La correspondencia de don Sergio
Palabras clave:
Iglesia católica, Pío XII, fray Gabriel Chávez de la Mora, arquitectura, intervención y conservaciónResumen
Sergio Méndez Arceo, séptimo obispo de Cuernavaca, vivió los años más intensos de la reforma de la Iglesia católica. Consagrado como obispo en 1952 por el papa Pío XII, don Sergio, como lo llamaba todo mundo, nació en Tlalpan, Distrito Federal, proveniente de una familia católica de Michoacán. Era portador de un pensamiento conservador y asimismo un intelectual, estudioso de la teología y crítico de las formas litúrgicas imperantes. En ese tema fue un reformador, y de una manera osada. Su primera acción como obispo, que desató una polémica apasionada y cosechó un airado rechazo, pero también elogios sorprendidos, fue la remodelación de la catedral de Cuernavaca. Se trataba de un templo conventual del siglo XVI que había sufrido alteraciones y superposiciones arquitectónicas en distintas épocas, así como pinturas encima de los frescos originales. El proyecto arquitectónico, obra original de fray Gabriel Chávez de la Mora, representaba una transformación mayor. La propuesta iba en el sentido contrario de la religiosidad popular y reivindicaba la centralidad de Cristo, siempre presente en el discurso eclesial, pero negado a menudo con la presencia excesiva de imágenes de la Virgen y los santos.