Núm. 1159 (2024): El Tlacuache

Descripción del número

Desde el siglo XVI las regiones que constituyen el hoy estado de Morelos, se caracterizaron por la producción de azúcar y sus derivados, dejando dentro de su patrimonio material cerca de 100 haciendas e ingenios productores del dulce.  Para la elaboración de estos productos se requirió del trabajo de personas de origen africano en calidad de esclavizados, que constituyeron la fuerza principal de estos centros productivos. La importación de esclavizados varones adultos jóvenes fueron una prioridad durante las primeras décadas. Con el paso del tiempo la apertura y crecimiento de la importación de personas esclavizadas, la llegada de niños y mujeres aumentó considerablemente, aunado a ello las leyes en torno a la esclavitud permitieron su transmisión, a partir de las mujeres esclavas, cuyos hijos nacerían bajo la misma condición. Esto trajo consigo un considerable aumento de niños y niñas en las haciendas azucareras, quienes formaron parte de la dinámica social y económica de estos centros de producción. Aunado a ello las bajas demográficas, así como el profundo mestizaje que existió en la región dieron pie a una nueva sociedad constituida en su mayoría por individuos reconocidos durante ese periodo como mulatos y mestizos. De igual forma la población que se mantuvo en calidad de esclava dentro de las haciendas se modificó. La presencia de niños y mujeres fue cada vez mayor, constituyendo en algunos casos la mayor parte de la población esclava. De esta forma, la población infantil presente en las haciendas azucareras del actual estado de Morelos ha tenido una participación importante dentro de los procesos históricos y de construcción social de la región.

issue.tableOfContents67903e438f534

Tabla de contenidos

Ver todos los números