Sobre la revista

En septiembre de 2010 apareció El Expedicionario como periódico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia Unidad Chihuahua (ENAH-Chihuahua). Este periódico que ahora ha madurado para llegar a ser la primera Revista Científica en Ciencias Sociales de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM), tuvo como primer antecedente la iniciativa de estudiantes y profesores para reportar las actividades del I Coloquio Karl Lumholtz, celebrado en el 2005.

Después de un año, el periódico se convirtió en el boletín interno para darle voz a las investigaciones de los profesores y las inquietudes de los estudiantes. El boletín fue un medio de difusión de la Escuela recién constituida con cuatro carreras y una extensión en Creel.

La difusión del boletín se centraba fundamentalmente en el estado de Chihuahua, sobre todo se repartía de manera gratuita en las distintas bibliotecas del Estado para que se diera a conocer la investigación antropológica del norte de México. Sin embargo, se buscó que llegará más allá de Chihuahua; el Boletín se mandaba a bibliotecas de algunos centros de investigación antropológica y a los distintos Centros INAH a nivel nacional.

Pasaron tres años para que este boletín interno se convirtiera en una revista de difusión. Ya como una revista de difusión hubo cambios en los requisitos para la publicación de investigaciones científicas. Se buscó que la publicación de cada número pasara por dictámenes doble ciego y que se ajustaran a un dossier.

El recuento del origen del folleto (2005), del periódico (2010 al 2011), del boletín (2012 al 2015) y de la revista (2016), es la evidencia de una historia marcada por el esfuerzo colectivo para hacer presente la tradición de más de 20 años de antropología en Chihuahua. En efecto, Expedicionario es ahora la expresión de un pasado que tuvo varios retos y caminos andados. Incluso, antes del folleto, la primera revista de la ENAH-Chihuahua se llamaba Tierra Norte, donde se publicaron algunas investigaciones de profesores y estudiantes en no más de cinco números, todos ellos sin regularidad y de manera casera. Tierra Norte fue un proyecto interesante, pero sin el suficiente apoyo institucional; al final fue dejado a la deriva por sus mismos creadores ante la falta de personal y de recursos para la publicación de los números.

Sin duda el Expedicionario retoma las ideas trazadas por su antecesora, pero quizá ahora con el sello de una visión boasiana al abrirse a las distintas disciplinas de la antropología, es decir, busca difundir la investigación de la antropología física, la arqueología, la antropología lingüística y la antropología social.

Expedicionario ahora como revista científica (desde el 2017) ha buscado una mayor formalidad en las publicaciones. Se conformó un Consejo Editorial con académicos externos y se ha buscado tener una regularidad semestral para la publicación de números consecutivos. Expedicionario pretende ser la otra cara de la Antropología en México, aquella que se lleva a cabo en el norte sin querer con ello desconocer o marcar una tendencia exclusivamente regional. Se presenta como un escaparate donde puedan presentarse visiones y enfoques académicos sin importar latitudes y posicionamientos teóricos.