa de los Monteros.
AHPMCJ, In Memoriam. Homenaje al padre Romero, p. 1.
Miguel Ángel Granados Chapa, Buendía, el primer asesinato de la narcopolítica en México, México, Grijalbo / Mondadori, 2012. Cabe mencionar que en 1951, dos años después del despido de los hermanos Novaro y de ser fundada Ediciones Recreativas, bajo el sello editorial de La Prensa se comenzaron a publicar comics y pronto se convirtió en la competencia más fuerte de editorial Novaro.
Iniciaron con la traducción al español de historietas de Walt Disney. Andrés Pardo, “Luis Novaro: fundador de Editorial Novaro”, Comics Novaro [blog], disponible en: https://willimanya.blogspot.com/2016/03/editorial-novaro-la-historia-jamas.html (consultado el 4 de septiembre de 2019)
Baúl del Cómic, “Historia de Editorial Novaro”, 12 de marzo de 2009, disponible en: http://www.bauldelcomic.com/comentarios_news.php?num=7 (consultado 29 de julio de 2019).
Gustavo Medina, “Notas del traductor”, Comics.21 [blog], Lima, 8 de febrero de 2013, disponible en: http://blogs.peru21.pe/comics21/2013/02/notas-del-traductor.html (consultado el 29 de julio de 2019).
Mensaje colocado en la contraportada de las revistas de historietas bajo el sello SEA.
Entrevista con Gabriel Novaro, hijo de Octavio Novaro, 5 de noviembre de 2018.
Sobre el concepto de derechas, entendemos el desarrollo de posturas variadas, no necesariamente convergentes, en lo político y en lo moral. Con relación a la primera postura, ciertos sectores de la sociedad en México han mantenido el ideal conservador hispánico de sostener las estructuras institucionales y económicas, y oponer resistencia a las medidas gubernamentales que pudiesen afectar su statu quo; y respecto de la postura moral, se defienden ciertos valores de tradición católica (la jerarquización de los roles familiares, obediencia a la autoridad, entre otros) como parte sustancial de la identidad nacional. Los grupos sociales que defienden estas posturas formaban parte o fueron cercanos a la Iglesia católica y fueron definiendo propuestas diversas que iban desde las más apegadas al tradicionalismo conservador de finales del siglo XIX, o bien, un conservadurismo progresista o moderado que dialogaba con las exigencias políticas, sociales y económicas del México posrevolucionario.

Descargas

Publicado

2019-06-30

Cómo citar

Díaz Patiño, G. . (2019). “Vidas ejemplares”: la historieta en los proyectos culturales de las derechas en México (1954-1974). Con-temporánea, (11), 86–101. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/contemporanea/article/view/15036